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Una Opinión

Reflexiones de una hija de madre asesinada por la ultima dictadura civica militar

Los últimos ritos

http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-157409-2010-11-24.html

Por Marta Dillon

Mi madre fue asesinada el 3 de febrero de 1977, a las 2.05 de la madrugada, en la esquina de Santamarina y Chubut, Ciudadela. Su partida de defunción dice: “Múltiples heridas de bala. NN femenino, delgada, 1,65, cabello rubio teñido”. Nada de sus ojos celestes. Tal vez haya apretado los párpados el instante antes de que la fusilaran. A lo mejor estaba oscuro en la morgue o se habían acumulado demasiados cuerpos o les pareció en vano anotar un dato tan estúpido cuando la poseedora de los ojos celestes estaba muerta y a esas pupilas de agua sobre las que caían sus pestañas como una marea sólo les esperaba la corrupción.

Mi madre es ahora, concretamente, un cráneo con pocos dientes, un maxilar asignado morfológicamente, tibias y fémures, radios y cúbitos, clavículas. Seguro me equivoco en la enumeración de los huesos, lo cierto es que su torso continúa desaparecido.

Ella, no.

Ahora puedo trazar un recorrido de sus años de silencio. Sus años bajo tierra. Su asfixia en el anonimato.

¿Dónde estaba yo la noche en que la mataron?, me preguntó una amiga. No puedo saberlo, tenía 10 años y la estaba esperando. Como he esperado hasta ahora aun a sabiendas de que no iba a volver.

Algo de ella ha retornado con los restos de su cuerpo, con los rastros de su último día.

Mi hermano preguntó si la habían fusilado de frente o de espaldas.

Hay cosas que nunca podremos saber.

Tiene un disparo en la pierna. Hasta el ’85 su cráneo estaba rosado. Había restos de carne, restos de aquello que yo había besado. Restos que volvieron a la tierra sin una caricia sin un consuelo para la larga muerte del anonimato. Fue exhumada, fotografiada, catalogada y vuelta a enterrar. Se terminó de descomponer en una bolsa, su cuerpo se entreveró con otros que también fueron acribillados la misma noche, que fueron recogidos de una esquina en Ciudadela después de que los represores terminaran su tarea y empezara la suya la burocracia del Estado. Por eso mi madre tiene su partida de defunción firmada y sellada mientras la esperábamos o esperábamos alguna noticia suya.

En esa época solía preguntarle a mi padre cuándo íbamos a poder verla. Me imaginaba que estaría presa, al fin y al cabo eran policías los que habían entrado y destrozado la casa en la que vivíamos ella, mis hermanos y yo; su amiga, Gladis Porcel, su novio, Juan Carlos Arroyo. Los tres desaparecidos que el Equipo Argentino de Antropología Forense nos devolvió, 34 años después, para que finalmente podamos despedirnos. Porque hasta ahora no terminábamos de hacerlo. Y ahora mismo, cuando sé que lo que queda de ella descansa en una caja junto a tantos esqueletos todavía sin nombre, a la espera de una inscripción oficial y de los ritos que inventemos para ella; ahora mismo no puedo terminar de despedirme. Aunque el tiempo se haya comprimido de golpe y yo me sienta igual que la niña de 10 años que escuchó su voz por última vez mientras un represor la interrogaba y hasta le prometiera “por mí te daría una rosa, pero vos no me estás ayudando”. Ella no estaba ayudando y eso me basta para saber de un gesto de dignidad que probablemente estrujaran hasta el hartazgo en una mesa de tortura. No quiero pensar de qué se trataba esa rosa pero nunca pude dejar de indagar sobre el ensañamiento de los represores contra las mujeres cautivas.

“Toda mi vida se me viene encima”, dijo su amiga Laly cuando supo de la identificación de los huesos de mi madre, en España, donde también estaba yo, aunque la suerte quiso que ese día no podamos abrazarnos. Mi vida también se me vino encima. Y esa última noche sobre la que algunas incógnitas empezaron a disiparse como niebla al mediodía se convierte en nuevas preguntas: ¿Quiénes escucharon los disparos? ¿Quién avisó para que retiraran los cadáveres? ¿Llevaba puesta una de las polleras que ella misma pintaba? ¿Alguien le dio la mano antes de que la ráfaga los desarticulara como a muñecos de estopa? ¿Quién vio sus ojos azules? ¿Quién supo que ya no habría caída de sus pestañas para conquistar en ese gesto todo lo que necesitaba? ¿Tenía los zapatos puestos? ¿Dónde quedaron las plataformas de las que nunca se bajaba?

Hay algo de lo real que empieza a tomar cuerpo. Mi madre fue asesinada en la madrugada del 3 de febrero de 1977. Yo tenía diez años. Mi hermano Juan apenas dos. Santiago, ocho. Andrés, cinco. Los cuatro te extrañamos, mamá, y hasta ahora hemos hecho lo que pudimos con tu ausencia y tu presencia intermitente.

Hay una página de un libro que ella me regaló poco antes del final, está escrita con su letra y dice: “Para Martita, mi compañera, que está aprendiendo a sentir como propias las alegrías y las luchas del pueblo latinoamericano”. Pomposa dedicatoria para una niña que con 44 quiere seguir siendo Martita y aprender eso en lo que estaba cuando vos estabas conmigo. Ahora acabo de casarme, por primera vez, enamorada y con una familia imposible pero bien constituida: mi amor, Albertina, mis dos hijos con veintiún años de distancia entre ellos, una nieta, tres perros, dos gatas, una cantidad de amigos y amigas sobre los que sé que puedo derrumbarme y levantarme con los ojos cerrados. A nadie le importan estos detalles, salvo a mí porque son la prueba de que he sobrevivido. Más que eso, he vivido todos estos años y buscándote es como fraguó mi familia. O buscando justicia para vos. O buscando un lenguaje en el que poder nombrarte.

Alguien me contó una vez que en el campo de concentración donde pasaste tres largos meses, las mujeres se cambiaban de ropa entre ellas para sentir que se vestían por la mañana. O por esa hora difusa que el encierro convertía en mañana. Esa anécdota te nombra, mamá.

Lloré como una nena sobre ningún hombro o sobre el de todos mientras los amigos del EAAF me relataban lo que sabían de vos. Amorosamente te rescataron de una fosa común en el cementerio de San Martín. Amorosamente me dijeron “hay un coxal que todavía podría ser de tu mami”, con el mismo amor con que mi amiga Raquel me dijo que quería ser mi velority planner. Un resto de humor negro para salvarnos a todos y a todas de este naufragio en tierra que significa haberte encontrado, mamá.

Más calma, Raquel me llamó más tarde para decirme, ella que había sido baleada en el pecho en un enfrentamiento entre policías y ladrones en el que nada tenía que ver, que las balas no duelen. La muerte propia, me imagino, no duele. Lo que duele es la vida que sigue como si nada, diez, veinte, treinta años. Y duele sobre todo porque también ha encontrado sus bálsamos.

Todas palabras desordenadas y debidas para el entierro que todavía no sucede, ahora que se cumplen 34 años de tu desaparición y apenas un mes desde que volviste de la asfixia bajo la tierra, del anonimato, del consuelo de un rito que arranque de una vez por todas a la niña que sigue aferrada a la ventana esperando que el toc toc de tus plataformas en la vereda te traiga de vuelta.

De todo esto y de todo lo que todavía no puedo nombrar se trata haberte encontrado. De un punto final para un texto que voy a seguir escribiendo, para un duelo del que tal vez empiece de una vez a desprenderme.

Mensaje del Pepe Mujica

Dijo José Mujica  (Presidente de Uruguay):

Ustedes saben mejor que nadie que en el conocimiento y la cultura no sólo hay esfuerzo sino también placer.
 

Dicen que la gente que trota por la rambla, llega un punto en el que entra en una especie de éxtasis donde ya no existe el cansancio y sólo le queda el placer. 

Creo que con el conocimiento y la cultura pasa lo mismo. Llega un punto donde estudiar, o investigar, o aprender, ya no es un esfuerzo y es puro disfrute. 

¡Qué bueno sería que estos manjares estuvieran a disposición de mucha gente!

Qué bueno sería, si en la canasta de la calidad de la vida que el Uruguay puede ofrecer a su gente, hubiera una buena cantidad de consumos intelectuales. 

No porque sea elegante sino porque es placentero. 

Porque se disfruta, con la misma intensidad con la que se puede disfrutar un plato de tallarines. 

