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¿ Cómo se construyen los cuerpos? apuntes al respecto

¿ Cómo se construyen los cuerpos?: Política y medicina.

 

La actual Medicina es el discurso y praxis hegemónica del capitalismo como modelo narrativo.

El saber médico es el poder que las instituciones médicas intercambian, comercian con los pacientes transformados en clientes, en objetos y cosas consumidores.

En la relación binaria entre Amos y esclavos intervienen los sabios( y técnicos) y forman la empresa donde producen, distribuyen y venden- consumen salud y enfermedad, normalidad y anormalidad, malestar y bienestar.

La curación es el mito discursivo del poder médico basado en su supuesta sabiduría tecnológica, acto eficiente de metamorfosis de las quejas corporales en prescripciones aplicables.

Curar es adaptar los cuerpos a sus sociedades que maltratan, molestan y significan: a su economía política y cultura, mediadas por las instituciones o formaciones disciplinarias.

El modo o paso estructural de la cosificación de un ser en queja y malestar corporal en una unidad, cápsula, comprimido o tableta es el acto prescriptivo donde el poder médico ejerce y autojustifica su legalidad instrumental y discursiva.

Los cuerpos son cosas que aquejan y que debemos calmar( callar, apagar, silenciar, acabar): sus fenómenos o representaciones en síntomas y signos semiológicos son medidos, clasificados, ordenados y juzgados en el proceso prescriptivo y transformados en remedio.

El cuerpo adapta su expresión a la ley del poder médico, a las autoridades sabias y sus mediaciones institucionales disciplinarias.

Un cuerpo curado es aquel adaptado al discurso médico y su legalización cultural y política por la comunidad o sociedad.

Un cuerpo curado es el que está normalizado- legalizado.

El equilibrio del cuerpo es el logro transitorio del poder médico, obediente a la " fábrica de la salud": industria y empresas que disponen de las mercancías o remedios sean farmacológicos o instrumentales.

 

El consultorio es el escenario ( espacio o geografía y tiempo o historia) donde transcurre y ejecuta la prescripción.

La queja y malestar es remediado.

La receta simplifica con sus órdenes los pasos a seguir en la medicalización de ese cuerpo, en su ingreso en la cadena comercial médica empresaria donde se vende salud, belleza y duración.

El médico está obligado y deformado educativamente ( vigilado por las instituciones y acosado por los agentes judiciales que negocian con ellos- judicialización de la relación paciente/ médico) para transformar los cuerpos y sus expresiones o anormalidades en recetas o prescripciones, en nuevos órdenes a incorporar.

Los síntomas deben ser acallados con pastillas o píldoras, fetiches del poder médico y medio de los agentes prescriptivos. Las quejas son narraciones corporales que la medicina capitalista ingresa en su mercado de la salud/ mercancía y somete a los seres, devenidos cosas( remediados).

La cura es el mito de la medicina.

Los acontecimientos existenciales son traducidos por el discurso autoritario, los seres son advertidos ( juzgados), conducidos al camino hegemónico, legitimado por la industria, sus voceros culturales y propagandísticos y las instituciones médicas obedientes y relacionadas económicamente ( financiadas).

No hay discurso médico libre de la industria y sus maquinarias comerciales. Hay mucho dinero en juego y los cuerpos valen como mercado de la salud para esas empresas poderosas.

Los textos médicos están relacionados con ellas. Sus escribanos son empleados rentados. Nadie habla gratis en la medicina capitalista.

Hay una lucha entre colegas e instituciones por acaparar los beneficios que la industria reparte ( restos pequeños de sus ganancias- apenas unos vueltos).

Los famosos colegas son socios de ellas. La actual medicina de los países ricos es parte y cómplice( obedece y colabora) de la maquinaria industrial dominante.

La separación de los cuerpos de sus seres que perpetúa la medicina globalizadora imperialista- colonialista es parte de su mecanismo de simplificación de la complejidad de la vida para aumentar su eficacia y eficiencia, sus ganancias y rendimientos.

Cada receta es ganancia para ellas.

La salud está en poder de las empresas. La medicina en manos de cómplices obedientes de las leyes del mercado de los cuerpos/ mercancías o valores de cambio.

Nadie es inocente en esta jungla económico política.

