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criticamedicina

Las Corp.

Uno trata de establecer que las cosas están teniendo una gravedad mayor de la que se asume. Pfizer (empresa que cuenta en su board a Donald Rumsfeld, genocida) está reconfigurando su negocio espurio de generar necesidades de medicamentos para enfermedades que terminan teniendo bastante de construcción "ad hoc" (tal vez más que de realidad) y ocurre que cuando "descubre" un gran (pero gran) negocio con un medicamento...... por supuesto no querrán consentir que ese negocio se "termine". Buscan cualquier manera de permanecer, sacándole el jugo independientemente de cualquier manejo que sea necesario. Alguno querrá ver en esto la necesidad de garantizar ganancias a la IF, como única forma de responder (esta es la manera GGG, por ejemplo). Pero esto, en realidad, tiene una verdadera solución, que ya hemos propuesto. Aun parece que se ve que la PPM es una idea de garantizar medicamentos mediocres para los pobres (incluso el PO ha querido dar cátedra sobre esto y cuando hemos ofrecido el debate se han mandado a guardar). El problema es cada vez más grave y la reacción sigue siendo tan marginal que estamos jugando con fuego. Cuando se nos termine de quemar el rancho será tarde.
Un saludo
Gonzalo
PD: nótese que esta es la visión desde la Industria como "patronal" y desde uno de los periódicos más emblemáticos del tema.

 
http://www.portafolio.com.co/proy_porta_online/finsemana_porta/porta_wsj_online/2007-12-15/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_PORTA-3732330.html
Diciembre 14 de 2007

Ola de recortes en la investigación farmacéutica
Avery Johnson

Pfizer, la mayor farmacéutica del mundo ha decidido cerrar un laboratorio, dejando sin empleo científicos consagrados .

Ann Arbor, Michigan En enero, Pfi zer Inc. anunció que estaba cerrando sus laboratorios de investigación en esta ciudad, despidiendo a 2.100 personas. Entre las víctimas del recorte está Bob Sliskovich, un veterano con 23 años de carrera en la empresa que ayudó a crear el medicamento más exitoso del mundo.

El desmantelamiento del laboratorio y el cambio abrupto de circunstancias en la vida de Sliskovich son emblemáticos del declive de la industria farmacéutica. Fue en el edifi - cio de Ann Arbor donde, a fi nales de los años 80, Sliskovich ensambló por primera vez los químicos que resultarían en Lipitor, el medicamento reductor de los niveles de colesterol que ha generado US$80.000 millones en ventas desde su lanzamiento, clasifi cándose como el fármaco más vendido de la historia.  Hoy, se acerca la expiración de los derechos de patente de Lipitor, y Pfi zer no ha podido encontrar una droga lo sufi cientemente prometedora como para reemplazarlo.

Luego de ese logro hace unos 20 años, Sliskovic trabajó en otros proyectos de investigación, pero ninguno fue exitoso. Su racha perdedora es un espejo de la industria.

Las altas tasas de fracaso han plagado la investigación farmacéutica basada en químicos. Entre 5.000 y 10.000 compuestos son probados por cada medicamento que llega al mercado. En años recientes, el problema parece haber empeorado. A pesar de gastar miles de millones de dólares más en investigación y desarrollo, las compañías farmacéuticas han producido menos medicamentos.  En 2006, la industria recibió la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por su sigla en inglés) para sólo 18 medicamentos basados en químicos, por debajo de los 53 aprobados en 1996. Además, muchos de esos medicamentos son variaciones de otros ya existentes.

Robert Massie, presidente de la base de datos de investigación química de la Sociedad Química de EE.UU., dice que algunos científi cos cuestionan cuántas combinaciones químicas útiles para combatir enfermedades aún se pueden descubrir.
Mientras medicinas como Lipitor, hechas de elementos de la tabla periódica, resultan más difíciles de hacer, la investigación farmacéutica ha sido suplantada por los nuevos campos de la biotecnología. Esta última depende, en su mayoría, de biólogos que hacen proteínas a partir de células vivas.  El cambio ha afectado la vida de diversos profesionales, a medida que las grandes farmacéuticas como Pfi zer despiden a miles de químicos, poniendo una sábana mortuoria sobre lo que antes era una profesión segura y bien pagada. “Cuando empecé en esta industria en los años 80, uno no se preocupaba por situaciones como esta”, dice Sliskovic respecto al cierre del laboratorio.

No es claro cuántos químicos han perdido sus empleos en las farmacéuticas. Pero sólo en EE.UU., un total de 116.000 químicos tenían empleo en 2006, comparado con 140.000 en 2003, de acuerdo con la Ofi cina de Estadísticas Laborales estadounidense.  Durante ese mismo lapso, el empleo de biólogos subió de 112.000 a 116.000.

Un cambio de estrategia Entre su larga cadena de fracasos, Pfi - zer ha tenido algunos éxitos. La compañía parece tener una amplia línea de productos contra el cáncer y ha obtenido algún éxito en drogas basadas en químicos. Su presidente ejecutivo, Jeff rey Kindler, ha puesto énfasis en la biotecnología luego de haber asumido el cargo hace 16 meses. En octubre, Pfi zer abrió un nuevo centro biológico en San Francisco.

En enero de 2007, Kindler prometía hacer algo radical para sacar a la mayor farmacéutica del mundo de su peor bache. Los rumores de despidos circulaban en Pfi zer.  Pero pocos preveían algo tan drástico como el cierre de los laboratorios de medio siglo en Ann Arbor, donde Pfi zer concluía una expansión de US$300 millones.
Sliskovic dice que supo del cierre el 22 de enero, en una reunión matutina con los altos gerentes del laboratorio.

El anuncio también tomó a las autoridades de Michigan por sorpresa. El estado, que tiene la mayor tasa de desempleo de EE.UU., ya sufría los efectos de los recortes en la industria automotriz. Pfi zer también era el mayor contribuyente en Ann Arbor, pagando US$14 millones al año a la ciudad. En una conferencia de prensa, los gobernantes locales se comprometieron a batallar para que los científi cos se quedaran en la zona. Luego se comprometieron a dar préstamos sin intereses por US$8 millones para empresas nuevas dirigidas por los científi cos despedidos o compañías existentes que los contrataran.  Las limitaciones del presupuesto estatal retrasaron la concesión de préstamos, pero ahora ya están en marcha.

Pfi zer ofreció a cerca de la mitad de los investigadores reubicarlos dentro de la compañía, en su mayoría a otro gran centro de investigación en Groton, Connecticut.  Pero la mayor parte de esos ofrecimientos fue para biólogos en lugar de los químicos, dicen ex empleados del laboratorio. Aunque está lejos de abandonar completamente su investigación química, Pfi zer ha incrementado la tercerización del trabajo químico, contratando organizaciones de investigación, algunas en India. Pfi zer declinó hacer comentarios sobre a cuáles científi cos se les ofreció el traspaso.

En agosto, el equipo de Sliskovic dejó de hacer investigación y comenzó a transferir sus proyectos a otros laboratorios de Pfi - zer. Los laboratorios ahora pasan por una limpieza e inspección antes de cerrarse. El campus es un pueblo fantasma.

Los ex científi cos de Pfi zer han fundado 23 compañías en la zona. Sliskovic dice que preferiría hacer el trabajo creativo de descubrir medicamentos, en lugar de hacer las tareas químicas rutinarias que algunas de esas compañías hacen para las farmacéuticas.

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