¡No hay una lista obligatoria de las cosas que nos hacen felices! 

Algunos pueden pensar que el mundo ideal es un lugar repleto de shoppingcenters. 

En ese mundo la gente es feliz porque todos pueden salir llenos de bolsas de ropa nueva y de cajas de electrodomésticos. 

No tengo nada contra esa visión, sólo digo que no es la única posible. 

Digo que también podemos pensar en un país donde la gente elige arreglar las cosas en lugar de tirarlas, elige un auto chico en lugar de un auto grande, elige abrigarse en lugar de subir la calefacción. 

Despilfarrar no es lo que hacen las sociedades más maduras. Vayan a Holanda y vean las ciudades repletas de bicicletas. Allí se van a dar cuenta de que el consumismo no es la elección de la verdadera aristocracia de la humanidad. Es la elección de los noveleros y los frívolos. 

Los holandeses andan en bicicleta, las usan para ir a trabajar pero también para ir a los conciertos o a los parques. 

Porque han llegado a un nivel en el que su felicidad cotidiana se alimenta tanto de consumos materiales como intelectuales. 

Así que amigos, vayan y contagien el placer por el conocimiento. 

En paralelo, mi modesta contribución va a ser tratar de que los uruguayos anden de bicicleteada en bicicleteada. 

LA EDUCACION ES EL CAMINO 

Y amigos, el puente entre este hoy y ese mañana que queremos tiene un nombre y se llama educación. 

Y mire que es un puente largo y difícil de cruzar. 

Porque una cosa es la retórica de la educación y otra cosa es que nos decidamos a hacer los sacrificios que implica lanzar un gran esfuerzo educativo y sostenerlo en el tiempo. 

Las inversiones en educación son de rendimiento lento, no le lucen a ningún gobierno, movilizan resistencias y obligan a postergar otras demandas. 
Pero hay que hacerlo. 

Se lo debemos a nuestros hijos y nietos. 

Y hay que hacerlo ahora, cuando todavía está fresco el milagro tecnológico de Internet y se abren oportunidades nunca vistas de acceso al conocimiento. 

Yo me crié con la radio, vi nacer la televisión, después la televisión en colores, después las transmisiones por satélite. 

Después resultó que en mi televisor aparecían cuarenta canales, incluidos los que trasmitían en directo desde Estados Unidos, España e Italia. 

Después los celulares y después la computadora, que al principio sólo servía para procesar números. 

Cada una de esas veces, me quedé con la boca abierta. 

Pero ahora con Internet se me agotó la capacidad de sorpresa. 

Me siento como aquellos humanos que vieron una rueda por primera vez. 

O como los que vieron el fuego por primera vez. 

Uno siente que le tocó en suerte vivir un hito en la historia. 

Se están abriendo las puertas de todas las bibliotecas y de todos los museos; van a estar a disposición, todas las revistas científicas y todos los libros del mundo. 

Y probablemente todas las películas y todas las músicas del mundo. 

Es abrumador. 

Por eso necesitamos que todos los uruguayos y sobre todo los uruguayitos sepan nadar en ese torrente. 

Hay que subirse a esa corriente y navegar en ella como pez en el agua. 

Lo conseguiremos si está sólida esa matriz intelectual de la que hablábamos antes. 

Si nuestros chiquilines saben razonar en orden y saben hacerse las preguntas que valen la pena. 

Es como una carrera en dos pistas, allá arriba en el mundo el océano de información, acá abajo preparándonos para la navegación trasatlántica. 

Escuelas de tiempo completo, facultades en el interior, enseñanza terciaria masificada. 

Y probablemente, inglés desde el preescolar en la enseñanza pública. 

Porque el inglés no es el idioma que hablan los yanquis, es el idioma con el que los chinos se entienden con el mundo. 

No podemos estar afuera. No podemos dejar afuera a nuestros chiquilines. 

Esas son las herramientas que nos habilitan a interactuar con la explosión universal del conocimiento. 

Este mundo nuevo no nos simplifica la vida, nos la complica.. 

Nos obliga a ir más lejos y más hondo en la educación. 
No hay tarea más grande delante de nosotros. 
 
 

Mensaje a los pueblos del mundo a través de la Tricontinental del Che en 1967

Mensaje a los pueblos del mundo a través de la Tricontinental


Abril de 1967


Es la hora de los hornos y no se ha de ver más que la luz.
José Martí


En 1954, tras la derrota aniquilante de Dien-Bien-Phu, se firmaron los acuerdos de Ginebra, que dividían al país en dos zonas y estipulaban la realización de elecciones en un plazo de 18 meses para determinar quienes debían gobernar a Vietnam y cómo se reunificaría el país. Los norteamericanos no firmaron dicho documento, comenzando las maniobras para sustituir al emperador Bao Dai, títere francés, por un hombre adecuado a sus intenciones. Este resultó ser Ngo Din Diem, cuyo trágico fin —el de la naranja exprimida por el imperialismo— es conocido de todos.

En los meses posteriores a la firma del acuerdo, reinó el optimismo en el campo de las fuerzas populares. Se desmantelaron reductos de lucha antifrancesa en el sur del país y se esperó el cumplimiento de lo pactado. Pero pronto comprendieron los patriotas que no habría elecciones a menos que los Estados Unidos se sintieran capaces de imponer su voluntad en las urnas, cosa que no podía ocurrir, aun utilizando todos los métodos de fraude conocidos.

Nuevamente se iniciaron las luchas en el sur del país y fueron adquiriendo mayor intensidad hasta llegar al momento actual, en que el ejército norteamericano se compone de casi medio millón de invasores, mientras las fuerzas títeres disminuyen su número, y sobre todo, han perdido totalmente la combatividad.

Hace cerca de dos años que los norteamericanos comenzaron el bombardeo sistemático de la República Democrática de Vietnam en un intento más de frenar la combatividad del sur y obligar a una conferencia desde posiciones de fuerza. Al principio los bombardeos fueron más o menos aislados y se revestían de la máscara de represalias por supuestas provocaciones del norte. Después aumentaron en intensidad y método, hasta convertirse en una gigantesca batida llevada a cabo por unidades aéreas de los Estados Unidos, día a día, con el propósito de destruir todo vestigio de civilización en la zona norte del país. Es un episodio de la tristemente célebre escalada.

Las aspiraciones materiales del mundo yanqui se han cumplido en buena parte a pesar de la denodada defensa de las unidades antiaéreas vietnamitas, de los más de 1,700 aviones derribados y de la ayuda del campo socialista en material de guerra.

Hay una penosa realidad: Vietnam, esa nación que representa las aspiraciones, las esperanzas de victoria de todo un mundo preterido, está trágicamente solo. Ese pueblo debe soportar los embates de la técnica norteamericana, casi a mansalva en el sur, con algunas posibilidades de defensa en el norte, pero siempre solo. La solidaridad del mundo progresista para con el pueblo de Vietnam semeja a la amarga ironía que significaba para los gladiadores del circo romano el estímulo de la plebe. No se trata de desear éxitos al agredido, sino de correr su misma suerte; acompañarlo a la muerte o la victoria.

Cuando analizamos la soledad vietnamita nos asalta la angustia de este momento ilógico de la humanidad.

El imperialismo norteamericano es culpable de agresión; sus crímenes son inmensos y repartido por todo el orbe. ¡Ya lo sabemos, señores! Pero también son culpables los que en el momento de definición vacilaron en hacer de Vietnam parte inviolable del territorio socialista, corriendo, así, los riesgos de una guerra de alcance mundial, pero también obligando a una decisión a los imperialistas norteamericanos. Y son culpables los que mantienen una guerra de denuestos y zancadillas comenzada hace ya buen tiempo por los representantes de las dos más grandes potencias del campo socialista.

Preguntemos, para lograr una respuesta honrada: ¿Está o no aislado el Vietnam, haciendo equilibrios peligrosos entre las dos potencias en pugna?

Y ¡qué grandeza la de ese pueblo! ¡Qué estoicismo y valor, el de ese pueblo! Y qué lección para el mundo entraña esa lucha.

Hasta dentro de mucho tiempo no sabremos si el presidente Johnson pensaba en serio iniciar algunas de las reformas necesarias a un pueblo —para limar aristas de las contradicciones de clase que asoman con fuerza explosiva y cada vez más frecuentemente. Lo cierto es que las mejoras anunciadas bajo el pomposo título de lucha por la gran sociedad han caído en el sumidero de Vietnam.

