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Enfermeria: la memoria activa es Resistencia

Morón, 15 de Septiembre de 2008.-

 

El siguiente es un documento inédito en la coyuntura contemporánea enfermera, y fue realizado con el fin de constituirse en un elemento de discusión y análisis de la realidad de la profesión enfermera Argentina 2008, ya que los acontecimientos en curso han tenido paralelismos históricos hace casi 6 décadas atrás.

Considero que no es casual que el contenido del documento que pongo a su disposición, haya sido borrado de la "Historia Oficial" de la Enfermería Argentina.

Es cierto que la recopilación de material bibliográfico en ocasiones se complica, si recordamos la política de eliminación de todo material peronista que llevo adelante la "Revolución Libertadora".

No obstante, fueron utilizadas 3 fuentes bibliograficas, 2 artículos científicos elaborados por historiadores e imágenes de un libro histórico sobre la Escuela de Enfermeras de la Fundación Eva Perón, (FEP). El acceso a las fuentes citadas fue a través de Internet, buscador Google. En el curso de la elaboración del presente ensayo se comprobó la evidencia de la existencia de material impreso concreto.

Hoy es un día histórico para la Enfermería Nacional: hace 58 años se fundaba la Escuela de Enfermeras de la FEP.

Es necesario que comencemos a recuperar parte de nuestra historia vedada por quienes aun detentan cierto poder en la Enfermería.

 

Juan Mijana, Enfermero Asistencial, Hospital Nacional Alejandro Posadas.

 

 

Policlínicos, hospitales y enfermeras:

 

El recurso de establecer diferencias entre el pasado y el presente como fuente de legitimación de las nuevas acciones en el orden social utilizó argumentos adaptados a los ámbitos específicos de intervención. Una de las descripciones más desarrolladas se puede observar alrededor de los policlínicos y otras obras vinculadas a la atención de la salud dirigidas por la Fundación Eva Perón (FEP). En ellas se destaca la modernidad como atributo específico del presente y como parte del proceso de redención que el peronismo hacía posible para los más humildes.

 

El policlínico Presidente Perón, uno de los primeros construidos por la FEP, ameritó la edición en formato de libro de una obra que fue traducida a varios idiomas. Con un estilo descriptivo y con numerosas ilustraciones se destaca el tamaño del policlínico, su moderna arquitectura, la capacidad de atención y la avanzada tecnología de su instrumental. En un soporte diferente, el filme documental Canto de Fe (1)  también difundió este tipo de obras.

 

La película se rodó en el policlínico construido por la FEP ubicado en el partido de San Martín. En este caso, el relato quedó a cargo de un personaje. Quien narra la historia es una enfermera graduada en la Escuela de enfermeras de la FEP, que relata los diferentes momentos de su tarea dentro del hospital y dentro de la escuela. (2) El filme resulta una exhibición de las modernas instalaciones del policlínico que se articula en torno a una historia de redención experimentada por su protagonista.

 

Las escenas iniciales corresponden al recuerdo de la enfermera, cuando en un gesto maternal se acerca a una colega más joven y comenta sus sensaciones el día que, "desde el interior, llegó a la escuela de la fundación". La historia es la de una muchacha humilde que llega a la Capital para ascender socialmente y enlistarse en la escuela de enfermeras de la FEP. El primer impacto, según expresa, surgió al observar las instalaciones de la escuela con "todas las comodidades que siempre había soñado", habitaciones con ventanas y cortinados, espacios de recreo y descanso con confortables sillones y entretenimientos, un amplio comedor con abundante servicio, biblioteca y sala de lectura y un patio en el que cada mañana se izaba la bandera argentina.

 

En las siguientes escenas la enfermera, desde su habitación, recuerda: "desde ese momento mi vida cambió de rumbo. Empecé las clases asomándome a un mundo nuevo y maravilloso cuyo principal objetivo es aliviar el dolor de los demás". El plano termina con una imagen en la cual las alumnas izan la bandera y en adelante se suceden acciones en las cuales el personaje principal sirve de vehículo para mostrar los diferentes espacios dentro del hogar escuela de la fundación.

