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Hospital publico

Mundo del revés: Hospital público.(primera parte)

El hospital público es un excelente ejemplo antropológico sobre cómo hacer
lo contrario de lo que declamamos, un nuevo caso del "Mundo del revés".
Diversos grupos disponen del mismo para acumular influencias, prestigio y
poder.
Los médicos agrupados en servicios construidos de manera jerárquica,
intentan escalar posiciones para recibir los favores de los laboratorios
medicinales, de algún grupo estatal o privado, nacional o internacional y
utilizar a los pacientes para producir trabajos científicos y legitimar su
posición social.
Más trabajos publicados o participantes en congresos médicos, implica
mayor posibilidad de beneficios para sus jefes.
La estructura piramidal ayuda a acrecentar el poder de los escalones
superiores y acumular ganancias espirituales y económicas.
Mayor publicidad aumenta la demanda de servicios y atenciones de la
población seducida.
Los estratos inferiores suelen ser nuevos médicos en planes educativos:
residencia, concurrencia, becarios,etc.
Estos incorporan acríticamente la ideología positivista del sector y la
perpetuan. Tienen como referencia y modelos a esos servicios, que suelen
idealizar.
Les enseñan a sentirse identificados con ellos y sus logros
científicos.Hasta pueden continuar ahí su trabajo al finalizar el
entrenamiento educativo.
Los modelos a seguir son extranjeros: preferentemente norteamericanos y
luego europeos.Trasladan sus discursos y prácticas como verdades a seguir. Y
conocen más sus realidades ajenas que las propias.
El colonialismo cultural garantiza la futura emigración de los mejores y
obedientes cuadros.
Los sectores desconocen y evitan las influencias de las ciencias humanistas
como la antropología, psicología y filosofía, entre otras. Creen que la
ciencia producirá un real beneficio a la humanidad y que ellos integran
la comunidad de sabios, en mayor o menor medida, comparados con sus ejemplos
extranjeros a seguir.
No poseen la mínima crítica social a la realidad que intentan ocultar.

Las guardias de urgencias sirven como depósitos de los excluidos sociales:
marginales, desempleados, viejos y presos las componen.
Una progresiva violencia irrumpe en ella y atrapa a sus integrantes.
La sala de guardia es el extremo de un embudo hospitalario: los que viven
sus horas en el café, los que no cumplen realmente con sus horarios de
trabajo, expulsan a los pacientes a la guardia.No se comprometen con ellos.
Piensan sólo en su beneficio particular.
Muchos llevan nuevos clientes del hospital.
La mayoría destruye las instalaciones, como si no les perteneciera.No cuidan
la higiene, fuman, ensusian.
Hacen lo que en teoría no deberían.Una doble moral: suciedad pública,
limpieza privada.
Visten su ética con palabras vanas, brillantes discursos apartados de la
cruel realidad.
Piensan en escalar posiciones y obtener una porción de poder:fama y
dinero,reales objetivos perseguidos.

Algunos participan en la política sindical y trafican influencias, seducen
al personal administrativo y al no- médico.
Un trampolín a la política en Salud Pública.
Escudados en el hospital, tratan de obtener buenos puestos en la
administración estatal.

Nadie cuestiona nada. Puras palabras vaciadas de contenido.
Hay una distribución de influencias ganadas con una conducta acomodaticia y
genuflexa con el poder hospitalario.
Verdadera profesión pequeño- burguesa, indiferente, egoista, de doble
discurso y conducta.Rutinaria, hipócrita y servilista.

"Seres solemnes, modestos, indecisos y obtusos:reales mediocres" (José
Ingenieros:El hombre mediocre, 1910)

Dr. Alejandro Wajner
2003

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