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Denunciando a los funcionarios

A PROPÓSITO DE LA REUNIÓN DE LA MOP4 EN LA CIUDAD DE BONN EN ALEMANIA, EN QUE PARTICIPARAMOS COMO GRR GRUPO DE REFLEXIÓN RURAL POR LA ARGENTINA

 

  1. En esta reciente cuarta reunión de las partes del Protocolo de Cartagena sobre Bioseguridad, más conocida como MOP4, habida en la ciudad de Bonn, durante los días 12 al 16 de mayo de este  año 2008, se han hecho cada vez más visibles las tendencias por parte de los países, a que sus delegaciones provengan de las áreas de políticas agrarias de los Estados. De esta manera, los técnicos, y en especial los biotecnólogos, han logrado una fuerte presencia en la asamblea de las Partes, y esto ayuda a los extravíos de miradas políticas globales y al predominio de lenguajes tecnocráticos y corporativos.  En algunos países, se produce el fenómeno de que, por falta de los cuadros aptos para aportar a esta creciente tecnopolítica, se apela a delegar las representaciones en ONG, que suelen no ser más que grupos encubiertos de lobby empresarial.

 

  1. En el caso de la Argentina se hizo evidente, a partir de la anterior reunión en Curitiba en marzo de 2006, la renuncia de la Cancillería a mantener un mínimo control de las delegaciones ante el Convenio de Diversidad Biológica, el CBD. El nombramiento en esta ocasión del connotado lobbysta corporativo Moisés Burachik como jefe de la delegación argentina, e impuesto desde la Secretaría de Agricultura, manifiesta una evidente rendición del Gobierno argentino frente al modelo sojero biotecnológico, lo cuál se hace aún más notorio y escandaloso en la medida en que la Argentina asiste en su territorio estos días, a una verdadera rebelión de los nuevos farmers de la agricultura industrial, que cortando los caminos e impidiendo la continuación de las exportaciones, han transformado una disputa sobre la distribución de las ganancias que reportan las commodities, en una verdadera discusión sobre el poder político.

 

  1. La Conferencia de las partes ha llevado a cabo durante los últimos años, políticas de “Construcción de capacidades”, y en ello la Argentina ha tenido, al menos en América Latina, un rol más que protagónico, sobre aquellos países que carecían de los cuadros técnicos y de las experiencias necesarias como para implementar sus propios protocolos legales sobre seguridad y comercialización de organismos genéticamente modificados, o sea OGM.  Estas políticas, en vez de construir capacidades en el sentido de la preservación de los patrimonios genéticos propios de cada uno de los países, han dado como resultado, que los partidarios de la Biotecnología se multipliquen, tanto en los países periféricos cuanto en el espacio de la Conferencia de las Partes, en la MOP.

 

  1. De tal manera, hemos sido a lo largo de las sucesivas reuniones de la MOP, testigos impotentes de cómo la política en su sentido más auténtico,  pareciera haber renunciado gradualmente al espacio de la Biotecnología y aún más precisamente todavía, al ámbito de la MOP. Se le ha cedido ese espacio definitivamente a aquellos supuestamente idóneos, con lo cuál se perdió el sentido de una discusión necesaria sobre los conocimientos científicos y la aplicación de las nuevas tecnologías, y se dejó el campo estratégico en manos de las empresas corporativas. Por otra parte, una generalizada preocupación de los países centrales  en el sentido de que el próximo gobierno de los EEUU apruebe el CBD, Convenio de Biodiversidad, tanto como el Protocolo de Kyoto y el de Cartagena, parecieran inclinar a los delegados a banalizar o postergar las discusiones, en la suposición de que ello podría facilitar aquellas adhesiones. Asimismo, existe conciencia de que el principal protagonista de la producción de OGM a nivel global, debido a no haber firmado tanto el Convenio como el Protocolo, aún no tiene una palabra propia en el ámbito de la Conferencia de las Partes.

