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Opina Gonzalo

NOTA: En la novela "El Jardinero Fiel", dice un diálogo entre un investigador y el viudo Justin Quayle, según su autor, John Le Carré (pág. 224)
-Veamos -planteó agresivamente-. Dime a qué sector pertenece la pandilla de sinvergüenzas más herméticos, taimados, falsos e hipócratas que he tenido el dudoso placer de echarme a la cara.
-Defensa- mintió Justin de manera subrepticia.
-Te equivocas. La industria farmacéutica. Le da cien vueltas a Defensa.
 
Aclaro que Defensa es el Ministerio de Defensa del reino Unido, acostrumbrado a invadir, saquear, asesinar (como ahora en Bagdad y antes en India, para mencionar algunas de los antecedentes). Y John Le carré está habituado a escribir intrigas de espías descarnados capaces de todo. Y dice que la Industria Farmacéutica le da 100 vueltas. Seguramente se queda corto. Baste saber que la cantera de entrenamiento del chacal de Donald Rumsfeld fue nada menos que Pfizer. Qué demonios puede extrañar que luego de eso le parezca natural pedir que se autorice a torturar!
Nuestro amigo Pedro de Sarasqueta dedicó una buena parte de sus últimos meses a colaborar para desenmascarar una red de investigaciones truchas en Córdoba, simplemente para ilustrar una práctica que se asemeja a las que Le Carré denuncia en su libro. Aquí tienen una práctica absolutamente distribuida en el sistema hospitalario (lo de Córdoba es solo un buen ejemplo) y la enorme tolerancia de GGG.
Cuando queramos acordar nos pareceremos más de lo que se cree a Nairobi y a Kenia de la novela de Le Carré (la descripción de la corrupción de Kenia es un juego de niños frente a las instalaciones, no desmanteladas, desde la época de Menem). Las denuncias las hemos difundido y no hay ninguna repercusión. Nuestros niños usados de conejillos de indias (tal y como narra Le Carré) Hasta Joan Ramón se queda corto. Así vamos al abismo entre loas al "progresismo" de GGG.
Un saludo
Gonzalo

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