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Estructuras represivas en los hospitales publicos argentinos

ESTRUCTURAS REPRESIVAS EN LOS HOSPITALES PUBLICOS

Asociación de Profesionales del Hospital Ricardo Gutiérrez


En el número anterior de Topía relatamos las maniobras de persecución
político-gremial realizadas por quienes detentan el poder en el
hospital Gutiérrez, para frenar el cuestionamiento a la nueva Carrera
Profesional Hospitalaria que se viene realizando desde un sector de
esta institución. Dicha carrera, que implementa la Ley 471, fue
acordada, inconsultamente, a través del acta 18 entre la dirección de
médicos municipales y el gobierno. En la lucha que la  Asociación de
Profesionales del Gutiérrez junto a la Interhospitalaria llevábamos
adelante, que suscitó solidaridad del conjunto de la comunidad
hospitalaria, se logró que se cerraran las actuaciones que apuntaban
al sumario contra la médica que formaba parte del movimiento que
lideraba la oposición a la nueva carrera. Esa persecución había sido
el método para amedrentar a todos aquellos que se animaran a
cuestionar las decisiones del poder integrado por el gobierno junto a
la Asociación de Médicos Municipales.

Esta nueva carrera introduce la pérdida de la estabilidad laboral de
los profesionales de la salud en los hospitales públicos, y para ello
pone el acento en el poder de los jefes que serán quienes realizarán
las evaluaciones que determinen la continuidad o no de cada
profesional en su puesto de trabajo.

Contribuye con esto un sistema por el cual los cargos de directores
de hospitales son políticos y son elegidos por el gobierno junto con
los dueños de la gremial médica,  que se encuentran en el poder
desde hace años, manejando los nutridos fondos que reúnen a partir
del aporte de los  asociados.  Para tomar sólo un ejemplo, el
hospital Gutiérrez estuvo dirigido, hasta hace 5 años, por el mismo
director que lo dirigía durante la dictadura y del cual se decía que
había colaborado en confeccionar las listas negras de los
profesionales que fueron cesanteados durante esos años. Ese mismo
director siguió en su cargo durante los gobiernos radical, menemista
y de la Alianza.  Al jubilarse le siguió un nuevo director y
subdirector, durante casi 5 años, que fueron recientemente invitados
a retirarse para que el mismo grupo de poder que ya ocupaba el
Departamento de Medicina, dirigía la gremial médica y defendía la
nueva carrera hospitalaria, ocupara también la dirección del
hospital. Poder altamente concentrado de una línea política que brega
por un hospital dedicado a  desarrollar las especialidades, en el
cual haya poco espacio para la clínica de la pobreza que hoy nos
llena los consultorios externos.

En los últimos días se realizó otra denuncia en un hospital del
Gobierno de la ciudad. Se trata de que al Dr. Ariel Rossi, que se
desempeña en el Hospital de Oncología María Curie desde hace 9 años
contratado bajo la modalidad de flexibilización laboral suplente de
guardia, se lo excluyó del listado de profesionales para renovar su
designación, con lo cual perdió su ficha municipal. Nunca se le
notificó dicha resolución la cual se intentó aplicar por sorpresa,
negándosele  el derecho a defensa así como a buscar con tiempo otra
fuente laboral.

Al haber tomado estado público dicha intención y para justificar la
maniobra, se presentó documentación falsa difamatoria.
Lo más grave es que toda la documentación presentada fue recabada y
archivada durante años para este fin, por la Filial de Médicos
Municipales del Hospital, apartándose de su función sindical, y
confundiendo su rol aliándose al empleador en perjuicio del asociado
al cual tiene la obligación de defender.

El Director del Hospital desestimó la presentación de un listado de
más de 100 firmas de trabajadores y personas vinculadas al Hospital,
que repudiando la maniobra, le solicitaron su renovación.

El dr. Rossi venía cuestionando desde hacía tiempo los manejos no
transparentes por parte de los responsables máximos de la  conducción
del Hospital, quienes  manipulan o postergan indefinidamente
concursos,  provocando el vaciamiento de recursos humanos. También
cuestionó la facilitación de protocolos de investigación que en realidad son de marketing y afectan al funcionamiento del Hospital,
así como al incumplimiento de las normas de seguridad impuestas por
el propio Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Es así como podemos ver en la Argentina de hoy casi intactas algunas
estructuras del poder represivo dentro de instituciones. La dirección
de la salud dentro del Gobierno de la Ciudad  requiere de
modificaciones muy profundas que en este momento pasan
fundamentalmente por la democratización del poder en los hospitales,
la recomposición salarial y el nombramiento efectivo de los cargos
que se perdieron durante los últimos años con concursos que abarquen
también la dirección misma de los hospitales. Lejos de esto está lo
que se pretende con la nueva carrera.



Asociación de Profesionales del Hospital Ricardo Gutiérrez



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