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Colonialismo y linguistica: la izquierda

(Colonialismo y lingüística de izquierda)

Primera parte

La rufianización de la izquierda

 

La izquierda debe ser, estar y hacer hechos éticos, construir mundos nuevos para toda la humanidad, ejercer la justicia, la paz, el amor, la solidaridad y el cuidado de los otros.

No hay mucha gente progresista real, sí, muchos que aparentan serlo.

Que se disfrazan de progresistas detrás de un discurso supuestamente rebelde.

Hablan con la izquierda y viven con la derecha, son sólo máscaras y actores de un libreto o guión humanista.

Un izquierdista trabaja para la paz, nunca para la guerra.

"Hagamos el amor, no la guerra"

"La Imaginación al poder"

"Seamos utópicos, construyamos lo imposible"

Pero los izquierdistas actuales son guerreros: su discurso es simple ( blanco y negro, nunca múltiples grises, buenos y malos), unidimensional (siguiendo a Herbert Marcuse) no crean pensamientos complejos, superadores del discurso hegemónico capitalista y religioso fundamentalista.

Hay gente buena y muchos otros malos.

Simplifican la complejidad de los conflictos traduciéndolos con una dialéctica pobre y positivista, apenas desarrollada por sus padres marxistas.

Suponen que los malos deben desaparecer con hechos violentos: usan la patota, el apriete, la pelea física...parecen fascistas. Actúan con similar autoritarismo que la derecha. Copian de ella el militarismo, su sistemática violencia micropolítica.

Están rufianizados por la violencia capitalista y su aspecto militarista.

Su posible creatividad e imaginación, su cuerpo vibrátil ( Suely Rolnik) está atrapado por el autoritarismo del sistema capitalista.

Un guerrero nunca es revolucionario: sirve para destruir, conquistar, repartir influencias, territorios, domesticar cuerpos.

Las armas desarrollan la guerra, nunca la paz.

Las palabras de esta izquierda son herramientas de muerte: balas y misiles que destruyen la vida y sus seres.

Los guerrilleros son militares, destructores y crueles a pesar de su discurso metafórico.

Quien mata a otro, despoja su propia humanidad y acaba con su potencia amorosa.

Queda atrapado en su misma guerra y casi nunca puede escapar de ella( pues está en su propio cuerpo).

El fundamentalismo agresivo y destructor hechiza a los supuestos buenos y portadores de la verdad.

El terrorismo es la modalidad o expresión de los cuerpos que pelean y simplifican para justificar su propia ignominia y crueldad.

Creer que los buenos pueden matar a los que suponen y estigmatizan como malos no es ser izquierdista, sino un fascista más.

Los guerrilleros usan los mismos recursos que los militares que enfrentan que cada vez parecen

( el espejo).

Hay un film: ERREPE (2003, argentino) testimonial sobre los guevaristas argentinos del PRT/ ERP donde las muertes de sus enemigos son transformadas en equivocaciones o errores políticos y así despojadas de sensibilidad y justificadas.

"El mejor enemigo es el enemigo muerto", publicaba ( y ejecutaba)la triple A de Lopez Rega y sus asesinos en el 70.

La izquierda militarizada no se diferencia de ella en el razonamiento.

El terrorismo perturba la construcción del Mundo nuevo, dilematiza la sociedad, reduce la complejidad en simples consignas ( órdenes y palabras para obedecer).

Simplificar un conflicto, reducirlo a su peor denominador para justificar la propia posición política

¿ Por qué la izquierda repite el discurso árabe en el conflicto en el Medio Oriente?

Y rechaza el israelí, el malo de la película.

Los progresistas deben crear condiciones de paz entre los pueblos que se asesinan, deben atravesar el conflicto y desarrollar las paradojas y complejizar la dialéctica del mismo, inventando nuevas opciones reales de diálogo y tolerancia.

No hay malos ni buenos, la guerra deshumaniza a los beligerantes y calla a sus mejores seres, los que arman puentes y abren puertas con el Otro, simple vecino maltratado y malentendido.

¿ Cómo pueden ser de izquierda e idealizar a seres militarizados y asesinos que justifican como buenos y certeros?

Hezbollah " el partido de Dios" mata a sus enemigos, piensa y actúa como asesinos.

No hay justificación que los ampare, sólo fascismo.

El Líbano es un territorio maltratado por Siria que invadió desde el 76 al 2005 y que mató a sus dirigentes cristianos. Era parte de la Gran Siria, separado en el 43 por Gran Bretaña.

Irán exporta su discurso y acción fundamentalista en el Hezbollah y ocupa parte de este hermoso país, envolviéndolo en una guerra santa contra los judíos.

Las potencias del Mundo usan a los países para hacer negocios y política propia.

Nadie ayuda al otro desinteresadamente.

Los vendedores de armas, los traficantes de drogas, los especuladores capitalistas, los religiosos de todos los bandos, la desigualdad política mundial: gobiernos ricos y poderosos y pobres gobernados por mediocres e inescrupulosos.

