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algunos apuntes sobre Medio Oriente

Algunos apuntes sobre el desencuentro árabe e israelí

¿ Qué sucedería si en un consorcio los vecinos estuvieran armados?

¿ Cómo resolverían sus diferencias y malentendidos?

Utilizarían la violencia para superar sus conflictos y la agresión y crueldad crecería exponencialmente dejando los verdaderos problemas sin resolver ni tratar.

Cada uno expondría sus reclamos como urgentes y sobre los del Otro que considera poco importantes. Las reuniones serían escenario de confrontaciones violentas y el maltrato interpersonal sería expresado con la pelea y la agresión armada. Cada vez habría más heridos y muertos y cesaría el diálogo.

Las reuniones se suspenderían y el consorcio sufriría un retroceso en su progreso y un deterioro marcado en su funcionamiento.

Los vecinos enfrentados suspenderían el dialogo y quedarían atrapados por el odio y la revancha.

Esto peor y más complejo sucede en Medio Oriente donde desde el inicio del Estado judío comenzó el desencuentro y el malentendido violento y excluyente entre los árabes moradores y los nuevos vecinos extraños a su cultura y sociedad.

Las guerras fueron la cotidianeidad en la región. El militarismo opacó el diálogo, el reconocimiento recíproco y la convivencia. Cada uno empeoró su propia identidad al expresar agresión hacia su vecino e imposibilitar el crecimiento recíproco en paz.

Cada territorio fue considerado propio y justificado con textos autoconfirmatorios donde el Otro no fue tenido en cuenta.

Cada uno exploró su propio racismo. Los árabes odiando a lo israelíes y estos considerando animales a los mismos. Las muertes fueron la única manera de intercambiar relaciones y cada uno fue cerrándose en su propia mediocre existencia negando y agrediendo al Otro, aparente responsable de todos sus fracasos y males.

Los palestinos y los israelíes son una realidad que deben aprender a tolerarse y a convivir en igualdad de condiciones y posibilidades.

Las comunidades árabes y judías internacionales son ricas y pueden y deben ayudar a sus pueblos y vecinos.

Nadie es mejor que el Otro: en la región debe haber lugar para todos, pues el espacio vital se crea con el dialogo y la paz y el respeto real al vecino.

La guerra produce malestar y muertos por todos lados y desarrolla lo peor de cada ser y pueblo. El militarismo es el recurso de los mediocres y la trampa que los de afuera tienden para apoderarse del futuro de cada pueblo.

Las armas sirven para matar al otro y perecer como humanos.

Las potencias usan a los pueblos para explotarlos y trasladar sus propia conflictividad y contradicciones sin resolver.

Los pueblos deben comenzar la convivencia en paz y respeto: no les queda otra posibilidad para existir y avanzar en la historia.

Nadie debe aniquilar al Otro pues perece como ser humano en el acto.

La cultura árabe es muy bella y maravillosa como la judía y sus pueblos deben animarse a conocerla, compartirla al transitarla.

El conflicto puede resolverse si el Mundo ayuda a que cesen las agresiones y que ambos beligerantes transformen su maldad en tolerancia y respeto real para el Otro, su condición de posibilidad en la región.

Nadie tiene derecho sobre el Otro, cada uno es como es. Las palabras que justifican las matanzas son simples balas sin peso histórico transformador. La función de la izquierda es preparar la paz, no tomar posición por alguno y así, radicalizar el desencuentro en un continuo dilema.

Los israelíes deben devenir palestinos y árabes y viceversa con el tiempo y el intercambio recíproco de sus mejores cualidades.

Nadie puede vivir sin el Otro. Los pacifistas deben gobernar la región y los pueblos deben tolerar sus diferencias con el conocimiento recíproco y la convivencia.

Los israelíes tienen el imperativo moral de ser mejores para sus vecinos y respetarlos en su identidad y cultura. Los palestinos deben aceptarlos y desarrollar su propia identidad pacíficamente.

Ningún país puede apropiarse del otro. Cada uno debe aceptar a su vecino. Y comenzar a convivir.

 

Los pueblos tiene un potencial cultural y creativo enorme y deben desarrollarlo en paz para goce de la humanidad.

Sólo la paz es revolucionaria, lo demás es autodestrucción ética de toda la humanidad cómplice en este continuo desangrar.

Árabes y judíos médicos por la paz

 

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