El más grande de los poderes imperialistas siente en sus entrañas el desangramiento provocado por un país pobre y atrasado y su fabulosa economía se resiente del esfuerzo de guerra. Matar deja de ser el más cómodo negocio de los monopolios. Armas de contención, y no en número suficiente, es todo lo que tienen estos soldados maravillosos, además del amor a su patria, a su sociedad y un valor a toda prueba. Pero el imperialismo se empantana en Vietnam, no halla camino de salida y busca desesperadamente alguno que le permita sortear con dignidad este peligroso trance en que se ve. Mas los "cuatro puntos" del norte y "los cinco" del sur lo atenazan, haciendo aún más decidida la confrontación.

Todo parece indicar que la paz, esa paz precaria a la que se ha dado tal nombre, sólo porque no se ha producido ninguna conflagración de carácter mundial, está otra vez en peligro de romperse ante cualquier paso irreversible e inaceptable, dado por los norteamericanos. Y, a nosotros, explotados del mundo, ¿cuál es el papel que nos corresponde? Los pueblos de tres continentes observan y aprenden su lección en Vietnam. Ya que, con la amenaza de guerra, los imperialistas ejercen su chantaje sobre la humanidad, no temer la guerra es la respuesta justa. Atacar dura e ininterrumpidamente en cada punto de confrontación, debe ser la táctica general de los pueblos.

Pero, en los lugares en que esta mísera paz que sufrimos no ha sido rota, ¿cuál será nuestra tarea? Liberarnos a cualquier precio.

El panorama del mundo muestra una gran complejidad. La tarea de la liberación espera aún a países de la vieja Europa, suficientemente desarrollados para sentir todas las contradicciones del capitalismo, pero tan débiles que no pueden seguir ya seguir el rumbo del imperialismo o iniciar esa ruta. Ahí las contradicciones alcanzarán en los próximos años carácter explosivo, pero sus problemas y, por ende, la solución de los mismos son diferentes a las de nuestros pueblos dependientes y atrasados económicamente.

El campo fundamental de la explotación del imperialismo abarca los tres continentes atrasados, América, Asia y África. Cada país tiene características propias, pero los continentes, en su conjunto, también las presentan.

América constituye un conjunto más o menos homogéneo y en la casi totalidad de su territorio los capitales monopolistas norteamericanos mantienen una primacía absoluta. Los gobiernos títeres o, en el mejor de los casos, débiles y medrosos, no pueden imponerse a las órdenes del amo yanqui. Los norteamericanos han llegado casi al máximo de su dominación política y económica, poco más podrían avanzar ya. Cualquier cambio de la situación podría convertirse en un retroceso en su primacía. Su política es mantenerlo conquistado. La línea de acción se reduce en el momento actual, al uso brutal de la fuerza para impedir movimientos de liberación de cualquier tipo que sean.

Bajo el slogan, "no permitiremos otra Cuba", se encubre la posibilidad de agresiones a mansalva, como la perpetrada contra Santo Domingo o, anteriormente, la masacre de Panamá, y la clara advertencia de que las tropas yanquis están dispuestas a intervenir en cualquier lugar de América donde el orden establecido sea alterado, poniendo en peligro sus intereses. Esa política cuenta con una impunidad casi absoluta; la OEA es una máscara cómoda, por desprestigiada que esté; la ONU es de una ineficiencia rayana en el ridículo o en lo trágico; los ejércitos de todos los países de América están listos a intervenir para aplastar a sus pueblos. Se ha formado, de hecho, la internacional del crimen y la traición.

Por otra parte las burguesías autóctonas han perdido toda su capacidad de oposición al imperialismo —si alguna vez la tuvieron— y solo forman su furgón de cola.

No hay más cambios que hacer; o revolución socialista o caricatura de revolución.

Asia es un continente de características diferentes. Las luchas de liberación contra una serie de poderes coloniales europeos, dieron por resultado el establecimiento de gobiernos más o menos progresistas, cuya evolución posterior ha sido, en algunos casos, de profundización de los objetivos primarios de la liberación nacional y en otros de reversión hacia posiciones proimperialistas.

Dado el punto de vista económico, Estados Unidos tenía poco que perder y mucho que ganar en Asia. Los cambios le favorecen; se lucha por desplazar a otros poderes neocoloniales, penetrar nuevas esferas de acción en el campo económico, a veces directamente, otras utilizando al Japón.

Pero existen condiciones políticas especiales, sobre todo en la península indochina, que le dan características de capital importancia al Asia y juegan un papel importante en la estrategia militar global del imperialismo norteamericano. Este ejerce un cerco a China a través de Corea del Sur, Japón, Taiwan, Vietnam del Sur y Tailandia, por lo menos.

Esa doble situación: un interés estratégico tan importante como el cerco militar a la República Popular China y la ambición de sus capitales por penetrar esos grandes mercados que todavía no dominan, hacen que el Asia sea uno de los lugares más explosivos del mundo actual, a pesar de la aparente estabilidad fuera del área vietnamita.

Perteneciendo geográficamente a este continente, pero con sus propias contradicciones, el Oriente Medio está en plena ebullición, sin que se pueda prever hasta dónde llegará esa guerra fría entre Israel, respaldada por los imperialistas, y los países progresistas de la zona. Es otro de los volcanes amenazadores del mundo.

El África ofrece las características de ser un campo casi virgen para la invasión neocolonial. Se han producido cambios que, en alguna medida, obligaron a los poderes neocoloniales a ceder sus antiguas prerrogativas de carácter absoluto. Pero, cuando los procesos se llevan a cabo ininterrumpidamente, al colonialismo sucede, sin violencia, un neocolonialismo de iguales efectos en cuanto a la dominación económica se refiere. Estados Unidos no tenía colonias en esta región y ahora lucha por penetrar en los antiguos cotos cerrados de sus socios. Se puede asegurar que África constituye, en los planes estratégicos del imperialismo norteamericano su reservorio a largo plazo; sus inversiones actuales sólo tienen importancia en la Unión Sudafricana y comienza su penetración en el Congo, Nigeria y otros países, donde se inicia una violenta competencia (con carácter pacífico hasta ahora) con otros poderes imperialistas.

No tiene todavía grandes intereses que defender salvo su pretendido derecho a intervenir en cada lugar del globo en que sus monopolios olfateen buenas ganancias o la existencia de grandes reservas de materias primas. Todos estos antecedentes hacen lícito el planteamiento interrogante sobre las posibilidades de liberación de los pueblos a corto o mediano plazo.

Si analizamos el África veremos que se lucha con alguna intensidad en las colonias portuguesas de Guinea, Mozambique y Angola, con particular éxito en la primera y con éxito variable en las dos restantes. Que todavía se asiste a la lucha entre sucesores de Lumumba y los viejos cómplices de Tshombe en el Congo, lucha que, en el momento actual, parece inclinarse a favor de los últimos, los que han "pacificado" en su propio provecho una gran parte del país, aunque la guerra se mantenga latente.

En Rhodesia el problema es diferente: el imperialismo británico utilizó todos los mecanismos a su alcance para entregar el poder a la minoría blanca que lo detenta actualmente. El conflicto, desde el punto de vista de Inglaterra, es absolutamente antioficial, sólo que esta potencia, con su habitual habilidad diplomática —también llamada hipocresía en buen romance— presenta una fachada de disgustos ante las medidas tomadas por el gobierno de Ian Smith, y es apoyada en su taimada actitud por algunos de los países del Commonwealth que la siguen, y atacada por una buena parte de los países del África Negra, sean o no dóciles vasallos económicos del imperialismo inglés.

En Rhodesia la situación puede tornarse sumamente explosiva si cristalizaran los esfuerzos de los patriotas negros para alzarse en armas y este movimiento fuera apoyado efectivamente por las naciones africanas vecinas. Pero por ahora todos sus problemas se ventilan en organismos tan inicuos como la ONU, el Commonwealth o la OUA.

Sin embargo, la evolución política y social del África no hace prever una situación revolucionaria continental. Las luchas de liberación contra los portugueses deben terminar victoriosamente, pero Portugal no significa nada en la nómina imperialista. Las confrontaciones de importancia revolucionaria son las que ponen en jaque a todo el aparato imperialista, aunque no por eso dejemos de luchar por la liberación de las tres colonias portuguesas y por la profundización de sus revoluciones.