 

  1. Las ONGs que, desde los inicios funcionaron como observadoras reconocidas de la MOP, parecieran haber ido construyendo en simultáneo, una política en espejo, y, de esa forma, han ido también, en demérito de un pensamiento político, delegando el espacio de manera gradual en el seguimiento con eficiencia de las discusiones del Protocolo. A propósito de ello, debemos decir que como en muchas otras convenciones y protocolos, la fragmentación de los debates en sucesivos artículos, puntos y hasta párrafos, diluye la discusión en miríadas de escaramuzas que corren el riesgo de tornarse incomprensibles, no ya para el lego, sino también, para muchos de aquellos que pretenden comprender el conjunto de los actuales problemas en disputa. De hecho, las agendas de estos encuentros, son fijadas por los organismos internacionales y por las empresas, y lamentablemente gran parte de las energías de las ONGs  se encuentran condenadas a seguir esas agendas, y a gastar sus energías en la  discusión pormenorizada de los problemas, reduciéndose a seguir las iniciativas estratégicas del enemigo.

 

  1. Sin embargo, uno de los escasos éxitos que podemos relevar en esta conferencia, ha sido justamente, el que se derrumbara el proyecto de las grandes corporaciones como Monsanto, Bunge, Dow, Syngenta y Basf que denominaran “Compact”, y que consistía en impulsar compromisos de remediación por contaminación transgénica de semillas, de manera excluyente entre las empresas y los gobiernos, y sin la participación de la Sociedad Civil. Luego de la derrota de la propuesta en los marcos del Protocolo, al proyecto “Compact” solo le restará buscar acuerdos por fuera, si acaso todavía pretendiera ser implementado por las Corporaciones.

 

  1.  Arriesgamos pensar que, al menos el espíritu del mega acuerdo firmado en estos mismos días entre Alemania y Brasil, justamente entre el anterior país anfitrión de la MOP y el actual, ha condicionado fuertemente esta reunión de la Conferencia de las partes. Un acuerdo que, paradójicamente, va a impactar gravemente sobre la Biodiversidad, sobre el futuro del planeta y también un acuerdo que se distancia de las políticas del MERCOSUR. De esa manera, se le ponen alas a la ambición brasileña de convertirse en una potencia a nivel global, en este caso y paradójicamente, bajo la conducción del Presidente Lula y del Partido de los Trabajadores. En el acuerdo cuyos verdaderos contenidos aún se desconocen, se impondrán cambios en las actuales fronteras aceptadas de la Amazonía, y se asegura la provisión de maquinarias y tecnologías para las nuevas centrales hidroeléctricas y nucleares que acuñan el sueño de un Brasil imperial. El acuerdo también considera  aportes alemanes para la defensa de la Biodiversidad. Desde ya que podemos anticipar qué significan estos aportes, cuando en relación a los países centrales hablamos de patentamientos, privatización de las informaciones y poder del conocimiento.

 

  1. Es muy probable que el mega acuerdo en ciernes con Brasil llevara, en esta ocasión, al gobierno alemán, a esmerarse para evitar los escándalos usuales que realizan las ONGs en las conferencias de la CBD y a evitar de esa manera, sorpresas desagradables para los delegados. En esta oportunidad, se apeló a un dirigente miembro de un Forum alemán ambientalista y proveniente de la WWF y de Greenpeace, nos referimos a Giünter Miitlacher, con quien se convinieron generosos recursos para organizar un espacio alternativo y paralelo de ONGs internacionales denominado Planet Diversity, en el Instituto Gustav Stresemann, donde se implementaron numerosos talleres, conferencias y debates sumamente interesantes, pero que lograron alejar la presión sobre los delegados oficiales de los países que, sesionaban a varios centenares de metros del lugar, y permitieron un desarrollo de la Conferencia de las partes, sin los incidentes y las presiones habituales llevadas a cabo por los observadores de la Sociedad Civil.  

