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criticamedicina

Una médica diferente y corajuda

"Mi cerebro funciona como a los 20 años"

RITA LEVI-MONTALCINI, NEURÓLOGA, PREMIO NOBEL DE MEDICINA


Nací en Turín en 1909: tengo 96 años. Vivo en Roma. Soy neuróloga:
descubrí cómo se regeneran las células nerviosas. Decidí no ser
esposa ni madre. No tengo hijos. Soy de izquierdas: ¡admiro las
políticas de Zapatero! Soy de familia judía, pero soy laica: abogo
por los valores éticos sin esperar recompensas en otra vida

VÍCTOR-M. AMELA - (c) LA VANGUARDIA


- ¿Cómo celebrará sus 100 años?

- Ah, no sé si viviré, y además no me placen las celebraciones. ¡Lo
que me interesa y me da placer es lo que hago cada día!

- ¿Y qué hace?

- Trabajo para becar a niñas africanas para que estudien y prosperen
ellas y sus países. Y sigo investigando, sigo pensando...

- No se jubila.

- ¡Jamás! ¡La jubilación está destruyendo cerebros! Mucha gente se
jubila, y se abandona... Y eso mata su cerebro. Y enferma.

- ¿Y cómo anda su cerebro?

- ¡Igual que a mis 20 años! No noto diferencia en ilusiones ni en
capacidad. Mañana vuelo a un congreso médico...

- Pero algún límite genético habrá...

- No. Mi cerebro pronto tendrá un siglo..., pero no conoce la
senilidad. El cuerpo se me arruga, es inevitable, ¡pero no el
cerebro!

- ¿Cómo lo hace?

- Gozamos de gran plasticidad neuronal: aunque mueran neuronas, las
restantes se reorganizan para mantener las mismas funciones, ¡pero
para ello conviene estimularlas!

- Ayúdeme a hacerlo.

- Mantén tu cerebro ilusionado, activo, hazlo funcionar, y nunca se
degenerará.

- ¿Y viviré más años?

- Vivirá mejor los años que viva, que eso es lo interesante. La
clave es mantener curiosidades, empeños, tener pasiones...

- La suya fue la investigación científica...

- Sí, y sigue siéndolo.

- Descubrió cómo crecen y se renuevan las células del sistema
nervioso...

- Sí, en 1942: lo llamé nerve growth factor (NGF, factor de
crecimiento nervioso), y durante casi medio siglo estuvo en
entredicho, ¡hasta que se reconoció su validez y en 1986 me dieron
por ello el premio Nobel!

- ¿Cómo fue que una chica italiana de los años veinte se convirtió
en neurocientífica?

- Desde niña tuve el empeño de estudiar. Mi padre quería casarme
bien, que fuese buena esposa, buena madre... Y yo me negué. Me
planté y le confesé que quería estudiar...

- Qué disgusto para papá, ¿no?

- Sí. Pero es que yo no tenía una infancia feliz: me sentía patito
feo, tonta y poca cosa... Mis hermanos mayores eran muy brillantes,
y yo me sentía tan inferior...

- Veo que convirtió eso en un estímulo...

- Me estimuló también el ejemplo del médico Albert Schweitzer, que
estaba en África para paliar la lepra. Deseé ayudar a los que
sufren, ¡ése era mi gran sueño...!

- Y lo ha hecho..., con su ciencia.

- Y, hoy, ayudando a niñas de África para que estudien. Luchemos
contra la enfermedad, sí, ¡pero todo mejorará si acaba la opresión
de la mujer en esos países islamistas...!

- La religión ¿frena el desarrollo cognitivo?

- Si la religión margina a la mujer frente al hombre, la aparta del
desarrollo cognitivo.

- ¿Existen diferencias entre el cerebro del hombre y el de la mujer?

- Sólo en las funciones cerebrales relacionadas con las emociones,
vinculadas al sistema endocrino. Pero en cuanto a las funciones
cognitivas, no hay diferencia alguna.

- ¿Por qué todavía hay pocas científicas?

- ¡No es así! ¡Muchos hallazgos científicos atribuidos a hombres los
hicieron en verdad sus hermanas, esposas e hijas!

- ¿De veras?

- No se admitía la inteligencia femenina, y la dejaban en la sombra.
Hoy, felizmente, hay más mujeres que hombres en la investigación
científica: ¡las herederas de Hipatia!

- La sabia alejandrina del siglo IV...

- Ya no acabaremos asesinadas en la calle por monjes cristianos
misóginos, como ella. Desde luego, el mundo ha mejorado algo...

- Nadie ha intentado asesinarla a usted...

- Durante el fascismo, Mussolini quiso imitar a Hitler en la
persecución de judíos..., y tuve que ocultarme por un tiempo. Pero
no dejé de investigar: monté mi laboratorio en mi dormitorio... ¡y
descubrí la apoptosis, que es la muerte programada de las células!

- ¿Por qué hay tan alto porcentaje de judíos entre científicos e
intelectuales?

- La exclusión fomentó entre los judíos los trabajos intelectivos:
pueden prohibírtelo todo, ¡pero no que pienses! Y es cierto que hay
muchos judíos entre los premios Nobel...

- ¿Cómo se explica usted la locura nazi?

- Hitler y Mussolini supieron hablar a las masas, en las que siempre
predomina el cerebro emocional sobre el neocortical, el intelectual.
¡Manejaron emociones, no razones!

- ¿Sucede eso ahora?

- ¿Por qué cree que en muchas escuelas de Estados Unidos se enseña
el creacionismo en vez del evolucionismo?

- ¿La ideología es emoción, es sinrazón?

- La razón es hija de la imperfección. En los invertebrados todo
está programado: son perfectos. ¡Nosotros, no! Y, al ser
imperfectos, hemos recurrido a la razón, a los valores éticos:
¡discernir entre bien y mal es el más alto grado de la evolución
darwiniana!

- ¿Nunca se ha casado, no ha tenido hijos?

- No. Entré en la jungla del sistema nervioso ¡y quedé tan fascinada
por su belleza que decidí dedicarle todo mi tiempo, mi vida!

- ¿Lograremos un día curar el alzheimer, el parkinson, la demencia
senil...?

- Curar... Lo que lograremos será frenar, retrasar, minimizar todas
esas enfermedades.

- ¿Cuál es hoy su gran sueño?

- Que un día logremos utilizar al máximo la capacidad cognitiva de
nuestros cerebros.

- ¿Cuándo dejó de sentirse patito feo?

- ¡Aún sigo consciente de mis limitaciones!

- ¿Qué ha sido lo mejor de su vida?

- Ayudar a los demás.

- ¿Qué haría hoy si tuviese 20 años?

- ¡Pero si estoy haciéndolo!


SABIDURÍA


Menuda, enjuta, afable y señorial, esta leyenda viva de la ciencia
del siglo XX me privilegia con media hora de su sabiduría. Me
impresiona su energía, la viveza de su discurso, su celeridad en las
respuestas. Lamenta que la vista le falle para leer, pero se alegra
de que el resto le funcione la mar de bien, lo que atribuye al buen
estado de sus circuitos neuronales. "Duermo sólo cinco horas, y el
resto de la noche lo aprovecho para pensar...", me explica. Ha
venido invitada por la Mútua Sabadellenca y ha hablado en la
residencia Qualia de su experiencia como mujer de edad. Después de
la charla espera a que Jordi Clos - estamos en su hotel- le enseñe
piezas de arte egipcio... ¡Su curiosidad no descansa! Ahora su
pasión es ayudar a niñas africanas con su fundación 







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