Cuando las masa negras de Sudáfrica o Rhodesia inicien su auténtica lucha revolucionaria, se habrá iniciado una nueva época en el África. O, cuando las masas empobrecidas de un país se lancen a rescatar su derecho a una vida digna, de las manos de las oligarquías gobernantes.

Hasta ahora se suceden los golpes cuartelarios en que un grupo de oficiales reemplaza a otro o a un gobernante que ya no sirva sus intereses de casta y a los de las potencias que lo manejan solapadamente pero no hay convulsiones populares. En el Congo se dieron fugazmente estas características impulsadas por el recuerdo de Lumumba, pero han ido perdiendo fuerza en los últimos meses.

En Asia, como vimos, la situación es explosiva, y no son sólo Vietnam y Laos, donde se lucha, los puntos de fricción. También lo es Cambodia, donde en cualquier momento puede iniciarse la agresión directa norteamericana, Tailandia, Malasia y, por supuesto, Indonesia, donde no podemos pensar que se haya dicho la última palabra pese al aniquilamiento del Partido Comunista de ese país, al ocupar el poder los reaccionarios. Y, por supuesto, el Oriente Medio.

En América Latina se lucha con las armas en la mano en Guatemala, Colombia, Venezuela y Bolivia y despuntan los primeros brotes en Brasil. Hay otros focos de resistencia que aparecen y se extinguen. Pero casi todos los países de este continente están maduros para una lucha de tipo tal, que para resultar triunfante, no pueda conformarse con menos que la instauración de un gobierno de corte socialista.

En este continente se habla prácticamente una lengua, salvo el caso excepcional del Brasil, con cuyo pueblo los de habla hispana pueden entenderse, dada la similitud entre ambos idiomas. Hay una identidad tan grande entre las clases de estos países que logran una identificación de tipo "internacional americano", mucho más completa que en otros continentes. Lengua, costumbres, religión, amo común, los unen. El grado y las formas de explotación son similares en sus efectos para explotadores y explotados de una buena parte de los países de nuestra América. Y la rebelión está madurando aceleradamente en ella.

Podemos preguntarnos: esta rebelión, ¿cómo fructificará?; ¿de qué tipo será? Hemos sostenido desde hace tiempos que dadas sus características similares, la lucha en América adquirirá, en su momento, dimensiones continentales. Será escenario de muchas grandes batallas dadas por la humanidad para su liberación.

En el marco de esa lucha de alcance continental, las que actualmente se sostienen en forma activa son sólo episodios, pero ya han dado los mártires que figurarán en la historia americana como entregando su cuota de sangre necesaria en esta última etapa de la lucha por la libertad plena del hombre. Allí figurarán los nombres del comandante Turcios Lima, del cura Camilo Torres, del comandante Fabricio Ojeda, de los comandantes Lobatón y Luis de la Puente Uceda, figuras principalísimas en los movimientos revolucionarios de Guatemala, Colombia, Venezuela y Perú.

Pero la movilización activa del pueblo crea sus nuevos dirigentes: César Montes y Yon Sosa levantan la bandera en Guatemala, Fabio Vázquez y Marulanda lo hacen en Colombia, Douglas Bravo en el occidente del país y Américo Martín en El Bachiller, dirigen sus respectivos frentes en Venezuela.

Nuevos brotes de guerra surgirán en estos y otros países americanos, como ya ha ocurrido en Bolivia, e irán creciendo, con todas las vicisitudes que entraña este peligroso oficio de revolucionario moderno. Muchos morirán víctimas de sus errores, otros caerán en el duro combate que se avecina; nuevo luchadores y nuevos dirigentes surgirán al calor de la lucha revolucionaria. El pueblo irá formando sus combatientes y sus conductores en el marco selectivo de la guerra misma, y los agentes yanquis de represión aumentarán. Hoy hay asesores en todos los países donde la lucha armada se mantiene y el ejército peruano realizó, al parecer, una exitosa batida contra los revolucionarios de ese país, también asesorado y entrenado por los yanquis. Pero si los focos de guerra se llevan con suficiente destreza política y militar, se harán prácticamente imbatibles y exigirán nuevos envíos de los yanquis. En el propio Perú, con tenacidad y firmeza nuevas figuras aún no completamente conocidas, reorganizan la lucha guerrillera. Poco a poco, la armas obsoletas que bastan para la represión de pequeñas bandas armadas, irán convirtiéndose en armas modernas y los grupos de asesores en combatientes norteamericanos, hasta que, en un momento dado, se vean obligados a enviar cantidades crecientes de tropas regulares para asegurar la relativa estabilidad de un poder cuyo ejército nacional títere se desintegra ante los combates de las guerrillas. Es el camino de Vietnam; es el camino que deben seguir los pueblos; es el camino que seguirá América, con la característica especial de que los grupos en armas pudieran formar algo así como Juntas de Coordinación para hacer más difícil la tarea represiva del imperialismo yanqui y facilitar la propia causa.

América, continente olvidado por las últimas luchas políticas de liberación, que empieza a hacerse sentir a través de la Tricontinental en la voz de la vanguardia de sus pueblos, que es la Revolución cubana, tendrá una tarea de mucho mayor relieve: la de la creación del segundo o tercer Vietnam o del segundo y tercer Vietnam del mundo.

En definitiva, hay que tener en cuenta que el imperialismo es un sistema mundial, última etapa del capitalismo, y que hay que batirlo en una gran confrontación mundial. La finalidad estratégica de esa lucha debe ser la destrucción del imperialismo. La participación que nos toca a nosotros, los explotados y atrasados del mundo, es la de eliminar las bases de sustentación del imperialismo: nuestros pueblos oprimidos, de donde extraen capitales, materias primas, técnicos y obreros baratos y a donde exportan nuevos capitales —instrumentos de dominación—, armas y toda clase de artículos, sumiéndonos en una dependencia absoluta. El elemento fundamental de esa finalidad estratégica será, entonces la liberación real de los pueblos; liberación que se producirá, a través de la lucha armada, en la mayoría de los casos, y que tendrá, en América, casi indefectiblemente, la propiedad de convertirse en una revolución socialista.

Al enfocar la destrucción del imperialismo, hay que identificar a su cabeza, la que no es otra que los Estados Unidos de Norteamérica.

Debemos realizar una tarea de tipo general que tenga como finalidad táctica sacar al enemigo de su ambiente obligándolo a luchar en lugares donde sus hábitos de vida choquen con la realidad imperante. No se debe despreciar al adversario; el soldado norteamericano tiene capacidad técnica y está respaldado por medios de tal magnitud que lo hacen temible. Le falta esencialmente de motivación ideológica que tienen en grado sumo sus más enconados rivales de hoy: los soldados vietnamitas. Solamente podremos triunfar sobre ese ejército en la medida en que logremos minar su moral. Y ésta se mina inflingiéndole derrotas y ocasionándole sufrimientos repetidos.

Pero este pequeño esquema de victorias encierra dentro de sí sacrificios inmensos de los pueblos, sacrificios que debe exigirse desde hoy, a la luz del día, y que quizás sean menos dolorosos que los que debieron soportar si rehuyéramos constantemente el combate, para tratar de que otros sean los que nos saquen las castañas del fuego.

Intento de golpe en Ecuador

Nota sobre el frustrado golpe de estado en Ecuador

1 OCTUBRE 2010 
http://www.cubadebate.cu/opinion/2010/10/01/nota-sobre-el-frustrado-golpe-de-estado-en-ecuador/

1. ¿Qué pasó ayer en Ecuador?

 

Hubo una tentativa de golpe de estado. No fue, como dijeron varios medios en América Latina, una “crisis institucional”, como si lo ocurrido hubiera sido un conflicto de jurisdicciones entre el Ejecutivo y el Legislativo sino una abierta insurrección de una rama del primero, la Policía Nacional, cuyos efectivos constituyen un pequeño ejército de 40.000 hombres, en contra del Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas del Ecuador, que no es otro que su presidente legítimamente electo. Tampoco fue lo que dijo Arturo Valenzuela, Subsecretario de Estado de Asuntos Interamericanos, “un acto de indisciplina policial”. ¿Caracterizaría de ese modo lo ocurrido si el equivalente de la Policía Nacional del Ecuador en EEUU hubiera vapuleado y agredido físicamente a Barack Obama, lesionándolo; lo hubiera secuestrado y mantenido en reclusión durante 12 horas en un hospital policial hasta que un comando especial del Ejército lo liberaba luego de un intenso tiroteo? Seguramente que no, pero como se trata de un mandatario latinoamericano lo que allá suena como intolerable aberración aquí aparece como una travesura de escolares.

