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El 77% de la gente se automedica
http://www.lmneuquen.com.ar/noticias/2010/5/30/66702.php

Lo reveló un estudio realizado por una becaria de la Comisión Nacional de Programas de Investigación Sanitaria. El dolor y la fiebre, las causas principales de autoconsumo


Por PABLO MONTANARO


Marcela Fontana, autora del informe, señaló que "se ve al medicamento como la solución mágica para resolver todas las cuestiones de la vida". 
 
Neuquén > La automedicación de medicamentos en la población neuquina es del orden del 76,9 por ciento, según un relevamiento realizado por la farmacéutica hospitalaria Marcela Fontana, becaria de la Comisión Nacional de Programas de Investigación Sanitaria (Conapris) del Ministerio de Salud y Acción Social de la Nación. 
La investigación incluyó a ciudadanos mayores de 18 años de esta ciudad a excepción de quienes residen en los barrios Almafuerte, Hibepa, Cuenca XV y Terrazas del Neuquén. 
El 42,3 por ciento de los encuestados señalaron que el dolor y la fiebre son las causas principales de autoconsumo, por lo tanto los analgésicos y antiinflamatorios son los medicamentos que responden a esta necesidad. 
Estas causas asociadas a otras registraron el 19,5 por ciento, “por lo tanto podemos decir que la causa dolor-fiebre concentra aproximadamente el 61,8 por ciento del autoconsumo de la población”, señaló la especialista quien realizó durante un año esta investigación en el marco del Programa Zonal de Farmacovigilancia de la Zona Sanitaria Metropolitana con la finalidad de lograr describir las características del consumo de medicamentos o la utilización de estos. 
Fontana dijo que el valor de automedicación registrado en el relevamiento es intermedio respecto a diversos estudios realizados en países como España, Sudáfrica o Estados Unidos, “que cifran entre el 40 y el 90 por ciento los valores de automedicación”. Pero precisó que los datos locales superan el rango de registros en otros países latinoamericanos, y puso como ejemplo Perú cuyo promedio de automedicación es del 36 por ciento, Ecuador 38 por ciento y México 53,3.  
En tanto, a través del relevamiento se pudo observar que sólo el 68,2 por ciento de la población lee los prospectos de los medicamentos prescriptos por su médico. 
Asimismo el 59,1 por ciento de las personas medicadas por el médico fue informada para el uso correcto de la medicación prescripta y el 39,7 por ciento de las veces se instruye sobre las reacciones adversas posibles de los medicamentos indicados.
 
Compra fuera de las farmacias
La compra de medicamentos fuera de las farmacias, en kioscos principalmente, fue otro de los ítems investigados por Fontana. 
El estudio señala que el 52,5 por ciento de las personas adquieren medicación fuera de la farmacia, y en su mayoría son mujeres (51,9 por ciento). 
Por otra parte, según el informe a cargo de Fontana, el 66,3 por ciento de la población encuestada no consume por recomendación no facultativa, la restante recurre en su mayoría a los consejos del farmaceútico o despachante de farmacia (64 por ciento). 
También la investigación reflejó que la publicidad como causa única sólo impacta en el 12,4 por ciento de la población que consume medicamentos por recomendación.
Sobre la venta de medicamentos fuera de la farmacia, la farmacéutica hospitalaria señaló que “no es un tema que llame la atención por estas épocas, desde hace décadas estos comercializan casi de un modo indiscriminado diversos tipos de medicamentos, lo que coloca a los medicamentos de autoconsumo al alcance de la mano de cualquiera en cualquier barrio”, explicó la especialista. 
“El dato más significativo es que la mayor parte de los entrevistados que consume la presentación que asocia ergotamina, medicamento relacionado a riesgo cardíaco, con cafeína y dipirona, se provee en kioscos”, resaltó. 
 
