Mujeres Carroñas: el caso de P. V. Sz- por Alejandro Wajner
Ejemplo clínico de
Mujer carroña: el caso de P. V. S.
Ella ama el dinero, siente seguridad, calma su vacío e inmadurez.
Disfraza sus emociones, elige caras frente a los Otros, oculta sus
intenciones.
Trata de seducir y ser aceptada para lograr sus metas:
Vivir sin mucho esfuerzo.
Creerse perfecta.
Parecer lo que no es.
Utiliza a los seres para obtener logros personales.
Tiene una hija prisionera de sus falsas intenciones.
Para ella: una inteligente y capaz mujercita con múltiples potencialidades.
Un " diamente en bruto".
Nunca pudo ayudarla a crecer como persona, como ser independiente.
La tiene pegada a su ser.
Sufre de asma, de respirar con problemas, de pelear cada aliento con la
muerte.
Atrapada por una madre pegajosa, seductora, falsa, llena de incumplidas
promesas y hernosos futuros nunca alcanzables.
Vivió en pareja con un hombre pobre pero trabajador.
También rebelde y peleador.
Inestable.
Ansioso.
Imprevisible, por momentos.
Disimuló para agradarlo.
Hasta que pergeñó el plan: acumular algo de dinero y una vivienda y
separarse.
Lograr un acuerdo de divorcio, de alimentos que la ayude a capitalizarse.
Mentir a todos, convencerlos de su honestidad y dedicación para con su hija.
Aliada con la abogada de su ex- esposo logró un documento de alimentos
inmejorable.
Un colchón para su necesidad de confort.
A costa del esfuerzo de su tonto y angustiado ex- esposo, lograría
acrecentar su patrimonio con poco trabajo real.
Ayudada por la justicia y un abogado sin escrúpulos, acosaría a la nueva
familia y a los hijos de su ex.
Pues desea destruirlo, someterlo, usarlo de esclavo proveedor.
Juicio tras juicio...
total ella no pone un peso.
Todo debe ser pagado por el ex- esposo.
Pues es profesional.
La jueza olvida la realidad de miseria y exclusión que ataca a la mayoría de
los sectores populares y del trabajo.
Todos piden dinero.
La judicialización de una separación castiga al hombre.
Deteriora su relación con su hija.
Que navega en el mar de la nada, del desamparo real, de la insignificancia y
de la mentira como herramienta.
Hace unos años que todos abusan del ex- esposo.
La Justicia parcial: teoriza sin conocer la relaidad ni consultar a la hija,
motivo del litigio económico.
Los abogados, consiguieron un trabajo fácil, un dinero para sus gastos.
Un caso más del montón.
La mujer caroña necesita nuevas víctimas.
Pronto su hija alcanzará la edad de la independencia y deberá crear otros
proveedores para seguir capitalizándose.
Tuvo otro concubinato y matrimonio.
Con eso compró un departamento.
Tal vez quiera un auto:
¿ Quién será el nuevo engañado?
-----------------------
Material Bibliografico
Síndrome de alienación parenteral
Progenitor- alienador vs. progenitor- objeto y el niño- víctima
Síntomas del Síndrome de Alienación Parental
El niño está alineado con el progenitor alienador en una campaña de
denigración contra el progenitor objeto, en la que el niño contribuye
activamente.
Las razones alegadas para justificar el descrédito del padre objeto, son a
menudo débiles, frívolas o absurdas.
La animadversión hacia el padre rechazado carece de la ambivalencia normal
en las relaciones humanas.
El niño afirma que la decisión de rechazar al padre objeto es exclusivamente
propia.
El niño apoya reflexivamente al progenitor con cuya causa está alineado.
El niño expresa desprecio sin culpa por el odio hacia el padre objeto.
Se evidencian escenarios prestados, por ejemplo, las afirmaciones del niño
reflejan temas y terminologías propias del progenitor alienador. La arpía de
la madre .
La animosidad se extiende a la familia de origen y a quienes se asocian con
el padre odiado.
La obstrucción del vínculo paterno-filial, compone claras expresiones de
abuso psicosocial canalizado al niño y consecuentemente el progenitor
denigrado no custodio. Este argumento, lo postuló la Declaración de Langeac
(1999) en su artículo noveno, letra d. "como la alienación parental
significa daños y perjuicios a la relación niño-padre (madre), y es
perjudicial al interés superior del niño, debe considerarse una forma de
abuso al niño. También las acciones realizadas por las autoridades
judiciales que dañen las relaciones del niño con sus padres deben
considerarse como una forma de abuso del niño y deben cursarse las multas y
cargos correspondientes".
"Inducen a menores no abusados sexualmente, a creer que sí lo fueron,
mediante la co-construcción de memorias o pseudo memorias. Muchas veces
psiquiatras y psicólogos, -aún involuntariamente-, generan una verdadera
criminogénesis de falsos abusos sexuales y sus nefastas consecuencias, dado
que:
Causan verdaderas parentectomías, porque muchas veces los progenitores son
injustamente excluidos del hogar conyugal, produciendo en los niños distrés,
angustia, depresión, síndrome de alienación parental y la creencia errónea
de que no los quieren". De Gregorio, B. H (2002).
El comportamiento de los progenitores que inducen a la alineación en los
casos de divorcios altamente conflictivos, se basa en una multifactorialidad
de maniobras, que inducen a la campaña de alineación para frustrar el
régimen de visitas y las relaciones con el hijo.
Por Sexo. Las madres adoptan un comportamiento de SAP con una frecuencia
significativamente mayor y se inclinan a la abducción psicológica y social.
En los padres, la frecuencia se refleja mayoritariamente en la abducción
física.
Parejas No Casadas. La alienación es desplegada por el resentimiento y rabia
de la madre por la negativa del padre a casarse, efecto que se exacerba si
el padre se involucra con una nueva pareja.