En general todos los oligopolios mediáticos ofrecieron una versión distorsionada de lo ocurrido el día de ayer, evitando cuidadosamente hablar de tentativa de golpe de estado. En lugar de eso se referían a una “sublevación policial” lo cual, a todas luces, convierte los acontecimientos del Jueves en una anécdota relativamente insignificante. Es un viejo ardid de la derecha, siempre interesada en restar importancia a las tropelías que cometen sus partidarios y a magnificar los errores o problemas de sus adversarios. Por eso viene bien recordar las palabras pronunciadas este Viernes, en horas de la mañana, por el presidente Rafael Correa cuando caracterizó lo ocurrido como “conspiración” para perpetrar un “golpe de estado”. Conspiración porque, como fue más que evidente en el día de ayer, hubo otros actores que manifestaron su apoyo al golpe en gestación : ¿no fueron acaso efectivos de la Fuerza Aérea Ecuatoriana -y no de la Policía Nacional- los que se paralizaron al Aeropuerto Internacional de Quito y el pequeño aeródromo utilizado para vuelos provinciales? ¿Y no hubo grupos políticos que salieron a apoyar a los golpistas en calles y plazas? ¿No fue el propio abogado del ex presidente Lucio Gutiérrez uno de los energúmenos que trató de entrar por la fuerza a las instalaciones de la Televisión Nacional del Ecuador? ¿No dijo acaso el Alcalde de Guayaquil, y gran rival del presidente Correa, Jaime Nebot, que se trataba de un conflicto de poderes entre un personaje autoritario y despótico, Correa, y un sector de la policía, equivocado en su metodología pero a quien le asistía la razón en sus reclamos? Esta falsa equidistancia entre las partes en conflicto era una indirecta confesión de su complacencia ante los acontecimientos en curso y de su íntimo deseo de librarse de su -hasta ahora al menos- inexpugnable enemigo político. Para ni hablar de la lamentable involución del movimiento “indígena” Pachakutik, que en medio de la crisis hizo pública su convocatoria al  “movimiento indígena, movimientos sociales, organizaciones políticas democráticas, a constituir un solo frente nacional para exigir la salida del Presidente Correa.” ¡Sorpresas te da la vida”, decía Pedro Navaja; pero no hay tal sorpresa cuando uno toma nota de los generosos aportes que la USAID y el National Endowment for Democracy han venido haciendo en los últimos años para “empoderar” a la ciudadanía ecuatoriana a través de sus partidos y movimientos sociales.

Conclusión: no fue un pequeño grupo aislado dentro de la policía quien intentó dar el golpe sino un conjunto de actores sociales y políticos al servicio de la oligarquía local y el imperialismo, que jamás le va a perdonar a Correa haber ordenado el desalojo de la base que Estados Unidos tenía en Manta, la auditoría de la deuda externa del Ecuador y su incorporación al ALBA, entre muchas otras causas. Incidentalmente, la policía ecuatoriana hace ya muchos años que, al igual que otras de la región, viene siendo instruida y adiestrada por su contraparte estadounidense. ¿Habrán incluido alguna clase de educación cívica, o sobre la necesaria subordinación de las fuerzas armadas y policiales al poder civil? No parece. Más bien, actualiza la necesidad de poner fin, sin más dilaciones, a la “cooperación” entre las fuerzas de seguridad de la mayoría de los países latinoamericanos y las de Estados Unidos. Ya se sabe que es lo que enseñan en esos cursos.

2. ¿Por qué fracasó el golpe de estado?

 

Básicamente por tres razones: en primer lugar, por la rápida y efectiva movilización de amplios sectores de la población ecuatoriana que, pese al peligro que existía, salió a ocupar calles y plazas para manifestar su apoyo al presidente Correa. Ocurrió lo que siempre debe ocurrir en casos como estos: la defensa del orden constitucional es efectiva en la medida en que es asumida directamente por el pueblo, actuando como protagonista y no como simple espectador de las luchas políticas de su tiempo. Sin esa presencia del pueblo en calles y plazas, cosa que había advertido Maquiavelo hace quinientos años, no hay república que resista los embates de los personeros del viejo orden. El entramado institucional por sí sólo es incapaz de garantizar la estabilidad del régimen democrático. Las fuerzas de la derecha son demasiado poderosas y dominan ese entramado desde hace siglos. Sólo la presencia activa, militante, del pueblo en las calles puede desbaratar los planes golpistas.

En segundo lugar, el golpe pudo ser detenido porque la movilización popular que se desarrolló con gran celeridad dentro del Ecuador fue acompañada por una rápida y contundente solidaridad internacional que se comenzó a efectivizar ni bien se tuvieron las primeras noticias del golpe y que, entre otras cosas, precipitó la muy oportuna convocatoria a una reunión urgente y extraordinaria de la UNASUR en Buenos Aires. El claro respaldo obtenido por Correa de los gobiernos sudamericanos y de varios europeos surtió efecto porque puso en evidencia que el futuro de los golpistas, en caso de que sus planes finalmente culminaran exitosamente, sería el ostracismo y el aislamiento político, económico e internacional. Se demostró, una vez más, que la UNASUR funciona y es eficaz, y la crisis pudo resolverse, como antes la de Bolivia, en 2008, sin la intervención de intereses ajenos a América del Sur.

Tercero, pero no último en importancia, por la valentía demostrada por el presidente Correa, que no dio brazo a torcer y que resistió a pie firme el acoso y la reclusión de que había sido objeto pese a que era más que evidente que su vida corría peligro y que, hasta último momento, cuando se retiraba del hospital, fue automóvil fue baleado con claras intenciones de poner fin a su vida. Correa demostró poseer el valor que se requiere para acometer con perspectivas de éxito las grandes empresas políticas. Si hubiese flaqueado, si se hubiera acobardado, o dejado entrever una voluntad de someterse al designio de sus captores otro habría sido el resultado. La combinación de estos tres factores: la movilización popular interna, la solidaridad internacional y la valentía del presidente terminó por producir el aislamiento de los sediciosos, debilitando su fuerza y facilitando la operación de rescate efectuada por el Ejército ecuatoriano.

3. ¿Puede volver a ocurrir?

 

Sí, porque los fundamentos del golpismo tienen profundas raíces en las sociedades latinoamericanas y en la política exterior de Estados Unidos hacia esta parte del mundo. Si se repasa la historia reciente de nuestros países se comprueba que las tentativas golpistas tuvieron lugar en Venezuela (2002), Bolivia (2008), Honduras (2009) y Ecuador (2010), es decir, en cuatro países caracterizados por ser el hogar de significativos procesos de transformación económica y social y, además, por estar integrados a la ALBA. Ningún gobierno de derecha fue perturbado por el golpismo, cuyo signo político oligárquico e imperialista es inocultable. Por eso el campeón mundial de la violación a los derechos humanos -Álvaro Uribe, con sus miles de desaparecidos, sus fosas comunes, sus “falsos positivos”- jamás tuvo que preocuparse por insurrecciones militares en su contra durante los ocho años de su mandato. Y es poco probable que los otros gobiernos de derecha que hay en la región vayan a ser víctimas de una tentativa golpista en los próximos años. De las cuatro que hubo desde el 2002 tres fracasaron y sólo una, la perpetrada en Honduras en contra de Mel Zelaya, fue coronada exitosamente. El dato significativo es que su ejecución fue sorpresiva, en el medio de la noche, lo cual impidió que la noticia fuese conocida hasta la mañana siguiente y el pueblo tuviera tiempo de salir a ganar calles y plazas. Cuando lo hizo ya era tarde porque Zelaya había sido desterrado. Además, en este caso la respuesta internacional fue lenta y tibia, careciendo de la necesaria rapidez y contundencia que se puso de manifiesto en el caso ecuatoriano. Lección a extraer: la rapidez de la reacción democrática y popular es esencial para desactivar la secuencia de acciones y procesos del golpismo, que rara vez es otra cosa que un entrelazamiento de iniciativas que, a falta de obstáculos que se interpongan en su camino, se refuerzan recíprocamente. Si la respuesta popular no surge de inmediato el proceso se retroalimenta, y cuando se lo quiere parar ya es demasiado tarde. Y lo mismo cabe decir de la solidaridad internacional, que para ser efectiva tiene que ser inmediata e intransigente en su defensa del orden político imperante. Afortunadamente estas condiciones se dieron en el caso ecuatoriano, y por eso la tentativa golpista fracasó. Pero no hay que hacerse ilusiones: la oligarquía y el imperialismo volverán a intentar, tal vez por otras vías, derribar a los gobiernos que no se doblegan ante sus intereses.

