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plan economico por Hugo Presman ( 2 ª)

Por Hugo Presman

En la primera parte de esta nota, se ha realizado una introducción al tema analizando los diferentes modelos económicos que se implementaron en nuestro país estableciendo sus características principales. En esta segunda parte se entra al meollo de la cuestión, buscando determinar si estamos o no en presencia de un nuevo modelo económico y de ser así cual es su viabilidad.

¿NUEVO MODELO O EL ANTERIOR MAQUILLADO?

La implosión del modelo de rentabilidad financiera concluyó con una crisis que entre otras  exteriorizaciones llevó a que el gobierno de Eduardo Duhalde convalidara una devaluación determinada por el mercado. La dura batalla librada entre devaluadores y dolarizadores reflejaba el conflicto  entre los sectores más favorecidos hasta ese momento, bancos y privatizadas que presionaban por la dolarización y otros sectores menos favorecidos, como las empresas industriales de mercados concentrados que producen para el mercado externo, entre otros, que abogaban por la devaluación. La relación 3 a 1, que en algunos momentos alcanzó el 4 a 1, produjo una gigantesca licuación de los ingresos de los asalariados y de los jubilados, pero paradojalmente fue el punto de partida de reversión de la situación. La modificación en un 300% del tipo de cambio, permitió crear una barrera contra las importaciones al tiempo que fomentaba las exportaciones. Junto con ello, pequeñas y medianas industrias sobrevivientes, más otras que ingresaron al mercado permitieron remontar algo de lo destruido en materia de sustitución de importaciones. Las tasas de crecimiento del PBI, que el argot periodístico las califica de chinas, se han mantenido a lo largo de cuatro años (en el 2003, 8,8%, en el 2004, 9%, en el 2005, 9,2%, en el 2006, 8,5%) no existiendo, en el corto plazo, indicios de desaceleración. Todos los índices económicos desde el consumo a la inversión, desde el superávit fiscal al de la balanza comercial,  son positivos. La desocupación ha disminuido en forma significativa. Más de tres millones de personas han ingresado al mercado de trabajo, abriéndose para ellos las barreras que los mantenían en el territorio impiadoso de la exclusión. Es cierto que su ingreso a la inclusión se ha hecho, en muchos casos, por la puerta de servicio, pues sus ingresos son inferiores al nivel de necesidades básicas o permanecen en el territorio inhóspito del trabajo “en negro”, situación que alcanza al 40% de los trabajadores.

La notable y prolongada recesión y deflación que precedió a la crisis, permitió que el traslado a los precios de la gigantesca devaluación se haya producido lentamente, no habiéndose completado luego de cuatro años, situación inimaginable en otros contextos históricos. Desde el 2001, el aumento de precios al consumidor a abril ( 86%) y precios mayoristas ( 166%) fue considerablemente inferior al porcentaje de la devaluación. 

 Pero el boom del consumo de los sectores medios y altos, su extensión hacia los niveles más bajos, la prosperidad de las economías regionales, la expansión sojera, las retenciones a este producto y al petróleo y su parcial redistribución en los sectores marginales, han revertido considerablemente y en un tiempo reducido la catástrofe del 2001. Pero la fragmentación económica y social heredada de la crisis ofrece el obsceno escenario de islas de riqueza conviviendo codo a codo con islotes de extrema pobreza. En la Capital Federal, el lugar de la mayor renta per cápita del país se exterioriza lo descripto en forma palpable. Puerto Madero y Barrio Parque, las Canitas o zonas de Palermo se entrelazan con la Boca, Parque Patricios o Barracas, descripción que se proyecta aún con más intensidad en el gran Buenos Aires o en las provincias.

A pesar que la base de los incluidos se ha ensanchado considerablemente, la diferencia entre el 10% de los que más ganan y el 10 % de los que menos ingresos tienen se ha mantenido rígida.

Es obvio que hoy la actividad económica se desenvuelve en un contexto diferenciado de lo que sucedía en la década pasada. Se han corregido muchas de las insensateces que permitían augurar una catástrofe como la que sucedió.