Nuevas Parejas. La nueva pareja puede ser el instigador primario de los
esfuerzos por obtener la custodia del niño. Algo similar sucede cuando el
padre se asocia a un culto religioso que estimula la lucha activa por
arrebatar la custodia al progenitor no asociado al culto.
Vulnerabilidad Narcisística. Cuando uno o ambos progenitores tienen esta
vulnerabilidad carecen de una identidad propia y la necesidad de protegerse
y defenderse contra la herida narcisista, se operacionaliza en el uso de
defensas primitivas como la externalización, la negación y la proyección.
Ocultar Déficits Parentales. La campaña alienadora se utiliza para encubrir
un escrutinio no deseado de los problemas personales del progenitor
programador.
Vulnerabilidad a la Separación. Un factor en algunos divorcios claramente
conflictivos, es la presencia en uno o ambos padres de vulnerabilidades
específicas hacia la pérdida y los conflictos que rodean el vínculo. El
progenitor rechazado con el divorcio, se vuelca hacia el niño como medio de
llenar sus necesidades emocionales resultando lo que Wallerstein denomina
'niño sobrecargado'.
Venganza. Es una de las razones más comunes y poderosas que los progenitores
tienen a la hora de adoptar un comportamiento alienador y constituye la
única opción viable en respuesta a los sentimientos heridos por el divorcio.
Necesidad de Controlar y Dominar. Algunos progenitores están impulsados de
una necesidad incontrolable de influencia y dominio, que les proporciona la
doble gratificación de mantener el poder sobre el niño y vicariamente sobre
el ex cónyuge, cuyo régimen de visitas y relaciones con el niño resulta
frustrado por las maniobras de control del padre alienador.
Síndrome de Medea. Jacobs en Nueva York y Wallerstein en California
informaron casos de lo que ellos llamaron el Síndrome de Medea. Las Medeas
modernas no desean matar a sus hijos, pero sí quieren venganza de sus ex
esposas o esposos y lo logran destruyendo la relación entre el otro
progenitor y el niño. Se inicia con el matrimonio en crisis y la separación
subsiguiente, cuando los padres pierden, de vista el hecho de que sus hijos
tienen necesidades distintas a las propias y piensan en el niño como una
extensión del propio yo. Estos progenitores liberar su intensa ira de manera
desorganizada pero crónicamente disruptiva, que bombardea a los niños, más
que les protege con la cruda amargura y el caos de los sentimientos de los
progenitores para con el ex cónyuge y con el divorcio mismo.
Síndrome de la Madre Maliciosa. Turkat, (1994) denominó esta perturbación y
la clasificó como una forma moderada de interferencias en las visitas, en
comparación con el síndrome de la madre maliciosa en relación con el
divorcio. En el contexto del divorcio, se relaciona con una clase especial
de progenitores alienadores, que emprenden una campaña multifacética y
despiadada de agresiones y engaños contra el ex cónyuge, como medio de
castigarle por el divorcio. Litigación excesiva, involucración del niño y
terceras personas, utilización del fraude y de la mentira". Citado por Rand,
Conway. D. (1997: I).
Según Bone, M. & Walsh, M. (1999), "para sobrevivir al efecto alienante, los
hijos se convierten en astutos manipuladores y en expertos prematuros para
descifrar el ambiente emocional. Este comportamiento es inducido por seguir
la directiva del alienador que conlleva la elección de un progenitor, y
actúa sobre la emoción más fundamental del ser humano, el miedo a ser
abandonado".
"Los niños, frecuentemente no tienen conciencia de cómo están siendo
utilizados y es muy importante entender, que si el niño está enfadado y
rechaza las visitas con el otro padre a causa de antecedentes de abuso, el
comportamiento infantil no es una manifestación del SAP, y constituye la
razón por la cual el aspecto de las falsas denuncias es tan importante. No
obstante, los propios hijos pueden tener motivaciones que pueden hacer del
SAP algo más catastrófico, en consideración a:
La perspectiva hedonista por las gratificaciones inmediatas.
Al deseo de evitar lo incómodo, como las situaciones ansiógenas, que los
hace aliados vulnerables para situarse al lado del padre alienador".
Darnall, D. (1998).
"Los niños que asumen un papel de espía, tratan de obtener ventajas mediante
el chantaje, pero, pueden minar progresivamente la actitud favorable del
padre, alejándolo física y emocionalmente". Ezquerro, G.M. (2002).
¿Quién es un progenitor alienador?
El progenitor alienador es a menudo "una persona que puede estar cegado por
su rabia, provocado por celos o por la cólera. Se ve como víctima, tratado
injustamente y cruelmente por el otro progenitor, del cual se quiere vengar,
haciendo creer a los hijos que el otro tiene toda la culpa, ejerciendo
persuasión coercitiva". Asimismo, como el progenitor alienador "cuenta con
el apoyo de los miembros de su familia, se fortalecen sus sentimientos,
respecto a 'tener' la razón y conducen al hijo a odiar y rechazar al padre.
"Capturar el control total de sus hijos es para el progenitor alienador, una
cuestión de vida o muerte. No es capaz de individualizar (reconocer a sus
hijos como seres humanos separados) y es muy convincente en su desamparo y
en sus descripciones. A su vez, opera con gran resistencia al examen de un
experto independiente (quien podría destapar sus manipulaciones) y no
obedece las sentencias de los tribunales".
Proceso operante del Síndrome de Alienación Parental
"Los padres alienadores emplean psicológicamente el proceso de
triangulación. Este término describe la forma en que los padres proyectan la
rabia que sienten hacia el otro padre utilizando la vía de relación
padre-hijo, para denigrar al otro padre, para lo cual se abduce o secuestra
psicológicamente al hijo con el objeto de alejar al niño del otro padre".
Hoobs, T. (2002:2).
