dinamismos Guidos
Si el mal, secreto de nuestro dinamismo, desapareciera de nuestra vida, nos tocaría vegetar en la perfección monótona del bien, el cual, a juzgar por el Génesis, exasperaba incluso al "mismito" Ser Supremo.
El combate entre los principios positivos y negativos se libra en todos los niveles de la existencia, incluida la eternidad. Sin buscarlo, sin quererlo todos nos hallamos inmersos en la aventura de la Creación y a pesar de que Dios sea el responsable de la idea y de la iniciativa, no podríamos reprochárselo, dado el gran prestigio de que goza ante nosotros, prestigio de primer culpable.
Haciéndonos cómplices suyos, Dios nos ha asociado a este inmenso movimiento de solidaridad en el mal que sostiene y consolida esta enorme, enorme...... ................... confusión universal.
Los dueños del restaurantes acá en San Miguelcity, están convencidos de que sus parroquianos no están a gusto si no libran una batalla cuerpo a cuerpo con la hidra horrorosa del Perreo o la melaza de la cantante Tetasfrescas que aúlla su amor frustrado. ¿Nunca se les ha ocurrido, so imbéciles, que el parroquiano no está ahí para escuchar a Tetasfrescas, sino para charlar con sus amigos y comerse un coctel de conchas en paz?
No hay nada que hacer. Cada salvadoreño es un ser que ignora leyes y reglamentos. Los gobiernos no tienen el menor interés y se han resignado a que donde dice NO se ponga una errata que se corrige con un NO le hace. Quizás deberíamos organizar un frente clandestino que tenga como objeto la defensa del silencio. Lo llamaríamos Frente Popular Calladito (FPC) que asesinaría todas las bocinas públicas, atraparía motociclistas y los metería a un cuarto subterráneo donde escucharían sus escapes un par de días seguidos; secuestraría santitos hasta que el cura prometa deshacerse de sus reservas de pólvora; les castraría los mofles a los microbuses, aplastaría las trompetas de los mariachis, destruiría in situ esos autos a los que a media noche les da por quejarse de su soledad; derribaría los helicópteros noctámbulos que vuelan raso sobre las pobres gentes; llevaría a juicio sumario y luego al paredón a los vecinos que deciden que su palabra es la ley en altas horas de la noche.
El combate entre los principios positivos y negativos se libra en todos los niveles de la existencia, incluida la eternidad. Sin buscarlo, sin quererlo todos nos hallamos inmersos en la aventura de la Creación y a pesar de que Dios sea el responsable de la idea y de la iniciativa, no podríamos reprochárselo, dado el gran prestigio de que goza ante nosotros, prestigio de primer culpable.
Haciéndonos cómplices suyos, Dios nos ha asociado a este inmenso movimiento de solidaridad en el mal que sostiene y consolida esta enorme, enorme...... ................... confusión universal.
Los dueños del restaurantes acá en San Miguelcity, están convencidos de que sus parroquianos no están a gusto si no libran una batalla cuerpo a cuerpo con la hidra horrorosa del Perreo o la melaza de la cantante Tetasfrescas que aúlla su amor frustrado. ¿Nunca se les ha ocurrido, so imbéciles, que el parroquiano no está ahí para escuchar a Tetasfrescas, sino para charlar con sus amigos y comerse un coctel de conchas en paz?
No hay nada que hacer. Cada salvadoreño es un ser que ignora leyes y reglamentos. Los gobiernos no tienen el menor interés y se han resignado a que donde dice NO se ponga una errata que se corrige con un NO le hace. Quizás deberíamos organizar un frente clandestino que tenga como objeto la defensa del silencio. Lo llamaríamos Frente Popular Calladito (FPC) que asesinaría todas las bocinas públicas, atraparía motociclistas y los metería a un cuarto subterráneo donde escucharían sus escapes un par de días seguidos; secuestraría santitos hasta que el cura prometa deshacerse de sus reservas de pólvora; les castraría los mofles a los microbuses, aplastaría las trompetas de los mariachis, destruiría in situ esos autos a los que a media noche les da por quejarse de su soledad; derribaría los helicópteros noctámbulos que vuelan raso sobre las pobres gentes; llevaría a juicio sumario y luego al paredón a los vecinos que deciden que su palabra es la ley en altas horas de la noche.
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