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Inventan enfermedades

sobre las enfermedades inventadas ..

Fibromialgia, ¿una enfermedad real?

Berenson A., The New York Times
Traducido por Diario La Nación (Argetina) Sábado 26 de enero de 2008

La fibromialgia es una enfermedad real. O, por lo menos, así lo afirma la
farmacéutica Pfizer en una nueva campaña publicitaria para Lyrica
(pregabalina), la primera medicina aprobada para el tratamiento del dolor
como enfermedad, cuya verdadera existencia es cuestionada por algunos
médicos.

Para grupos de defensa del paciente y para algunos médicos que se
especializan en fibromialgia, la aprobación de Lyrica es un hito. Afirman
que esperan que Lyrica y otras dos drogas, que pueden ser aprobadas este
año, legitimen a la fibromialgia, así como el Prozac lo hizo con la
depresión.

Pero otros médicos, incluyendo uno de ellos que escribió un estudio en 1990
en que definía a la fibromialgia, pero que desde entonces cambió de idea,
afirman que la enfermedad no existe y que Lyrica y las otras drogas serán
tomadas por millones de personas que no las necesitan.

Así como se la diagnosticó, la fibromialgia afecta primeramente a las
mujeres de edad mediana y está caracterizada por un dolor crónico y
extendido de origen desconocido. Muchos de los que la sufren están también
afectados por otros síntomas igualmente inciertos, como el síndrome de colon
irritable.

Como los pacientes que la sufren habitualmente no responden a los
analgésicos convencionales como la aspirina, los fabricantes de medicamentos
se han dedicado a medicinas como Lyrica que actúan sobre el cerebro y la
percepción del dolor.

Los grupos de defensa y los médicos que tratan a la fibromialgia estiman que
un 2 a 4% de los adultos norteamericanos, tanto como 10 millones de
personas, sufren este trastorno. Esas cifras son muy discutidas por esos
médicos que no consideran a la fibromialgia una enfermedad médicamente
reconocible y que aseguran que diagnosticarla como tal en realidad empeora
el sufrimiento, al hacer que los pacientes se obsesionen con los dolores que
otras personas simplemente toleran.

Más aún, advierten que los efectos secundarios de Lyrica, que incluyen un
marcado aumento de peso, mareos y edema, son muy reales aunque la
fibromialgia no lo sea.

Más allá de la controversia

A pesar de la controversia, el American College of Rheumatology, la
Administración de Alimentos y Drogas y los aseguradores, reconocen a la
fibromialgia como una enfermedad diagnosticable. Y las compañías de
medicamentos se ocupan agresivamente de los tratamientos contra la
fibromialgia, al ver su potencial para un nuevo e importante mercado.

Esperando seguir el liderazgo de Pfizer, otras dos grandes empresas, Eli
Lilly y Forest Laboratories, han solicitado a la Administración de Alimentos
y Medicamentos (FDA, según sus siglas en inglés), que les permita comerciar
drogas contra la fibromialgia. Ambas aprobaciones, según los analistas,
saldrán posiblemente a fines de este año.

Las ventas mundiales de Lyrica, que también es utilizada para tratar el
dolor diabético de los nervios, y convulsiones y que recibió la aprobación d
e la FDA en junio para tratar la fibromialgia, alcanzaron los US$1.800
millones en 2007, 50% más que en 2006. Los analistas predicen que las ventas
aumentarán otro 30% este año, con la ayuda de la publicidad.

En noviembre, Pfizer comenzó una campaña publicitaria de Lyrica por
televisión que representa a una mujer de mediana edad que aparece leyendo su
diario: "Hoy luché todo el día contra mi fibromialgia; tuve dolor en todo el
cuerpo" afirma antes de volverse a la cámara y agregar: "La fibromialgia es
un dolor real y extendido".

