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criticamedicina

De Graciela S.

LA PURA VERDAD

Los ciudadanos equis,

los honrados tenderos,

los amigos del alma,

la portera, el banquero,

no pueden perdonarnos

el loco sentimiento:

tu belleza, mi risa,

nuestro pronunciamiento.

No lo entienden. Nos miran

y se cuentan los dedos.

Se dicen: «Están locos.»

Casi les damos miedo.

Veo.

La Policía, Dios,

la fuerza del dinero,

las leyes del rebaño

nos exigen respeto.

La dicha es una falta

o es quizás un exceso.

La alegría es locura

y escándalo, el deso,

reza un run-run que suena

a onceno mandamiento.

No se debe, ni puede

tomar por luz el fuego.

Veo.

¿Qué podría decirles?

Solamente que quiero.

Quiero, libre mancha,

la luz del mundo entero,

el éxtasis y el aire,

la destrucción del tiempo.

Quiero un amor, el mío.

Quiero seguir queriendo.

Quiero, pero -¡miseria!-

queriendo así, ¿qué puedo?

Los ciudadanos equis

no sienten lo que siento. Pero...

Pero, feliz, yo quiero.

Gabriel Celaya
Con la alegría de habernos encontrado en este año que termina, y con la promesa pero sobre todo el deseo, ese feliz yo quiero de Celaya de seguir construyendo, a pesar de las dificultades nuestro colectivo de Crisis, les envío un gran abrazo y mis mejores deseos.
Besos a todos.
Susana Etchegoyen


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La ciencia y el arte no son opuestos.

Son dos caminos que transitados sin miedo con la debida profundidad,
entrega, sed de aventuras,

nos internan en el mismo misterio.


Enrique Pichon Riviere

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