Destruyen nuestro pais
PARLAMENTO PATAGÓNICO
Nuevo taller sobre Recursos hídricos compartidos entre ambos países resalta la preocupación existente ante la embestida de las corporaciones trasnacionales eléctricas y mineras a ambos lados de la cordillera.
La gran presión que existe por industrializar la Patagonia con mega-emprendimientos hidroeléctricos y mineros mantiene en estado de alerta a los pobladores, productores, empresarios turisticos y ambientalistas a lo largo de la cordillera. Y para abordar este tema la organización chilena "Ecosistemas", en conjunto con las argentinas "Piuke" y "Proyecto Lemu" realizaron un nuevo encuentro informativo el 20 de Julio en la ciudad de San Carlos de Bariloche.
Estas mismas organizaciones apoyados por la Intendencia del P.N. Lago Puelo y Cefidoc de El Bolsón, ya habían realizado el 15 de Febrero el primero de esta serie de talleres, parlamentos y asambleas, que se van multiplicando en la actualidad a lo largo del cordón cordillerano Patagónico (Lago Puelo-Aysen-Neuquén-Los Antiguos-Cochamo-Chaiten-Bariloche al que próximamente se le agregarán nuevos talleres en Llanada Grande-Perito Moreno y Esquel mientras se siguen organizando distintas actividades y preparando acciones puntuales para la próxima primavera y verano.
La temática que se tocó en esta ocasión fue un pormenorizado análisis legal del Protocolo de Recursos Hídricos Compartidos, que estuvo a cargo del abogado Felipe Meneses, quien viajó desde Santiago de Chile para focalizar detalladamente cada una de las obligaciones por las cuales se establece que ambos países deben velar por la protección integral de estas cuencas. Y a continuación pasó a explicarle a la audiencia los puntos en los que debería desarrollarse una eventual defensa legal del conflicto emergente, en caso de que la corporación Endesa o la cancillería chilena decidan ignorar los pactos firmados por los Gobiernos de ambos países a principio de los '90.
En el cierre de la exposición el abogado mencionó el nerviosismo exhibido en el Diario
El Mercurio por algunos políticos, respecto a las distintas campañas que están llevando a cabo en la Patagonia varias organizaciones sociales y ambientales, y como ejemplo de esa inquietud del sector industrial, mencionó la posibilidad que, al igual que ocurre en la actualidad con el tratado de libre comercio abrochado por el Estado chileno con los EEUU, los Senadores trasandinos aprueben algo así como una ley de emergencia, llamada "Vía Rápida" (fast track) que en la actualidad exime de ese "engorroso" trámite a toda transacción comercial entre ambos países, y en este caso serviría para que se exima a Endesa de presentar los EIA de cada mega-central hidroeléctrica, de manera que las corporaciones involucradas en su construcción y puesta en marcha, puedan avanzar con los proyectos tal y cual los tiene listos.
Luego fue el turno de Juan Pablo Orrego, coordinador de la Campaña "Patagonia Ríos Vivos", quien recordó la amarga experiencia vivida por las comunidades Mapuche expulsadas a causa de la construcción de los embalses en el Río Bio-Bio, y a la vez valorizó el gran aprendizaje adquirido por su organización durante esos 12 años de lucha y expresó que: "En un mundo globalizado, las soluciones a los problemas ambientales sólo pueden surgir de una ciudadanía activa y bien informada que piensa y actúa local y globalmente, remarcando el hecho que esto es particularmente cierto respecto de la defensa ambiental de las cuencas y recursos hídricos amenazados en Chile y Argentina..".
Esta repentina fiebre energética no debiera extrañarnos dado que estas son las últimas fronteras interiores ricas en recursos naturales, que sin embargo son percibidos de forma muy diferente: unos los ven como una potencial fuente de capital y energía para las industrias corporativas y otros los percibimos como una fuente inagotable de vida y de identidad cultural, agregó el ecólogo. "Nos parece evidente que debemos encarar con urgencia el desarrollo energético y el crecimiento económico de una forma radicalmente diferente a la que ha adoptado hasta hoy esta jovencísima civilización urbana-industrial-tecnológica-militar y globalizada, porque lo que hemos hecho durante este último par de siglos, y particularmente durante estos últimos 50 años, nos está costando la vida y llevando al colapso a la biosfera que nos cobija".