Falta seguridad
Fontana comentó que en la población existe una idea equivocada sobre el carácter inofensivo de medicamentos de venta libre. “Esto, más la existencia de fármacos que producen graves lesiones a los usuarios en comercios comunes, es una combinación explosiva si de seguridad se trata. Controlar este problema tiene una limitación absoluta, pues existe una contraposición entre competencias y responsabilidades de control estatal”, subrayó.  
La especialista afirmó que es la Subsecretaría de Salud provincial la que puede “fiscalizar comercios habilitados por esta, o sea farmacias, y sobre ellas tiene poder de Policía, que no puede extenderse a los restantes comercios, pues la habilitación es comercial y lo hace el municipio”. 
Precisó que otra limitante es que los organismos de control “no cuentan con la cantidad de personal necesario para sostener un monitoreo en el tiempo o bien personal entrenado en el tema”. Y agregó “es el Estado quien debe ejercer el control para evitar estas distorsiones garantizando un circuito seguro del medicamento, desde un laboratorio autorizado, pasando por droguerías habilitadas hasta dispensarse en una farmacia por profesional farmacéutico, y sólo así llegará en forma segura al paciente”.
Cuando consume por recomendación, la población neuquina recurre por esta a las farmacias en su mayoría, un 64 por ciento; mientras que en otra investigación a nivel nacional, la recomendación principalmente era recibida de un miembro del grupo familiar o cercano al paciente (41 por ciento) y sólo el 11 por ciento de todos los tratamientos fueron recomendados en farmacias. 
“Respecto a la seguridad de esta modalidad de uso es interesante observar que este mismo estudio consultado concluyó que la mayoría de las prescripciones recomendadas por vendedores de mostrador eran deficientes, más del 80 por ciento, e incluyeron medicamentos innecesarios o peligrosos”, describió Fontana.
 
Punto de partida
La especialista consideró que esta investigación intenta ser “el punto de partida” contribuyendo en lograr un diagnóstico de situación, conocer cómo eligen los consumidores los medicamentos y por qué lo hacen, “porque esto es la base para una intervención destinada a que estos recursos se gasten con el menor riesgo y la mayor productividad posibles, así se identifican problemas y se pueden plantear intervenciones a futuro”, sostuvo.
 
Algo "milagroso"
También Fontana se refirió a la cuestión de la medicación tomada “como algo milagroso” que está en el imaginario colectivo. 
“Ven al medicamento para cada situación de la vida y que puede resolver todas las cuestiones”, sostuvo la especialista. “Agregó que “lo que tiene que quedar claro es que cada medicamento tiene el efecto buscado pero también tiene y se acompaña de efectos secundarios y en algunos casos severos” y ejemplificó que “hay gente que toma analgésicos y no les pasa nada, pero otras personas que se automedican terminan con una úlcera”. 
“El consumo de medicamentos es solución y posterior causa de problemas, llegando a ser trazador de enfermedades. El consumo excesivo posee consecuencias como lo son drogadicción iniciada con productos ‘medicamentosos’ como sedantes, hipnóticos y estimulantes; riesgo innecesario de reacciones adversas a medicamentos, la resistencia a antibióticos por utilización inadecuada”, subrayó.
 
"Medicalizar"
La especialista explicó que el concepto "medicalizar" consiste en interpretar y tratar muchos actos de la vida, la sociedad y la persona como si fueran enfermedades. "La medicalización no sólo está relacionada al saber médico sino también con procesos generalmente asociados a transformaciones económicas, sociopolíticas y culturales. Existe una conmutación entre salud, felicidad y bienestar instalada por filósofos e intelectuales, tomada luego por políticos como plan de acción, ''''''''medicalizando'''''''' estos términos, desarrollando expectativas y formulando promesas, para finalmente intervenir desde el Estado, el cuerpo del individuo".
Fontana señaló que de acuerdo a  investigaciones recientes se ha demostrado que "el 50 por ciento del mejoramiento de la salud de la población depende del estilo de vida, 20 por ciento de la genética, otro 20 por ciento del medio ambiente y sólo el 10 por ciento de la atención médica". 
El filósofo Umberto Eco afirmó que "el hombre de hoy espera y pretende obtenerlo todo de la tecnología y no distingue entre la tecnología destructiva de la productiva". 
"Las preguntas a hacer son -agregó Fontana- ¿qué razones hacen que la dirección de los hechos se contraponga a la razonabilidad de la medicina como bien social?, ¿qué razones hacen que la población le asigne el rótulo de recurso mágico a pesar de sus efectos adversos y su aparente baja efectividad? ¿Por qué salud se entiende más desde el medicamente y este como bien de consumo?".

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