La enfermera protagonista de Canto de Fe es una joven humilde recién llegada del interior y para la cual el ingreso a la fundación significó una ruptura con el pasado y un proceso de redención. El traslado del interior a la Capital constituyó el primer acto de reparación luego de la postergación que por su condición social había sufrido. La llegada a la escuela hizo posible una nueva vida en la cual estaban disponibles todos los elementos de confort que hasta entonces le habían sido negados a las clases humildes y eran privativos de la burguesía.

En un segundo momento del filme, a partir de la llegada de la joven al hospital donde comienza sus prácticas, se pone en marcha un segundo argumento redentor que ya no la involucra sólo a ella sino al resto los beneficiados por las políticas sociales del peronismo. La modernidad del equipamiento y el lujo de las instalaciones del policlínico son varias veces recorridas por el documental y funcionan como demostración de lo que hecho para modernizar el área de la salud. Junto a los monumentales aparatos de esterilización y los modernos quirófanos, se luce el mobiliario y el edificio. Las salas de internación y la sala de espera tienen aspecto lumino, están decoradas con flores y sus paredes revestidas en mármol.

 

La connotación de las imágenes es semejante a la generada por las fotografías que difundían otras construcciones de la FEP como los hogares y las residencias. El lujo y el confort son elementos absolutamente intencionales y son el refuerzo del discurso de Eva Perón al respecto: "mis hogares son generosamente ricos", "quiero que sean lujosos. Precisamente porque un siglo de asilos miserables no se pueden borrar sino con otro siglo de hogares excesivamente lujosos". (3)

 

 La cuestión de la modernización hospitalaria tal como se narraba en Canto de Fe tenía relevancia en la agenda estatal e involucró tanto a las obras de la FEP como a las realizadas directamente por el Estado. La solidaridad volcada hacia los más humildes se tradujo en la multiplicación del número de camas durante la gestión del Ministro de Salud Ramón Carrillo. El objetivo en materia hospitalaria, según afirmaba el ministro, era que los hospitales argentinos no sean casas de enfermedad, sino casas de salud de acuerdo a la nueva orientación de la medicina. (4)

 

 De esta manera inscribía el sentido de las políticas sanitarias dentro las tareas no sólo curativas y asistenciales, sino también de aquellas vinculadas a la prevención de la enfermedad. En este contexto la idea de un estado activo y capaz de alcanzar cualquier rincón del país, por más recóndito fuera, se opuso al pasado en el cual su rol era "pasivo". Según el ministro de Salud, hasta 1946 "nuestra sanidad era una cosa pasiva" y "el pequeño y modesto organismo nacional" llegaba sólo a "salvar los escombros con escasos recursos y pobrísima inspiración". En cambio, en el presente "contamos con una organización que no esta esperando que aparezcan las enfermedades y los enfermos, sino que actúa activa y orgánicamente en todo el país". (5)

 

La interpretación del pasado que elaboró Carrillo fue difundida por medio de las publicaciones científicas de la secretaría de Salud Pública, luego transformada en ministerio. Desde 1947, Archivos de Salud Pública, la principal publicación de esa dependencia difundió los discursos de su titular. Las editoriales, sobre todo durante los primeros años de gestión, estuvieron a cargo del ministro quien allí volcó las líneas principales de su proyecto y gestión.

 

Del mismo modo que en las publicaciones que difundían las obras de orden sanitario de Eva Perón, Carrillo señala el momento de creación del ministerio de Salud como una etapa fundacional para la historia de la salud pública. La FEP, a través de una "Síntesis Histórico Sanitaria Argentina", explicaba el rol histórico al que estaban destinados sus policlínicos. Elaboró una versión de la historia sanitaria en la Argentina que destacaba tres momentos; la creación del Departamento Nacional de Higiene en 1880 y la creación de la Dirección Nacional de Salud Pública en 1943 y finalmente el ministerio de Salud Pública y la Fundación Eva Perón como el resultado de una evolución en la cual el criterio acerca del carácter social de la salud logró imponerse. En esta versión los acontecimientos más importantes tuvieron inicio en 1943 y se aceleraron en 1945. (6)

 

La oposición entre pasado y presente, en este caso, tiene como eje la ausencia de acciones organizadas y centralizadas para atender la salud de toda la población y la inexistencia de un criterio de salud como bien público. Si bien la historia tiene un sentido evolutivo, jalonada por los momentos en los cuales el Estado se involucró en la atención de salud, el momento de quiebre y de cambio definitivo lo señalan los acontecimientos de 1945 y la creación del MSP y de la FEP. En este proceso ambas instituciones se describen como diferentes patas que sostienen la misma mesa.