Por su parte Lucas Chiappe, Coordinador de "Proyecto Lemu" y uno de los organizadores de estos encuentros, se ocupó de resaltar las similitudes de un fenómeno idéntico y potencialmente devastador que se está instalando a ambos lados de la cordillera: "-Espejos de un saqueo, en el que a los pobladores nos toca ser simples actores de reparto (léase: mano de obra barata), mientras los «gerentes» locales de las corporaciones energéticas, mineras y forestales (ni más ni menos que la clase política que dirige los destinos de nuestros bienes comunes) reciben una pocas monedas para legalizar ese despojo, dictar leyes absolutamente inmorales, firmar contratos leoninos, prorrogar concesiones petroleras y demás atropellos que van en contra de cualquier reclamo basado en una necesaria protección ambiental y en la participación democrática de los pobladores en toda decisión que pueda afectar su futuro y el de la biodiversidad que puebla estos ecosistemas, y recordó que "-... es indudable que existen dos tipos de políticas: la de suministrar indiscriminadamente toda la energía que requieren las industrias más voraces y contaminantes, como ocurre en la actualidad con la minera Barrick Gold en su emprendimiento de Veladero, que utiliza el equivalente a la producción de una de las centrales nucleares actualmente en funcionamiento en Argentina; o bien trabajar a destajo para concientizar a la sociedad que debe cesar esta absurda escalada de demanda de energía en forma exponencial.. Debemos redimensionar las famosas preguntas que nos hacíamos hace más de dos décadas atrás en Epuyén cuando logramos boicotear el absurdo proyecto hidroeléctrico Epuyén-Puelo que pretendía desaparecer el valle entero bajo 40 mts de agua: "¿Quién decide qué, para quién y con que fin?".
Como ejemplo sirve saber que toda la demanda de energía domiciliaria de Chile consume sólo el 16 % de la generación, mientras que la industria minera allí también es la mayor consumidora de esa producción energética.
Mauricio Fierro de Geoaustral, cerró el taller con una extensa y detallada exposición sobre los distintos avances de Endesa en el valle del Río Puelo (Llanada Grande): la compra de los derechos mineros de la eventual superficie inundable por parte de la sobrina del ex-dictador Pinochet (testaferro de la corporación española), y los talleres de
"negociación" que impulsa la Universidad Austral en un desesperado intento por desactivar la creciente oposición de los vecinos y las organizaciones no gubernamentales de ambos países. A la vez planteó una serie de medidas concretas y sorprendentes llevadas adelante por su organización como parte de la campaña que se está instalando en oposición a las consecuencias de un emprendimiento hidroeléctrico de semejante dimensión (el embalse prevé la inundación de 6.000 Has. de bosques y tierras productivas).
Antes del final de la reunión también tuvieron la palabra un contingente de pobladores llegados expresamente desde la región de Aysen que plantearon sus realidades socio-políticas y la creciente amenaza ambiental que significaría la construcción de al menos 4 centrales hidroelécticas situadas en los ríos más caudalosos y más bellos de la Patagonia.
El cierre definitivo del encuentro corrió por cuenta del anfitrión barilochense Alejandro Yannello de la asociación Ambientalista Piuke, quien puntualizó los avances en las acciones y las estrategias que están elaborando las poblaciones que se verían afectadas por las represas, recordándole a la audiencia, cautivada por el altísimo nivel de las exposiciones, que la ecuación también en materia informativa debe ser "Cuanto más mejor como una manera para evitar la censura hegemonica de los holdings"... pero sobretodo, y como ocurrió en este caso... "Cuanto mejor más".
El resultado de estos encuentros -cada vez más frecuentes- en distintas localidades del territorio patagónico evidencia que las organizaciones y personas que pueblan ambos lados de la cordillera han comenzado a comprender la importancia de este tipo de "información directa", vale decir la que no pasa por los medios masivos de des-información... e ignorando las ficticias barreras administrativas y fronterizas que se han erigido entre estos dos pueblos, se están abocando por primera vez en la historia reciente de esta biorregión, a crear una verdadera Red Patagonica SIN Fronteras, a fin de compartir información, vivencias y sensaciones directas sobre la preocupante realidad que nos prometen "nuestros" dirigentes políticos... y comienzan a evaluar estrategias concretas de acción como la mejor forma para defender en conjunto este valiosísimo territorio austral.
"La red binacional seguirá alerta ante emprendimientos que atenten contra el derecho a vivir en un ambiente saludable y libre de contaminación así como el desarrollo de actividades productivas y sustentables que dependen de la integridad ambiental de la Patagonia".