Sin embargo, el modelo de los noventa sobrevive con fuerza en cuestiones vitales como la primarización de la economía, en la desigualdad, en el mismo sistema impositivo, en un Banco Central sobre el cual no se ha realizado el abordaje imprescindible, en no poner la totalidad de los recursos financieros al servicio de la producción, en dejar al mercado exclusivamente el diseño de una política industrial, en no reconstruir un estado que debe reemplazar a una burguesía nacional inexistente o en el mejor de los casos débil y de una mezquindad proverbial.

Norma Giarracca, socióloga, directora de la maestría de Investigación de la UBA sostuvo (5): “ El modelo de los noventa que se presentaba como la única salida se cayó en el 2001. Se desarmó el modelo bajo el cual Menem había creado la base de su consenso de que “es esto o el caos” Esa posibilidad de la salida única, la cuestión de la resignación, es el dispositivo que se rompió en el 2001. No es que se rompió el modelo, lo que se rompió es el dispositivo ideológico comunicacional. Ahora no podes decir a la gente que no se puede repartir……… El nuevo modelo económico de agronegocios globales es altamente inestable por los vaivenes del mercado externo.   El modelo del petróleo o de las pasteras no permitieron superar el neoliberalismo en la primera década del siglo. El neoliberalismo no es unívoco, tiene etapas, se transforma. Se ha pasado del modelo de la renta y la ganancia representado por la privatización al del agronegocio. …Significa una apuesta por el mercado externo y que de alguna manera tiene entre sus características fundamentales un rechazo a lo que sea pequeña propiedad o unidad productiva. Tiende a la concentración de recursos, tierras o capital no voluntariamente sino por su lógica de reproducción o de ganancias….. El agronegocio es de gran extensión……El gobierno tiene una vocación política distinta a los 80. Son políticos que tienen más como objetivo la generación del consenso de los grandes actores económicos. Por eso puede enfrentarse a las privatizadas, pero no puede enfrentarse a los nuevos actores económicos, porque son los que le dan consenso y los niveles de ingreso que necesitan. Como el agronegocio es absolutamente inestable, saben que tienen reservas para hoy pero no saben lo que van a tener mañana. Por eso no quieren comprometer sus ingresos en una política de distribución…..Si antes en la industria del automotor se necesitaban obreros con sueldos altos para consumir los coches, hoy el modelo del oro de las minas, de la soja o de las pasteras plantea que venden al mercado externo”.

Hay una modificación sustancial en parámetros importantes, pero en otros vitales hay un   recauchetaje y consolidación del modelo de los noventa. Es injusto no señalar que la navegación en aguas tumultuosas hoy se realiza incorporando paulatinamente a los naúfragos de la convertibilidad. Pero al mismo tiempo, significaría una omisión imperdonable no señalar que la extensión del modelo sojero expulsa permanentemente mano de obra en el campo.

El haber eliminado las aristas más aberrantes, el mediar y poner en caja algunos de los grupos más insaciables, no garantizan la perdurabilidad de un modelo basado su motor expansivo en el mercado internacional. Tal vez la hipoteca más gravosa que deja el gobierno de Kirchner, es la falta del abordaje de las materias pendientes que solidifiquen un sistema sostenible en el tiempo. Como dice el politólogo Luís Tonelli “ el peor pecado que podría cometer el kirchnerismo no sería “ ser como es” sino no haber llegado a ser lo que “podría haber sido”

Apostar a una coyuntura internacional favorable puede ser inteligente y factible para facilitar a un presidente un lugar favorable de la historia, pero es extremadamente insuficiente para sentar las bases de un país que ha destruido en las últimas tres décadas buena parte del capital social construido con enormes sacrificios.