Separar al cuerpo de su cultura, sus relaciones sociales y vinculares, de su alma, espíritu o subjetividad es contribuir al negocio capitalista donde el tiempo es oro y debemos competir por mejorar las ganancias y rendimientos que la medicina ofrece y la " fábrica de salud" dispone.

La lógica discursiva de la medicina capitalista actual autojustifica y legitima sus actos y hechos.

Para ella debemos simplificar lo complejo: separar las partes del cuerpo y hacerlas circular por la maquinaria tecnológica que mira, señala, ordena, numera, selecciona, clasifica, consigna y ajusta los cuerpos a su propio discurso o texto.

La Medicina en el capitalismo es otro de sus negocios. Para sobrevivir hay que "empresariar" nuestros actos médicos, transformar a los pacientes en clientes y en cosas u objetos que remediamos, unidades de prescripción.

Los seres viven el mundo como cruel, insoportable, contrario, enemigo, desfavorable , adverso ( paradoja del estado de salud), sus cuerpos cambian y en metamorfosis expresan en la queja, la representación del malestar, la crueldad, lo insoportable en el estado de enfermedad o anormalidad corporal.

La salud es un estado de adaptación, normalidad y legalidad con el mundo en adversidad y enemigo ( diferencia) y la enfermedad, otro estado de separación, alejamiento, abandono y soledad ( semejanza) donde el cuerpo es autónomo y su producción de sentido desfavorece nuestro transcurrir en el mundo.

La crueldad del mundo es nuestra salud o cuerpo sometido a ella, la enfermedad, la metamorfosis del mismo, la negación, privación e inversión de nuestra adaptación a el.

El camino del cuerpo difiere de nuestra mundanidad, hay independencia y autonomía en este cambio y mudanza corporal, existencial.

Pasamos de la comunidad con el mundo y la sociedad y cultura, todo lo real e imaginario que nos da identidad y pertenencia como humanos a la inmunidad: descompromiso, cargado, gravado y penado por y desde el cuerpo anárquico con partes que adquieren presencia y significado diferente.

La Medicina es un negocio con una fuerza de trabajo ( Marx- Paolo Virno): capacidades psicofísicas del cuerpo humano, espacio de potencias y facultades, una gran y heterogénea " fábrica de la salud": productora de herramientas y remedios y la humanidad consumidora, atrapada en la adicción y toxicidad del tener para ser y en la inmanencia capitalista, del mercado de bienes y servicios, la circulación de mercancías y valores.

La salud es una cosa que maneja la medicina: sus industrias e instituciones disciplinarias y que aplica en los cuerpos que reclaman mayor adaptación a la sociedad que los enferma. Los médicos somos cómplices de la medicalización de los seres, al sustituir sentidos, traducir señales y remediarlas( calmarlas, cambiarlas, someterlas, ordenarlas) con fármacos y mecanismos tecnológicos. Nuestra posición en el mercado es débil y minúscula pues la industria vende directamente al público sus panaceas y quimeras, usando las instituciones del saber médico, las jerarquías de sabios obedientes y asociados a ellas.

Las modas médicas imponen remedios y procedimientos disfrazadas en la verdad y la evidencia que manipulan. Los medios de propaganda, adoctrinamiento y entretenimiento crean el consumo y las necesidades, los médicos sólo recetamos para ubicar en la maquinaria industrial y comercial a los pacientes que son clientes consumidores eternos, atrapados por el malestar de sus propios cuerpos, intolerantes, apurados, insensibles, alienados.

La sociedad capitalista está alienada, transvertida. Lo importante es el tener y poseer para creerse ser, las cosas funcionan como partes de los cuerpos que las necesitan para identificarse como tales y pertenecer y participar de su comunidad.

 

La sociedad molesta y los cuerpos adaptados están satisfechos y calmados.

Cuando desordenan su relación ecológica, enferman, adquieren otros sentidos desconocidos, temidos y dolorosos.

La enfermedad es separación, alejamiento, abandono y soledad: desespera.

Nos aparta de nuestros proyectos y existencia cotidiana.

Acudimos a una medicina supuestamente poderosa y omnipotente con una ilimitada capacidad transformadora y quedamos atrapados en ella y sus disposiciones y dispositivos de control y vigilancia.

 

 

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