 

 

Atilio Boron

Lopez Rega y PApaleo

29/08/10  

PorALEJANDRO BORENSZTEIN, ARQUITE CTO Y PRODUCTOR DE TV 

·       Humor político

Linda semana. Tranquilita, ¿no? Compañero Jefe, se lo digo de frente: otra semana así, y yo lo abandono. No sólo por el stress que nos hacen vivir a todos, sino porque con toda esta locura, se me hace muy difícil operar esta página para la causa, y ayudarlo a quedarse en la Rosada. Así no me sirve, porque si usted se come un palo yo me desprestigio . Y tampoco le sirve a usted porque tira la guita alquilando este espacio que es como una simple balsa Kon-Tiki de bambú, tratando de contrarrestar el tsunami filipino que se arman ustedes mismos.

Hablando de alquiler, le recuerdo que hoy es el último domingo de agosto. ¿Va a renovar el abono o lo voy llamando a Duhalde? No es que lo esté apurando, pero piénselo bien.

Yo se que desde que firmamos este acuerdo, ustedes vienen barranca abajo. Pero reconózcame que no es mi culpa.

Solo con la jodita de Fibertel perdimos un millón de votos . Yo puedo ayudar con la fuerza propagandística de esta página poderosa y monopólica. Pero no me pida milagros. No es mucho lo que uno puede hacer para contrarrestar cierta vocación autodestructiva del kirchnerismo .

Cada vez que la imagen del gobierno mejora, de puro atolondrados nomás, aceleran, muerden la banquina, vuelcan y se ponen el modelo superador de sombrero . Cuando empiezan a andar mejor, es cuando meten la pata. Por suerte para nuestro plan, a la oposición le pasa lo mismo.

Cortémosla con esta dinámica. Pensemos una estrategia. Tenemos una base progre que más no va a crecer.

Ya engatusamos, perdón, convencimos a todos los progresistas que podíamos. El resto de los progres se van a ir con Alfonsín, con Pino o con Lilita. Allá ellos.

¿De dónde corno vamos a sacar el 10 o 15% que nos falta para alcanzar la gloria eterna? No hay mucho que pensar: hay que ir a buscar unas cucharaditas de derecha, manoteándoles unos votitos a Duhalde, a Macri y a De Narváez. ¿Cómo se hace eso? Muy fácil: nos sacamos la careta y confesamos. Perdón, fue un chistecito monopólico.

Analicemos. Dejemos de lado, por un momento, todo lo bueno que hicimos: los juicios a los genocidas, la estatización de las AFJP, la nueva Corte y varias cosas más. Pensemos en los otros “logros”. Durante los 90, impulsamos la privatización de YPF. Luego, fuimos miembros de la Asamblea Constituyente que modificó la Constitución para permitir la reelección de Menem. Ahora, nos queremos quedar en el gobierno para siempre. Somos los dueños de una provincia. Los hospitales, las escuelas, los trenes, las rutas, están tan hechos mierda como siempre. Nos llueven las acusaciones de corrupción. ¡Igual que Menem! Digámoslo abiertamente de una buena vez, y le robamos los votos a De Narváez, Macri y Duhalde. Total, una vez en el Gobierno, nos volvemos a hacer progresistas, los traicionamos a todos y listo . No sería la primera vez que un Gobierno promete una cosa y hace otra, no? Este era el plan que iba a contarle el martes pasado cuando fui a la casa de Gobierno al acto del informe sobre Papel Prensa. Con este tema prefiero no meterme, por respeto al dolor y a lo más sagrado que debemos cuidar, que es la memoria, la justicia y la verdad sobre las violaciones a los derechos humanos, en nuestra historia reciente. Custodiando que nadie se lleve estas banderas a su casa.

Pero mientras me morfaba algunos de los miles de canapés que sobraron por el faltazo de empresarios y embajadores, descubrí que al lado suyo, más precisamente a su derecha, estaba sentado Osvaldo Papaleo, el secretario de Prensa y Difusión del gobierno de Isabelita y uno de los alfiles de López Rega . En aquella época, desde ese cargo, se controlaban radios, canales, gráfica, cine y expresiones culturales en general.

No sabe la emoción que me dio verlo. Tantos recuerdos. Fue hace mucho, pero como yo era un adolescente, son recuerdos marcados a fuego. Literalmente a fuego.

En 1974, los amigos de Papaleo entraron a los canales y le explicaron a sus dueños que era mejor que se fueran a sus casas. Goar Mestre (canal 13), García (canal 11) y Romay (canal 9), entendieron inmediatamente la sugerencia, sobre todo porque les pusieron un revolver en la cabeza a cada uno.

Una vez que ocuparon los canales ¿a que no sabe a quién echaron primero? Exactamente: a mi viejo, Tato. Le prohibieron pisar un canal acusado de hacer “humor elitista”. Mi papá reclamó que al menos le pagaran su contrato.

La respuesta fue una ráfaga de ametralladora en el frente de casa. Nos vino muy bien, porque el hall del edificio ya estaba viejo y había que reciclarlo. Para que mi viejo no se sienta solo, empezaron a prohibir a muchos otros artistas, así le hacían compañía y no se aburría. A algunos más afortunados, los mandaron a pasear al exterior a través de una agencia de viajes que, creo que era de primera clase porque se llamaba Triple A. Entre mediados del 74 y fines del 75, hizo furor. Viajaban todos: Luis Brandoni; Héctor Alterio; Mercedes Sosa; Norman Brisky; Luis Politti; Tomás Eloy Martinez; David Stivel, y tantos más. Un éxito.

Los que no viajaban se quedaban paseando por Buenos Aires. No iban mucho al cine porque tampoco había demasiado para ver. En esa época existía el Ente de Calificación Cinematográfica, dirigido por Miguel Paulino Tato (imposible olvidar ese nombre), bajo la batuta de López Rega y Papaleo.

Prohibieron tantas películas que en todos los cines daban la misma: “Lo que el viento se llevó”, pero sin los besos de Clark Gable. Incluso prohibieron “La Patagonia rebelde”, donde dicen que usted hizo de extra. Sin saberlo, estos paladines de la libertad, frustraron su carrera artística.

La prohibición sobre mi viejo, dicho sea de paso, duró por el resto del gobierno de Isabel y la gestión de Papaleo, y siguió los primeros 3 años del Proceso. Ya que estaban… Con las radios tampoco había problemas. Salvo Continental, y un par más, las demás eran todas del Estado, pero hay que reconocer que se podía elogiar al Gobierno con absoluta libertad. La única radio donde el gobierno permitía que lo critiquen, era Radio Colonia.

Los medios gráficos también andaban fenómeno. Había tantos diarios y revistas que, para hacer un poco de lugar en los kioscos, decidieron prohibir algunos: entre muchos otros, prohibieron el diario Noticias con Bonasso y Verbitsky; el diario Crónica de García; la revista Satiricón con Blotta, Cascioli, Mactas, Dolina, Fontanarrosa, Osky, Guinzburg, Abrevaya, y tantos más.

¿A que no sabe qué diario clausuró Papaleo por 10 días, para coronar la faena? No me lo va a creer: La Opinión. El decreto de clausura preparado por la Secretaría de Prensa y Difusión, acusaba al diario de Jacobo Timerman de pertenecer “a la subversión antinacional y buscar, no sólo deteriorar la imagen del Gobierno, sino destruir sus instituciones, provocar la guerra entre hermanos y sumir la nación en el caos”. Lindo, no? Por eso, cuando el martes vi que nuestro canciller aplaudía y se abrazaba con este buen señor, me caían lágrimas de emoción . Sin duda, el paso de Héctor Timerman por la administración pública ya está en la historia, aunque no precisamente como un lord inglés. Bastante más cerca del peladito de “El Show de Benny Hill”, que de Winston Churchill.

Compañero Jefe, usted bien sabe que a la Compañera Jefa y a usted, yo los banco y los llevo en mi corazón, más allá de nuestros negocios bilaterales. Por eso, me permito sugerirle que cuando se alzan voces en nombre de la libertad de expresión, es bueno recordar lo que pasó en aquellos tiempos, que no fue otra cosa que el aperitivo de lo que vendría después, y que gracias a Dios, ha quedado definitivamente atrás. Esto vale para todos. También para usted.

