Funcionarios y periodistas pretenden minimizar y desprestigiar la posición de los trabajadores del Hospital de no aceptar el traslado mientras se mantenga el gerenciamiento privado.
Lo que no dicen son los innumerables métodos que vienen utilizando para conseguir lo que de otro modo no consiguieron: amenazas, notificaciones con policías al lado, ATSA en la figura de Zapana y otros personeros, persuasión de mejor sueldo, el hospital con 200 efectivos policiales tomando ellos el edificio, no nosotros.
Si han desplegado semejante batería de “aprietes” aún así no han conseguido su objetivo, será que hay motivos de sobra para que mantengamos firme nuestra posición.
A escasas 2 horas de haber trasladado los servicios de cirugía y traumatología, fueron atendidos en la guardia del viejo hospital 3 pacientes y se determinó que tenían criterio de internación pero no estaba previsto ni la internación en el Hospital de Niños ni el traslado en ambulancia al Nuevo Hospital.
La profesional que los atendió debió decirles que se trasladen a pié al Nuevo Hospital.
¿Responsabilidad de quién será si esos niños no son internados y se agrava su situación de salud?
Hoy ya la guardia del Nuevo Hospital ha rechazado la internación de un niño deshidratado con criterio de internación, porque esa es la “modalidad” de ese hospital.
Demanda rechazada es la base del modelo de gerenciamiento privado: altas tempranas, giro cama rápidos, no internaciones, turnos a meses, es la forma de regular la demanda, achicar gastos, pero ¿es la base de un modelo serio de atención de la salud de los chicos?
Estos casos son algunos ejemplos; claro… esto no lo dicen ni funcionarios ni periodistas, pero sí lo decimos los trabajadores del Hospital de Niños.
Basta de “aprietes y amenazas”, si tienen todo tan previsto, si no les hacemos falta como personal, dejen ya de tratar de obligarnos a aceptar un negociado más con la salud.
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