"El amor y los cuidados tempranos dejaron de ser exclusividad de las
mujeres, actividad a la que se han sumado nuevos padres, que sin temor a
perder su virilidad, participan desde el comienzo en la crianza de sus
hijos. Les dan el biberón, los bañan, les cambian los pañales, y no lo hacen
presionados por sus mujeres o porque hayan quedado desempleados, aunque este
sea el motivo en ciertos casos. Lo nuevo es que lo hacen voluntariamente y
con placer, por lo que sería injusto tildarlos de padres maternizados, como
se escucha muchas veces". Varela, M.S. (2000).
"La custodia monoparental, la incorporación de las mujeres al mundo laboral
y la políticas de igualdad de oportunidades, cuestionan las relaciones
parentales, las cuales han sufrido un profundo cambio (aunque no
espectacular) en los resultados de la educación de los niños y niñas tras la
separación y/o divorcio de sus progenitores". Sariego, J.L. (2002).
Paternidad ausente
Los treinta últimos años han sido testigos de un enorme incremento de la
ausencia paterna. Precisando en esta argumentación, Pedemontes, M.R. (1992),
expresó que "la paternidad es un derecho natural, un derecho humano y no
debiera haber Juez que osara refutarla, sin embargo, a nombre del derecho de
la mujer, es un derecho que se soslaya. En el derecho de familia solo hay
soluciones menos malas, hay padres que se olvidan que son tales, y también
existen buenos padres que sí quieren a sus hijos y que quieren seguir siendo
tales, pero, se desaniman y frustran al verse reducidos a visitadores de sus
hijos y pagadores de pensión. Hijos que tendrán quizás unos alimentos bien
distribuidos, visitas preestablecidas, pero, que habrán perdido un derecho
humano, a su vez fundamental: crecer con una figura paterna no
subdimensionada y sobre todo sin el afecto directo y fecundo y fermental de
la mitad de su familia ". Pedemontes, M.R. (1992).
En esta ámbito, algunos especialistas consideran que "en las grandes
ciudades el fenómeno de hijos con padres ausentes, está relacionado con:
Las nuevas formas de organización familiar: parejas con alguno de sus
miembros divorciados y/o con hijos de uniones anteriores.
La fuerte tendencia a compartir la vida sin papeles: indicador que supone
innecesarios a los padres en la crianza y hasta superfluos.
Concepción de la paternidad descartable, es a su vez, una aseveración de
algunas mujeres que declaran que ser madre soltera es un derecho femenino".
El Clarín (1998). Aspecto que tiene su correlato en Chile, sustentado en que
"el hijo, es un derecho de la maternidad aún cuando no se cuente con la
pareja". Salgado, C. (2002:17).
En este sentido, uno de los quiebres de la cultura contemporánea esté
referido al quiebre de la norma, que se consigna como réplica de vivir en un
mundo de ambigüedad e indefinición, y que traduce a un padre que tiene miedo
a ejercer la autoridad y configura un padre, señalado como el gran perdedor
en la sociedad contemporánea.
Problemas generados por la paternidad ausente
En este tenor, las complicaciones y/o inadaptaciones que genera "la ausencia
real del padre, por muerte o separación, es dolorosa, pero, no ocasiona
perturbaciones tan severas como la presencia de un 'padre faltante' desde el
comienzo, y que en parte está relacionada con la función normativa de padre.
En este contexto, la ausencia del padre, "significa también la falta de
límites, o mejor, la difuminación del goce. Y es por eso que aparecen nuevos
síntomas del malestar cultural, como las adicciones a las drogas". Cobas, C.
Citado por Dillon, M. (2001).
Al respecto, la ausencia de disciplina paterna origina "el presentismo,
implica que el hijo no aprende a retrasar la satisfacción de sus deseos y
crea una ruptura entre presente y futuro". Sullerot, E. (1993:21-27). Este
enunciado, conlleva la necesidad de "normativizar al niño desde su inicio,
ejercicio que realiza un adulto responsable en la crianza, que va
significando sus acciones iniciales, sus movimientos, y sus demandas. En
esta etapa, el nacido como cuerpo biológico se va transmutando en un sujeto
psicológico, para constituirse en un sujeto social, que requiere de la
renuncia de lo puramente instintivo y pulsional para ser aceptado
socialmente.
Asimismo, durante la adolescencia, la ausencia de padre, o una carencia
patente de presencia paterna, perjudica muy particularmente al muchacho y
muy particularmente en la toma de conciencia de su pertenencia al sexo
masculino. La presencia del padre tiene como función permitir que el hijo
acceda a su agresividad natural, porque cuando falta el padre, el hijo no
puede acceder a la impulsividad propia de su sexo. Sufrirá las prohibiciones
de su madre, que tolera mal sus manifestaciones de salvajismo instintivo".
Melicchio, P. (2001).
La paternidad como todas las conductas humanas, es una construcción social,
simbólica, por tanto histórica, y es básicamente "una cuestión de actitud,
siendo más efectiva, si hay autocrítica genuina respecto a cómo se asume. No
se restringe concretamente a un asunto biológico, porque el hecho físico 'la
concepción' no agota su sentido, ya que se puede engendrar infinidad de
hijos sin por eso asumirse plenamente". Colussi, M. (2002). Y no obstante,
el período transicional de la paternidad, coexiste un cimiento sociocultural
en que la pareja en términos de persona, busca intercambios positivos y no
distinguen funciones privativas, porque es un vínculo animado por la
reciprocidad. En este aspecto, el orden doméstico y el hijo no son
excluyentes, ambos progenitores participan en el ejercicio del rol
socioafectivo y esta consideración conlleva la reciprocidad de roles dentro
y fuera del matrimonio como vector fundamental, para evitar la generación de
vínculos asimétricos post-separación conyugal". (Barros, L. 2001).