Los países, sus gobiernos hacen una política para hegemonizar la región.

Israel sigue ignorando a sus vecinos y maltratando a los palestinos y ahora a El Líbano apoyado por USA.

Irán exporta el odio contra los israelíes y judíos acusándolos de todos sus males y arma terroristas que destrozan embajadas ( de Israel en Argentina y la AMIA en el 92 y 94 respectivamente)encabeza el odio contra los diferentes justificado con la actitud cómplice de la izquierda internacional.

En un gobierno fundamentalista religioso no hay lugar para los progresistas, sólo cárcel y muerte.

El fascismo nunca puede ser parte del discurso y actitud de los que quieren un mundo mejor para todos.

La izquierda debe despojarse de su propio autoritarismo que la rufianiza e impide su poder creativo y su potencia amorosa y solidaria.

La colonización coloniza a todos: los participantes y los observadores

Segunda parte

El colonizado es espejo del colonizador, ambos posibles por la relación colonizadora que los crea y mantiene y hace devenir en proceso histórico dialéctico, paradojal y complejo.

Amos y esclavos son sólo (y dentro de) en la relación constituyente de su propia existencia y posibilidad.

Cuando dos o más pelean por un mismo territorio y espacio de vida los observadores participan indirectamente de su conflicto y lo cohabitan.

La izquierda suele idealizar a los colonizados y a culpar a los colonizadores de su pobre y maltratada situación.

Unos son buenos y otros, los malos.

Este análisis simplifica la relación que provoca todos los acontecimientos entre participantes. Para ser izquierda parece que debe necesitar buenos y malos, la moral de la modalidad vincular que adorna su pobre y rápido pensamiento.

Al alejarse de la complejidad de las realidades, se posesiona en un lugar de saber/ poder estereotipado y rígido con escasa potencia creativa y transformadora de esa realidad que la contiene.

Los conflictos tienen una dinámica que necesita pensamientos amplios y libres para entenderlos y poder modificarlos.

En general los colonizados eligen caminos no izquierdistas. Caminan su propia colonización y reparan sus heridas histórico- culturales a su manera e identidad que reconstituyen con los atributos que poseen e imaginan.

El colonizado tiene una conducta y un hacer diferente al que supone la izquierda que suele originarse en los sectores colonizadores cercanos a los oprimidos.

Educadores, estudiantes, trabajadores autónomos...zona híbrida que produce ideales de cambio y participación comprometida.

La izquierda aplaude e idealiza prácticas discursivas nacionalistas, regionalistas, culturales y religiosas que no la representa ni contiene.

Sueña con rebeldes donde no los hay...de la manera como ella declama y pretende.

O se integra a estos movimientos autoritarios populares y pierde su universalidad o se mantiene alejada y temerosa de los mismos, envidiando su masividad.

La izquierda peligra en su inmanencia autoritaria, dependiente de su pensamiento poco complejo y creativo y de su práctica copiada de sus propios enemigos militares y policiales.

El sistema capitalista atraviesa nuestros cuerpos con su macro y micro política de manipulación y mercadeo.

Los seres somos partes de la maquinaria invisible colonizadora de sentidos y voluntades, constructora de subjetividades obedientes y mansas.

Las masas suelen estar atrapadas en la lingüística del mismo: desde sus medios de comunicación y entretenimiento a las señales que consumimos desde la arquitectura social que atravesamos.

Las paredes, los anuncios, cada herramienta que utilizamos repliega en nuestra personalidad y la integra inconscientemente.

Nos llenamos de imágenes, números y palabras que conforman nuestro ser en sociedad.

El capitalismo repliega en y a los seres sus mandatos convincentes y bellos.

Nos ilusiona con su certera falsedad mercantil y de intercambio o circulación.

La sociedad construye nuestros cuerpos desde los esquemas corporales y conformación subjetiva.

El exterior es parte de nuestro propio interior...aunque no lo sepamos e ignoremos.

Hay una lengua hipócrita que utilizamos cotidianamente, una gestualidad disidente y un accionar a veces opuesto a nuestro propio discurso autojustificador de una belleza y bondad inexistente.

Los cuerpos repiten a su manera y estilos las consignas que el sistema bombardea constantemente y aturde nuestra sensorialidad( y rellena).

Comentamos y sufrimos o tomamos posición de lo que el sistema y sus voceros plantean y distribuyen.

El régimen imperante, desde su propia invisibilidad o inmanencia, ordena nuestro quehacer discursivo y provoca nuestras acciones, modeladas por nuestros diversos estilos y singularidades.

El mercado gobierna los cuerpos que actúan como mercancías de intercambio y consumo.

La izquierda no puede ser ajena a esta realidad (insensible a los ojos).

El sistema apesta y contagia a todos sus integarntes.

Sólo una acción ética y rebelde permanente y trabajada ( un entrenamiento corporal en la rebeldía) puede separar un poco los cuerpos de los mandatos económico político y culturales que habitan las relaciones humanas.

 

Continúa...

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