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El maltrato institucional a los docentes y maestros: la impunidad del PODER

Escribo desde la bronca pero, humildemente, espero que sirva para la reflexión y la acción colectiva. 

Soy docente con 19 años de antigüedad y 47 de edad, trabajo en una escuela primaria diurna y en otra nocturna, que por nuestro sueldo, huelga explicitar las razones. Padezco de hipertiroidismo, lumbalgia crónica por malformación ósea en mi columna, tengo a mi madre de 71 años a mi cargo, voy a un terapeuta hace un año por un problema familiar serio que les consta a todos los que me conocen. Por esta razón, y para no tener que tomar licencia, tuve que renunciar a mi cargo interino en la escuela nocturna el 1º de agosto del 2008. Por ninguna de las razones médicas y personales arriba mencionadas JAMÁS tomé una licencia médica.

El día 2 de marzo de 2009 tomé un reemplazo en la escuela nocturna. Como ustedes se darán cuenta, en el único momento que puedo ir a los médicos es por la mañana, lo cual combino con mis tareas de ama de casa, madre y esposa, como tantos docentes.

El viernes 2 de octubre de 2009 empecé con dolor de garganta y malestar general. Consulté con un médico de emergencias porque era domingo.

Hoy, lunes 5 de octubre de 2009, concurrí a mi médica de cabecera, que me atiende hace 6 años, y no es ni traumatóloga, ni endocrinóloga ni psicóloga. Es mi ginecóloga y mi médica clínica. Me diagnosticó BRONQUITIS AGUDA y me recetó corticoide inyectable, claritromicina y jarabe para la tos. Gracias a IAPOS, tuve que abonar 116 pesos más la orden de consulta. Me extendió una licencia por 5 días, incluido el feriado del 7 de octubre, y me recomendó que haga reposo.

A la noche de ese día, recibí la visita del médico auditor a mi domicilio, quien luego de pedirme toda la documentación pertinente, procedió  a revisarme. Su actuación no fue la de un profesional de la salud: minimizó mi cuadro, tanto que le pregunté si tenía o no bronquitis. Lo afirmó a regañadientes, ya que su propósito lo estaba por conocer. Me recortó la licencia argumentando que con tres días era suficiente. A continuación pasé a explicarle mis derechos, que nunca había solicitado licencia por las dolencias que expuse al principio, que la valoración y la matrícula de mi médica de cabecera y mi cuadro médico estaban siendo descalificados y violentados por él y por el Estado. Inmutable –porque para eso el gobierno le paga- continuó su tarea y luego se marchó. No sin antes corregir el nombre de la calle donde vivo, a pedido mío, ya que no sabía que Gutenberg es un vocablo de origen alemán y no tan difícil como otros del mismo origen. Y lo hice porque estaba ante un médico, que escribió Gutember.

Sé de otros casos graves. Soy delegada gremial y hace unos meses, con AMSAFE Rosario, tuvimos una audiencia con la Directora Regional, Marta Díaz. Ante ella escuché casos como el de una docente que se encontró a fin de mes con el descuento de todo su sueldo, porque según el médico auditor no la encontró en su domicilio, y no le dejó una notificación. El Estado le descontó su sueldo por licencia médica, y no se lo comunicó hasta que llegó al cajero.

No abundaré en ejemplos que son tan contundentes, diversos y numerosos, por todos nosotros conocidos y reconocidos por el propio Ministerio de Educación.

Considero que este Sistema Preventivo de Salud ha colapsado, por torpeza e ineficiencia, y por considerarlo como un gasto y no como un derecho. Debería llamarse Sistema Perverso de Salud, porque nos enferma. Además, la tarea de los médicos de cabecera es curar, proteger, ayudar. Mientras que la de los médicos auditores es recortar, desconfiar, intimidar, descalificar, amedrentar; en resumidas cuentas,  hacerle ahorrar al Estado a costa de nuestra salud, y la de los niños y jóvenes que podemos contagiar. No se complementan, no se respetan mutuamente, se contraponen y se excluyen, y la palabra final es la del médico auditor y esa es la que cuenta.

Los derechos humanos y laborales son iguales para todos los trabajadores, máxime cuando se trata de un gobierno que se autoproclama socialista. Este gobierno hoy se ahorra dos días de reemplazante, yo seguramente me voy a curar, aunque vaya unos días enferma. En cambio, él padece de arbitrariedad, torpeza, insensibilidad, cinismo, falta de capacidad para jerarquizar la salud y la educación públicas. Y todos estos males son crónicos. No se si se curan. Me aliviaría saber que les he causado aunque sea un leve dolor de cabeza.

Insto a los docentes, que siempre somos el blanco de todo y de todos, y el colchón donde se apoya toda la sociedad en crisis, que enseñen a los gobiernos y a sus funcionarios lo mismo que enseñamos a niños y jóvenes todos los días.

Comuníquese, no se archive y actúe en consecuencia.

 

Médico Auditor: Juan E. Obredor. MAT.: 19402

Nilda Vargas

D.N.I.: 14.758.537

Escuela diurna Nº 115

Escuela nocturna Nº 12

E-mail: nildirvargas@hotmail.com

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