Salud publica
SALUD PÚBLICA: ¿POLÍTICA SOBERANA O ECONOMÍA DE MERCADO?
*Por Francisco Alvarellos Diez
Nos encontramos con Claudio Capuano y Gonzalo Moyano, integrantes e impulsores de la creación de la Cátedra Libre de Salud y Derechos Humanos de la Facultad de Medicina de la UBA. Desde allí participan en la Multisectorial por la Producción Pública de Medicamentos y Vacunas, integrada por más de 100 organizaciones sociales y científicas, que hace cuatro años lucha por la implementación de un plan que independice a la Argentina en materia de consumo, desarrollo y producción de medicamentos.
En el año 2002, el Ministro de Salud del por entonces presidente Eduardo Duhalde, Ginés González García, lanzó el plan Remediar. El plan, que hoy sigue vigente, tenía como objetivo proveer gratuitamente de una serie de medicamentos esenciales a los sectores más humildes de la sociedad a nivel nacional, a través de hospitales y centros de salud.
Este programa Remediar genera un gasto a la Argentina de 223 millones de dólares, de los cuales el 40% - que serían 100 millones - se pagó con recursos genuinos, o sea que lo pagamos todos. Y el resto pasó a deuda externa, con la condición de usar esa plata para comprar medicamentos a laboratorios privados, que no se compre a ninguno público, imposibilitando que quede capacidad instalada explica Claudio Capuano, director de la Cátedra libre de Salud y Derechos Humanos de la Facultad de Medicina de la UBA, que participa de la Multisectorial por la Producción Pública de Medicamentos y Vacunas. Se planteaba el programa Remediar como la panacea, como el medicamento de los pobres, barato
Pero ¿barato qué es? ¿Barato es un medicamento que te lo dan con un crédito blando de un organismo de crédito multilateral, que te impide tener capacidad instalada, producir, y que sigue desmembrando? continúa el catedrático.
Ya desde los albores de la década los integrantes de la Cátedra libre de Salud y Derechos Humanos, junto con los distintos laboratorios públicos del país -según nos cuenta Capuano, existen alrededor de 30 laboratorios públicos hoy en día, pero, a pesar de funcionar todos correctamente, sólo 5 o 6 se ellos cuentan con las autorizaciones necesarias que otorga la ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica)-, y gente del INTI y la Facultad de Ciencias Exactas de la UNLP (Universidad Nacional de La Plata) venían trabajando en torno a la labor de los laboratorios y su potencial, así como la posibilidad de llevar a un plano de importancia la producción pública. Este grupo fue algo así como la piedra fundamental de la Multisectorial, y ya antes de su creación formal tenía claras algunas de las cosas que hoy plantea: la necesidad de un organismo público y político que regule y promueva la producción pública de medicamentos y vacunas de calidad para toda la población; y la concepción del medicamento como un bien social, como un derecho humano e inalienable, consigna que lleva como estandarte.
Ante el plan Remediar, nosotros proponíamos otra cosa cuenta Capuano, en las reuniones que tuvimos con Ginés y con los subsecretarios, proponíamos destinar el dinero del plan a laboratorios públicos. Con el 10% del dinero destinado a ese plan se ponía a los laboratorios públicos en condiciones hermosas. Lo que respondían era que estos laboratorios producen mal, que hacen cualquier cosa. Lo cual es mentira.
Fue ante este tipo de respuestas que se decidió crear un elemento que pudiera generar presión, y fue así como en agosto de 2005 surgió la Multisectorial. Además de realizar encuentros por la producción pública, que también habían llevado a cabo anteriormente.
Si bien con Ginés no hubo suerte y el planteo de la Multisectorial fue ignorado, cuando en 2007 Graciela Ocaña fue designada al frente del Ministerio de Salud y Ambiente, la suerte de la Multisectorial cambió. En septiembre de 2007, por iniciativa de los laboratorios públicos, se forma la RELAP (Red de Laboratorios Públicos de Medicamentos), con el objetivo de nuclear y coordinar el trabajo de producción, investigación y desarrollo. La Red cuenta con el apoyo tecnológico del INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial). En abril de 2008 el Ministerio de Salud lanzó el Programa para la Producción Pública de Medicamentos, Vacunas y Productos Médicos, que integraba a los laboratorios públicos en las labores del plan Remediar, debiendo éstos cubrir las ausencias en el mercado de los medicamentos huérfanos (se llama medicamentos huérfanos a aquellos medicamentos que, al no ser un producto rentable, son dejados de lado por los laboratorios privados. Estas enfermedades suelen atacar a sectores de la sociedad o muy pequeños, o de escasos recursos, generándose una demanda insuficiente como para atraer las inversiones del empresariado capitalista. En nuestro país, dos casos de enfermedades huérfanas son el Mal de Chagas y la Tuberculosis) y las falencias que había en el plan Remediar. Si bien estas acciones no cubrían los anhelos de la multisectorial, pues relegan a los laboratorios públicos en un segundo plano, lejano a la idea de un pleno acceso a la salud por parte de toda la sociedad y la búsqueda de un verdadero desarrollo social y científico, Capuano no duda en calificarlos como avances. Sin embargo, la nueva designación de Manzur al frente del Ministerio no parece ser una buena noticia para la Multisectorial: Con el nuevo ministro vuelven personajes de Ginés y estamos de vuelta en lo mismo. Sólo queda esperar y ver si Manzur respetará las conquistas del Programa para la Producción Pública, o si retrocederá a la postura que mantuvo González García.