En este sentido, "una de las particularidades de la paternidad es que sea un
hombre real, concreto, sea o no el genitor, el que soporte esa función
simbólica y si el verdadero padre es el que cría al hijo, tenemos la prueba
de que la paternidad biológica no existe más que si va acompañada por lo que
ha dado en llamarse la paternidad socioafectiva, dada la existencia de un
vínculo de consanguinidad y de filiación que implica protección, educación,
transmisión, que en definitiva es la socialización de los hijos". Sullerot,
E. (1993:15). En este ámbito, la importancia del proceso socializador
paterno, traduce la forma en que el padre interactúa con el hijo, tramita un
estilo que en los primeros años se plasma en estimular la competencia, el
desafío, la iniciativa y la independencia y posteriormente la presencia y
apoyo paternal deriva en mejor desarrollo del área cognitiva. Asimismo, la
entrega de valores por el padre es señalero de su mayor participación con el
medio externo, dado que el padre transmite principalmente las reglas básicas
de la sociedad. Como proceso socializador, "inculca buena parte de los
significados del medio cultural y el conducto más importante es la
socialización primaria a través de determinados agentes y que en la práctica
significa transmitir significados vía ejemplar y en este sentido, la
socialización se confunde con la carga emocional dado que el niño la vive
como manifestación del vínculo afectivo en la relación cotidiana que
vivencia con sus progenitores". Barros, L. (2001).
Antes de existir como sí mismo, por sí mismo y para sí mismo, todo niño "es
un polo de esperas, de proyectos, de atributos de los padres. (Lagache,
1961), citado por Dio Bleichmar, E. (2000). El hijo deseado es el que viene
por añadidura y a causa del deseo de una pareja que es ya feliz sin hijos.
De pronto ambos miembros de la pareja se encuentran convertidos en padres y
esto tal vez, sea el principio en que los dos progenitores podrán o no
constituirse en padres, desear o no, cuidar o abandonar, pero siempre,
quieran o no, marcarán a este naciente". Dolto, F. citado por Meliccho, P.
(2001). Y en este sentido, "la única especificidad realmente importante de
la parentalidad, es la de sentir que se ha sido amado, reconocido y
contenido, física y psicológicamente, por ambos padres desde el comienzo".
Varela, M.S. (2000).
Desde este planteamiento, "el acto procreativo constituye un hecho
biológico, pero la consideración del hijo como sujeto de derechos y
obligaciones deriva de un hecho cultural y es en este sentido, que la figura
y ejercicio de la paternidad conlleva paralelamente la misma fuente de
derechos y obligaciones, dado que: toda persona es hijo de dos y no de uno.
Esto significa que la dependencia filial no puede ser considerada jamás como
una disposición instrumental ni de los padres sobre los hijos, ni de la
sociedad sobre los padres con propósitos creativos. La sociedad obliga a los
progenitores a reconocer el fruto de la unión sexual como hijo propio, sobre
el cual se adquiere una responsabilidad irrenunciable, estableciendo con
ello un vínculo de reciprocidad fundado en la igual dignidad de los padres y
del hijo, esta igual dignidad de todos los seres humanos que han venido a la
existencia, permite personalizar las relaciones humanas". Morandé, P.
(1999:15-35).
Paternidad minimalista
Aún cuando los hombres se han ido involucrando cada vez más en la educación
de los hijos, a nivel societal existe una concepción minimalista de la
paternidad, motivación que excluye al padre de sus derechos post separación
conyugal. Entre algunos de los factores que inhabilitan o imposibilitan el
ejercicio de la paternidad no custodia post-separación conyugal, están
conectados con:
Los habituales prejuicios de la sociedad contemporánea, que atentan contra
los cambios positivos de los padres y su imagen.
La exigencia de la norma social, no considera pertinente que asuma la
parentalidad compartida después de la separación o divorcio, si la madre
requiere a los hijos.
La reticencia de la mujer a ceder en lo que respecta a su prerrogativa
materna.
La prevalencia del concepto y mito del instinto maternal.
La hostilidad femenina respecto de las agrupaciones en pro de la defensa de
los derechos paternales.
El feminismo intransigente (hembrismo) que no ha traspasado la barrera de la
liberación sexual y la guerra de los sexos.
El papel que desempeña la madre en los primeros años de vida es fundamental
y en nuestro país, esta influencia femenina es aún mayor, ya que sigue
teniendo prioridad en la crianza cuando los menores ingresan a la educación
formal (pre-kinder y kinder).
Desvalorización del rol socioafectivo y educativo del hombre en la crianza
post-separación conyugal.
Desconcierto sobre el nuevo rol del padre.
La sociedad e instituciones, consideran la petición de custodia de parte del
hombre, como residuo del machismo matriarcal.
La insistencia en la custodia es considerado erróneamente como algo
patológico, y requiere de una prueba psicológica.
Influencia de la feminización del cuerpo profesional asociado a los
Tribunales de Menores.
No existe desarrollo del concepto de coparentalidad en su sentido más
amplio: durante y después de la unión conyugal.
El concepto subjetivo 'el interés superior del hijo' que opera como
directriz, ha desarrollado entre mujeres y hombres una asimetría
perturbadora y favorecedora a la mujer.
Resistencia pasiva del mundo mas-culino en el trabajo, que frena la
intercambiabilidad de los papeles.
Estos efectos configuran un padre abandónico y de segundo plano, que frente
a los Tribunales de Menores, no tiene ningún derecho ni amparo y frente a
sus pares, es condenado por el silencio, hecho que magistralmente señaló
Décoret, B. (1988) "en materia divorcios, el hombre suele ser el peor
enemigo del hombre". Citado por Sullerot, E. (1993: 128).
"Si el hombre también es portador de la cultura, no puede quedar descartado
del proceso socializador y del rol afectivo de la paternidad, dado que el
intenso contenido emocional de la relación paterno-filial, permite al hijo
no sólo integrar sus procesos individuales sino que complementar los
procesos colectivos de aprendizaje, para edificarse como sujeto social,
medio significativo y fundamental, para estructurase psíquicamente".
