Lucha de los enfermeros
NO les importa SI estamos VIVOS O MUERTOS
EN VIDA ignoran y desvalorizan nuestros Derechos.
EN VIDA se arrogan la potestad de someternos y disciplinarnos a través de la violencia laboral que es instrumentada y administrado por “jefes” e ingratos colegas. El sistema MATA pero para ello requieren un ideólogo de la perversidad moral y laboral, pero fundamentalmente, de estos colegas colaboradores ambiciosos, pérfidos e ignorantes, que plasman e instrumentan la “ordenes” del sistema para disciplinarnos o ASESINARNOS.
EN VIDA, nos secuestran nuestra voluntad y si ansiamos resistir, nos torturan física-mental y socialmente. Y no vacilarán en MATARNOS simbólica y/o físicamente, si no hacemos entrega de nuestra Dignidad.
EN VIDA, nos ordenan, no sólo como actuar y pensar, sino lo mas grave, nos imponen como SENTIR (se hacen dueños hasta de nuestra subjetividad) Ello muchas veces induce que existamos muy semejantes a “ellos” (nuestros potenciales “asesinos”), pensando y viviendo solo para lo material, individualistas, egoístas, anómicos, ineptos para amar y renegados de nuestra propia clase social.
EN VIDA nos obligan a respetar, honrar y reverenciar al “Servicio” como única meta para la subsistencia. Al ser patrones de nuestro sentir, vivimos concibiendo, que primero está el “servicio”, después el “servicio”, mas tarde nuestros Derechos Humanos. Posteriormente y considerablemente muy lejos nuestra familia, hijos, parejas, amigos.
EN VIDA llegamos a entender y muchas veces pedir nuestra “muerte”, al hacerse intolerable la relación con el “servicio”, como la única forma de liberarnos de la tortura del “servicio” que nos enferma, nos opresiona y nos condena a una segura vida injusta e indigna.
EN LA MUERTE, dirán ¿por algo será? , no se cuidaba, en algo andaba, era muy imprudente, su familia no lo apoyaba, era endeble y que perdió la lucha.
EN LA MUERTE otros expresarán, fué un ejemplo en vida, que todos deberíamos ver en esta muerte el valor de prodigarse al “servicio”.
EN LA MUERTE, la gran mayoría, de los que todavía estamos con vida, hablaremos del luto, es decir, seguiremos en silencio y paralizados, esperando nuestro “turno”.
NOSOTROS, SOLO NOSOTROS, TENEMOS QUE RESOLVER HASTA CUANDO
ABELANS Miguel Ángel - Enfermero Prof MN 36441- Hospital Nacional de Pediatría Dr. “Juan P. Garrahan”
NO les importa SI estamos VIVOS O MUERTOS: ¿Y que hacemos?
UN DIA SIN ENFERMERIA
UN DIA PARA LA ENFERMERIA UN DIA sin concurrir a nuestros ámbitos de trabajo UN DIA, exclusivo para cada uno de nosotros. UN DIA, para asumir el compromiso de lealtad y reconocimiento con uno mismo. UN DIA, parar resignar de “estar al pie del cañón” (como dicen muchos colegas) porque en realidad estamos siempre “delante del cañón”.
UN DIA, para dejar de ser Enfermeras/os y reconocernos como hombres y mujeres con efectivos Derechos Humanos. UN DIA para intentar, en primer lugar, liberarnos de la forma de sentir (subjetividad) que nos ha impuesto a través de la violencia física y simbólica. UN DIA, menos que tendrán los abusadores del poder para torturarnos, enfermarnos y/o matarnos. UN DIA, donde la clase social de Enfermería, no será ignorada ni relegada, porque “ellos” (médicos, jefes y supervisores de Enfermería, compañeras/os sin voluntad y con miedos a recobrar la Dignidad, dirigentes gremiales corruptos y todos los discípulos adictos a ser dominados) tendrán que ejecutar lo que tradicionalmente no valorizan, detestan y discriminan: Nuestro Trabajo UN DIA , menos a la posibilidad que otra compañera agonice y muera por las condiciones laborales, la iniquidad y el trato deshumanizado. UN DIA de libertad, para formularse el inicio del camino a nuestra liberación mental, laboral y social. UN DIA, sin ir a los lugares, donde nos discriminan y “ningunean”. Adonde no nos ven como merecedores de vivir dignamente. UN DIA, para gozar de nuestros afectos, de nuestros hijos, de nuestras familias, amigos, etc. UN DIA, para hacer lo que más nos guste, leer, ver una película, caminar, escuchar música, escribir, etc. UN DIA, sin el uniforme que nos transforma en rehenes y fieles serviles a lo que dictamine el servicio. UN DIA sin pacientes, puede ser útil para ellos, pues llegarán a juzgar el valor humano necesario y sostenible para realizar tareas de Enfermería. UN DIA sin miedo al menoscabo y trato degradante de los “jefes”. UN DIA de emancipación y autonomía, donde la intimidación de la pérdida económica es insignificante ante el valor moral y social de este Día. UN DIA, sólo un día, alcanzará para que valoren nuestro trabajo, porque “ellos” no quieren hacerlo, ni muchos, saben como hacerlo. UN DIA, puede salvar y volver dignas nuestras vidas. ESE DIA, hay que ansiarlo y buscarlo primero, individualmente sin miedos, con valor, con convicciones luego consolidarlo colectivamente y solidariamente.
ABELANS Miguel Ángel - Enfermero Prof MN 36441- Hospital Nacional de Pediatría Dr. “Juan P. Garrahan”
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