 

En la versión del ministerio, la clave de los nuevos tiempos radicaba en que por primera vez existía una política sanitaria y esto era posible porque por primera vez existía una política social y económica. Por fin era posible que "la atención del hospital de socorro caritativo e individual, que fue sucedía por la atención científica y por el involucramiento del poder público".

 

En el campo de la salud, la situación para 1945 era alarmante. Por ejemplo, la mortalidad infantil en una provincia como Jujuy significaba que cada 1000 niños nacidos morían 300. La mortalidad por enfermedades venéreas representaba a nivel nacional 67 muertos por cada 10000 personas. En cuanto a las endémicas masivas, para 1946 se registraban 100000 casos de paludismo por año. También eran significativas las cifras sobre mortalidad por tuberculosis, inválidos e incapaces, etc. (7)

De esta situación, surge por iniciativa del Dr. Ramón Carrillo a cargo de la Secretaría de Salud la creación del "Código Sanitario Nacional" en 1947, el que sienta las bases del sistema público de salud y a partir del cual se producirán importantes inversiones en establecimientos hospitalarios a lo largo de todo el país.

 

En ese panorama crítico de la situación sanitaria del país, el Dr. Ramón Carrillo elabora su Plan de Salud Pública sobre tres ejes: medicina asistencial (curar al enfermo), medicina sanitaria (prevenir enfermedades) y medicina social (prevenir enfermedades atacando a factores sociales). Dentro de esta política médica, Carrillo consideraba clave para una democratización de la salud el papel que debía desempeñar el Plan de Estudios de la Escuela de Enfermeras. La importancia de esta Escuela, se debía a que el país tenía una gran carencia de enfermeras capacitadas. El Plan se proponía como meta, alcanzar la cifra de 20000 enfermeras profesionales. Hasta esa época la formación de enfermeras se hacía a través de 2 instituciones, la Cruz Roja y la Sociedad de Beneficencia de la Capital. (8)

La política de ayuda social peronista tampoco compartía en este terreno la concepción tutelar con que se manejaba la Sociedad de Beneficencia.

Será a partir de la iniciativa de Teresa Adelina Fiora, (9) que se establece un nuevo Plan de Estudio con un nuevo diseño organizativo de la Escuela. En 1950, la Escuela de Enfermeras se integra a la Fundación, lo cual le brinda una estructura y centralización que hasta ese momento no había alcanzado.

 

Luego de un plan de estudios de 3 años, las enfermeras, aptas e idóneas, se desempeñaron en diversas misiones, tanto en el país como en el exterior, llevando la presencia solidaria de su fundación.

 

Las enfermeras de la Fundación no limitaron su trabajo a las tareas profesionales en los Policlínicos, sino que se constituyeron en una estructura de movilización sanitaria desarrollando campañas contra el paludismo y el mal de Chagas.

 

En el año 1947, el MSP registraba 8.000 enfermeras en todo el país, entre las cuales la mayoría no tenía preparación sistemática y metódica; es decir, eran empíricas y nunca habían pasado por una escuela de formación profesional. Según las estimaciones de Carrillo, lo óptimo era alcanzar un plantel de 45.000 enfermeras para todo el país en el curso de los siguientes cinco años. (10)

En consecuencia, el MSP puso en marcha una serie de medidas para reorganizar las escuelas de enfermeras del país y elevar el nivel de formación de quienes ya ejercían la enfermería. Una de las innovaciones fue la creación la Escuela de Enfermeras de Salud Pública directamente ligada al ministerio. De ella dependía la formación de nuevas enfermeras cuya principal preocupación sería elevar el nivel técnico de la profesión y constituir un grupo de nuevas enfermeras capaces de convertirse en instructoras de las futuras generaciones.

 

Por su parte, la FEP, que había creado su propia Escuela de Enfermeras el 15 de Septiembre de 1950, intentó formar un cuerpo profesional moderno y renovado con el cual pudiera ser identificada su acción sanitaria. Un libro dedicado a la institución publicado por la subsecretaría de Publicaciones en dos ediciones, una en 1951 y otra en 1955, describe las características de la escuela, de los hospitales y las tareas que las nuevas enfermeras realizan.

