La Máscara de la Muerte Roja o la enfermedad como irrupción del Mal
Edgar Allan Poe en La Máscara de la Muerte Roja cuenta como es imposible
evitar la enfermedad o la muerte pues esta se disfraza y engaña al (médico)
y al paciente,en este cuento, el príncipe que a pesar de todas sus
estrategias y conocimientos no pudo evitarla.
Sirve para pensar desde nuestros conocimientos médicos el tema de la
enfermedad,los sintomas y el ser sufriente-padeciente.
"La Muerte Roja había devastado el país durante mucho tiempo.
Ninguna plaga había sido nunca tan fatal o tan espantosa.(SIDA)
La sangre era su encarnación y su sello, el rojo y el horror de la sangre.
Había dolores agudos ,un vértigo repentino y después sangraban los poros y
llegaba la muerte. Las manchas escarlatas sobre el cuerpo y, en especial,
sobre el rostro de la víctima eran el bando de la peste, que la aislaba de
la ayuda y de la comprensión de sus iguales. La invasión, el progreso y el
fin de la enfermedad ocurrían en media hora.
Pero el príncipe Próspero era feliz, intrépido y sagaz.
Cuando sus territorios quedaron despoblados a medias convocó ante su
presencia a mil robustos y libres amigos entre los caballeros y las damas de
su corte y, con ellos, se retiró a una de sus abadías fortificadas....
Decidieron no dejar medios de entrada o salida para los repentinos impulsos
de desesperación o frenesí que tenían lugar en el interior. La abadía estaba
muy bien aprovisionada. Con tales precauciones, los cortesanos podrían
evitar el contagio.
El mundo exterior podría cuidar de sí mismo. Mientras tanto, era absurdo
lamentarse o pensar. El príncipe había previsto todos los elementos
necesarios para el placer.
Había bufones, improvisadores, bailarines y músicos ;había belleza y había
vino. Dentro había todo esto y seguridad. Afuera estaba la Muerte Roja.
Al finalizar un período de unos 5 o 6 meses de reclusión, y mientras la
peste atacaba furiosamente afuera, el príncipe Próspero dio, para sus
amigos, una fiesta de máscaras de la más inusual magnificencia.
Esa mascarada era una escena voluptuosa. Pero primero permitidme que os
describa los salones donde tuvo lugar. Eran siete, una suite imperial...
Había mucho de belleza, mucho de extraño y licencioso. No faltaba lo
terrible y lo repelente...hubo muchos miembros de la multitud que pudieron
advertir la presencia de una figura enmascarada que hasta el momento no
había llamado la atención de nadie...
En realidad esa mascarada no tenía límites; pero la figura en cuestión lo
sobrepasaba e iba mas allá de los límites del mismísimo indefinido decoro
del príncipe sentir...Su figura era alta y delgada, y llevaba una mortaja
desde la cabeza a los pies. La máscara que ocultaba el rostro se parecía
tanto a un cadáver rígido...Su mortaja estaba salpicada de sangre y su
amplia frente, como todo su rostro, estaba manchada por el horror escarlata.
Cuando los ojos del príncipe Próspero se posaron en la imagen espectral (que
con un movimiento lento y solemne, como para cumplir mejor su papel, se
paseaba entre los bailarines), vieron que se convulsionaba, .con un temblor
de terror o disgusto; pero a continuación, su frente enrojeció de furia.
-¿Quién se atreve-preguntó, con voz ronca, a los cortesanos que tenía
alrededor-a insultarnos con esta burla blasfema? ¡Apresadlo y desenmascardlo
para que podamos ver a quién colgaremos al amanecer!
...el intruso se aproximaba aún más hacia el príncipe con paso sereno y
deliberado.
Pero, debido a la inexplicable aprensión que la insana apariencia del
enmascarado había producido entre la concurrencia, nadie se adelantó para
apresarlo...