El economista Carlos Leyba, integrante importante del equipo económico de José Beer Gelbard, en el tercer gobierno de Perón, sostiene (6): “Una condición necesaria, y por cierto no suficiente, para nuestra recuperación ha sido la pródiga naturaleza que nos acompaña. No ha sido todo. Pero el peso y las facilidades de la naturaleza, la vía del crecimiento por consumo (y agotamiento disimulado) de recursos tiene la consecuencia de modelar a la sociedad, excepto que se realice un gran esfuerzo para compensarlo…..Construir el modelo de crecimiento intensivo, la productividad hija de la acumulación reproductiva y la educación, y no centrarnos en las mieles que, siempre por un tiempo, regala la naturaleza. Granos, carnes, energía, minería, bienvenidos sean; pero solos librados a   la demanda del mundo, articulan una sociedad como la que tenemos y de la que no estamos satisfechos…..Gran parte de lo que vendemos es lo que heredamos, agregando poco capital y poco conocimiento. Es que parte de nuestro capital y de nuestro conocimiento ha fugado     

CONSOLIDANDO LO CONSEGUIDO

Sólo hay una forma de consolidar lo que se ha conseguido y es avanzar. Hacer la plancha es sentarse a esperar que una futura crisis destruya lo alcanzado a costas de indecibles sufrimientos.

La soja y el petróleo, sumado al turismo, nos han permitido salir de lo más profundo de la crisis. Pero eso fue el atajo posible para salir de terapia intensiva. Ahora hay repensar todo de nuevo. Tarea enorme y planificada que no puede delegarse al mercado como hasta ahora. Los sectores del establishment, incluso los más favorecidos con balances donde exteriorizan en sus cuadros de resultados obesas rentabilidades, tienen la cimitarra lista para promover un gobierno que no solo le garantice su tasa de ganancia superior a la media internacional, sino que le haga genuflexiones, le extienda las alfombras rojas de los salones desde donde se gobierna con un poder menguado, y que adecue los discursos en consonancia con el poder económico concentrado. Basta señalar que la oligopolización y extranjerización es simplemente impresionante. De las  500 mayores empresas del país, las extranjeras implican el 63%. Concentran el 78% del valor de la producción y el 93% de las utilidades. Un instrumento importante como el control de precios, por sus características es limitado en el tiempo, debe ser utilizado para desmantelar la cartelización de los mercados. En caso contrario se malgasta el instrumento y cuando el mismo se agota se encuentra en el mismo punto de partida. Otra herramienta imprescindible como los subsidios, por ejemplo al transporte a través de los cuales se puede realizar una  redistribución de ingresos interesantes debe ser fiscalizado por el Estado en forma estricta para que no se despilfarren recursos imprescindibles que engrosan arcas empresariales sin el correspondiente mejoramiento de los servicios y sin conocer las estructuras de costos.

Pero lo sustancial pasa por definir un perfil industrial, la especialización tecnológica, la inversión en ciencia, acompañada de una profunda redistribución de ingresos que consolide el mercado interno y que permita paliar en mejores condiciones las frecuentes crisis internacionales. Así como el modelo primario exportador aprovechó una coyuntura internacional favorable que se extendió por cincuenta años, el modelo de sustitución de importaciones surgió y se consolidó  con las crisis del capitalismo mundial( primera y segunda guerra internacional, crisis de 1929), el modelo de rentabilidad financiera fue factible por el avance del capitalismo salvaje que derrumbó el muro de Berlín y provocó la implosión del “socialismo real”, las características depredadoras extremas del neoliberalismo ha provocado una profunda revisión de las falacias económicas vendidas y envasadas como el “ fin de las ideologías” y el “ fin de la historia”. El origen de la bonanza actual, sostienen muchos, está en la expansión de la economía mundial. Obviamente que solo eso es aprovechable en las correctas decisiones locales. Hay dos visiones de origen externo sostiene Leyba(7) : “La expansión mundial es un cambio estructural gestado por China (y asociados) que tiene millones de trabajadores por incorporar al sistema. O se trata de un ciclo expansivo gobernado por el consumo norteamericano”

En el primer caso, se trataría de un ciclo largo sostienen algunos. Los más optimistas lo equiparan a los cincuenta años que abarcaron la economía primaria exportadora.

Difícil de vaticinar y alejado de nuestras posibilidades incidir sobre ella. Nuestro marco de acción posible como país está en aprovechar los vientos favorables para revertir las debilidades enormes del actual marco económico.