Steffen, G. (2002).
Dr.Ernesto Guidos
Mujer carroña: el caso de P. V. S.
Ella ama el dinero, siente seguridad, calma su vacío e inmadurez.
Disfraza sus emociones, elige caras frente a los Otros, oculta sus
intenciones.
Trata de seducir y ser aceptada para lograr sus metas:
Vivir sin mucho esfuerzo.
Creerse perfecta.
Parecer lo que no es.
Utiliza a los seres para obtener logros personales.
Tiene una hija prisionera de sus falsas intenciones.
Para ella: una inteligente y capaz mujercita con múltiples potencialidades.
Un " diamente en bruto".
Nunca pudo ayudarla a crecer como persona, como ser independiente.
La tiene pegada a su ser.
Sufre de asma, de respirar con problemas, de pelear cada aliento con la
muerte.
Atrapada por una madre pegajosa, seductora, falsa, llena de incumplidas
promesas y hernosos futuros nunca alcanzables.
Vivió en pareja con un hombre pobre pero trabajador.
También rebelde y peleador.
Inestable.
Ansioso.
Imprevisible, por momentos.
Disimuló para agradarlo.
Hasta que pergeñó el plan: acumular algo de dinero y una vivienda y
separarse.
Lograr un acuerdo de divorcio, de alimentos que la ayude a capitalizarse.
Mentir a todos, convencerlos de su honestidad y dedicación para con su hija.
Aliada con la abogada de su ex- esposo logró un documento de alimentos
inmejorable.
Un colchón para su necesidad de confort.
A costa del esfuerzo de su tonto y angustiado ex- esposo, lograría
acrecentar su patrimonio con poco trabajo real.
Ayudada por la justicia y un abogado sin escrúpulos, acosaría a la nueva
familia y a los hijos de su ex.
Pues desea destruirlo, someterlo, usarlo de esclavo proveedor.
Juicio tras juicio...
total ella no pone un peso.
Todo debe ser pagado por el ex- esposo.
Pues es profesional.
La jueza olvida la realidad de miseria y exclusión que ataca a la mayoría de
los sectores populares y del trabajo.
Todos piden dinero.
La judicialización de una separación castiga al hombre.
Deteriora su relación con su hija.
Que navega en el mar de la nada, del desamparo real, de la insignificancia y
de la mentira como herramienta.
Hace unos años que todos abusan del ex- esposo.
La Justicia parcial: teoriza sin conocer la relaidad ni consultar a la hija,
motivo del litigio económico.
Los abogados, consiguieron un trabajo fácil, un dinero para sus gastos.
Un caso más del montón.
La mujer caroña necesita nuevas víctimas.
Pronto su hija alcanzará la edad de la independencia y deberá crear otros
proveedores para seguir capitalizándose.
Tuvo otro concubinato y matrimonio.
Con eso compró un departamento.
Tal vez quiera un auto:
¿ Quién será el nuevo engañado?
-----------------------
Material Bibliografico
Síndrome de alienación parenteral
Progenitor- alienador vs. progenitor- objeto y el niño- víctima
Síntomas del Síndrome de Alienación Parental
El niño está alineado con el progenitor alienador en una campaña de
denigración contra el progenitor objeto, en la que el niño contribuye
activamente.
Las razones alegadas para justificar el descrédito del padre objeto, son a
menudo débiles, frívolas o absurdas.
La animadversión hacia el padre rechazado carece de la ambivalencia normal
en las relaciones humanas.
El niño afirma que la decisión de rechazar al padre objeto es exclusivamente
propia.
El niño apoya reflexivamente al progenitor con cuya causa está alineado.
El niño expresa desprecio sin culpa por el odio hacia el padre objeto.
Se evidencian escenarios prestados, por ejemplo, las afirmaciones del niño
reflejan temas y terminologías propias del progenitor alienador. La arpía de
la madre .
La animosidad se extiende a la familia de origen y a quienes se asocian con
el padre odiado.
La obstrucción del vínculo paterno-filial, compone claras expresiones de
abuso psicosocial canalizado al niño y consecuentemente el progenitor
denigrado no custodio. Este argumento, lo postuló la Declaración de Langeac
(1999) en su artículo noveno, letra d. "como la alienación parental
significa daños y perjuicios a la relación niño-padre (madre), y es
perjudicial al interés superior del niño, debe considerarse una forma de
abuso al niño. También las acciones realizadas por las autoridades
judiciales que dañen las relaciones del niño con sus padres deben
considerarse como una forma de abuso del niño y deben cursarse las multas y
cargos correspondientes".
"Inducen a menores no abusados sexualmente, a creer que sí lo fueron,
mediante la co-construcción de memorias o pseudo memorias. Muchas veces
psiquiatras y psicólogos, -aún involuntariamente-, generan una verdadera
criminogénesis de falsos abusos sexuales y sus nefastas consecuencias, dado
que:
Causan verdaderas parentectomías, porque muchas veces los progenitores son
injustamente excluidos del hogar conyugal, produciendo en los niños distrés,
angustia, depresión, síndrome de alienación parental y la creencia errónea
de que no los quieren". De Gregorio, B. H (2002).
El comportamiento de los progenitores que inducen a la alineación en los
casos de divorcios altamente conflictivos, se basa en una multifactorialidad
de maniobras, que inducen a la campaña de alineación para frustrar el
régimen de visitas y las relaciones con el hijo.
Por Sexo. Las madres adoptan un comportamiento de SAP con una frecuencia
significativamente mayor y se inclinan a la abducción psicológica y social.
En los padres, la frecuencia se refleja mayoritariamente en la abducción
física.
Parejas No Casadas. La alienación es desplegada por el resentimiento y rabia
de la madre por la negativa del padre a casarse, efecto que se exacerba si
el padre se involucra con una nueva pareja.
