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Los arboles

Cuando los árboles se mueven

El aumento de la temperatura está obligando a los árboles de la Amazonía a migrar hacia un terreno cada vez más elevado. ¿Llegarán a tiempo o perecerán en el intento?

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"Carretera Interoceánica"

Cuando las tres brujas le vaticinaron que resultaría vencido sólo cuando se enfrentase con un hombre no nacido de mujer y cuando el bosque de Birnam comenzara a avanzar hacia su castillo, Macbeth respiró con alivio.

Semejantes profecías no podían sino augurar una victoria segura a este villano de William Shakespeare: nada más absurdo e inverosímil que un hijo no dado a luz por una mujer o que un bosque en movimiento.

Pero, independientemente de la suerte que corrió este personaje de la dramaturgia británica, la migración de los árboles no sólo es posible, sino que es precisamente lo que está ocurriendo en la actualidad, en uno de los bosques de mayor biodiversidad del planeta.

Los bosques que se extienden por las laderas de los Andes, en el sureste peruano, han iniciado una lenta pero ininterrumpida carrera cuesta arriba, para escapar a las cambiantes condiciones de su hábitat impuestas por el aumento de las temperaturas.

"El Amazonas se esta calentando rápidamente y para garantizar su supervivencia, los géneros han comenzado a migrar hacia arriba", le explicó a BBC Mundo el Profesor Yadvinder Malhi, Director del Centro de Bosques Tropicales de la Universidad de Oxford.

Laboratorio a cielo abierto

Esta necesidad de huir de un ecosistema cada vez más cálido es la que explica la presencia de árboles típicos del bosque tropical en áreas del bosque nublado.

Para estudiar el impacto del cambio climático en el sistema de bosques, Malhi y sus colegas establecieron una suerte de laboratorio transversal que se inicia en los bosques tropicales desde Puerto Maldonado en la Amazonía peruana, hasta los bosques nublados a una altitud de 3.450 metros, en los alrededores de la estación biológica de Wayqecha.

A lo largo de esta gradiente, los científicos establecieron ocho parcelas de una hectárea cuadrada, separadas por una altura de 250 metros, para observar los cambios.

"Hicimos una evaluación en 2003 y repetimos el censo de las parcelas en 2007. Los resultados indican que de los 115 géneros que se han encontrado en toda la elevación, unos 37 están migrando 3,78 metros por año", comenta Natividad Rauran Quisiyupanqui, una investigadora peruana que participa en el proyecto de Oxford.

Seguro, pero lento

La migración altitudinal parece ser la estrategia preferida de algunas plantas en esta región. "La Cyathea, que es un helecho arbóreo, es el género que mas ha migrado. Pero también lo han hecho otros como el Hedyosmum, Clethra, Clusia, Schefflera, Miconia y Virola", señala la experta.

El problema es que la velocidad del traslado no guarda relación con las necesidades que impone el aumento de la temperatura, que, según las predicciones más conservadoras podría subir en 2º centígrados en los próximos 100 años y entre 4° y 5° centígrados según otras corrientes.

Los árboles "están avanzando a un promedio de 25 metros por década. Es un gran paso, pero si lo que se busca es mantenerse al ritmo del cambio climático, la velocidad debería duplicarse", dice Malhi.

El riesgo es evidente: si no se "escapan" a tiempo, las posibilidades de supervivencia son mínimas, sino nulas.

Carrera de obstáculos

Por otra parte, la estrategia de migración no es igualmente eficaz para todos los géneros o especies.

"Depende -en algunos casos- de cómo éstas dispersan sus semillas", le dijo Malhi a BBC Mundo. "Las que son dispersadas por las aves o por la acción del viento pueden llegar lejos. En cambio, aquellas cuyas semillas son transportadas por animales -que pueden no estar presentes por diversos motivos- corren mayores riesgos".

Sin embargo, uno de los principales impedimentos es la actividad del hombre.

Para que las plantas puedan subir -e intentar de este modo asegurarse su supervivencia- es necesario facilitarles una vía de acceso, un corredor natural por el que puedan trasladarse hasta hallar un hábitat propicio.

Pero al pie de los Andes, precisamente entre el punto de partida y la meta de llegada "hay petróleo, biocombustibles, personas hambrientas en busca de tierras para cultivar... y también hombres ambiciosos que quieren llenarse de dinero con el oro depositado durante millones de años en lo sedimentos aluviales de la Amazonía", le dijo a BBC Mundo Timothy J. Killeen, autor de "A Perfect Storm in the Amazon Wilderness", un libro que explora los cambios que amenazan la biodiversidad en la región amazónica.

Esta riqueza por explorar ha impulsado un desarrollo sin control en medio de la selva y la construcción de la carretera Interoceánica, "que actúa de línea divisoria y elimina la posibilidad de establecer un corredor para salvar la biodiversidad amenazada", señaló Killeen.

Y es por esta razón, que el trabajo del equipo de Oxford no se limita a evaluar el impacto del cambio climático sobre el ecosistema amazónico y andino, sino que también contempla la posibilidad de intervenir para ayudar a los géneros en este proceso de migración.

Sin más allá

En la lucha por la supervivencia las plantas no sólo tienen que sortear esta carrera de obstáculos.

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"Bosque nublado, Perú"

Como le explicó la investigadora peruana Rauran Quisiyupanqui a BBC Mundo, la subida tiene un límite y ese límite es la puna, una ecorregión que comprende las alturas andinas por encima de los 3.800 metros sobre el nivel del mar y que, a pesar de ofrecer pocas ventajas para el desarrollo de la vida, es uno de los centros más antiguos de domesticación de animales y plantas.

"Si los géneros continúan trasladándose en altura llegarían a la puna. Entonces, habría que conservar ese ecosistema en su capacidad de poder brindar sustrato para que los bosques sigan avanzando".

"Y esto", admite la bióloga, "es una utopía, porque la puna es uno de los ecosistemas más utilizados por las poblaciones andinas".

Lo cierto, concluye Malhi, es que independientemente de la ayuda que se pueda brindar a las especies en su marcha, "las comunidades de plantas que conocemos hoy día ya no existirán en el futuro. Serán destruidas y veremos nuevas comunidades como resultado de la adaptación de cada especie".

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