La redistribución del ingreso puede hacerse vía aumento de sueldos, a través de la reforma impositiva que transforme un sistema fiscal profundamente regresivo, favorable a los beneficiarios de la rentabilidad financiera, en uno acorde a la nueva etapa. La otra forma de redistribuir por vía indirecta, es mejorando la educación, la salud, a nivel de prestaciones para seres humanos, y con  planes de vivienda populares que no signifiquen “casas para pobres”. Parte de la redistribución del ingreso que hoy produce Hugo Chávez en Venezuela es usando estos recursos. O más a mano lo que concretó el peronismo en estas materias de 1945-1955.

Debemos cambiar la actual situación de ser un país exportador de productos primarios en un 67% e importador de artículos e insumos industriales y bienes de capital importados en un 90%. Para ello es imprescindible recuperar la explotación de la renta petrolera y minera, cuyos beneficios hoy son superlativamente favorables para los concesionarios. El Estado debe reconstruirse y actuar como planificador, orientador y muchas veces como ejecutor de la actividad económica. Desalentando la erosión y concentración sojera, que además nos conduce al monocultivo, mediante subsidios a otras actividades agropecuarias.

La deuda pública no ha desaparecido ni mucho menos. Está ahí al acecho. Cerca de cincuenta y cuatro mil millones de dólares están actualizados por el índice de inflación, como una  renacida 1050. Hay un incremento de la deuda que es la contrapartida  del mantenimiento del tipo de cambio, para lo cual se esteriliza la circulación monetaria consecuencia de la compra de dólares con emisión de deuda pública.

La necesidad de mejorar significativamente la productividad es condición indispensable para no depender siempre de un tipo de cambio alto, que por otra parte se irá deteriorando a medida que la inflación incremente los costos. Afirma Carlos Leyba (8): “ Los países que le ganan a la pobreza y a la inequidad y se presentan en el mundo exportando industria, viven un incremento feroz de la productividad”

Terminar de raíz con el hambre y la desnutrición, tarea que puede realizarse en seis meses si se movilizan las energías sociales, es un prerrequisito que nos aleja del territorio de la ignominia. Volver a integrar el país con un trazado adecuado de las vías férreas e inversión en material rodante nuevo, no rezagos europeos, invirtiendo un porcentaje de las reservas, no es una opción sino una necesidad a levantar.

Educación, buenos ferrocarriles, salud (el último hospital municipal construido en la Capital es el Argerich y se remonta al lejano 1947)  Para ello la recuperación de lo que se escurre a través del petróleo y la minería es una fuente invalorable de recursos.

Si a eso se suma un manejo nacional de la aduana, generalmente un queso gruyere, y del Banco Central, aún un enclave neoliberal, se aumentan por un lado los ingresos y por otro se evita que se escurran.                   

Apenas algunas de muchas otras medidas factibles como lo demuestra nuestra historia y la reciente de otros países vecinos.

Hay un tiempo favorable, viento a favor y circunstancias históricas especiales en América Latina. No aprovecharlo será,  como le dijo  Tayllerand a Napoleón, luego que se cometió el asesinato del duque de Enghien, “Majestad lo que usted ha hecho es peor que un crimen, es un error”  

Si el modelo no se consolida y solo se lo mejora parcialmente, otros vientos, reiteradas veces padecidos, se encargarán de demostrar su fragilidad.

(5) Diario Página 12 del  8 de abril de 2007 

(6) Revista Debate año 5, número 217  del 10 de mayo del 2007

(7) Revista Debate año 5, número 215  del  26 de abril del 2007

(8) Revista Debate año 5, número 215  del  26 de abril del 2007

*ESCRITO EN MAYO DEL 2007 Y PUBLICADO EN LA REVISTA “POLÍTICA” EN SEPTIEMBRE. ESTA ES LA SEGUNDA PARTE

 

ESCUCHE DE LUNES A JUEVES DE 20 A 21,30 HORAS,  POR AM 740 RADIO COOPERATIVA, EL TREN, CONDUCIDO POR: GERARDO YOMAL Y HUGO PRESMAN. PRODUCCIÓN : NADIA OSORIO,  AMANDA LAJAD Y LUZ TOPA

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