...el avanzó sin interrupción, pero con el paso sereno y medido que lo había
distinguido desde el primer momento,. sin que nadie se hubiera atrevido a
detenerlo. Pero entonces el príncipe Próspero, enloquecido de furia y
vergüenza de su propia cobardía, corrió por las 6 cámaras, sin que nadie lo
siguiera, a causa de un terror mortal que se había apoderado de todos. Con
un puñal en la mano, se acercó,.,hasta 3 o 4 pies de distancia de la figura,
que se alejaba. Al llegar al extremo de la cámara de terciopelo, giró de
repente y se enfrentó al que lo perseguía. Se oyó un grito agudo, mientras
el puñal caía brillante sobre la negra alfombra y el príncipe Próspero se
desplomaba muerto. Reuniendo el salvaje coraje de la desesperación, algunas
máscaras se lanzaron dentro de la cámara negra y, al apresar al desconocido,
cuya alta figura permanecía erecta e inmóvil a la sombra del reloj de ébano,
retrocedieron con inexplicable terror al descubrir que la mortaja y la
cadavérica máscara que con tanta fuerza habían aferrado no contenían forma
tangible alguna.
Así se reconoció la presencia de la Muerte Roja. Había llegado como un
ladrón en la noche. Uno por uno cayeron los concurrentes en las salas de
fiesta y cada uno murió en la posición desesperada de su caída. La vida del
reloj de ébano se extinguió con la del último de aquellos seres alegres. Y
las llamas de los trípodes se apagaron. Y la Oscuridad y la Decadencia y la
Muerte Roja lo dominaron todo.
El enfermar es parte de la dialéctica del vivir, del ser en el mundo, del
existir.
Se vive con salud y enfermedad, polos relacionados.
Estructura-Relación-Situación.
Proceso-Movimiento.
La vida es tanto la Salud como la Enfermedad.
Camino a la muerte-fín-terminación.
El ser humano tiene una potencialidad enfermante y de enfermedad en su ser,
en su constitución. Su biología contiene lo enfermo-lo otro.
El enfermar es parte de lo humano. No es externo a él. Es interioridad.
Movimiento del alma-cuerpo-espíritu.
Es un acontecimiento que pasó-puede suceder-sucede y ocurrirá.
Pensar lo humano debe contener lo sano y lo enfermo-lo otro-lo negado-lo no
conocido-lo oculto.
Entender la enfermedad como humanidad y no como exterioridad.
Somos sanos y enfermos al mismo tiempo.
Puede expresarse uno u otro o ambos.
Tiene que ver con ciclos de cambio-reparación biológicos.
relación recíproca entre el mundo-lo social y nuestra
interioridad-humanidad.
Proceso-tiempo-historia-singularidad.
¿Por qué pensar la enfermedad como algo que viene de afuera, externo a
nosotros, a nuestra humanidad e historicidad?
Creo que es parte de las limitaciones en nuestro pensar. Del
reduccionismo-linealidad-maniqueismo-ideología (posición en la historia
humana), necesidad de controlar la vida.
Reconocer lo complejo implica asumir la angustia del conocer y sus
obstáculos: epistemofílicos y epistemológicos.
Construimos y de-construimos nuestra vida constantemente.
Creamos y re-creamos nuestro vivir. Nuestra Salud y la Enfermedad. Ser en el
mundo.
"Porque también somos, lo que hemos perdido".
Lacan introduce el término: La Máscara del Síntoma en su 5 Seminario: Las
formaciones del Inconsciente.
El síntoma es lo que es analizable y se presenta bajo una máscara, bajo una
forma paradójica. Relaciona el Deseo con la Demanda.
El sujeto se encuentra en posición de tener que satisfacer, el interés que
se toma el sujeto en una situación de deseo. Está representado por un
síntoma, por una Máscara: es la forma ambigua en la que se presenta el
Deseo, es un interés del sujeto por la situación, por la relación del deseo.
El discurso: el eso habla, el síntoma habla en la sesión.
El vínculo entre el deseo (el enigma) y el síntoma con el que se reviste: la
Máscara.