Nuevas Parejas. La nueva pareja puede ser el instigador primario de los
esfuerzos por obtener la custodia del niño. Algo similar sucede cuando el
padre se asocia a un culto religioso que estimula la lucha activa por
arrebatar la custodia al progenitor no asociado al culto.
Vulnerabilidad Narcisística. Cuando uno o ambos progenitores tienen esta
vulnerabilidad carecen de una identidad propia y la necesidad de protegerse
y defenderse contra la herida narcisista, se operacionaliza en el uso de
defensas primitivas como la externalización, la negación y la proyección.
Ocultar Déficits Parentales. La campaña alienadora se utiliza para encubrir
un escrutinio no deseado de los problemas personales del progenitor
programador.
Vulnerabilidad a la Separación. Un factor en algunos divorcios claramente
conflictivos, es la presencia en uno o ambos padres de vulnerabilidades
específicas hacia la pérdida y los conflictos que rodean el vínculo. El
progenitor rechazado con el divorcio, se vuelca hacia el niño como medio de
llenar sus necesidades emocionales resultando lo que Wallerstein denomina
'niño sobrecargado'.
Venganza. Es una de las razones más comunes y poderosas que los progenitores
tienen a la hora de adoptar un comportamiento alienador y constituye la
única opción viable en respuesta a los sentimientos heridos por el divorcio.
Necesidad de Controlar y Dominar. Algunos progenitores están impulsados de
una necesidad incontrolable de influencia y dominio, que les proporciona la
doble gratificación de mantener el poder sobre el niño y vicariamente sobre
el ex cónyuge, cuyo régimen de visitas y relaciones con el niño resulta
frustrado por las maniobras de control del padre alienador.
Síndrome de Medea. Jacobs en Nueva York y Wallerstein en California
informaron casos de lo que ellos llamaron el Síndrome de Medea. Las Medeas
modernas no desean matar a sus hijos, pero sí quieren venganza de sus ex
esposas o esposos y lo logran destruyendo la relación entre el otro
progenitor y el niño. Se inicia con el matrimonio en crisis y la separación
subsiguiente, cuando los padres pierden, de vista el hecho de que sus hijos
tienen necesidades distintas a las propias y piensan en el niño como una
extensión del propio yo. Estos progenitores liberar su intensa ira de manera
desorganizada pero crónicamente disruptiva, que bombardea a los niños, más
que les protege con la cruda amargura y el caos de los sentimientos de los
progenitores para con el ex cónyuge y con el divorcio mismo.
Síndrome de la Madre Maliciosa. Turkat, (1994) denominó esta perturbación y
la clasificó como una forma moderada de interferencias en las visitas, en
comparación con el síndrome de la madre maliciosa en relación con el
divorcio. En el contexto del divorcio, se relaciona con una clase especial
de progenitores alienadores, que emprenden una campaña multifacética y
despiadada de agresiones y engaños contra el ex cónyuge, como medio de
castigarle por el divorcio. Litigación excesiva, involucración del niño y
terceras personas, utilización del fraude y de la mentira". Citado por Rand,
Conway. D. (1997: I).
Según Bone, M. & Walsh, M. (1999), "para sobrevivir al efecto alienante, los
hijos se convierten en astutos manipuladores y en expertos prematuros para
descifrar el ambiente emocional. Este comportamiento es inducido por seguir
la directiva del alienador que conlleva la elección de un progenitor, y
actúa sobre la emoción más fundamental del ser humano, el miedo a ser
abandonado".
"Los niños, frecuentemente no tienen conciencia de cómo están siendo
utilizados y es muy importante entender, que si el niño está enfadado y
rechaza las visitas con el otro padre a causa de antecedentes de abuso, el
comportamiento infantil no es una manifestación del SAP, y constituye la
razón por la cual el aspecto de las falsas denuncias es tan importante. No
obstante, los propios hijos pueden tener motivaciones que pueden hacer del
SAP algo más catastrófico, en consideración a:
La perspectiva hedonista por las gratificaciones inmediatas.
Al deseo de evitar lo incómodo, como las situaciones ansiógenas, que los
hace aliados vulnerables para situarse al lado del padre alienador".
Darnall, D. (1998).
"Los niños que asumen un papel de espía, tratan de obtener ventajas mediante
el chantaje, pero, pueden minar progresivamente la actitud favorable del
padre, alejándolo física y emocionalmente". Ezquerro, G.M. (2002).
¿Quién es un progenitor alienador?
El progenitor alienador es a menudo "una persona que puede estar cegado por
su rabia, provocado por celos o por la cólera. Se ve como víctima, tratado
injustamente y cruelmente por el otro progenitor, del cual se quiere vengar,
haciendo creer a los hijos que el otro tiene toda la culpa, ejerciendo
persuasión coercitiva". Asimismo, como el progenitor alienador "cuenta con
el apoyo de los miembros de su familia, se fortalecen sus sentimientos,
respecto a 'tener' la razón y conducen al hijo a odiar y rechazar al padre.
"Capturar el control total de sus hijos es para el progenitor alienador, una
cuestión de vida o muerte. No es capaz de individualizar (reconocer a sus
hijos como seres humanos separados) y es muy convincente en su desamparo y
en sus descripciones. A su vez, opera con gran resistencia al examen de un
experto independiente (quien podría destapar sus manipulaciones) y no
obedece las sentencias de los tribunales".
Proceso operante del Síndrome de Alienación Parental
"Los padres alienadores emplean psicológicamente el proceso de
triangulación. Este término describe la forma en que los padres proyectan la
rabia que sienten hacia el otro padre utilizando la vía de relación
padre-hijo, para denigrar al otro padre, para lo cual se abduce o secuestra
psicológicamente al hijo con el objeto de alejar al niño del otro padre".
Hoobs, T. (2002:2).
