nuevos fasciculos sobre tratamiento politico de las ICCs
La verdad del poder médico: evidencias basadas en la Medicina
" La ciencia manipula las cosas y renuncia a habitarlas"
Merleau- Ponty
La verdad es una construcción política, la revelación de la realidad al pensamiento y conocimiento dominante y disciplinario.
La verdad, es la relación entre la visión y el habla ( el ojo y la lengua) y la posición social del poder/ saber.
El discurso de los sabios siempre tuvo y tiene una relación de subordinación y obediencia al poder imperante.
En esta época está vinculado y atravesado por el capitalismo avanzado dominante.
La Medicina hegemónica es construida desde el Norte, socio y adepto al capitalismo avanzado.
La ciencia es, está y actúa entramada por el sistema económico político capitalista avanzado.
Pensamos y obramos acorde con el saber dominante, las ideas aceptadas son sus presupuestos teórico y prácticos.
Ellos determinan los temas importantes y desde qué visión y texto debemos y podemos pensar y obrar.
La supuesta neutralidad científica es primariamente política, el disfraz del discurso dominante y la máscara del fascismo escondido en las bellas formas y los supuestos contenidos asépticos.
La Medicina adapta los cuerpos a su sociedades, conviene al poder hegemónico.
Hay un discurso evangelizador de cuerpos y mentes con sagradas palabras revestidas de certeza y evidencia o relacionadas con la verdad trascendente de su propia narrativa convincente.
Hay por lo menos cuatro modelos:
El mecánico o físico de mediados del siglo XIX y del XX: basado en el experimento aislado del campo social posibilitador.
Cuerpos simplificados y reducidos a partes pensadas como totalidades dependientes de especialistas( totalizadores de particularidades).
Cuerpos aislados y fragmentados: almas versus cuerpos – espíritus sin Cosmos ni Mundos- pasiones, afecciones y acciones separadas.
El actual o biológico/ genético: donde hay intercambios y mediadores entre el interior y el exterior de las células, impulsado por los avances en tecnología y biología molecular y biofarmacología, dependiente económica y financieramente de la industria de la Salud.
El posible: lingüístico/ crítico o antropológico: donde los cuerpos son sociales y ecológicos, disponen de funcionalidad rizomática, multiplicidades y complejidad antropológica. Relaciones entre Cosmos: interno y externo y caos.
El deseable: utópico: una ciencia para resistentes cuerpos amorosos, creativos, solidarios y pacíficos.
El discurso hegemónico se autoperpetúa
" Los verdugos hablan el lenguaje hipócrita del orden y del poder"
Gilles Deleuze
El discurso industrial aparece como única alternativa posible y deseable.
Las intervenciones en los cuerpos son disciplinarias y normalizadoras de las supuestas anormalidades y desviaciones biológicas.
La enfermedad adquiere una identidad propia separada de la salud o armonía corporal.
Enfermedad y padecimientos son hechos de los cuerpos independientes de su medio externo e interno.
El concepto de estrés trata de explicar la dicotomía idealista de la medicina.
Hay una carga externa o interna que supera las posibilidades de adaptación del organismo y lo desbalancea.
Una neutralidad tramposa e hipócrita recorre las formaciones discursivas tratando de separarlas de sus bases no discursivas o económico sociales.
Una lógica analítica explica y tranquiliza a los científicos con los beneficios obtenidos con la tecnología y su poder manipulador.
Las relaciones sociales están medicalizadas y la Medicina actúa como si se ocupara de un cuerpo social, es decir, simplifica la sociedad en grupos binarios: uno recibe drogas o intervenciones transformadoras y el otro es un testigo del cambio.
Casi todo pasa por la demostración del poderío industrial.
La Medicina se dedica a la cronicidad de los cuerpos en desmedro de la prevención o evitación de los daños.
Lo preventivo es político y depende del poder estatal parasitado y desmembrado por las corporaciones.
El texto industrial es el AMO y nosotros solemos prescribir sus pensamientos y actitudes, repetimos su conducta.
Cada vez que estamos frente a un paciente, usamos el discurso de ellos que aceptamos y perpetuamos y con el que envolvemos nuestra práctica.
El discurso regurgita su propia continuación a pesar de ciertos cambios de apariencias o leves transformaciones reformistas.
La Medicina está mediada por el mercado capitalista y atrapada por sus leyes disciplinarias.
El cuerpo en queja: ese cuerpo: el Otro( fenomenología)
sufre una transformación o metamorfosis en este cuerpo apropiado por el saber/ poder médico que le da sentido, conocimiento cuando interpreta
al prescribirlo ( medicar/ remediar) donde la Medicina disciplinaria
( mediadora del poder/ saber- Amo) uniforma y hace obedientes.
El cuerpo pasa a normalizarse obedeciendo las normas y consignas médicas.
La Medicina otorga normalidad a los cuerpos, los neutraliza adapta a sus sociedades.
El proceso prescriptivo está atravesado por alienación- adicción y toxicidad.
La apertura y plasticidad pasan a cierre y rigidez- repetición- estereotipia.
Hay una ignorancia y negación de los pliegues como modelo complejo: el afuera/ adentro- exterior/ interior en proceso y movimiento continuo.
La Medicina está alienada( y alineada) con y por el capitalismo avanzado
La Medicina aparenta poder y saber sobre la sociedad reducida a un cuerpo consumidor y manipulable por su discurso conquistador y evidente.
Todo parece poder resolver ( disponer).
Es un dispositivo de poder/ saber capitalista.