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Vecinos Autoconvocados de San Carlos. Mza
AMPAP - UAC
www.poraguapura.com.ar
No a la minería contaminante,
saqueante y secante
El texto reproducido a continuación es el prólogo a la versión inglesa del libro compilado por el colectivo Lavaca: Sin Patrón: Argentina's Worker-Run Factories (Haymarketbooks, Londres, 2007) |
El 19 de marzo de 2003 estuvimos en el techo de la fábrica de cerámica Zanon, filmando una entrevista con Cepillo. Nos mostró cómo los trabajadores habían logrado evitar que la policía armada los desalojara, defendiendo su lugar de trabajo democrático con tirachinas y las pequeñas bolas de cerámica que normalmente usaban para golpear la arcilla patagónica con la que se hace el crudo para fabricar baldosas. La puntería era impresionante. Ese mismo día, las bombas comenzaban a caer sobre Bagdad.
Los periodistas nos preguntábamos qué hacíamos allí. ¿Por qué era tan importante que estuviéramos en esa fábrica -en el punto más austral de nuestro continente- junto a un grupo de trabajadores radicales, escuchando unos relatos que evocaban a David y Goliat, mientras un Apocalipsis de bombas nucleares caía sobre Irak?
Lo que nos atraía de Argentina -a nosotros y a muchos otros- era ser testigos de la explosión de activismo que nació con la crisis del 2001, una gran cantidad de nuevos movimientos sociales que no se limitaban a criticar duramente el modelo económico que había destruido al país, sino que también se preocupaban por construir alternativas locales en medio de las ruinas.
Durante el período de la crisis hubo distintas respuestas populares, desde asambleas de vecinos y clubes de trueque, hasta la reaparición de partidos de izquierda y movimientos masivos de desempleados; pero la mayor parte del tiempo transcurrido en el año en que estuvimos en Argentina lo pasamos con los trabajadores de las "empresas recuperadas".
Como informaron los medios de comunicación, los trabajadores argentinos respondieron al desempleo rampante y a la fuga de capitales mediante la toma de las empresas tradicionales que habían quebrado, para reabrirlas y gestionarlas democráticamente. Se trata de una vieja idea que volvió a aparecer, actualizada para nuevos y brutales tiempos. Los principios son tan simples y tan elementalmente equitativos, que cuando se los considera según fueron formulados por los trabajadores en su libro, parecen evidentes de suyo antes que radicales: "Formamos la cooperativa con el criterio de salarios iguales y decisiones básicas tomadas por asambleas; estamos en contra de la separación del trabajo manual e intelectual; queremos la rotación de cargos y, antes que nada, la posibilidad de remover a los que fueron elegidos como nuestros dirigentes".
El movimiento de fábricas recuperadas en Argentina no es demasiado significativo en cuanto a su escala, alrededor de 170 empresas y 10.000 trabajadores. Pero luego de seis años, y comparado con otros movimientos nuevos en el país, ha logrado sobrevivir y aún dispone de una fuerza silenciosa, incluso en medio de la "recuperación" profundamente desigual del país. Su tenacidad está en función de su pragmatismo: se trata de un movimiento fundado en la acción, no en los discursos. Y aunque lo que característicamente define su accionar –recuperar el control de los trabajadores sobre los medios de producción— tiene una potente carga simbólica, es todo menos simbólico. Significa alimentar a las familias, recuperar el orgullo destrozado y abrir una ancha ventana de esperanza.
Al igual que otros tantos movimientos sociales emergentes en todo el mundo, los trabajadores de las fábricas recuperadas están volviendo a escribir esa vieja historia sobre la posibilidad de lograr el cambio. En lugar de seguir los diez pasos del plan para la revolución, los trabajadores han rebasado la teoría, al menos hasta conseguir nuevamente trabajo. Los teóricos argentinos van a la zaga de los trabajadores de las fábricas; intentan analizar algo ya logrado, y copntundentemente.
Esas luchas han tenido un impacto tremendo en la imaginación de los activistas de todo el mundo, al punto que ya hay más papers premiados sobre la recuperación de fábricas que fábricas recuperadas. Pero también ha renacido el interés naciente por la democracia en el puesto de trabajo, desde Dublín a Melbourne, pasando por Nueva Orleáns.