 

En el libro de la Escuela de Enfermeras de la FEP abundan las fotografías de los desfiles del Día del Reservista en los cuales las enfermeras de la fundación tuvieron un lugar protagónico. Dicha celebración no era nueva: desde hacia décadas reservistas masculinos desfilaban por las calles de la Capital Federal. Al menos desde la década del 30 eran acompañados por enfermeras de la Cruz Roja. Pero a partir de 1949 la celebración adquirió nuevas dimensiones con la presencia de las escuadras de enfermeras de la FEP.

Cada año las columnas de enfermeras fueron más compactas y numerosas. Alrededor de 2.000 eran convocadas con varios meses de antelación para ensayar el desfile. Las jóvenes conducían las modernas ambulancias, los hospitales móviles y el amplio equipamiento motorizado con el cual la FEP había dotado a sus policlínicos y hospitales. La columna la encabezaba el comando de la Escuela a bordo una de sus unidades motorizadas conducida por las propias graduadas, luego desfilaba una densa columna de estudiantes portando la bandera argentina y la bandera peronista. En adelante, se desarrollaba el paso de diferentes secciones de la escuela: el equipo de urgencias compuesto de enfermeras y perros amaestrados que portaban botiquines especiales, el cuerpo de urgencias en motocicletas con sus unidades provistas de camillas móviles, las diversas unidades de transporte de equipos de campaña y elementos necesarios para actuar en catástrofes, los hospitales móviles, las dotaciones de anestesia y oxigenoterapia y las ambulancias.

 

Estas imágenes coincidían con las que las afirmaciones de "Las realizaciones argentinas en el orden Social". Allí se difundió la tarea del MSP, en particular el aumento del número de camas que se había elevado de 66.300 camas a 114.000 entre 1946 y 1951. (11) La difusión acerca del aumento de la capacidad hospitalaria se mostraba como parte de la rápida y exitosa expansión de la red de atención médica. La difusión de las políticas sanitarias tuvo entre sus efectos crear la noción de la existencia de un sistema capaz de extenderse por todo el país a través de diferentes medios como el tren sanitario equipado con todos lo elementos necesarios para llevar adelante tareas de mediana complejidad, los consultorios odontológicos móviles repartidos por todo el país, las ambulancias y los equipos de urgencias. El desfile de enfermeras de la FEP ilustra, completa y exalta los recursos técnicos y humanos en materia de salud llevados adelante por el gobierno de Perón.

 

La Escuela de Enfermeras de Salud Pública creada por Carrillo no contó con el protagonismo que sus pares de la FEP tuvieron en la publicidad oficial. Sin embargo, dentro de la estructura del MSP alcanzaron un lugar relevante que ameritó incluso una publicación periódica, la primera en su tipo. (12)

Enfermería fue una publicación trimestral que comenzó a circular en 1949. Su primera editorial afirmaba formar parte del conjunto de cambios que el sector sufría. Quienes eran miembros de la profesión, afirmaba la editorial, "no son ajenas a la tendencia superadora" y sobre cada una de sus integrantes "pesa una responsabilidad que se identifica vigorosamente con el bienestar colectivo". (13)

 

Enfermería resultó una revista de interés para las que ejercían la actividad. En sus páginas escribieron instructoras, graduadas y alumnas de las escuelas de enfermeras reconocidas del país. Tuvieron especial importancia las crónicas de congresos y encuentros internacionales de enfermeras a los que representantes argentinas asistían, de allí provenía las noticias sobre la "actualidad de la profesión" que se plantearon como metas a alcanzar para sus pares en Argentina.

 

Los tópicos recurrentes tuvieron que ver con el estado de la profesión en otras partes del mundo. Se destacó el tipo de educación que se impartía en países como Brasil, Estados Unidos y algunos estados europeos, la complejidad de las tareas que las enfermeras realizan en los hospitales de esos países y las diferentes especialidades en las que se desempeñan las colegas en el exterior.