Capuano y Moyano definen el estado de la salud pública argentina como un estado permanente de catástrofe, y ante esto, ninguno de nosotros se sorprende o pone algún reparo. Está ante nuestros ojos la situación crítica de la salud: la cantidad de muertos este año por gripe A y dengue, los muertos de todos los años por Chagas, Tuberculosis. Todas las muertes de aquellos que no llegan a recibir los tratamientos u operaciones que necesitan, todos aquellos que no llegan a la consulta. Estas muertes se entremezclan en la gran lista de muertes evitables y absurdas que tiene nuestro país con aquellas provocadas por el hambre, el frío, la violencia, la imprudencia. Todas ellas se podrían evitar de hoy para mañana, y en el tema salud la Multisectorial ya ha aportado su granito de arena y hecho una propuesta. Sin embargo, algo les impide avanzar: esos peros que quedan como resabio de los 90, esas dudas con respecto a la eficiencia del Estado, están hoy muy presentes. Presentes en los grandes medios, presentes en los hombres de Ginés, presentes en la clase media. Tal vez todos ellos se puedan enfrentar al hacer la siguiente pregunta: ¿El Estado se encuentra capacitado como para llevar a cabo el proyecto que ustedes plantean? Y la respuesta que nos dan estos muchachos, no puede menos que derribar cualquier duda. Moyano contesta: No sólo el país está preparado, tiene elementos para resolver el tema de la producción pública de medicamentos. No sólo puede y lo necesita, sino que además, y esto desmiente a los que están en contra, es lo más barato. Capuano toma la posta y remata su razonamiento: Eso es barato, genera recursos humanos en técnicos especializados, no se van científicos del país. Y esto lo estamos viendo sólo desde el ámbito de la producción, pero coordinado junto con las universidades a nivel de investigación y desarrollo, tiene un potencial inimaginable. Esto es lo que la industria privada y muchos políticos ven como la gran amenaza. En realidad cuando uno plantea esto, está planteando política. Se plantea si el medicamento es un bien de mercado, o es un bien social. Si la política de salud es una política soberana, o si está manejada por el mercado.
La frase de Capuano reemplaza cualquier conclusión.
SALUD PÚBLICA: ¿POLÍTICA SOBERANA O ECONOMÍA DE MERCADO?
*Por Francisco Alvarellos Diez
Nos encontramos con Claudio Capuano y Gonzalo Moyano, integrantes e impulsores de la creación de la Cátedra Libre de Salud y Derechos Humanos de la Facultad de Medicina de la UBA. Desde allí participan en la Multisectorial por la Producción Pública de Medicamentos y Vacunas, integrada por más de 100 organizaciones sociales y científicas, que hace cuatro años lucha por la implementación de un plan que independice a la Argentina en materia de consumo, desarrollo y producción de medicamentos.
En el año 2002, el Ministro de Salud del por entonces presidente Eduardo Duhalde, Ginés González García, lanzó el plan Remediar. El plan, que hoy sigue vigente, tenía como objetivo proveer gratuitamente de una serie de medicamentos esenciales a los sectores más humildes de la sociedad a nivel nacional, a través de hospitales y centros de salud.
Este programa Remediar genera un gasto a la Argentina de 223 millones de dólares, de los cuales el 40% - que serían 100 millones - se pagó con recursos genuinos, o sea que lo pagamos todos. Y el resto pasó a deuda externa, con la condición de usar esa plata para comprar medicamentos a laboratorios privados, que no se compre a ninguno público, imposibilitando que quede capacidad instalada explica Claudio Capuano, director de la Cátedra libre de Salud y Derechos Humanos de la Facultad de Medicina de la UBA, que participa de la Multisectorial por la Producción Pública de Medicamentos y Vacunas. Se planteaba el programa Remediar como la panacea, como el medicamento de los pobres, barato Pero ¿barato qué es? ¿Barato es un medicamento que te lo dan con un crédito blando de un organismo de crédito multilateral, que te impide tener capacidad instalada, producir, y que sigue desmembrando? continúa el catedrático.
Ya desde los albores de la década los integrantes de la Cátedra libre de Salud y Derechos Humanos, junto con los distintos laboratorios públicos del país -según nos cuenta Capuano, existen alrededor de 30 laboratorios públicos hoy en día, pero, a pesar de funcionar todos correctamente, sólo 5 o 6 se ellos cuentan con las autorizaciones necesarias que otorga la ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica)-, y gente del INTI y la Facultad de Ciencias Exactas de la UNLP (Universidad Nacional de La Plata) venían trabajando en torno a la labor de los laboratorios y su potencial, así como la posibilidad de llevar a un plano de importancia la producción pública. Este grupo fue algo así como la piedra fundamental de la Multisectorial, y ya antes de su creación formal tenía claras algunas de las cosas que hoy plantea: la necesidad de un organismo público y político que regule y promueva la producción pública de medicamentos y vacunas de calidad para toda la población; y la concepción del medicamento como un bien social, como un derecho humano e inalienable, consigna que lleva como estandarte.