"El amor y los cuidados tempranos dejaron de ser exclusividad de las
mujeres, actividad a la que se han sumado nuevos padres, que sin temor a
perder su virilidad, participan desde el comienzo en la crianza de sus
hijos. Les dan el biberón, los bañan, les cambian los pañales, y no lo hacen
presionados por sus mujeres o porque hayan quedado desempleados, aunque este
sea el motivo en ciertos casos. Lo nuevo es que lo hacen voluntariamente y
con placer, por lo que sería injusto tildarlos de padres maternizados, como
se escucha muchas veces". Varela, M.S. (2000).
"La custodia monoparental, la incorporación de las mujeres al mundo laboral
y la políticas de igualdad de oportunidades, cuestionan las relaciones
parentales, las cuales han sufrido un profundo cambio (aunque no
espectacular) en los resultados de la educación de los niños y niñas tras la
separación y/o divorcio de sus progenitores". Sariego, J.L. (2002).
Paternidad ausente
Los treinta últimos años han sido testigos de un enorme incremento de la
ausencia paterna. Precisando en esta argumentación, Pedemontes, M.R. (1992),
expresó que "la paternidad es un derecho natural, un derecho humano y no
debiera haber Juez que osara refutarla, sin embargo, a nombre del derecho de
la mujer, es un derecho que se soslaya. En el derecho de familia solo hay
soluciones menos malas, hay padres que se olvidan que son tales, y también
existen buenos padres que sí quieren a sus hijos y que quieren seguir siendo
tales, pero, se desaniman y frustran al verse reducidos a visitadores de sus
hijos y pagadores de pensión. Hijos que tendrán quizás unos alimentos bien
distribuidos, visitas preestablecidas, pero, que habrán perdido un derecho
humano, a su vez fundamental: crecer con una figura paterna no
subdimensionada y sobre todo sin el afecto directo y fecundo y fermental de
la mitad de su familia ". Pedemontes, M.R. (1992).
En esta ámbito, algunos especialistas consideran que "en las grandes
ciudades el fenómeno de hijos con padres ausentes, está relacionado con:
Las nuevas formas de organización familiar: parejas con alguno de sus
miembros divorciados y/o con hijos de uniones anteriores.
La fuerte tendencia a compartir la vida sin papeles: indicador que supone
innecesarios a los padres en la crianza y hasta superfluos.
Concepción de la paternidad descartable, es a su vez, una aseveración de
algunas mujeres que declaran que ser madre soltera es un derecho femenino".
El Clarín (1998). Aspecto que tiene su correlato en Chile, sustentado en que
"el hijo, es un derecho de la maternidad aún cuando no se cuente con la
pareja". Salgado, C. (2002:17).
En este sentido, uno de los quiebres de la cultura contemporánea esté
referido al quiebre de la norma, que se consigna como réplica de vivir en un
mundo de ambigüedad e indefinición, y que traduce a un padre que tiene miedo
a ejercer la autoridad y configura un padre, señalado como el gran perdedor
en la sociedad contemporánea.
Problemas generados por la paternidad ausente
En este tenor, las complicaciones y/o inadaptaciones que genera "la ausencia
real del padre, por muerte o separación, es dolorosa, pero, no ocasiona
perturbaciones tan severas como la presencia de un 'padre faltante' desde el
comienzo, y que en parte está relacionada con la función normativa de padre.
En este contexto, la ausencia del padre, "significa también la falta de
límites, o mejor, la difuminación del goce. Y es por eso que aparecen nuevos
síntomas del malestar cultural, como las adicciones a las drogas". Cobas, C.
Citado por Dillon, M. (2001).
Al respecto, la ausencia de disciplina paterna origina "el presentismo,
implica que el hijo no aprende a retrasar la satisfacción de sus deseos y
crea una ruptura entre presente y futuro". Sullerot, E. (1993:21-27). Este
enunciado, conlleva la necesidad de "normativizar al niño desde su inicio,
ejercicio que realiza un adulto responsable en la crianza, que va
significando sus acciones iniciales, sus movimientos, y sus demandas. En
esta etapa, el nacido como cuerpo biológico se va transmutando en un sujeto
psicológico, para constituirse en un sujeto social, que requiere de la
renuncia de lo puramente instintivo y pulsional para ser aceptado
socialmente.
Asimismo, durante la adolescencia, la ausencia de padre, o una carencia
patente de presencia paterna, perjudica muy particularmente al muchacho y
muy particularmente en la toma de conciencia de su pertenencia al sexo
masculino. La presencia del padre tiene como función permitir que el hijo
acceda a su agresividad natural, porque cuando falta el padre, el hijo no
puede acceder a la impulsividad propia de su sexo. Sufrirá las prohibiciones
de su madre, que tolera mal sus manifestaciones de salvajismo instintivo".
Melicchio, P. (2001).
La paternidad como todas las conductas humanas, es una construcción social,
simbólica, por tanto histórica, y es básicamente "una cuestión de actitud,
siendo más efectiva, si hay autocrítica genuina respecto a cómo se asume. No
se restringe concretamente a un asunto biológico, porque el hecho físico 'la
concepción' no agota su sentido, ya que se puede engendrar infinidad de
hijos sin por eso asumirse plenamente". Colussi, M. (2002). Y no obstante,
el período transicional de la paternidad, coexiste un cimiento sociocultural
en que la pareja en términos de persona, busca intercambios positivos y no
distinguen funciones privativas, porque es un vínculo animado por la
reciprocidad. En este aspecto, el orden doméstico y el hijo no son
excluyentes, ambos progenitores participan en el ejercicio del rol
socioafectivo y esta consideración conlleva la reciprocidad de roles dentro
y fuera del matrimonio como vector fundamental, para evitar la generación de
vínculos asimétricos post-separación conyugal". (Barros, L. 2001).