El síntoma va en el sentido del reconocimiento del deseo y se manifiesta a
través de la Máscara. Es un deseo de reconocimiento, deseo reprimido, que no
está presente, rechazado, excluido.
La Máscara se constituye en la insatisfacción y por intermedio de la demanda
rehusada. Hay tantas máscaras como formas de insatisfacción.
Una presencia enmascarada, sintomatizada, simbolizada.
Deseo: significante de la presencia-ausencia; el mensaje de la misma.
El sujeto dividido entre el deseo y las Máscaras.
El significante es lo que se escucha, es aquello que produce efectos de
significado: el efecto del significante. Lo simbólico.
¿Cómo pensar la enfermedad como Máscaras del Ser en el mundo?
¿Cómo empezar a entender la singularidad y lo histórico del otro, del
paciente?
La enfermedad es parte del ser en el mundo, del existir, del Dasein.
Es singularidad e Historia.
Significante y significado.
Lo ambiguo: muestra y oculta.
Somos seres divididos, alienados en nuestro ser y existencia, somos no
pertenecientes al pertenecer, a los otros, la sociedad.
"La verdad tiene una estructura, por así decirlo, de ficción" -decía Lacan
"En cuanto existencia, el sujeto se encuentra constituido de entrada como
división (el inconsciente)" -Lacan-.
El sujeto padece una escisión fundamental, está alienado de sí mismo, no
tiene manera de huir de esta división, no hay ninguna posibilidad de
completud o síntesis.
La alienación es una consecuencia inevitable del proceso por el cual el yo
se constituye mediante la identificación con el semejante.
"La síntesis inicial del yo es esencialmente un otro yo, está alienado."
"Yo es otro". La alienación es constitutiva del orden imaginario. La
alienación es lo imaginario como tal.
La enfermedad es la alienación: su vivencia, su presencia.
La enfermedad es la Historia, su dialéctica.
El cuerpo se separa, toma presencia, se queja, duele, hace sufrir: situación
límite. La presencia de la Muerte, el Dolor, el Fin.
La enfermedad es la irrupción de lo desconocido de nuestro ser
Dr.Alejandro Wajner
evitar la enfermedad o la muerte pues esta se disfraza y engaña al (médico)
y al paciente,en este cuento, el príncipe que a pesar de todas sus
estrategias y conocimientos no pudo evitarla.
Sirve para pensar desde nuestros conocimientos médicos el tema de la
enfermedad,los sintomas y el ser sufriente-padeciente.
"La Muerte Roja había devastado el país durante mucho tiempo.
Ninguna plaga había sido nunca tan fatal o tan espantosa.(SIDA)
La sangre era su encarnación y su sello, el rojo y el horror de la sangre.
Había dolores agudos ,un vértigo repentino y después sangraban los poros y
llegaba la muerte. Las manchas escarlatas sobre el cuerpo y, en especial,
sobre el rostro de la víctima eran el bando de la peste, que la aislaba de
la ayuda y de la comprensión de sus iguales. La invasión, el progreso y el
fin de la enfermedad ocurrían en media hora.
Pero el príncipe Próspero era feliz, intrépido y sagaz.
Cuando sus territorios quedaron despoblados a medias convocó ante su
presencia a mil robustos y libres amigos entre los caballeros y las damas de
su corte y, con ellos, se retiró a una de sus abadías fortificadas....
Decidieron no dejar medios de entrada o salida para los repentinos impulsos
de desesperación o frenesí que tenían lugar en el interior. La abadía estaba
muy bien aprovisionada. Con tales precauciones, los cortesanos podrían
evitar el contagio.
El mundo exterior podría cuidar de sí mismo. Mientras tanto, era absurdo
lamentarse o pensar. El príncipe había previsto todos los elementos
necesarios para el placer.
Había bufones, improvisadores, bailarines y músicos ;había belleza y había
vino. Dentro había todo esto y seguridad. Afuera estaba la Muerte Roja.
Al finalizar un período de unos 5 o 6 meses de reclusión, y mientras la
peste atacaba furiosamente afuera, el príncipe Próspero dio, para sus
amigos, una fiesta de máscaras de la más inusual magnificencia.
