Biotecnologia: sus negocios
Dijo el periodista Héctor Huergo en la última edición de Clarín Rural:
Tenemos que aclarar que existen estudios anteriores de investigadores del CONICET sobre los efectos del glifosato sobre larvas de anfibios, como los realizados por los laboratorios del INALI-CONICET (Inst. Nac. De Limnología) y del INTEC-CONICET (Instituto de Desarrollo Tecnológico para la Industria Química) y publicados en revistas especializadas en 2003. En todos ellos, los resultados de dosis mínimas de estos venenos son particularmente nocivos para el desarrollo embrionario. Es una práctica científica el empleo de larvas de anfibios en estudios ecotoxicológicos y también, en investigaciones embriológicas, ya que el desarrollo del ser humano no difiere demasiado del desarrollo de cualquier vertebrado, y ante la imposibilidad de emplear embriones humanos, se usan "modelos de desarrollo" similares. En este contexto, la metodología usada por el Dr. Carrasco en su investigación, es la aceptada por la comunidad científica, incluyendo los protocolos que deben observar los fabricantes del glifosato, que o bien no hicieron estos estudios, o bien los ocultaron. Criticar el trabajo de Carrasco y ponderar las bondades de los OGM, definen a Barañao, como un clarísimo operador de los Agronegocios y de la industria Biotecnológica, y ello, tanto como sus declaraciones sobre la agricultura orgánica, constituyen un escándalo y dan vergüenza ajena.
Durante los últimos años hemos denunciado, desde el GRR y desde la Campaña Paren de Fumigar, así como lo hicieron todos los grupos amigos que la componen, tales como el CEPRONAT de Santa Fe y las madres del Barrio Ituzaingó anexo de Córdoba, el daño irreparable que producen los agrotóxicos que acompañan a las sojas transgénicas: enfermedades de carácter terminal, abortos y malformaciones. Se trata de los daños colaterales de una agricultura que merece el apelativo de agro genocidio. El informe Pueblos Fumigados, que hemos presentado, y que puede hallarse en nuestra página www.grr.org.ar, da testimonio del sufrimiento colectivo, pero también, es un camino para superarlo y una propuesta para generar modelos agrícolas alternativos más sustentables y ecológicos, en una Sociedad menos tóxica que la actual. La Argentina sojera y dependiente de la biotecnología, que respalda desembozadamente, el Ministro Lino Barañao, ha batido record de cosechas, pero también, de víctimas inocentes que reclaman justicia…
GRR Grupo de Reflexión Rural, 7 de mayo 2009
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