 

  1. No podemos dejar de señalar y a propósito del párrafo anterior, una creciente y cada vez más fortalecida industria de las ONGs que, pretendiendo expresar a las diferentes sociedades civiles, son funcionales al sistema global y terminan legitimando sus acciones. En realidad, gran parte de las ONGs y más allá de sus buenas o malas intenciones, expresan en este sentido una privatización de la política que nace en los años ochenta con las oleadas neoliberales y privatizadoras. Las riñas y disputas en torno a una política entendida como mercancía, son la consecuencia de estas manipulaciones que constituyen una de las principales tácticas de seducción desde las ONGs empresariales y los organismos internacionales. Tal vez en esta MOP, lo vimos con mayor fuerza que en otras oportunidades, y particularmente lo notamos, en fuerte desmedro de la situación de la Argentina que, pretendíamos mostrar como un país laboratorio con un modelo anticipado de políticas globales destinadas a extenderse sobre los países vecinos.

 

  1. En aquel sentido, en el de poder manifestar nuestra experiencia como sujetos al modelo neocolonial de los cultivos biotecnológicos, presenciamos con dolor como la coordinación de la RALLT, la Red para una América Latina Libre de Transgénicos, en cuya formación participáramos hace ya muchos años, procedió inconsultamente, al menos con nosotros, al exponer sobre la situación argentina con datos reales, pero demostrando una vez más en forma penosa, que el conocimiento dista de la real comprensión de los fenómenos. Asimismo, y justamente cuando en la Argentina, los reconocimientos al GRR y a sus años de predica se han hecho incontrastables y generalizados, se respaldó en Bonn y ante la MOP4 una representación argentina de la RALLT improvisada, oportunista, carente de historia y de formación suficiente, sin mayores méritos ni representación, que no sean los gestos y las soberbias propias de los hijos de las clases dominantes. En una situación en que la jefatura de la delegación argentina se pone en manos de Moisés Burachik no podemos dejar de manifestar que las políticas espejo de las ONGs, y en este caso de la RALLT, nos condujeron a una representación por nuestro país, absolutamente funcional al sistema instalado, y que nos avergüenza.

 

  1. No es un tema de personas ni de meras representaciones. No están en juego cuestiones personales, sino grandes problemas políticos globales y el gigantesco poder de las corporaciones, frente a los cuales pareciera que pretendemos de manera patética, improvisar políticas desde la mezquindad que surgen de las prácticas subvencionadas de las ONGs. Ciertos modos de actuar no pueden conducirnos lamentablemente, sino a sucesivas derrotas. Los crecientes climas autoritarios y centralistas de la RALLT, expresan una etapa de repliegue y empobrecimiento participativo, que hemos observado con pena y sin saber cómo reparar, a lo largo de los últimos tiempos, y que ya no podemos callar. En este caso, es sumamente grave, que se impida dar a conocer el verdadero papel de la Argentina, como país laboratorio de nuevas amenazas relacionadas con los fondos de inversión, con la integración vertical de las producciones cárnicas de manera industrial y con la generación de Agrocombustibles. Es grave también que se haga propia y sin debate alguno, la propuesta de Soberanía Energética que, más allá de su aparente corrección programática y de las simpatías que pueda suscitar, pareciera responder a una distancia prudente establecida por los movimientos sociales brasileños con su propio gobierno. Lo que queremos expresar es que, en la medida en que algunos de esos movimientos se esfuerzan por no romper con Lula, hacen lo mismo con el sueño de un Brasil que se pretende potencia global en producción de Agrocombustibles. Lo hemos dicho muchas veces y lo continuamos afirmando: para nosotros la Soberanía Energética está implicada en las ecuaciones propias de la Soberanía Alimentaria. Aunque permanecemos abiertos a un diálogo y debate sobre el tema, no vemos razones válidas, al menos que sean de nuestro propio interés como movimientos sociales, para que en la Argentina pongamos distancia y autonomía conceptual a la producción de energía, separándola de la producción de alimentos y de los desarrollos locales.

 

Stella Semino, Lilian Joensen, Jorge Eduardo Rulli

GRR Grupo de Reflexión Rural

Buenos Aires, Argentina, mayo 25 de 2008

www.grr.org.ar

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