Esa mascarada era una escena voluptuosa. Pero primero permitidme que os
describa los salones donde tuvo lugar. Eran siete, una suite imperial...
Había mucho de belleza, mucho de extraño y licencioso. No faltaba lo
terrible y lo repelente...hubo muchos miembros de la multitud que pudieron
advertir la presencia de una figura enmascarada que hasta el momento no
había llamado la atención de nadie...
En realidad esa mascarada no tenía límites; pero la figura en cuestión lo
sobrepasaba e iba mas allá de los límites del mismísimo indefinido decoro
del príncipe sentir...Su figura era alta y delgada, y llevaba una mortaja
desde la cabeza a los pies. La máscara que ocultaba el rostro se parecía
tanto a un cadáver rígido...Su mortaja estaba salpicada de sangre y su
amplia frente, como todo su rostro, estaba manchada por el horror escarlata.
Cuando los ojos del príncipe Próspero se posaron en la imagen espectral (que
con un movimiento lento y solemne, como para cumplir mejor su papel, se
paseaba entre los bailarines), vieron que se convulsionaba, .con un temblor
de terror o disgusto; pero a continuación, su frente enrojeció de furia.
-¿Quién se atreve-preguntó, con voz ronca, a los cortesanos que tenía
alrededor-a insultarnos con esta burla blasfema? ¡Apresadlo y desenmascardlo
para que podamos ver a quién colgaremos al amanecer!
...el intruso se aproximaba aún más hacia el príncipe con paso sereno y
deliberado.
Pero, debido a la inexplicable aprensión que la insana apariencia del
enmascarado había producido entre la concurrencia, nadie se adelantó para
apresarlo...
...el avanzó sin interrupción, pero con el paso sereno y medido que lo había
distinguido desde el primer momento,. sin que nadie se hubiera atrevido a
detenerlo. Pero entonces el príncipe Próspero, enloquecido de furia y
vergüenza de su propia cobardía, corrió por las 6 cámaras, sin que nadie lo
siguiera, a causa de un terror mortal que se había apoderado de todos. Con
un puñal en la mano, se acercó,.,hasta 3 o 4 pies de distancia de la figura,
que se alejaba. Al llegar al extremo de la cámara de terciopelo, giró de
repente y se enfrentó al que lo perseguía. Se oyó un grito agudo, mientras
el puñal caía brillante sobre la negra alfombra y el príncipe Próspero se
desplomaba muerto. Reuniendo el salvaje coraje de la desesperación, algunas
máscaras se lanzaron dentro de la cámara negra y, al apresar al desconocido,
cuya alta figura permanecía erecta e inmóvil a la sombra del reloj de ébano,
retrocedieron con inexplicable terror al descubrir que la mortaja y la
cadavérica máscara que con tanta fuerza habían aferrado no contenían forma
tangible alguna.
Así se reconoció la presencia de la Muerte Roja. Había llegado como un
ladrón en la noche. Uno por uno cayeron los concurrentes en las salas de
fiesta y cada uno murió en la posición desesperada de su caída. La vida del
reloj de ébano se extinguió con la del último de aquellos seres alegres. Y
las llamas de los trípodes se apagaron. Y la Oscuridad y la Decadencia y la
Muerte Roja lo dominaron todo.
El enfermar es parte de la dialéctica del vivir, del ser en el mundo, del
existir.
Se vive con salud y enfermedad, polos relacionados.
Estructura-Relación-Situación.
Proceso-Movimiento.
La vida es tanto la Salud como la Enfermedad.
Camino a la muerte-fín-terminación.
El ser humano tiene una potencialidad enfermante y de enfermedad en su ser,
en su constitución. Su biología contiene lo enfermo-lo otro.
El enfermar es parte de lo humano. No es externo a él. Es interioridad.
Movimiento del alma-cuerpo-espíritu.
Es un acontecimiento que pasó-puede suceder-sucede y ocurrirá.