Ante el plan Remediar, nosotros proponíamos otra cosa cuenta Capuano, en las reuniones que tuvimos con Ginés y con los subsecretarios, proponíamos destinar el dinero del plan a laboratorios públicos. Con el 10% del dinero destinado a ese plan se ponía a los laboratorios públicos en condiciones hermosas. Lo que respondían era que estos laboratorios producen mal, que hacen cualquier cosa. Lo cual es mentira.
Fue ante este tipo de respuestas que se decidió crear un elemento que pudiera generar presión, y fue así como en agosto de 2005 surgió la Multisectorial. Además de realizar encuentros por la producción pública, que también habían llevado a cabo anteriormente.
Si bien con Ginés no hubo suerte y el planteo de la Multisectorial fue ignorado, cuando en 2007 Graciela Ocaña fue designada al frente del Ministerio de Salud y Ambiente, la suerte de la Multisectorial cambió. En septiembre de 2007, por iniciativa de los laboratorios públicos, se forma la RELAP (Red de Laboratorios Públicos de Medicamentos), con el objetivo de nuclear y coordinar el trabajo de producción, investigación y desarrollo. La Red cuenta con el apoyo tecnológico del INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial). En abril de 2008 el Ministerio de Salud lanzó el Programa para la Producción Pública de Medicamentos, Vacunas y Productos Médicos, que integraba a los laboratorios públicos en las labores del plan Remediar, debiendo éstos cubrir las ausencias en el mercado de los medicamentos huérfanos (se llama medicamentos huérfanos a aquellos medicamentos que, al no ser un producto rentable, son dejados de lado por los laboratorios privados. Estas enfermedades suelen atacar a sectores de la sociedad o muy pequeños, o de escasos recursos, generándose una demanda insuficiente como para atraer las inversiones del empresariado capitalista. En nuestro país, dos casos de enfermedades huérfanas son el Mal de Chagas y la Tuberculosis) y las falencias que había en el plan Remediar. Si bien estas acciones no cubrían los anhelos de la multisectorial, pues relegan a los laboratorios públicos en un segundo plano, lejano a la idea de un pleno acceso a la salud por parte de toda la sociedad y la búsqueda de un verdadero desarrollo social y científico, Capuano no duda en calificarlos como avances. Sin embargo, la nueva designación de Manzur al frente del Ministerio no parece ser una buena noticia para la Multisectorial: Con el nuevo ministro vuelven personajes de Ginés y estamos de vuelta en lo mismo. Sólo queda esperar y ver si Manzur respetará las conquistas del Programa para la Producción Pública, o si retrocederá a la postura que mantuvo González García.
Capuano y Moyano definen el estado de la salud pública argentina como un estado permanente de catástrofe, y ante esto, ninguno de nosotros se sorprende o pone algún reparo. Está ante nuestros ojos la situación crítica de la salud: la cantidad de muertos este año por gripe A y dengue, los muertos de todos los años por Chagas, Tuberculosis. Todas las muertes de aquellos que no llegan a recibir los tratamientos u operaciones que necesitan, todos aquellos que no llegan a la consulta. Estas muertes se entremezclan en la gran lista de muertes evitables y absurdas que tiene nuestro país con aquellas provocadas por el hambre, el frío, la violencia, la imprudencia. Todas ellas se podrían evitar de hoy para mañana, y en el tema salud la Multisectorial ya ha aportado su granito de arena y hecho una propuesta. Sin embargo, algo les impide avanzar: esos peros que quedan como resabio de los 90, esas dudas con respecto a la eficiencia del Estado, están hoy muy presentes. Presentes en los grandes medios, presentes en los hombres de Ginés, presentes en la clase media. Tal vez todos ellos se puedan enfrentar al hacer la siguiente pregunta: ¿El Estado se encuentra capacitado como para llevar a cabo el proyecto que ustedes plantean? Y la respuesta que nos dan estos muchachos, no puede menos que derribar cualquier duda. Moyano contesta: No sólo el país está preparado, tiene elementos para resolver el tema de la producción pública de medicamentos. No sólo puede y lo necesita, sino que además, y esto desmiente a los que están en contra, es lo más barato. Capuano toma la posta y remata su razonamiento: Eso es barato, genera recursos humanos en técnicos especializados, no se van científicos del país. Y esto lo estamos viendo sólo desde el ámbito de la producción, pero coordinado junto con las universidades a nivel de investigación y desarrollo, tiene un potencial inimaginable. Esto es lo que la industria privada y muchos políticos ven como la gran amenaza. En realidad cuando uno plantea esto, está planteando política. Se plantea si el medicamento es un bien de mercado, o es un bien social. Si la política de salud es una política soberana, o si está manejada por el mercado.
La frase de Capuano reemplaza cualquier conclusión.
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