 

Enfermería intentó de esta manera establecer diálogo con las escuelas y hospitales que consideró más modernos y entre los cuales inscribió la tendencia actual de la formación profesional en el país. Si bien reconocía que aún el estado de la profesión no había alcanzado los niveles óptimos no dudaba en considerar sellado el curso de la historia:

 

De la otrora cuidadora de enfermos, que desempeñaba, además, las más rudimentarias y hasta serviles tareas, que era la enfermera primitiva, llegamos al momento actual en que la multiplicidad de especialidades la han transformado en el más eficaz colaborador técnico del médico. (14)

 

Las editoriales de Enfermería afirmaban que la profesión había alcanzado la madurez necesaria y que "si no bastara la conducta profesional de nuestras enfermeras dentro la patria, agregaríamos con profundo conocimiento de causa la eficacia de enfermeras argentinas egresadas de diferentes escuelas, cuya labor en el extranjero no ha desmerecido en el cotejo con colegas de diferentes partes del mundo". (15)

 

Si bien Enfermería no afirmaba la existencia absoluta de una nueva legión de enfermeras, advertía que el un pasado caracterizado por el protagonismo de inexpertas mujeres sin formación había quedado atrás para dar lugar a una nueva etapa en la cual la cual la profesión se inscribía en "la necesidad imperiosa de perfeccionar las armas que le permitan cumplir en buena forma sus funciones y elevarse hasta los ideales que le dieron origen". (16)

 

Las editoriales recalcaban en cada número la superación de una etapa signada de dificultades. "Nos encontramos en la etapa que mira al porvenir; en ella va involucrada la resuelta voluntad de la juventud, representada por alumnado formado en nuestras aulas". (17)

 

La estrategia para diferenciar la situación de la enfermería en el presente respecto del pasado resulta más clara en la sección Desde el Mirador. Con un estilo anecdótico y muchas veces crítico, la sección resultó una oportunidad aprovechada por las nuevas enfermeras quienes expresan su preocupación por los elementos residuales de los tiempos en los cuales no existía una "verdadera profesión". Muchas narran con tono burlón escenas en las cuales las enfermeras actúan de modo inapropiado por ignorancia y falta de preparación. La responsabilidad se la adjudican a la falta de formación y la tolerancia que hasta entonces se mantenía con quienes eran "mucamas vestidas de enfermeras".

 

 

En otras secciones, la publicación señala también la diferencia entre quienes habían ingresado a las nuevas filas de la enfermería moderna y profesional que ofrecía el ministerio y aquellas que no lo habían hecho y preferían mantenerse en la ignorancia. Con un tono condenatorio se describía a la antigua enfermera como banal y desinteresada por los padecimientos del prójimo. Algunas caricaturas representan a esta mujer con pronunciadas curvas y un andar provocativo y displicente.  Esa mujer se dirige a los enfermos con una "voz agitada y agria" para recriminarle toda su conducta. (18)

 

En cambio, el tipo de enfermera que el ministerio alentaba se destacaba por su interés por el conocimiento y la perfección técnica. Enfermería reproducía este modelo en varias ocasiones a través de los cursos de "arte de la enfermería", asignatura dedicada a enseñar procedimientos que debían llevarse adelante en las salas de hospital.

 

El lenguaje utilizado es muy sencillo y son llamativas las imágenes que ilustran los contenidos. Tienen un estilo ingenuo, el trazo parece infantil y contrasta con las imágenes que representan el tipo de enfermera que es necesario desalentar. Allí se destacaban los atributos de discreción y tolerancia, higiene y pulcritud que siempre debían ser respetados por las enfermeras.

 

Enfermería, a través de diferentes secciones, reconoce que no todas las dificultades han sido superadas; persistían vestigios de los tiempos en que las enfermeras accedían a su puesto sin conocimiento alguno. Entre sus colegas todavía abundaba "la práctica y la ignorancia" en oposición al conocimiento y el profesionalismo que el ministerio de Salud promovía. Pero no dudaban en afirmar que transcurrían nuevas épocas en las cuales los enfermos ya no miraban a las enfermeras como "el pordiosero que, pidiendo limosna frente a un lujoso teatro, en una noche fría y lluviosa ve desfilar antes su miseria y desamparo, caballeros apuestos y damas deslumbrantes de belleza envueltas en elegantes abrigos". (19)

 

 

 

Notas:

 

1.- Subsecretaría de Informaciones. Alberto Wehner (director), circa 1952, Archivo General de la Nación, Departamento de archivo fílmico y sonoro. Para otros comentarios sobre el filme se puede ver Gené, Marcela: Un mundo feliz. Imágenes de los trabajadores en el primer peronismo. 1946-1955, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica/Universidad de San Andrés, 2005.