Eso sí, la próxima vez, antes de abrir la boca, fíjese bien quién es el muñeco que le sentaron al lado suyo, por las dudas. Con todo respeto, por supuesto

FIN

Texto de Alcira Argumedo de Proyecto Sur

Me interesa bien poco reivindicar un movimiento político. Tengo mis serias diferencias con Proyecto Sur, centralmente relacionadas con la lógica en la que cae por la cuestión burocrática.Y ciertamente la personalidad de Solanas no es un problema menor. Pero la violencia y la irracionalidad de los ataques a las personas por no poder abordar argumentos (y el caso de la respetadísima Alcira es otro) es muy consistente (salvando las distancias tanto de destinatarios como de generadores, me refiero al dispositivo) con respuestas absolutamente carentes de contenido a opiniones que -equivocadas o no- sí lo tienen, y se trata de eso y no de otra cosa. En tiempos en los que se logra un avance (por las razones que sean, y sin dejar de anotar los avances que se bastardean y los retrocesos que paralelamente se instalan) justamente por la lógica de no calificar personas ni supuestas fidelidades a sectores por encima del contenido de justicia y -especialmente- hacer caer "principios" discriminatorios (que siempre es una victoria), es muy triste ver nuevamente en marcha operaciones muy berretas con contenidos deleznables. Igual, eso califica a quien los usa, claro.

Un saludo
Gonzalo M.
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Grupo Behhh extraparlamentario
Alcira Argumedo Diputada Nacional de Proyecto Sur

En el marco de una campaña que dista del fair play, algunos intelectuales y periodistas insisten en el intento de pegar a Proyecto Sur y en especial a Pino Solanas con la derecha. No dudamos en diferenciar estas críticas firmadas, de la sutil perspicacia de 6,7,8 y de los libelos anónimos que, al mejor estilo servicios de inteligencia, circulan por mails y facebooks o carteles pegados en la calle.

 

27-Mar-2010 | Más allá del respeto y el afecto que siento por muchos de ellos, me permitiré hacer el ejercicio de definir sus posiciones siguiendo la lógica que emplean, entre otros, Eduardo de la Serna, Horacio Verbitsky, Luis Bruschtein, Horacio González, Rubén Dri, Eduardo Sigal o Alfredo Zaiat, para demostrar nuestros férreos lazos con la derecha parlamentaria. Nadie puede dudar que la derecha existe también fuera del Parlamento: derecha extraparlamentaria con un poder más permanente, sustentada en los grupos económico-financieros que fueran principales cómplices y beneficiarios del saqueo iniciado con la dictadura militar. En su momento le manifestamos a Eduardo de la Serna: “No me parece honesto de tu parte pretender pegar a Pino con Menem. Debieras recordar que en 1991, cuando Néstor y Cristina lo recibían festejando el siniestro desguace de YPF como un "acto de soberanía" y diciendo "aquí está el pueblo de Santa Cruz apoyando este proyecto de transformación que la Argentina necesita" (tengo videos de prueba) Pino sufría un atentado promovido por el mismo Menem, con seis tiros de ametralladora en las piernas y el anuncio que las próximas iban a la cabeza si continuaba denunciando”. Como la respuesta de Eduardo fue reiterar la pegatina, justificándola en una determinada lógica, vamos a hacer el ejercicio de utilizar esa misma lógica.

Si de fotos se trata, tenemos en estos días la de Cristina Kirchner con Franco Macri, publicada en Página12 al ser designado en Lima presidente del capítulo argentino del Consejo Interempresario Binacional de Integración e Inversiones. Conocido cómplice y beneficiario mayor de la dictadura militar y de los sucesivos gobiernos democráticos, en la mencionada lógica tal vez debemos pegar la foto de los sacerdotes del grupo Carlos Mujica o la de esos periodistas e intelectuales con la de Franco Macri. Otra foto es la de Cristina Kirchner con Peter Munk -presidente de la Barrick Gold, cuyo capital originario proviene de los Bush y del traficante de armas saudí Adnan Khashoggi, vinculado con el caso Irán-Contras- junto al gobernador José Luis Gioja y al Ministro de Minería: el veto a la ley de protección de glaciares permite que en la mina Veladero se vuelquen cada año 4.000 toneladas de cianuro, para ser mezcladas con cien millones de agua potable por día a fin de separar el oro y el cobre, en el procesamiento de las rocas que quedan después de hacer estallar montañas y glaciares con 2.500 camiones de explosivos anuales. Una vez extraídos los metales, quedan para los argentinos piletas de varios kilómetros -diques de cola- de agua mezclada con cianuro, además de las fuentes de agua, la tierra y el aire contaminados. El interbloque de diputados Proyecto Sur tiene una foto con pobladores de Andalgalá, que denuncian haber sido brutalmente reprimidos por resistirse al desalojo de su pueblo, para favorecer la explotación minera a cielo abierto avalada por el gobierno nacional. ¿Debemos pensar que la foto de quienes nos pretenden pegar con la derecha sería -por carácter transitivo- junto a los directivos de Minera La Alumbrera o Agua Rica? ¿O tal vez junto a los gobernadores kirchneristas Urtubey de Salta y Capitanich de Chaco, entusiastas del desmonte de bosques destinados a soja, despojando a comunidades indígenas y campesinas o produciendo la tragedia de Tartagal, gracias a la tardanza de casi dos años en promulgar la Ley de Bosques? Sin mencionar las fotos -también por carácter transitivo- con el gobernador Insfran de Formosa o con los intendentes Ishi, Othacehe, Mussi, Coronel o Curto del Gran Buenos Aires.

Las furias desatadas contra Proyecto Sur se fundamentan en habernos opuesto a los diversos DNU destinados a pagar la deuda fraudulenta. Debe recordarse que los DNU nacieron días después de que el gobierno hiciera aprobar en noviembre de 2009 la Ley de apertura del canje de deuda, con el voto de de la derecha: el PRO, el radicalismo y sectores del Peronismo Federal. Un punto central de la propuesta programática enunciada ya en 2007, es promover una auditoría de la deuda como lo han hecho Correa en Ecuador y ahora Lula en Brasil: no vamos a traicionar nuestra palabra. Si se acepta que gran parte de la deuda es ilegítima ¿por qué convocar a la epopeya de pagarla o justificar lo injustificable; por qué acusarnos a nosotros de estar con la derecha? Se nos dice que silenciamos la acción del gobierno “que llevó a cabo la más digna renegociación de la deuda en toda nuestra historia y alcanzó una quita superior al 70% (…) enfrentado agudas críticas de muchos de quienes hoy comparten la mesa de acuerdos del partido de Argumedo” (Sigal, Página12,12/3/10). La deuda total a la fecha de dicho canje en 2005 era de 191.200 millones de dólares y se renegociaron 82.000 millones; de éstos, fueron rescatados 62.000 millones (el resto está en manos de “fondos buitres”) y al haberse emitido bonos en canje por 35.000 millones, la diferencia real entre las dos últimas cifras es de 27.000 millones de dólares. Sobre un total de 191.200 millones, la quita de 27.000 millones es un 15% y no 70%. La deuda quedó en 164.000 millones de dólares y desde entonces se pagaron unos 40.000 millones; no obstante, hoy supera los 176.000 millones: la generosidad de la propuesta actual sorprendió a los propios acreedores.