El movimiento argentino es, al mismo tiempo, el producto de la globalización de las alternativas, y uno de los fenómenos que ha logrado mayores adhesiones. Los trabajadores argentinos tomaron prestado de otro de los grandes movimientos latinoamericanos –el Movimiento de los Trabajadores rurales sin Tierra (MST), en el que más de un millón de personas reclamaron la tierra improductiva para ponerla en manos de la producción comunitaria– la consigna "Ocupar, Resistir, Producir". Precisamente uno de los trabajadores nos dijo que el movimiento argentino estaba haciendo "lo mismo que el MST, pero para las ciudades". Tuvimos ocasión de ver una protesta en Sudáfrica, que resumió su nueva impaciencia con una consigna estampada en las camisetas de los manifestantes: "Dejemos de pedir; empecemos a tomar".
Pero, en la medida en que, por las mismas razones, surgen sentimientos similares en distintas partes del mundo, hay una urgente necesidad de compartir de un modo aún más amplio las historias y las herramientas de resistencia. De aquí la perentoria importancia de la traducción de Sin Patrón: Argentina's Worker-Run Factories : es la primera vez que contamos con un retrato completo en lengua inglesa del movimiento de fábricas recuperadas.
El colectivo "Lavaca"
El autor del libro es la cooperativa de trabajadores Lavaca. Cuando estuvimos filmando nuestro documental La Toma, nos topábamos con miembros de Lavaca dondequiera que había luchas de trabajadores: en la Corte, en la Legislatura, en las calles, en las fábricas. Ahora, se cuentan entre los más refinados y prometedores periodistas del mundo.
Y el libro es típico de Lavaca. Eso significa que comienza con un montaje –un marco teórico descaradamente poético—, para luego cambiar a una escena de lucha y de hechos duros: los nombres, los números y el modus operandi del verdadero robo armado que fue la crisis argentina. Con tal escenario de fondo, el libro comienza a relatar luchas individuales, la mayoría de las cuales en forma de testimonio de los propios trabajadores.
Es un enfoque hondamente respetuoso con las voces de los protagonistas, pero al mismo tiempo con mucho espacio reservado para comentarios de los autores, por momentos humorísticos, y a ratos, feroces. En el texto se da un juego entre la cooperativa objeto del libro y la que lo produjo. Varias cosas merecen comentario.
En primer lugar, la cuestión de la ideología. Entre los sectores de izquierda, hay quienes lo consideran un movimiento frustrante por no ser abiertamente anticapitalista; se irritan porque es compatible con la economía del mercado y piensan que el control de los trabajadores es una nueva forma de explotación. Otros creen que el cooperativismo –que es la figura legal elegida por la mayoría de las empresas recuperadas— es en sí mismo una capitulación, e insisten en que sólo la completa nacionalización estatal podría ser capaz de lograr que la democracia laboral se convirtiera en un proyecto socialista de mayor alcance.
En las voces de los trabajadores, con su variadas posiciones, se advierten esas tensiones y las complejas relaciones y luchas de los partidos de izquierda de Argentina. Los trabajadores que pertenecen al movimiento recelan por lo general ante la posibilidad de ser cooptados por alguna agenda política, pero tampoco están en condiciones de rechazar ningún tipo de apoyo. Mucho más interesante resulta observar el tipo de politización y de lucha de los trabajadores, que comienza con el imperativo más básico: Los trabajadores quieren trabajar y alimentar a sus familias. En el libro se puede observar el modo en que los nuevos y poderosos dirigentes obreros de la Argentina de hoy han descubierto la solidaridad por una vía que empezó siendo esencialmente impolítica.
Tanto para quienes consideran que la ausencia de una ideología propia es una debilidad trágica, como para quienes lo ven como una fuerza renovadora, el libro deja claro de manera precisa que las empresas recuperadas desafían el ideal más preciado del capitalismo: la santidad de la propiedad privada.
Desde el punto de vista jurídico y político, la causa del control obrero en Argentina no es simplemente una consecuencia de los salarios impagados, de los beneficios evaporados y del vaciamiento de los fondos de jubilación. Los trabajadores defienden de una manera refinada su derecho moral a la propiedad –en este caso, a la propiedad de las máquinas y de los edificios—, que no está fundado en lo que se debe a ellos personalmente, sino en la deuda con la sociedad. Las empresas recuperadas se proponen como remedio frente a los subsidios a las corporaciones, a la corrupción y a los subsidios públicos otorgados a los propietarios en el momento mismo en que llevaban a la quiebra a sus empresas, poniendo su riqueza a buen recaudo y abandonando a comunidades enteras en la alborada de la exclusión económica.