2.-  El filme se refiere a las Escuela de Enfermeras de la Fundación Eva Perón que funcionó entre 1950 y 1955. En rigor, la institución fue la sucesora de la creada por la Sociedad de Beneficencia. La intervención en 1947 puso al frente de la institución a Méndez de San Martín, quien mantuvo las actividades en las instalaciones de la calle Callao 1218, donde habitualmente se desarrollaban. En el curso del año 1949 la escuela se refuncionalizó para integrarse luego a la FEP. La reorganización consistió en trasladar las clases prácticas a los centros de atención médica de la FEP y en incorporar nuevas asignaturas al programa de formación.

3.-  Perón, Eva: La Razón de mi vida, op. cit. pág. 168.

4.- Carrillo, Ramón: "Hacia una mayor precisión en los del hospital y la asistencia médica", en Política Sanitaria Argentina, Tomo I, Buenos aires, Ministerio de Salud Pública de la Nación, 1949, pág. 26. Archivos de la Secretaría de Salud Pública de la Nación, Vol. IV (3), septiembre de 1948, págs. 198-220

5.-  Ibid.

6.- Fundación Eva Perón, Escuela de Enfermeras. Subsecretaría de Informaciones, Buenos Aires, S/F. pág. 16.

7.- CARRILLO Ramón, "Contribuciones al Conocimiento Sanitario" del Ministerio de Salud Pública de la Nación, pág. 272, Bs .As., 1952.

8.- Ferioli Néstor, "La Fundación Eva Perón", pág. 109, ED. CEA, Bs. As., 1990.

9.- Secretaria de la Escuela de Enfermeras del Hospital Peralta Ramos.

10.-  Carrillo, Ramón: "Curso Básico para la formación de enfermeras de Salud Pública", en Política Sanitaria Argentina, Ministerio de Salud Pública de la Nación, Buenos Aires, 1949, Tomo I, pág. 81.

11.- Las realizaciones Argentinas en el Orden Social, Servicio Internacional de Publicaciones Argentinas, S/F.

12.-  En 1951 el MSP publicaba las revistas especializadas en Enfermería, Medicina del Trabajo y Neuropsiquiatría. Además editaba Archivos de Salud Pública con tiraje de 25.000 ejemplares, el Boletín del Día y varias publicaciones monográficas dependientes de las dependientes de las diferentes direcciones como la Dirección Nacional de Investigaciones Epidemiológicas y la de Dirección de Cultura Sanitaria.

13.-  Enfermería, Vol. I (1), octubre-diciembre de 1949.

14.-  Carrillo, Ramón: "Elogio a la Enfermera" en Enfermería, Vol. I (1), octubre-diciembre de 1949, pág.12.

15.-   Enfermería, Vol. IV (15), abril- junio de 1953.

16.-  Enfermería, Vol. I (1), octubre-diciembre de 1949.

17  Enfermería, Vol. II (7), abril-junio de 1951.

18.-  "Ud. ha sido testigo...", en Enfermería, Vol. V, (18), enero-junio de 1954

19.-  "¿Verdad que usted piensa como yo?", en Enfermería, Vol. IV (17), octubre-noviembre de 1953, pág. 136.

 

 

Bibliografía:

1) Fundación Eva Perón, Escuela de Enfermeras, Ediciones de la Presidencia de la Nación, Bs. As., 1951

2) Martín, Ana Laura. Hogares, Hospitales y enfermeras.  El "ayer y hoy" de las políticas sociales según prensa oficial del peronismo. Papeles de trabajo. Revista electrónica del Instituto de Altos Estudios Sociales de la Universidad Nacional de General San Martín. ISSN: 1851-2577. Año 2, nº 3, Buenos Aires, junio de 2008.

3) Dasso, Carlos, (2004) El estado de bienestar en Argentina y la burocratización autoritaria del estado de bienestar, Hologramática, Año I Nº1

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