Sicko en la Argentina
Mi amigo Carlos me envió -desde Mar del Plata- una copia de la película de Moore, Sicko. Otro amigo suele hacer una broma -que confieso que la primera vez que lo escuché, caí como un chorlito sin entender que era un chiste- sobre los postgrados de Moore sobre Salud Pública: lo que su film contiene es -con sus golpes bajos, con sus exageraciones, algunas cosas discutibles (como algunos valores del pueblo francés que acaba de entronar a Sarkozy en el poder, o la minimización de los cambios en el NHS inglés)- es de una contundencia que merece un respeto mucho mayor que mucho de lo que el sector de salud de la academia ha dicho (o mejor, callado) en los últimos años (decenas de años) mientras el sistema de salud se norteamericaniza. Vean si no las listas de carencias de las HMO y las de las prepagas y aun el PMO, el PMOE y las listas de estudios "cubiertos" por el Seguro Público de Salud de la Pcia de Buenos Aires. O el costo de los medicamentos, o la propaganda televisiva (entre otras) de ellos. Moore va a una farmacia en Inglaterra (y en Canadá, y en Francia, y en Cuba) y pregunta donde están las góndolas donde puede comprar un detergente o cualquiera de las mercaderías ajenas a los medicamentos y afines que pueden adquirirse en EEUU y en Argentina. En ninguna de aquellas se compran otra cosa que medicamentos. Y en Cuba un broncodilatador cuesta 2400 veces más barato que en EEUU (no pudo verse cual era, pero si fuera alguno como el tiotropio la diferencia con EEUU no es tanta: acá sale casi US$100 y el ejemplo de EEUU es US$120 contra US$0,05 en Cuba). Y la ganancia (y en todos esos lugares menos en Cuba los laboratorios ganan mucho dinero) en las farmacias no está en el precio que le cobran al público, como sí es acá. Vean las listas de espera en EEUU y en el resto de los ejemplos. La atención a domicilio en París -que aquí puede hacerse con un costo mínimo- o los cuidados que el Estado provee a los recién nacidos y a sus familias. Todo financiado por rentas generales. O presten atención a los problemas de cobertura en las urgencias (hace pocos días difundimos el caso de una persona que falleció porque no fue atendida -con un infarto en curso- en el "prestigioso" IADT), cosa que pasa acá y allá y en ninguno de los otros ejemplos. Pero además cada vez nos acercamos más, cada vez gastamos más y peor, cada vez se está más al servicio del negocio de la salud en sus peores versiones. Se mininiza esa tendencia sostenida a la entrega que ya lleva 5 años ininterrumpidos, como si fuera un problema coyuntural o menor, o se compensara con la supuesta política "progresista" respecto de la salud reproductiva. Que sea mejor (eso) que Lombardo o Mazza no lo hace entrar en la categoría de "progresista" sobre todo porque es lo que propugna el Banco Mundial (que no lo es) y porque hubo y hay oportunidades de ir mucho más a fondo y no se hace.
Si no despertamos, si no entendemos donde nos llevan, remontarlo será cada vez peor, y costará más y más vidas.
Un saludo
Gonzalo
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