Lecciones para Norteamérica
Este argumento, obviamente, es muy útil en lo inmediato para los EEUU. Pero esta historia es más profunda que los subsidios a las corporaciones: y precisamente por eso, la experiencia argentina podría resultar interesante para Norteamérica. Se ha convertido en una verdad axiomática para la izquierda la constatación de que el desplome argentino fue resultado directo de la ortodoxia impuesta por el FMI y adoptada de manera entusiasta en la era neoliberal de los 90. En el libro queda claro que en Argentina –en el mismo momento de la ocupación de Irak— aquellas pretendidas obviedades sobre la eficiencia del sector privado fueron historia inventada para camuflar la irrupción de una forma de saqueo expatriador de recursos perpetrado a gran escala por una pequeña camarilla de elites. Privatización, desregulación y flexibilidad laboral; ésas fueron las herramientas que permitieron una transferencia masiva de riqueza pública a manos privadas, por no hablar de la conversión de las deudas privadas en públicas. Como los magnates de Enron, los hombres de negocios que recorren las páginas de este libro aprenden la primera lección de capitalismo, y con ella se quedan: la codicia es buena, y a mayor codicia, mejor. Como dice un trabajador en el libro: "Son tipos que se levantan por la mañana pensando cómo atornillar a la gente. ¿Cómo reconstruiremos esta Argentina que esos tipos destrozaron?".
En el libro podemos encontrar una respuesta a esa pregunta, una potente historia de transformación. La premisa básica del texto es que el capitalismo no sólo produce bienes y servicios, sino también identidades. Cuando el capital y sus maletilleros volaron, no sólo quedaron empresas vaciadas; quedó un país vacío, que vinieron a llenar las personas cuyas identidades –como trabajadores— también habían sido expoliadas.
Como nos escribió uno de los organizadores del movimiento: "Recuperar una empresa es un trabajo inmenso. Pero el verdadero trabajo es recuperar al trabajador, y recién hemos comenzado".
El 17 de abril de 2003 estuvimos en Buenos Aires frente a una cerca instalada en la Avenida Jujuy, junto a los trabajadores de Brukman y un gran número de simpatizantes. Detrás del vallado había un pequeño número de policía armada custodiando la fábrica. Después del brutal desalojo, los trabajadores decidieron volver a trabajar en sus máquinas.
Ese mismo día, en Washington, DC, la USAID (Agencia Estadounidense de Ayuda Exterior) anunció que había elegido a la Corporación Bechtel como primera contratista para la reconstrucción de Irak. Comenzaba el atraco en serio, tanto en EEUU como en Irak. La crisis provocada intencionadamente fue un modo de ocultar la transferencia de miles de millones de dólares procedentes de impuestos a un puñado de corporaciones políticamente bien ubicadas.
Los argentinos ya habían visto esa película: saqueo indiscriminado de la riqueza pública, explosión del desempleo, destrozo del tejido social, pavorosas consecuencias humanas. Había cincuenta y dos obreras costureras en la calle escoltadas por otros miles que intentaban recuperar algo que ya era suyo. Era éste, efectivamente, el lugar en que teníamos estar.
Naomi Klein es la autora de No Logo: Taking Aim at the Brand Bullies (Picador) y, más recientemente, Fences and Windows: Dispatches From the Front Lines of the Globalization Debate (Picador). Avi Lewis dirige para la Canadian Broadcasting Corporation la serie "On The Map with Avi Lewis", un espacio televisivo que consagra media hora diaria al análisis de noticias internacionales. En 2004 dirigió La toma, una película sobre el nuevo movimiento argentino de trabajadores que ocupan fábricas abandonadas, que fue premiada en el Festival de Venecia y ganó el premio del Jurado Internacional en el American Film Festival en Los Ángeles.
Traducción para www.sinpermiso.info: María Julia Bertomeu
19-07-07, Por Carlos Machado
En manuales de 9º grado se han incluido folletos y cuadernillos destinados a alumnos de escuelas rurales, cuyo material está dedicado exclusivamente a exaltar las bondades de la minería en el país, acompañado por otro referido a la energía nuclear. Dicho material fue editado por organismos estatales. De hecho, en el encabezado figura la plana mayor del ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación.
