Mi casa está en la frontera...
" El mundo está como está
por causa de las certezas,
la guerra y la vanidad
comen en la misma mesa"
Medicina de la exclusión
primera parte
La actual medicina es una política de los cuerpos dominados por el discurso y la práctica del capitalismo avanzado que gobierna desde el Primer Mundo o Norte: USA y Europa.
La sociedad tecnológica crea seres monstruosos, consumistas y pasivos.
Bombardeados por los mensajes e imágenes de éxito, de posibilidad de poder vinculado a los productos que compran o poseen un modelo de ser aparece y tiende a perpetuarse.
Un Homero Simpson, la famosa caricatura de la sociedad norteamericana es nuestro futuro.
Gordos, tontos, adictos a las propagandas, violentos y ansiosos.
Los del Norte sufren una epidemia de gordura.
Los niños son gordos y pasivos.
Comen mucha grasa y permanecen frente a una pantalla multimedia, tienen personalidades adictivas.
Los del Sur, pobres, engordan por comer poco y malo: mucho azúcar refinado.
Nuestros niños en su gran mayoría pobres, soportan una infancia inmunda: deben ayudar a sus familias trabajando, no tienen buena comida, ni vivienda, ni agua corriente, ni una mínima educación.
Dejan el colegio por falta de posibilidades familiares y salen a las calles a trabajar o a pulular abandonados.
Reciben los mensajes que desde el Norte llegan y son repetidos por los grupos dominantes locales, dueños de los medios y socios de los de arriba.
Muchos cartonean con sus familiares para sobrevivir.
Otros roban o reciben una educación de la calle: lo peor como mensaje de identidad.
Las familias pobres dependen de la cultura que incorporan de sus tribus locales y de los modelos que imitan.
La cumbia, la birra, el faso, el chumbo, el club de futboll...etc., marcan poco a poco y dan sentido a sus vidas.
Diversos grupos sociales conviven en malos lugares y la violencia, la agresión y crueldad imperan.
Son objeto de clientelismo político: usados para ganar puestos.
Otros, empleados por diversas mafias de la droga, el robo, el asesinato vinculadas con la policía y grupos políticos.
La clase media en desaparición, utiliza cada vez más lo público: desde los hospitales a los colegios.
Una pequeña minoría con poder económico imita el modelo norteamericano de vida.
Para esa es nuestra medicina cada vez más tecnológica y reparadora de problemas evitables en su gran mayoría con una real Salud Pública estatal.
El ocaso de el Estado benefactor ( la teta nutricia del peronismo) reemplazado por uno desguazado y manejado por los grupos económicos y políticos de turno a su servicio y dominados por la deuda externa exterminadora.
Miseria y suciedad por todos lados.
Barrios privados para ricos y bastiones pobres dentro y alrededor de las ciudades.
Una cultura de lo intrascendente, de la pavada, de la diversión a costa del otro.
El importante papel de las estructuras religiosas reaccionarias y en cierta medida cómplices con el poder político y económico, subvencionadas por el estado.
Una dirigencia mediocre en todas partes y lugares.
Corrupción generalizada.
Idiotez cultural.
Esta es parte de la receta que impera en nuestra sociedad.
por causa de las certezas,
la guerra y la vanidad
comen en la misma mesa"
Medicina de la exclusión
primera parte
La actual medicina es una política de los cuerpos dominados por el discurso y la práctica del capitalismo avanzado que gobierna desde el Primer Mundo o Norte: USA y Europa.
La sociedad tecnológica crea seres monstruosos, consumistas y pasivos.
Bombardeados por los mensajes e imágenes de éxito, de posibilidad de poder vinculado a los productos que compran o poseen un modelo de ser aparece y tiende a perpetuarse.
Un Homero Simpson, la famosa caricatura de la sociedad norteamericana es nuestro futuro.
Gordos, tontos, adictos a las propagandas, violentos y ansiosos.
Los del Norte sufren una epidemia de gordura.
Los niños son gordos y pasivos.
Comen mucha grasa y permanecen frente a una pantalla multimedia, tienen personalidades adictivas.
Los del Sur, pobres, engordan por comer poco y malo: mucho azúcar refinado.
Nuestros niños en su gran mayoría pobres, soportan una infancia inmunda: deben ayudar a sus familias trabajando, no tienen buena comida, ni vivienda, ni agua corriente, ni una mínima educación.
Dejan el colegio por falta de posibilidades familiares y salen a las calles a trabajar o a pulular abandonados.
Reciben los mensajes que desde el Norte llegan y son repetidos por los grupos dominantes locales, dueños de los medios y socios de los de arriba.
Muchos cartonean con sus familiares para sobrevivir.
Otros roban o reciben una educación de la calle: lo peor como mensaje de identidad.
Las familias pobres dependen de la cultura que incorporan de sus tribus locales y de los modelos que imitan.
La cumbia, la birra, el faso, el chumbo, el club de futboll...etc., marcan poco a poco y dan sentido a sus vidas.
Diversos grupos sociales conviven en malos lugares y la violencia, la agresión y crueldad imperan.
Son objeto de clientelismo político: usados para ganar puestos.
Otros, empleados por diversas mafias de la droga, el robo, el asesinato vinculadas con la policía y grupos políticos.
La clase media en desaparición, utiliza cada vez más lo público: desde los hospitales a los colegios.
Una pequeña minoría con poder económico imita el modelo norteamericano de vida.
Para esa es nuestra medicina cada vez más tecnológica y reparadora de problemas evitables en su gran mayoría con una real Salud Pública estatal.
El ocaso de el Estado benefactor ( la teta nutricia del peronismo) reemplazado por uno desguazado y manejado por los grupos económicos y políticos de turno a su servicio y dominados por la deuda externa exterminadora.
Miseria y suciedad por todos lados.
Barrios privados para ricos y bastiones pobres dentro y alrededor de las ciudades.
Una cultura de lo intrascendente, de la pavada, de la diversión a costa del otro.
El importante papel de las estructuras religiosas reaccionarias y en cierta medida cómplices con el poder político y económico, subvencionadas por el estado.
Una dirigencia mediocre en todas partes y lugares.
Corrupción generalizada.
Idiotez cultural.
Esta es parte de la receta que impera en nuestra sociedad.
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