El escribano de los sojeros: Huergo
LOS TEMAS DE LA SEMANA: LA SOJA, ABANDERADA DE LA NUEVA AGRICULTURA
Un proceso sustentable y valioso
Héctor A. Huergo.
hhuergo@clarin.com
¡La soja a 800 pesos!. ¿Alguien soñaba con este precio?. En Chicago traspasó esta semana los 10 dólares por bushel, un valor que equivale a más de 370 dólares la tonelada (recordemos que paga un 27,5% de retenciones, sin cuya existencia el precio local sería de 1.200 pesos la tonelada). Dejemos de lado momentáneamente lo que las retenciones significan como exacción al interior productivo, esa Argentina profunda que transfiere su renta generada en la tecnología, la inteligencia y la organización en red para aprovechar este gran mmento del nuevo maná de las pampas. Lo primero es convencernos de que esto de la soja como abanderada de la nueva agricultura y ganadería argentina es un proceso consistente y valioso. Sustentable, el término de moda.
Esto viene a cuento si recordamos que desde encumbrados ámbitos oficiales (también privados) se ha demonizado a la soja hasta límites absurdos. Hasta un ex secretario de Agricultura despotricó contra la soja con argumentos falaces sobre los problemas ambientales presuntamente originados por esta leguminosa, que hicieron mucho daño porque calaron hondo en la sociedad. Señores, la soja "a la Argentina" no "arruina" los suelos. Es cierto que hasta los años ´90 la tecnología se basaba en el laboreo intensivo para preparar la cama de siembra y combatir los yuyos. Pero con la llegada de la soja RR, la imaginación criolla desató la carrerade la siembra directa. No sólo se detuvo la erosión, sino que se terminó con las malezas perennes.
Entonces, se habilitaron enormes superficies hasta entonces destinadas a una ganadería pastoril de bajísima productividad. Y responsable de la degradación de los suelos tanto como la agricultura antigua.
Así, la soja permitió limpiar los campos, generando un ambiente más amigable para la rotación con otros cultivos, como el maíz, el girasol, el trigo. Ahora logramos rindes de maíz similares a los de los Estados Unidos. Hace diez años apenas llegábamos a la mitad. Este es un crédito que le tenemos que pagar a la soja. Tampoco es un riesgo mayor la repetición del cultivo, aunque no es lo ideal y los productores tienen conciencia de esto. El problema puede ser la aparición de enfermedades, pero en este caso también hay herramientas (químicas y genéticas). La tecnología siempre da respuestas. Con todo, hay un modelo de rotaciones que en general se cumple, con inteligencia y esmero, en una negociación permanente entre el dueño del campo y el arrendatario, en esta era donde mandan los "sin tierra".
La soja expulsó a las vacas. Era hora. Las vacas estaban en las tierras que todavía no se podían sembrar. Ahora se pueden sembrar porque la soja las limpió. Y aprendimos a hacer maíz y girasol de altos rindes. Los novillos, como en todo el mundo, van a engordarse con los productos y subproductos de la agricultura. Eso es lo que se hace con el maíz y el sorgo en el mundo desarrollado. Una hectárea de maíz da 1.500 kilos de carne. Una hectárea de pastura no da más de 300 kilos. El novillo entró en el feedlot, aunque algunos decían hace quince años (cuando comenzó la tendencia) que se trataba de una moda pasajera.
El último argumento anti soja es la sustentabilidad ecnómica. "¿Qué pasa si desaparece la demanda china?", se preguntaban los apologistas de la duda. Bueno, las importaciones chinas siguen creciendo a un ritmo de 5 millones de toneladas por año, exactamente lo mismo que la producción argentina. Producen 15 millones de toneladas e importan 35. Ayer mismo decidieron reducir el arancel de importación del 3% al 1%.
Sí, el principal producto de la economía argentina sigue dando buenas noticias.
Ojalá que la dejen vivir.
hhuergo@clarin.com
¡La soja a 800 pesos!. ¿Alguien soñaba con este precio?. En Chicago traspasó esta semana los 10 dólares por bushel, un valor que equivale a más de 370 dólares la tonelada (recordemos que paga un 27,5% de retenciones, sin cuya existencia el precio local sería de 1.200 pesos la tonelada). Dejemos de lado momentáneamente lo que las retenciones significan como exacción al interior productivo, esa Argentina profunda que transfiere su renta generada en la tecnología, la inteligencia y la organización en red para aprovechar este gran mmento del nuevo maná de las pampas. Lo primero es convencernos de que esto de la soja como abanderada de la nueva agricultura y ganadería argentina es un proceso consistente y valioso. Sustentable, el término de moda.
Esto viene a cuento si recordamos que desde encumbrados ámbitos oficiales (también privados) se ha demonizado a la soja hasta límites absurdos. Hasta un ex secretario de Agricultura despotricó contra la soja con argumentos falaces sobre los problemas ambientales presuntamente originados por esta leguminosa, que hicieron mucho daño porque calaron hondo en la sociedad. Señores, la soja "a la Argentina" no "arruina" los suelos. Es cierto que hasta los años ´90 la tecnología se basaba en el laboreo intensivo para preparar la cama de siembra y combatir los yuyos. Pero con la llegada de la soja RR, la imaginación criolla desató la carrerade la siembra directa. No sólo se detuvo la erosión, sino que se terminó con las malezas perennes.
Entonces, se habilitaron enormes superficies hasta entonces destinadas a una ganadería pastoril de bajísima productividad. Y responsable de la degradación de los suelos tanto como la agricultura antigua.
Así, la soja permitió limpiar los campos, generando un ambiente más amigable para la rotación con otros cultivos, como el maíz, el girasol, el trigo. Ahora logramos rindes de maíz similares a los de los Estados Unidos. Hace diez años apenas llegábamos a la mitad. Este es un crédito que le tenemos que pagar a la soja. Tampoco es un riesgo mayor la repetición del cultivo, aunque no es lo ideal y los productores tienen conciencia de esto. El problema puede ser la aparición de enfermedades, pero en este caso también hay herramientas (químicas y genéticas). La tecnología siempre da respuestas. Con todo, hay un modelo de rotaciones que en general se cumple, con inteligencia y esmero, en una negociación permanente entre el dueño del campo y el arrendatario, en esta era donde mandan los "sin tierra".
La soja expulsó a las vacas. Era hora. Las vacas estaban en las tierras que todavía no se podían sembrar. Ahora se pueden sembrar porque la soja las limpió. Y aprendimos a hacer maíz y girasol de altos rindes. Los novillos, como en todo el mundo, van a engordarse con los productos y subproductos de la agricultura. Eso es lo que se hace con el maíz y el sorgo en el mundo desarrollado. Una hectárea de maíz da 1.500 kilos de carne. Una hectárea de pastura no da más de 300 kilos. El novillo entró en el feedlot, aunque algunos decían hace quince años (cuando comenzó la tendencia) que se trataba de una moda pasajera.
El último argumento anti soja es la sustentabilidad ecnómica. "¿Qué pasa si desaparece la demanda china?", se preguntaban los apologistas de la duda. Bueno, las importaciones chinas siguen creciendo a un ritmo de 5 millones de toneladas por año, exactamente lo mismo que la producción argentina. Producen 15 millones de toneladas e importan 35. Ayer mismo decidieron reducir el arancel de importación del 3% al 1%.
Sí, el principal producto de la economía argentina sigue dando buenas noticias.
Ojalá que la dejen vivir.
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