Folletos a favor de minería para alumnos rurales. Filmus avala contaminación minera
La novedad, recién conocida y que ha generado mucha indignación, comenzó a expandirse como reguero de pólvora entre sectores ambientalistas y comunicaciones vía Internet, una de las cuales llegó a quien esto escribe: en manuales de 9º grado se han incluido folletos y cuadernillos destinados a alumnos de escuelas rurales, cuyo material está dedicado exclusivamente a exaltar las bondades de la minería en el país, acompañado por otro referido a la energía nuclear. Dicho material fue editado por organismos estatales. De hecho, en el encabezado figura la plana mayor del ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación, obviamente con el nombre del ministro Daniel Filmus en primer término.
Una de las personas que informó sobre este hallazgo señaló que lo vio en una escuela rural muy cercana a la localidad de Gastre, en la provincia de Chubut. Se recuerda que hace algunos años esa zona estuvo en el ojo de la tormenta que se desató por la intención, respaldada por las autoridades nacionales y provinciales de entonces (administración Alfonsín), de autorizar allí el entierro de residuos nucleares y tóxicos provenientes de otros países. Finalmente ello no se concretó gracias al éxito de la firme resistencia llevada a cabo por pobladores y organizaciones ambientalistas.
En el folleto de marras se hacen comparaciones mezquinas y tendenciosas, como por ejemplo que "mirar televisión es más peligroso que vivir cerca de una central nuclear", y se subestima nada menos que una tragedia como la ocurrida en 1986 en la ciudad ucraniana de Chernobyl, donde como se recordará un escape radiactivo producido en la central atómica del lugar dejó como saldo miles de muertos y graves problemas de salud en los habitantes de las zonas cercanas, entre ellos cáncer, leucemia y malformaciones genéticas, consecuencias que persisten al día de hoy. También se incluye un chiste de muy mal gusto, en el que unos pájaros salen del "smog" de una gran ciudad para respirar el "aire puro" que rodea a una planta nuclear.
Respecto del folleto sobre minería, éste fue titulado "Desarrollo de un proyecto a partir de un caso modelo". En realidad toda una serie de humoradas si tenemos en cuenta que el "caso modelo" elegido es nada menos que la mina catamarqueña "Bajo la Alumbrera", explotada por un consorcio suizo-canadiense-australiano y que viene causando varios desastres.
Humorada I: Una parte del folleto expresa que "Bajo la Alumbrera es el primer yacimiento en exportar minerales argentinos de manera significativa. La empresa procesa alrededor de 80.000 toneladas diarias de rocas, para exportar oro y concentrado de cobre por 600 millones de dólares anuales". Pero evita explicar a los chicos de las escuelas rurales, a quienes está destinado, que el dinamitado de rocas y la utilización de productos altamente tóxicos, entre ellos cianuro y ácido sulfúrico, para separar los metales de la roca, hace que los pobladores de las cercanas localidades de Andalgalá, Belén y Santa María vivan cubiertos por una lluvia ácida y nubes de polvo, con sulfuros impregnados en el aire. Ni que además del aire están contaminadas las aguas de la zona, contaminación que ya alcanza a las cuencas acuíferas de las vecinas provincias de Tucumán y Santiago del Estero a través de los ríos Salí y Dulce. Ni que ha ido creciendo de forma alarmante la existencia de pobladores afectados de cáncer y graves enfermedades respiratorias. Ni que la minera consume unos 100 millones de litros de agua por día, lo que ha provocado que en Santa María, por ejemplo, desaparezcan plantas, animales y cultivos, transformándose paulatinamente en un desierto. Ni que la empresa no paga nada por esa cantidad de agua que consume, mientras todos los pobladores deben pagarla religiosamente.
Humorada II: Otra parte del folleto señala, como "algunos aspectos del impacto a escala local y regional", cuestiones tan "ventajosas" como "la creación de empleo permanente en forma directa para 600 personas mientras dure la explotación de la mina; la creación de otros puestos de trabajo en forma indirecta, a través de los bienes y servicios que distintas empresas brindan a la mina; el mejoramiento de la infraestructura de la región en lo que se refiere a caminos, puentes y comunicaciones; el impacto ambiental de la actividad humana". A los alumnos rurales no les cuentan, en cambio, que pese a la "panacea económica" anunciada, la pobreza ha aumentado en lugar de disminuir, ya que los agricultores pierden cultivos y animales; que en general las personas empleadas por la minera provienen de otras provincias, una costumbre de todas las multinacionales del sector para no tener que rendir cuentas en casos de muertes por accidente, ya que generalmente nadie hace reclamos por víctimas que vienen desde lejos; que al "mejoramiento de la infraestructura de la región referida a caminos, puentes y comunicaciones" todavía lo están buscando con lupa, y ya se lo comenta como otro chiste del ministro De Vido; y que el "impacto ambiental de la actividad humana" no es otro que el que vienen padeciendo los habitantes de la región, ya explicado anteriormente.
