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criticamedicina

administradores del Mundo por Guidos

Algunos gobernantes se creen administradores de la Providencia, creen que
desempeñan el papel de simples funcionarios del Espíritu absoluto.

Pero acaso, esa fuerza divina ¿No sería también "criminal"? En su
pensamiento, esa fuerza interviene de manera efectiva en los momentos de
desorden y se eclipsa en los períodos de tranquilidad, de modo que la
podemos considerar una providencia circunstancial, una providencia que es
útil únicamente a la hora de explicar las catástrofes, una providencia
superflua en los intervalos que separan las desgracias y cuando se calman
las pasiones .

Esta providencia no es mas que un juego de fuerzas mecánicas, impersonales ,
cuyo automatismo regula sus acciones y hasta sus creencias. No es mas que la
confesión de impotencia para organizar la historia, no es mas que un disfraz
tranquilizador de la fatalidad, máscara de su fracaso .

¿No se volverá insípido un pensamiento religioso cuyo principal interés reside en su virulencia? Nombrar o invocar constantemente a Dios, asociándolo a lo horrible, puede hacer temblar al creyente mas equilibrado , reticente y razonable, pero no al fanático, el cual, se deleita en las calaveradas sanguinarias de la divinidad.

Esta época las iglesias han relegado a Dios lejos del mundo y lejos de los asuntos humanos, lo ha desposeído de las virtudes y de las facultades que le hubieran permitido mostrar su presencia y su autoridad, los deístas lo han rebajado al nivel de la idea y del símbolo, lo han convertido en un comparsa abstracto de la bondad y de la sabiduría. Lo han convertido en un dios sanguinolento, desfigurado, convulsivo, satisfecho hasta el delirio de su crucifixión. Nada se comprende de las religiones si se piensa que el hombre detesta las divinidades caprichosas, malvadas e incluso feroces. Nada se comprende de las religiones si se olvida que el hombre ama el miedo................... hasta el frenesí.



Hoy en día muchos piensan que el mal, tan constitutivo del ser y tan verdadero como el bien, es algo natural, es un ingrediente esencial de nuestra existencia . Los problemas que esto plantea se vuelven insolubles en cuanto nos negamos a integrar el mal en la composición de la sustancia

divina. Igual que la enfermedad no es la ausencia de salud sino una realidad tan objetiva y duradera como ella, así el mal posee el mismo valor que el bien, al que incluso hoy en día ,supera en indestructibilidad y plenitud.

Un principio positivo y un principio negativo coexisten y se amalgaman en Dios,así como coexisten y se amalgaman en el mundo. La idea de la culpabilidad de Dios no es una idea gratuita, sino necesaria y

perfectamente compatible con la de su omnipotencia: sólo aceptando la culpabilidad de Dios se le confiere cierta inteligibilidad al desarrollo histórico y nos permite comprender todo lo que la historia posee de monstruosa, de insensata, de irrisoria.

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