Los médicos especialistas en el tratamiento de la fibromialgia afirman que
el trastorno está mal tratado y que los que lo sufren han sido
estigmatizados como quejosos crónicos. Las nuevas drogas alentarán a los
médicos a tratar a los pacientes con fibromialgias, afirmó el doctor Dan
Clauw, profesor de medicina de la Universidad de Michigan que trabajó con
Pfizer, Lilly y Forest.

"Lo que va a pasar con la fibromialgia va a ser exactamente igual a lo que
pasó con la depresión y el Prozac -afirmó el doctor Clauw-. Hay afecciones
legítimas que necesitan tratamientos."

Clauw afirmó que los encefalogramas de las personas con fibromialgia
revelaron diferencias en la manera de procesar el dolor, a pesar de que los
médicos reconocen que no pueden determinar quién tiene fibromialgia por
observar una imagen.

Lyanne Matallana, presidenta de la Asociación Nacional de Fibromialgia, un
grupo de defensa de pacientes que recibe parte de su financiación de las
compañías de medicamentos, aseguró que las nuevas drogas ayudarán a la gente
a aceptar la existencia de la afección.

"El día que la FDA aprobó la droga y tuvimos el anuncio público mi dolor se
hizo real ante la gente", confesó Matallana. También dijo que había sufrido
de fibromialgia desde 1993. En un determinado momento el dolor la mantuvo
postrada en cama durante dos años, aseguró. Hoy todavía sufre de dolores
pero tratamientos mixtos con drogas y sin ellas, al igual que el apoyo de su
familia y su deseo de dirigir la Asociación Nacional de Fibromialgia, le
permitieron mejorar su salud, relató aunque declinó decir si toma Lyrica.

"He llegado a un punto en que siento y tengo dolor, pero voy a tener que
imaginarme cómo vivir con él, afirmó. "Sin dudas todavía tengo
fibromialgia."

Una mirada escéptica

Pero los médicos que son escépticos de la fibromialgia afirman que las
quejas vagas de dolor crónico no confirman una enfermedad. No existen tests
biológicos para diagnosticarla y el problema no puede ser ligado con ninguna
causa ambiental o biológica.

El diagnóstico de fibromialgia en sí mismo empeora el estado del paciente al
alentar a la gente a pensar en sí mismos como enfermos y a catalogar su
dolor, afirmó el doctor Nortin Hadler, reumatólogo y profesor de medicina de
la Universidad de Carolina del Norte, Estados Unidos, que ha escrito
extensamente sobre el tema.

"Esta gente vive bajo una nube -dijo-. Y parece que cuanto más asisten al
médico, se enferman más."

El doctor Frederick Wolfe, director de National Databank de enfermedades
reumáticas y principal autor del estudio de 1990 y que fue el primero en
definir las pautas de diagnóstico de la fibromialgia, asegura que se volvió
descreído y desalentado sobre el diagnóstico. Hoy la considera como una
respuesta física al estrés, la depresión y a la ansiedad económica y social.

"Algunos de nosotros en esos días pensábamos que realmente habíamos
identificado una enfermedad, lo cual claramente no es así -dijo el doctor
Wolfe-. Hacer que la gente se sienta enferma, darles una enfermedad, fue un
error."

En general, los pacientes de fibromialgia se quejan no sólo de dolor crónico
sino de muchos otros síntomas, agregó el doctor Wolfe. Un informe de 2500
pacientes de fibromialgia publicado en 2007 por la Asociación Nacional de
Fibromialgia indicaba que el 63% sufría de dolor de espalda, 40% del
síndrome de fatiga crónica, y el 30% de zumbidos en los oídos, entre otros
malestares. Muchos también informaron que la fibromialgia interfería en sus
vidas cotidianas, en actividades como caminar o subir escaleras.

La mayoría de la gente "se las arregla para ir por la vida con algunas
vicisitudes, pero nos adaptamos", afirmó el doctor George Ehrlich,
reumatólogo y profesor adjunto de la Universidad de Pennsylvania, Estados
Unidos. "La gente con fibromialgia no se adapta."