Humorada III: El folleto (más que folleto un folletín) indica además que "el proyecto impacta también a nivel nacional a partir del ingreso de cientos de millones de dólares en concepto de ingresos por exportación, y otros montos provenientes de impuestos y regalías". Claro que es difícil que los inocentes alumnos rurales se enteren que las "fabulosas ganancias" para el país residen solamente en el magro 3% que las mineras dejan en concepto de regalías, y que los "montos provenientes de impuestos" prácticamente no existen, dado que la generosidad de los gobernantes que abrieron alegremente las puertas a la explotación de las multinacionales mineras –desde Menem en adelante- hizo que se las liberara del pago de impuestos, que por las enormes cantidades de gasoil que utilizan paguen sólo la mitad de su valor, y hasta que se les permita evitar la declaración en Aduanas del tenor y cantidad del material que exportan, con lo cual bien pueden engañar a las cándidas –o más bien corruptas- autoridades nacionales y provinciales, en relación a lo que deben dejar en el país en concepto de regalías.
¿En qué planeta vive el licenciado?
En suma, tales son las "ventajas" de la minería mostradas a los alumnos de 9º grado de escuelas rurales. Todavía no se entiende el por qué de haberse elegido precisamente esos destinatarios, salvo que los genios que elaboraron esos folletos piensen que por su lejanía de los centros de poder y por su lógica inocencia de "chicos de campo" –los que por esos motivos no deben ser considerados "de segunda" sino que deben ser mejor ayudados educacionalmente- puedan ser más permeables a las fantasías que les venden o les envían desde la "gran capital". De hecho, desde la Casa Rosada y su zona de influencia.
Algunas de las personas que se encontraron con esta verdadera "propaganda minera" anexada a esos textos escolares, advierten que habrá que tener cuidado con "lo que se puede venir en los próximos años". Una advertencia que no es para echar en saco roto, habida cuenta de los delirios presidenciales acerca de la megaminería, a la que define como la nueva "panacea económica" del país. Y que incluso en su ahora vapuleada provincia natal, Santa Cruz, hizo desarrollar varios proyectos mineros asociando a la empresa estatal Fomicruz (Fomento Minero Santa Cruz) con multinacionales británicas, sudafricanas y canadienses.
Esas mismas personas que informaron sobre esta aberrante difusión pro-minería en textos escolares, vienen insistiendo en la creación de una ONG con personería jurídica, capaz de poder presentar acciones legales sin comprometer los bienes individuales de cada uno. Al menos deben sentirse algo estimulados, ya que se dio el caso de que la multinacional Meridian Gold perdió el juicio que inició contra pobladores de Esquel que se oponen a la explotación de la mina "El Desquite", ya que la Suprema Corte de Justicia de la Nación acaba de fallar en contra de la minera. Con lo cual ésta y el gobernador de Chubut, Mario Das Neves -facilitador del pretendido accionar de esa compañía-, ahora deben levantar campamento la primera, y cerrar la boca el segundo.
En tanto cabe preguntarse en qué planeta vive el licenciado Daniel Filmus, ministro de Educación y candidato a jefe del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Alguien que nunca llegó a caracterizarse por una gestión siquiera "pasable" al frente de su cartera, que en los recientes y luctuosos sucesos ocurridos durante las protestas docentes en la provincia de Neuquén se "borró" al mejor estilo Casildo Herreras. Y que ahora tuvo la "genial" ocurrencia de hacer llegar a los estudiantes rurales de 9º grado un material promoviendo las supuestas bondades del accionar de las mineras transnacionales que en los hechos depredan el país.
Dicen que la esperanza es lo último que se pierde, pero quizás algunos dirigentes del arco opositor se despierten de su letargo y opten por, al menos, pedir explicaciones a Filmus por esta barbaridad. www.ecoportal.net
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