Pensar lo humano debe contener lo sano y lo enfermo-lo otro-lo negado-lo no
conocido-lo oculto.
Entender la enfermedad como humanidad y no como exterioridad.
Somos sanos y enfermos al mismo tiempo.
Puede expresarse uno u otro o ambos.
Tiene que ver con ciclos de cambio-reparación biológicos.
relación recíproca entre el mundo-lo social y nuestra
interioridad-humanidad.
Proceso-tiempo-historia-singularidad.
¿Por qué pensar la enfermedad como algo que viene de afuera, externo a
nosotros, a nuestra humanidad e historicidad?
Creo que es parte de las limitaciones en nuestro pensar. Del
reduccionismo-linealidad-maniqueismo-ideología (posición en la historia
humana), necesidad de controlar la vida.
Reconocer lo complejo implica asumir la angustia del conocer y sus
obstáculos: epistemofílicos y epistemológicos.
Construimos y de-construimos nuestra vida constantemente.
Creamos y re-creamos nuestro vivir. Nuestra Salud y la Enfermedad. Ser en el
mundo.
"Porque también somos, lo que hemos perdido".
Lacan introduce el término: La Máscara del Síntoma en su 5 Seminario: Las
formaciones del Inconsciente.
El síntoma es lo que es analizable y se presenta bajo una máscara, bajo una
forma paradójica. Relaciona el Deseo con la Demanda.
El sujeto se encuentra en posición de tener que satisfacer, el interés que
se toma el sujeto en una situación de deseo. Está representado por un
síntoma, por una Máscara: es la forma ambigua en la que se presenta el
Deseo, es un interés del sujeto por la situación, por la relación del deseo.
El discurso: el eso habla, el síntoma habla en la sesión.
El vínculo entre el deseo (el enigma) y el síntoma con el que se reviste: la
Máscara.
El síntoma va en el sentido del reconocimiento del deseo y se manifiesta a
través de la Máscara. Es un deseo de reconocimiento, deseo reprimido, que no
está presente, rechazado, excluido.
La Máscara se constituye en la insatisfacción y por intermedio de la demanda
rehusada. Hay tantas máscaras como formas de insatisfacción.
Una presencia enmascarada, sintomatizada, simbolizada.
Deseo: significante de la presencia-ausencia; el mensaje de la misma.
El sujeto dividido entre el deseo y las Máscaras.
El significante es lo que se escucha, es aquello que produce efectos de
significado: el efecto del significante. Lo simbólico.
¿Cómo pensar la enfermedad como Máscaras del Ser en el mundo?
¿Cómo empezar a entender la singularidad y lo histórico del otro, del
paciente?
La enfermedad es parte del ser en el mundo, del existir, del Dasein.
Es singularidad e Historia.
Significante y significado.
Lo ambiguo: muestra y oculta.
Somos seres divididos, alienados en nuestro ser y existencia, somos no
pertenecientes al pertenecer, a los otros, la sociedad.
"La verdad tiene una estructura, por así decirlo, de ficción" -decía Lacan
"En cuanto existencia, el sujeto se encuentra constituido de entrada como
división (el inconsciente)" -Lacan-.
El sujeto padece una escisión fundamental, está alienado de sí mismo, no
tiene manera de huir de esta división, no hay ninguna posibilidad de
completud o síntesis.
La alienación es una consecuencia inevitable del proceso por el cual el yo
se constituye mediante la identificación con el semejante.
"La síntesis inicial del yo es esencialmente un otro yo, está alienado."
"Yo es otro". La alienación es constitutiva del orden imaginario. La
alienación es lo imaginario como tal.
La enfermedad es la alienación: su vivencia, su presencia.
La enfermedad es la Historia, su dialéctica.
El cuerpo se separa, toma presencia, se queja, duele, hace sufrir: situación
límite. La presencia de la Muerte, el Dolor, el Fin.
La enfermedad es la irrupción de lo desconocido de nuestro ser
Dr.Alejandro Wajner
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