Una Carta de Sara Wlichky
Buenos Aires, 21 de junio de 2005
Dolor de hija, dolor de ausencia
De mi mayor consideración:
No se muy bien por qué escribo esta carta, quizás porque me cansé de llorar
sola. Será porque la muerte del genocida Suarez Mason me terminó de quebrar.
Mientras él moría en una cama, mi padre SIMÓN WLICHKY, sindicalista de toda
su vida en el ex SUPE y militante de DERECHOS HUMANOS, padre de hijos
desaparecidos y buscador de un nieto, estaba siendo atendido en el Hospital
Tornú, tratado como si fuera una molestia ya que su problema era y es una
diarrea crónica de la cual todavía no sabemos el origen, la negativa de las
enfermeras a cambiarlo por el olor nauseabundo y dado de alta ese mismo día
el 19 de junio, día del padre, con su diarrea y suciedad a cuesta. Me
negaron una ambulancia para volver al geriátrico, ya que está en un
geriátrico privado, estuvo en una cama gran parte del día tapado con una
sola frazada y muerto de frío. Sin ropa porque la que llevaba puesta estaba
toda sucia y sin zapatos porque la internación fue imprevista. Llamé por
teléfono a 'PAMI Escucha' y la persona que me atendió, Zulma, hizo todo lo
posible para que me enviaran una ambulancia, pero no obtuve respuesta ya que
tenía que ser llamada por la medica del hospital la cual después de darle de
alta se esfumó, lo mismo que las enfermeras, pedí un remis, encontré una
silla de ruedas y puse a mi padre como pude en esa silla. Pero no podía
arrastrarla por el peso de mi papá y mi poco peso. Una persona de seguridad
del hospital me ayudó a llevar la silla y a subirlo al remis. El remisero
tampoco tuvo el menor gesto de solidaridad.
ESTAMOS ENFERMOS. LA SOCIEDAD ARGENTINA PERDIÓ SU HUMANIDAD, SU AMOR, SU
SOLIDARIDAD.
Y pensar que mis hermanos fueron asesinados por esto. Por un sueño, por un
ideal. Pensar que mi padre nos inculcó a todos este sentimiento. ¿PARA QUE?
Se me ocurre que los futuros profesionales, los estudiantes que son
rechazados de las universidades por ignorantes, los profesionales, los
empleados, funcionarios públicos y privados, políticos y apolíticos, las
amas de casa, los gerentes de empresas, los directivos de organizaciones del
Tercer Sector, los taxistas, los recepcionistas, YO etc., TODA LA SOCIEDAD
debería estar obligada a cursar no una materia de cultura general, sino una
sola que es la única que pueda llegar a transformarnos en una sociedad mas
justa, mas respetuosa y quizás sin frases tan rimbombantes tener un poco de
amor, solo un poco de amor hacia los otros. NOS TIENEN QUE OBLIGAR A
ESTUDIAR DERECHOS HUMANOS.
Gracias.
Atentamente,
Sara Wlichky
Dolor de hija, dolor de ausencia
De mi mayor consideración:
No se muy bien por qué escribo esta carta, quizás porque me cansé de llorar
sola. Será porque la muerte del genocida Suarez Mason me terminó de quebrar.
Mientras él moría en una cama, mi padre SIMÓN WLICHKY, sindicalista de toda
su vida en el ex SUPE y militante de DERECHOS HUMANOS, padre de hijos
desaparecidos y buscador de un nieto, estaba siendo atendido en el Hospital
Tornú, tratado como si fuera una molestia ya que su problema era y es una
diarrea crónica de la cual todavía no sabemos el origen, la negativa de las
enfermeras a cambiarlo por el olor nauseabundo y dado de alta ese mismo día
el 19 de junio, día del padre, con su diarrea y suciedad a cuesta. Me
negaron una ambulancia para volver al geriátrico, ya que está en un
geriátrico privado, estuvo en una cama gran parte del día tapado con una
sola frazada y muerto de frío. Sin ropa porque la que llevaba puesta estaba
toda sucia y sin zapatos porque la internación fue imprevista. Llamé por
teléfono a 'PAMI Escucha' y la persona que me atendió, Zulma, hizo todo lo
posible para que me enviaran una ambulancia, pero no obtuve respuesta ya que
tenía que ser llamada por la medica del hospital la cual después de darle de
alta se esfumó, lo mismo que las enfermeras, pedí un remis, encontré una
silla de ruedas y puse a mi padre como pude en esa silla. Pero no podía
arrastrarla por el peso de mi papá y mi poco peso. Una persona de seguridad
del hospital me ayudó a llevar la silla y a subirlo al remis. El remisero
tampoco tuvo el menor gesto de solidaridad.
ESTAMOS ENFERMOS. LA SOCIEDAD ARGENTINA PERDIÓ SU HUMANIDAD, SU AMOR, SU
SOLIDARIDAD.
Y pensar que mis hermanos fueron asesinados por esto. Por un sueño, por un
ideal. Pensar que mi padre nos inculcó a todos este sentimiento. ¿PARA QUE?
Se me ocurre que los futuros profesionales, los estudiantes que son
rechazados de las universidades por ignorantes, los profesionales, los
empleados, funcionarios públicos y privados, políticos y apolíticos, las
amas de casa, los gerentes de empresas, los directivos de organizaciones del
Tercer Sector, los taxistas, los recepcionistas, YO etc., TODA LA SOCIEDAD
debería estar obligada a cursar no una materia de cultura general, sino una
sola que es la única que pueda llegar a transformarnos en una sociedad mas
justa, mas respetuosa y quizás sin frases tan rimbombantes tener un poco de
amor, solo un poco de amor hacia los otros. NOS TIENEN QUE OBLIGAR A
ESTUDIAR DERECHOS HUMANOS.
Gracias.
Atentamente,
Sara Wlichky
4 comentarios
gabriela botbol -
Sara Wlichky -
sara wlichky
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