Ambos bandos concuerdan en que la gente con fibromialgia no obtiene mucho
alivio de los analgésicos tradicionales, ya sean éstos drogas
antiinflamatorias como el ibuprofen u opiáceos de venta bajo receta. Por eso
los laboratorios han buscado otras maneras de reducir el dolor.

La pregabalina se une a los receptores del cerebro y a la médula espinal y
parece reducir la actividad del sistema nervioso central. Por qué y cómo
esta droga reduce el dolor no está claro. En pruebas clínicas pacientes que
toman la droga informaron que su dolor, proviniera de fibromialgia, herpes o
daño nervioso por diabetes, había disminuido en alrededor de 2 puntos en una
escala de 10, comparado con 1 punto de los pacientes que tomaron placebo.
Alrededor de 30% dijo que su dolor cayó por lo menos a la mitad, comparado
con un 15% de los que tomaron placebos.

Efectos secundarios

La FDA que inicialmente examinó la aplicación de Pfizer en 2004 para el
dolor nervioso diabético, encontró que esos resultados no son asombrosos,
especialmente en comparación con los efectos secundarios de Lyrica y
desaconsejó no aprobar la droga, debido a esos efectos.

En muchos pacientes, Lyrica causa aumento de peso y edema o hinchazón, al
igual que mareos y sueño. En una prueba de 12 semanas, el 9% de los
pacientes vieron que su peso aumentaba más de un 7% y continuó con el
tiempo. Este aumento potencial de peso es una preocupación especial porque
muchos pacientes con fibromialgias ya tienen sobrepeso: el paciente medio de
fibromialgia según un estudio de 2007, pesa 90 Kg y mide alrededor de 1.60
m.

Pero importantes funcionarios de la FDA desautorizaron a los primeros
análisis destacando que el dolor severo puede incapacitar. "Mientras que la
pregabalina realmente presenta una cantidad de problemas relacionados con su
toxicidad potencial, las tasas totales de riesgo- beneficio, apoya la
aprobación de este producto", escribió en junio 2004 el doctor Rappaport,
director de la división que revisó la droga de la FDA.

Pfizer comenzó a vender Lyrica en Estados Unidos en 2005. Al año siguiente
la compañía solicitó la aprobación para comercializar la droga como
tratamiento contra la fibromialgia. La FDA, autorizo el pedido en junio
2007.

Tanto las drogas de Lilly como las de Forest propuestas para la fibromialgia
fueron desarrolladas como antidepresivos, y ambas actúan aumentando los
niveles de serotonina y norepinefrina, transmisores cerebrales que afectan
el estado de ánimo.

La droga de Lilly, Cymbalta, ya está disponible en los Estados Unidos
mientras que la de Forest, el milnacipran, se vende en muchos países, aunque
no en ese país. La doctora Amy Chappell, médica de Lilly, dijo que aunque
Cymbalta es un antidepresivo, sus efectos sobre la fibromialgia son
independientes de los efectos antidepresivos.

En pruebas clínicas, agregó, incluso los pacientes con fibromialgia que no
son depresivos, informaron alivio a su dolor con Cymbalta. La eficacia de
Cymbalta y del milnacipran es similar a la de Lyrica. Los analistas y las
compañías esperan que las drogas probablemente sean utilizadas juntas.

"Hay, definitivamente, espacio para varias drogas", aseguró la doctora
Chappell.
Pero los médicos que se oponen al diagnóstico de fibromialgia afirman que
las nuevas drogas probablemente harán poco por los pacientes. A través del
tiempo, los pacientes con fibromialgia tienden a probar muchos analgésicos
diferentes, medicinas para el sueño y antidepresivos, usando cada uno
durante algún tiempo hasta que su efecto se desvanece, dijo el doctor Wolfe.
"El problema fundamental es que la mejoría que uno ve y que no es realmente
importante para las pruebas clínicas, no se mantiene", agregó Wolfe. Sin
embargo, espera que las drogas serán extensamente utilizadas. Las compañías
"ganarán una fortuna", concluyó.

saludos
Martín

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