opina Escudero
Diario “Puntal”, Río Cuarto, Córdoba, 3 de mayo del 2009
“La epidemia del dengue ha sido una jugada mediática y política”
El sanitarista José Escudero piensa que el brote que afecta al país ha sido exagerado para favorecer a los grupos opositores al Gobierno. Por ello, considera prudente no generar pánico ante la gripe porcina.
Sanitarista de destacada trayectoria, el doctor José Carlos Escudero es fuente de consulta de varias organizaciones sociales.
Profesor titular en las universidades nacionales de La Plata y Luján, desde sus cátedras enfoca la sucesión de enfermedades como una consecuencia directa de las acciones políticas y económicas de la sociedad.
Con una mirada crítica, asegura que el dengue ha sido una epidemia débil, cuyos riesgos han sido exagerados con una finalidad política por sectores que aspiran al poder.
De igual manera, señala que las modificaciones realizadas a las modalidades de producción primaria de la tierra han tenido directa relación el brote de la influenza y la expansión del Aedes aegypti.
- ¿Existe algún vínculo entre la llegada del dengue primero y la fiebre porcina después?
- En las dos epidemias se da un procesamiento de la naturaleza a través de la acción humana. En el caso del dengue, el mosquito Aedes Aegypti, el transmisor de la enfermedad, hace 30 años estaba a la altura de Corrientes.
Es un mosquito de aires tropicales. Con el calentamiento planetario, ha avanzado hacia el sur y ahora lo tenemos en la pampa húmeda. También interviene el fenómeno de la sojización.
Por la extensión de los cultivos de soja, muchos campesinos han dejado los campos y se han ido a vivir a las villas miseria de las ciudades. Allí viven en contacto con más basura, donde anida el mosquito. Ahí se ve cómo algunas acciones humanas facilitan una epidemia.
El calentamiento planetario y el modelo sojero de agricultura en Argentina son acciones humanas. En la gripe porcina hay otro efecto, en el que entra también la soja. La nueva agricultura utiliza la soja como forraje para alimentar animales, que engordan en grandes galpones, y donde se apuran los procesos para que se los pueda matar rápido.
Esos animales que viven en tanto hacinamiento se transmiten fácilmente las enfermedades, entre ellos y al hombre, favoreciendo la mutación de las cepas de los virus. Este nuevo sistema agudiza los problemas sanitarios de esos animales, que eran menores cuando corrían libremente por el campo o estaban en un chiquero tradicional.
- ¿La propagación de estas enfermedades denuncia falencias del sistema sanitario argentino?
- No. Tanto para el dengue como para este miedo por la pandemia de gripe porcina, el sistema estatal de salud se ha mostrado eficiente. Es mucho más eficiente que las obras sociales o las prepagas.
Lo que pasa es que está desfinanciado. En este momento, sólo 1.7% del PBI se destina al sistema de salud. Esa cifra debería triplicarse para dar atención gratuita a más población. Si hay falencias en el sistema no se dan por ineficiencia sino por falta de financiamiento. Y eso se nota ante cualquier epidemia.
Terrorismo
- Con la llegada de la gripe porcina se ha enfatizado la conveniencia de no alarmar a la gente.
- Pasa que los medios han exagerado la epidemia de dengue. En tres semanas hubo 5 o 6 muertos. Eso es una epidemia muy liviana. Esto me recuerda al terrorismo intelectual que se está haciendo con la inseguridad. En Argentina las estadísticas de violencia disminuyen, pero el manejo mediático de la inseguridad aumenta. Esto está asociado al año electoral.
Con la epidemia de dengue se hizo este tipo de terrorismo. En Argentina, todos los días mueren 18 chicos por causas relacionadas por la pobreza; todos los días muere una mujer por un aborto complicado que se hubiese evitado si el aborto estuviera despenalizado y se hiciera gratuitamente en hospitales públicos. Frente a eso, la epidemia del dengue ha sido una jugada mediática que beneficia a los opositores al gobierno.
- Muchos sostienen que lo grave en la irrupción del dengue es que se trata de una enfermedad de otra época, ya perimida.
- Eso es absolutamente falso. Brasil tiene crecientes epidemias de dengue. Lo que no se dice, pero sí estudian muchos investigadores, es que el uso de agroquímicos en el paquete sojero está matando a los animales que se comen mosquitos, por eso aumenta su población. El modelo sojero es muy malo en términos ecológicos, pero eso a Monsanto o la Mesa de Enlace le importa muy poco.
- Volviendo a la gripe porcina, distintos facultativos señalan que en Argentina el riesgo de expansión aún es escaso.
- Todo el mundo está pensando, aunque en general no se hable, sobre la gran epidemia de gripe de 1918, que mató a 40 millones de personas. Es un recordatorio que permanece oculto, porque se trata de no alarmar. Aparte, las comunicaciones son mucho más sencillas. En el año 18, la gripe tenía que venir en barco. Y se tardaba 20 días en llegar de Europa, con lo cual, los enfermos que subían al barco se curaban o se morían.
Y cuando el barco llegaba a Argentina, sus posibilidades de hacer daño eran mucho menores. Ahora existen los aviones, y se viaja de México a Europa en seis horas. Y la frontera entre México y Estados Unidos se cruza caminando. El aumento de las comunicaciones es un problema para la epidemiología.
- En el intento por evitar el pánico se remarca que las consecuencias de la gripe dependen del estado general del individuo.
- Es lo de siempre. La gente que tiene buenas condiciones de vida es menos probable que se enferme. Pero frente al modo en que se usó mediáticamente la epidemia de dengue, para alarmar a la población con un propósito político, me parece razonable no alarmar.
A mí me hubiera gustado que el grupo Clarín hubiera alarmado menos a la población. Y también porque, en el peor de los escenarios, una pandemia de gripe puede matar a mucha gente porque aún no disponemos de una inmunización que sea eficaz.
Luis Zegarra
lzegarra@puntal.com.ar
0 comentarios