Se estima que, en términos materiales, la destrucción producida por el terremoto y el tsunami en Chile tendría un costo de 30.000 millones de dólares, con el drama de más de mil muertes. Si entre el 2005 y el 2009 Argentina pagó 40.000 millones de dólares en concepto de deuda fraudulenta, esto significa que cada tres o cuatro años sufrimos un desangramiento de recursos nacionales equivalente al terremoto y al tsunami en Chile; pero en vidas humanas el costo es mayor, dadas las muertes por hambre, miseria y enfermedades curables. De continuar con la política de pagos sin investigar la deuda ilegítima, esta situación se reiteraría hasta el 2089 o el 3012: ¿debemos suponer que quienes nos acusan de estar con la derecha apoyan esta locura con sus terribles secuelas sociales? La lógica formal tiene el recurso de “demostración por el absurdo”: es el que estamos utilizando con la intención de hacer reflexionar a quienes nos denostan. El simplismo de la lógica binaria aristotélica y la metodología de Pedro y el Lobo, tienden a plantear situaciones confusas que sólo favorecen a las corporaciones y bancos, así como a los grandes corruptos que saquean nuestro país, ocultando los reales intereses beneficiados con el sufrimiento de las mayorías. Baste recordar la tan mentada 125: quienes se oponían supuestamente estaban con la Sociedad Rural; pero quienes la apoyaban permitieron un desfalco al Estado -en su momento denunciado por Proyecto Sur- de 1.750 millones de dólares en favor del Senador por el FPV Roberto Urquía de Aceitera General Deheza, además de Bunge, Cargill, Dreyfus, Monsanto, Nidera y otras exportadoras del campo popular: el desfalco pudo concretarse, dada la amnistía a las causas de defraudación penal y el blanqueo de capitales decretada por la presidencia en noviembre de 2008. Es hora de debatir en serio, con rigurosidad y sin agravios, los grandes problemas que afectan al pueblo argentino y los lineamientos de un proyecto superador: nosotros estamos dispuestos.
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Las políticas fiscales neoliberales

Las políticas fiscales neoliberales
 
 
Vicenç Navarro
Público
www.rebelion. org , 8/7/10

 

Una de las políticas fiscales que han caracterizado el pensamiento neoliberal reproducido en la mayoría de partidos gobernantes en la Unión Europea, tanto de derecha como de centro izquierda, ha sido la reducción de impuestos. Se decía que tal bajada de impuestos liberaba la capacidad creativa, tanto de los ciudadanos como de las empresas, estimulando así la economía. En España, no sólo la derecha –tanto española (PP), como catalana (CiU)– sino también la izquierda gobernante (PSOE), enfatizaron la conveniencia de bajar los impuestos. El presidente Zapatero inició su mandato con el dicho de que “bajar impuestos es de izquierdas”. Antes, los gobiernos del PP habían hecho de esa bajada el elemento central de su política fiscal.

Y un tanto semejante ocurrió en varios países de la UE. En Alemania, por ejemplo, los impuestos sobre el capital se redujeron (desde 1995 a 2009) nada menos que 26 puntos, a la vez que el nivel de gravación fiscal de las rentas superiores se redujo 9,5 puntos. En España y Francia, la reducción de los impuestos de las rentas superiores fue incluso mayor, reduciéndose 13 puntos. En Italia, el Impuesto de Sociedades bajó 20,8 puntos y el de las rentas superiores 6,1 puntos. Tales reducciones favorecieron a las rentas del capital y a las rentas superiores, de manera que tales rentas, como porcentaje de las rentas nacionales, se dispararon, incrementándose las desigualdades de renta de una manera muy acentuada. De esta manera, la regresividad fiscal y las desigualdades sociales aumentaron espectacularmente estos últimos 15 años.

El argumento que se utilizó para promover estas políticas fiscales, favorables a las rentas del capital y a las rentas superiores, era que había que cuidar (mimar, sería la expresión más adecuada) los factores movibles –tales como el capital y las rentas superiores–, evitando que se asustaran y dejaran el país. Este era el discurso neoliberal que sostuvieron los medios de mayor difusión del país. Detrás de él existía el enorme poder político del capital financiero y empresarial (y muy en especial el relacionado con las exportaciones) , así como el de las rentas superiores. Donde esta influencia adquirió mayor desarrollo fue en Alemania, cuyo modelo económico estaba, y continúa estando, basado en un modelo financiero y exportador con una competitividad elevada, enraizada en unos salarios estancados que no mejoraban con el crecimiento de la productividad. Ese incremento de la productividad repercutía primordialmente en aumentar los beneficios del capital, muy en especial de las empresas exportadoras y de la banca, y no en aumentar las rentas del trabajo. Como dijo Peter Bofinger, miembro del Consejo Económico alemán, “el problema de Alemania es que vive muy por debajo de sus posibilidades”, es decir, que la riqueza que se creaba y continúa creándose no repercute sobre el nivel de vida de los trabajadores y de las clases populares alemanas. El Gobierno socialdemócrata del canciller Gerhard Schröeder (1998-2005) fue el que inició –en su programa de 2010– la reducción de los impuestos de sociedades y de las rentas superiores, política seguida más tarde por Angela Merkel y sus gobiernos de coalición. Algo parecido ha estado ocurriendo en Francia, donde la creciente regresividad fiscal explica un notable crecimiento de las desigualdades sociales. De nuevo fue un Gobierno socialdemócrata, dirigido por Lionel Jospin (1997-2002) el que inició la política de reducción de impuestos, política que fue acentuada por Nicolas Sarkozy en 2007.

Tal reducción de impuestos de las rentas superiores, además de incrementar las desigualdades, creó también las bases para que apareciera el problema del déficit del Estado. Este déficit fue causado, en parte, por la disminución de la actividad económica. Pero las políticas de reducción de impuestos, con la consiguiente reducción de los ingresos al Estado, contribuyeron enormemente a la creación de los déficits y del aumento de la deuda pública. En Alemania, por ejemplo, si los niveles de imposición fiscal fueran los mismos que existían en 1998, el Estado alemán habría recaudado 75.000 millones de euros más por año de los que recaudó en 2009, una cantidad semejante, por cierto, al déficit que el Gobierno Merkel quiere resolver mediante los recortes muy acentuados que ha propuesto sobre el Estado del bienestar alemán. Un tanto semejante ocurre en España, donde el déficit del Estado no sería tan elevado si los niveles de imposición, tanto de las rentas del capital como de las rentas superiores, se hubieran mantenido igual a los existentes en los años ochenta.

Estos datos señalan el error del argumento ampliamente utilizado en las instituciones europeas (Consejo Europeo, Comisión Europea y Banco Central Europeo) en defensa de la austeridad del gasto público (incluyendo el gasto público social), indicando erróneamente que “hemos estado viviendo durante todos estos años por encima de nuestras posibilidades”, asumiendo que nos hemos gastado más de lo que tenemos. Pero no es cierto y es fácil de demostrar. Tenemos el gasto público social más bajo de la UE-15, lo cual no se debe a que España no tenga recursos. España tiene ya el nivel de riqueza de la UE-15. Su PIB per cápita es el 94% del promedio de la UE-15. Y, sin embargo, el gasto social es sólo el 73% del promedio de la UE-15. Si nos gastáramos el 94% del promedio tendríamos 66.000 millones de euros más para gastarnos en nuestro escuálido Estado del bienestar. España tiene estos recursos. Lo que ocurre es que el Estado no los recoge. Y ahí está el problema. No es que vivamos por encima de nuestras posibilidades, lo que pasa es que los ricos, los bancos y los grandes empresarios no pagan lo que deberían. Las políticas neoliberales han favorecido a las rentas superiores, creando una enorme polarización social, que han generado la crisis actual y que están dificultando la recuperación económica. Y ahí está el problema que los medios de persuasión no tocan.

La santa inquisición argentina: la guerra santa contra la democracia, la igualdad y la justicia

El poder de la Iglesia Católica trabaja contra las libertades humanas y sociales impidiendo la libertad individual.

Una institucion complice con todas las matanzas y masacres antipopulares( desde la conquista de America, del desierto a la actual guerra santa contra las libestades civiles) ejerce su enorme poder asustando a la población con el CUCO o el Diablo y el reino del infierno si se aprueba en el senado el miercoles 14 de julio el matrimonio

entre Gays, lesbianas, bi y trans.

Los pedofilos y socios de los criminales nazis argentinos nada han hecho en ese campo y salen a imponer su discurso antisexual y controlador de los placeres a la población civil con la ayuda económica del Estado ( bobo) que la mantiene subsidiando su dispositivo educativo, los sueldos y facilitando una enorme presencia en cada tema civil.

 

El pueblo debe recuperar sus derechos a ser feliz, vivir sin miedos y con alegria y a poder hacer y gozar de su sexualidad como les de las ganas.

El matrimonio es patrimonio y se vincula con la propiedad privada.Las minorias tiene y deben ejercer sus derechos a ser y funcionar como las mayorias.

A poder casarse, tener hijos, adoptar y utilizar los adelentos medicos para concebir nuevos seres. A proteger al otro y a sus crios.

 

Los nazis clericales combaten nuevamente contra el pueblo manipulado y asustado por el Cuco que no existe.

 

Desde este espacio americano del Sur apoyamos las libertades, la igualdad y la justicia para todos.

 

" la unica Iglesia que ilumina es la que arde" (es una metafora)

 

Arden sus controles y mandatos y sus dispositivos de culpa y castigo a los otros. Su enorme hipocresia y complicidad con los criminales.

Amen!