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De la Fraccion de eyeccion a la Calidad de Vida

De la Fracción de eyección (Fey.) a la Calidad de vida: el pensamiento dialéctico médico

La arquitectura cardíaca: su estructura y forma dispone la función medida entre otros parámetros sistólicos con la la Fey.
Esta no representa un tipo de forma cardíaca, mas bien contiene a varias y diferentes como por ejemplo: la miocardiopatía posparto, la diabética, las infecciosas, los infartos de miocardio grandes. Es un elemento simplificador de hechos complejos y desconocidos en su gran mayoría.
Una medida “ el árbol” que reduce y fragmenta la función global “esconde el bosque” de la totalidad de lo que estudia y pretende modificar.
Hace que los médicos simplifiquen el tema y centren su objetivo en esa variable.
Hay muchas otras en juego, en la insuficiencia cardíaca de ese ser.
La “Calidad de vida” es una expresión clínica que incluye las variables físico- químicas y las supera.
Expresa forma pero en función. Es decir es la forma total que funciona de esa manera, en ese momento histórico (particular y significativo) para ese ser que sufre.
¿ Cómo organiza el cuerpo (social) sus relaciones desde la enfermedad?
¿ Cómo vive ese enfermo su corazón?
¿ Cómo es su vida?
Pasamos de las matemáticas, la física y la química a la poesía de la existencia.
A un ser enfermo en queja que acude al médico con su problema serio.
Incluimos los vínculos ( la relación paciente- médico, entre otros muchos), los procesos y el tiempo (la historia), la subjetividad del Otro: la poesía del alma, los significados y significantes vinculares (cultura y sociedad).
Navegamos en la medicina antropológica llena de seres linguisticos y relaciones sociales. Entramos en la complejidad y pensamos la realidad como totalidad y nuestra intervención múltiple como facilitadora del cambio del Otro: su proyecto curativo.

Dejamos la cantidad por la calidad. Utilizamos variables en un ser en queja.
Su modo de sentir y vivir la enfermedad (estados de ánimo, aspectos de la personalidad, sus relaciones sociales: familia, amigos, etc.)

Podemos modificar muchas instancias de esa ser enfermo y tal vez su función sistólica no cambie.
Trabajar su “ corazón periférico”: sus músculos con entrenamiento progresivo y personalizado o ajustado a él.
Incorporar cierto placer, adaptando los límites físicos de su sexualidad a la realidad ( educando ).
Modificar las relaciones del corazón con los otros órganos: desde sus riñones, el hígado, sus pulmones, los intestinos a el cerebro con la dieta y las drogas farmacológicas y pronto, las intervenciones biológicas (biología molecular).
Actuar como intérpretes terapéuticos: transformando el lenguaje del cuerpo en un habla de cambio.
Ayudar a superar las rigideces orgánicas a pasar a cierta plasticidad corporal.
El enfermo debe atravesar su enfermedad y pasar de la pasividad a la actividad, “del ser en si” al “ser para si” en este proceso dialéctico complejo de la relación de cambio paciente- médico.

La función no representa ,necesariamente, la forma que la condiciona.
Las intervenciones médicas sobre las relaciones múltiples y complejas que establece el corazón con el cuerpo de ese ser en queja ayudan a facilitar el cambio de ese humano enfermo.
Debemos incluir al SER, al Otro- paciente en el proceso de aprendizaje corporal terapéutico que iniciamos con él y no sobre él.( al lado y comprometidos)
Y pasar de “la caída” a “el proyecto”.
Donde hay lugar para una persona( sociedad y cultura) y no sólo para un corazón simplificado en variables matemáticas por más bellas que sean.


© Dr. Alejandro Wajner
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