Las relaciones humanas están, permanecen, existen cosificadas y alienadas y su sentido metamorfoseado en la medicalización del mismo, es decir, el texto o narrativa médica ocupa lugares y espacios( territorios) en las relaciones sociales. Las palabras refieren a cuerpos, remedios, males, enfermedades, curaciones.
Las palabras, proposiciones y enunciados son un cuerpo de la medicina y de su fabricante capitalista.
La estructura y sistema de significación médico dependen de las condiciones de producción, circulación e intercambio y de sus relaciones económico políticas.
La Medicina es el discurso vendedor de sus productos y de la creación de la " fábrica de la Salud" o industria tecnológico farmacéutica.
Las instituciones médicas median entre la misma ( el AMO) y los vendedores médicos y los consumidores masivos.
Sus congresos y actividades dependen de la " fábrica".
Su aparente neutralidad y apolítica es una máscara o disfraz mercantil e ideológico, un vestido de su fascismo o poder disciplinario.
Los médicos vendemos al prescribir salud como una mercancía más. Somos empleados con diversa jerarquía de la industria que manda y mueve el mercado de objetos y cosas saludables.
Las palabras vehiculizan hechos: al prescribir perpetúo las condiciones y relaciones de producción, circulación e intercambio capitalista.
Hay objetos, cosas y productos para cada parte del cuerpo/ organismo.
La Salud es un estar en el Mundo, no un ser en él, es una posesión y parte objetal de la identidad que necesita cosas y objetos para existir y transcurrir la vida impuesta. La salud es una cosa que se vende, compra y consume como la misma medicina.
El discurso hegemónico médico baja del Norte industrial, militar y financiero y se mezcla en la periferia ( nuestro Sur) que lo traduce o transforma a su propio idioma.
Consumimos una medicina inglesa, imperialista y ayudamos a perpetuarla manteniendo sus contenidos, formas y expresiones.
Prescribir es perpetuar las formaciones no discursivas o la industria y sus mediadores institucionales médicos.
Los cuerpos están simplificados en organismos estudiados y manipulables por el discurso ( texto) que pretexta la industria que maneja los hilos de las marionetas corporales y de sus ejecutantes o titiriteros médicos.
El capitalismo avanzado es parte del discurso médico, infiltra y apesta su texto: es la gran narración o sagrada palabra.
Los enunciados médicos ocultan, tapan, esconden las proposiciones económico político culturales capitalistas.
Las palabras se transforman en pastillas poderosas ( pedazos de salud), en perfectas intervenciones tecnológicas sobre partes de esos cuerpos simplificados.
Cuerpos como organismos,
Almas ( cuerpos) como significantes o significancia ( pasibles de interpretación).
Espíritus( cuerpos) como elementos de subjetivación o de sujeción al dictado del poder.
Los seres están sujetos a cosas intercambiables que les otorgan significación y cubren su vacío, soledad, deshumanización, desamparo.
Están reducidos a simples animales de experimentación: adictos e intoxicados con y por los productos y bienes comerciados: desde las pastillas a las herramientas tecnológicas disponibles.
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El reformismo se denomina Medicina basada en la evidencia MBE de los evidentes.
Es una reforma del texto donde la evidencia, es decir la verdad, está ubicada en el plano de la utilidad ( valor de uso y de cambio) de las intervenciones en una población homogeneizada simplificada o reducida a un cuerpo y otro como testigo o control, referente del otro que debe y puede cambiar.
Los hechos se traducen y transforman en textos que deben convencer al auditorio obediente y preparado para aceptarlo y aplaudirlo.
Un grupo de expertos determina la certeza y veracidad de los mismos y luego colocan en guías o Torás de la Medicina ( nuestras sagradas escrituras) que disciplinan a las masas médicas para que las apliquen cual trascendentes verdades.
El discurso convence de su propia y única utilidad y así mantiene y aumenta la ganancia de la " fábrica de la salud" con sus productos eficaces y eficientes.
La MBE es la evidencia basada en la industria y en las mediadores instituciones médicas asociadas a la misma.
La neutralidad médica es su propia mentira.
La apolítica de su discurso , su profunda hipocresía.
La Medicina es una nueva ignorancia que excluye la cultura, la sociedad y los propios cuerpos, creando su singular contexto o campo de experimentación o producción donde se autoconvence de su perfección y grandeza.
Los cuerpos son espacios, geografías de anormalidades que la Medicina armoniza y equilibra. Los llena de pastillas y de intervenciones, los coloniza con su discurso.
El AMO ( " la fábrica de la salud") crea sus esclavos para perpetuarse.
Los sabios son sus ayudantes y obedientes, integrantes de la maquinaria fabril y comercial. Nuestros cuerpos son esclavos de la alienación social. Sufren adicción y toxicidad ( pegamento) capitalistas.
Los reformistas MBE son vendedores de prescripciones de una medicina atrapada por las leyes y reglas capitalistas que ordenan y ejecutan su discurso.
Las palabras no son inocentes ni sagradas o trascendentes, son parte del fascismo o militarización de esta vida. Los enunciados manda y ordenan, ensignan los cuerpos.
La fábrica de la salud saltea a las instituciones médicas y vende sus productos ( y discursos) desde los medios de manipulación cultural o la industria del entretenimiento. La TV, los diarios, internet, las paredes en las calles venden remedios para esta vida solitaria, aburrida e imposiblemente exitosa. Donde el tiempo es oro y la velocidad es parte del éxito. Las imágenes y representaciones y los números venden y colonizan.
El discurso o texto tiende a perpetuarse
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Continua...
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