En este sentido, "una de las particularidades de la paternidad es que sea un
hombre real, concreto, sea o no el genitor, el que soporte esa función
simbólica y si el verdadero padre es el que cría al hijo, tenemos la prueba
de que la paternidad biológica no existe más que si va acompañada por lo que
ha dado en llamarse la paternidad socioafectiva, dada la existencia de un
vínculo de consanguinidad y de filiación que implica protección, educación,
transmisión, que en definitiva es la socialización de los hijos". Sullerot,
E. (1993:15). En este ámbito, la importancia del proceso socializador
paterno, traduce la forma en que el padre interactúa con el hijo, tramita un
estilo que en los primeros años se plasma en estimular la competencia, el
desafío, la iniciativa y la independencia y posteriormente la presencia y
apoyo paternal deriva en mejor desarrollo del área cognitiva. Asimismo, la
entrega de valores por el padre es señalero de su mayor participación con el
medio externo, dado que el padre transmite principalmente las reglas básicas
de la sociedad. Como proceso socializador, "inculca buena parte de los
significados del medio cultural y el conducto más importante es la
socialización primaria a través de determinados agentes y que en la práctica
significa transmitir significados vía ejemplar y en este sentido, la
socialización se confunde con la carga emocional dado que el niño la vive
como manifestación del vínculo afectivo en la relación cotidiana que
vivencia con sus progenitores". Barros, L. (2001).
Antes de existir como sí mismo, por sí mismo y para sí mismo, todo niño "es
un polo de esperas, de proyectos, de atributos de los padres. (Lagache,
1961), citado por Dio Bleichmar, E. (2000). El hijo deseado es el que viene
por añadidura y a causa del deseo de una pareja que es ya feliz sin hijos.
De pronto ambos miembros de la pareja se encuentran convertidos en padres y
esto tal vez, sea el principio en que los dos progenitores podrán o no
constituirse en padres, desear o no, cuidar o abandonar, pero siempre,
quieran o no, marcarán a este naciente". Dolto, F. citado por Meliccho, P.
(2001). Y en este sentido, "la única especificidad realmente importante de
la parentalidad, es la de sentir que se ha sido amado, reconocido y
contenido, física y psicológicamente, por ambos padres desde el comienzo".
Varela, M.S. (2000).
Desde este planteamiento, "el acto procreativo constituye un hecho
biológico, pero la consideración del hijo como sujeto de derechos y
obligaciones deriva de un hecho cultural y es en este sentido, que la figura
y ejercicio de la paternidad conlleva paralelamente la misma fuente de
derechos y obligaciones, dado que: toda persona es hijo de dos y no de uno.
Esto significa que la dependencia filial no puede ser considerada jamás como
una disposición instrumental ni de los padres sobre los hijos, ni de la
sociedad sobre los padres con propósitos creativos. La sociedad obliga a los
progenitores a reconocer el fruto de la unión sexual como hijo propio, sobre
el cual se adquiere una responsabilidad irrenunciable, estableciendo con
ello un vínculo de reciprocidad fundado en la igual dignidad de los padres y
del hijo, esta igual dignidad de todos los seres humanos que han venido a la
existencia, permite personalizar las relaciones humanas". Morandé, P.
(1999:15-35).
Paternidad minimalista
Aún cuando los hombres se han ido involucrando cada vez más en la educación
de los hijos, a nivel societal existe una concepción minimalista de la
paternidad, motivación que excluye al padre de sus derechos post separación
conyugal. Entre algunos de los factores que inhabilitan o imposibilitan el
ejercicio de la paternidad no custodia post-separación conyugal, están
conectados con:
Los habituales prejuicios de la sociedad contemporánea, que atentan contra
los cambios positivos de los padres y su imagen.
La exigencia de la norma social, no considera pertinente que asuma la
parentalidad compartida después de la separación o divorcio, si la madre
requiere a los hijos.
La reticencia de la mujer a ceder en lo que respecta a su prerrogativa
materna.
La prevalencia del concepto y mito del instinto maternal.
La hostilidad femenina respecto de las agrupaciones en pro de la defensa de
los derechos paternales.
El feminismo intransigente (hembrismo) que no ha traspasado la barrera de la
liberación sexual y la guerra de los sexos.
El papel que desempeña la madre en los primeros años de vida es fundamental
y en nuestro país, esta influencia femenina es aún mayor, ya que sigue
teniendo prioridad en la crianza cuando los menores ingresan a la educación
formal (pre-kinder y kinder).
Desvalorización del rol socioafectivo y educativo del hombre en la crianza
post-separación conyugal.
Desconcierto sobre el nuevo rol del padre.
La sociedad e instituciones, consideran la petición de custodia de parte del
hombre, como residuo del machismo matriarcal.
La insistencia en la custodia es considerado erróneamente como algo
patológico, y requiere de una prueba psicológica.
Influencia de la feminización del cuerpo profesional asociado a los
Tribunales de Menores.
No existe desarrollo del concepto de coparentalidad en su sentido más
amplio: durante y después de la unión conyugal.
El concepto subjetivo 'el interés superior del hijo' que opera como
directriz, ha desarrollado entre mujeres y hombres una asimetría
perturbadora y favorecedora a la mujer.
Resistencia pasiva del mundo mas-culino en el trabajo, que frena la
intercambiabilidad de los papeles.
Estos efectos configuran un padre abandónico y de segundo plano, que frente
a los Tribunales de Menores, no tiene ningún derecho ni amparo y frente a
sus pares, es condenado por el silencio, hecho que magistralmente señaló
Décoret, B. (1988) "en materia divorcios, el hombre suele ser el peor
enemigo del hombre". Citado por Sullerot, E. (1993: 128).
"Si el hombre también es portador de la cultura, no puede quedar descartado
del proceso socializador y del rol afectivo de la paternidad, dado que el
intenso contenido emocional de la relación paterno-filial, permite al hijo
no sólo integrar sus procesos individuales sino que complementar los
procesos colectivos de aprendizaje, para edificarse como sujeto social,
medio significativo y fundamental, para estructurase psíquicamente".
Steffen, G. (2002).
Dr.Ernesto Guidos
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