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la marcha de los niños argentinos ( de Pagina 12)

Y la Plaza fue de los chicos. En un colorido y multitudinario acto, la tercera marcha del Movimiento de los Chicos del Pueblo culminó ayer, en la Plaza de Mayo, adonde llegó la caravana que nació en Tucumán y recorrió 4500 kilómetros con distintos paisajes y realidades. Los chicos trajeron un mandato que, “como sujetos políticos y de derecho”, leyeron ante miles de personas reunidas alrededor de los edificios del poder. “Recorrimos rutas y vimos que el país es rico. Esto no da para más. ¡Con los chicos no se jode!”, dijo Julio, uno de los niños que leyeron el mandato. Según un estudio de la CTA, la tasa de pobreza en los menores de 18 años del país oscila entre el 60 y 70 por ciento, incluido el 15 por ciento que está en situación de indigencia.
Antes del desembarco en la Plaza, los 300 Chicos del Pueblo homenajearon a las 194 víctimas de Cromañón con una suelta de globos en el santuario de Once. Luego, en un palco montado en Plaza de Mayo y con el fondo de una bandera argentina con la inscripción “El hambre es un crimen”, arrancó el discurso leído por cinco de los chicos que recorrieron nueve provincias. “Queremos decir quiénes somos: Somos chicos, personas, humanos. Somos los villeros, los negritos, la voz de los que no pueden marchar”. El texto fue un compendio de los que elaboraron los niños de organizaciones de Tucumán, Catamarca, La Rioja, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes y Buenos Aires.
“El Gobierno tendría que poner la plata necesaria para abrir fábricas y sembrar los campos”, dijeron sin dejar de citar la cifra de la “indignación”: 9,5 millones de niños debajo de la línea de pobreza. Por ellos repitieron tres veces y a coro: “Seguiremos marchando hasta que se cumplan nuestros sueños”. Luego de las palabras repartieron pan amasado por chicos de la ONG Pelota de Trapo y con el que quisieron representar su derecho a la alimentación.
“A los pibes que tienen hambre les digo que levanten los brazos, luchen y no se llenen nunca; que si tienen que pedir, pidan hasta que el sueño se les cumpla”, dijo a Página/12 Gabriel Toloza, un cordobés de 15 años que vino por primera vez a Buenos Aires y se sorprendió del recibimiento que les dieron docentes y abuelos de centros de jubilados, que se sumaron a la marcha. Y no fue para menos: a diferencia de lo que ocurre con otras protestas en las calles porteñas, la gente aplaudía el colorido de la marcha y hubo transeúntes que hasta lloraron al ver la fiesta del reclamo, encabezado por un trencito gasolero, muñecos gigantes y payasos zancudos.
Esta fue la segunda marcha para Ayelén Toscano, también de 15, que envió su mensaje a los chicos: “Tienen que sumarse a la lucha del día a día, que es compartir lo poco que tenemos, porque ese gesto contagia; como esa canción que cantamos y dice ‘contagiando la alegría de luchar’”. La vista no les alcanzaba para admirar la fiesta del reclamo, mucho menos la de los que tenían los ojos nublados por lágrimas. Fuegos artificiales sonaron sobre las caminatas ligeras de los habitantes de la City. Miles de niños con pecheras azules bailaron entre banderas y carteles al son de murgas y cantaron aferrados al micrófono del palco, sin que nadie les pusiera límites. Mientras algunos cantaban, con disimulo, Cristian Véliz, un tucumanito de 13 años, se corrió para el fondo del escenario quien, apuntando a la Casa Rosada, preguntó al cronista: “¿Me podría decir adónde es el lugar donde está el Presidente?”
Emocionado por la masividad de la convocatoria, el coordinador del Movimiento, Alberto Morlachetti, se preguntó “cómo le digo a mi país que alguna vez ser niño fue un privilegio” y afirmó que ante las riquezas naturales de Argentina, “si el hambre persiste es porque está planificado”. En su discurso agradeció a los educadores populares y a las organizaciones que marcharon con los chicos: Madres de Plaza de Mayo, CTA y CCC. Recordó a los 30 mil desaparecidos que “si estuvieran en la Casa Rosada, no habría un solo chico en la calle” y advirtió: “O nos dan lo que nuestros hijos nos piden o con ternura, paso a paso venceremos”.
El titular de la CTA, Víctor De Gennaro, resumió que “la marcha interpela y es un ejemplo de estos pibes que ya cambiaron su destino”. En diálogo con Página/12, el dirigente consideró que “no es difícil la definición de candidaturas, difícil es el hambre. Lo otro son complicaciones legítimas de la política, que es la actividad más fundamental del hombre. Pero si no se tiene tiempo para los chicos, el para qué de la política no tiene sentido”.
Un estudio de la CTA indica que, sobre la base de datos del Indec, la tasa de pobreza de chicos menores de 18 años es del 56,4 por ciento. Para precisar esas cifras, el Indec utilizó una metodología basada en la encuesta de gastos de hogares de 1998. En cambio, si se tuviera en cuenta la de 1996 o ’97, la tasa de pobreza oscilaría entre el 60 y 70 por ciento, incluyendo un 15 por ciento de indigentes; lo cual significa que hay entre 8,3 y 9,6 millones de chicos pobres. Para la CTA, la indigencia bajaría al 1 por ciento si la asignación familiar universal fuera de 150 pesos y no el paliativo de 60, tal como lo plantea en un contexto de urgencia.
El acto central de la tercera marcha (las anteriores salieron desde Misiones y La Quiaca) fue el más numeroso y algunos de los organizadores estimaron la participación en la marcha en 20 mil personas. Las 300 ONG que integran el Movimiento fueron a recibir a los “compañeritos heroicos” junto con gremios como el de los docentes, cuya movilización a raíz del paro del jueves y viernes consistió en la bienvenida a los Chicos del Pueblo. “Hay que articular el trabajo de las escuelas con los educadores populares porque hay miles de niños que no pueden asistir a la escuela”, opinó el dirigente del Suteba, Roberto Baradel.
Para la religiosa Martha Pelloni, que ya había recibido a los chicos en su paso por Curuzú Cuatiá, Corrientes, “el recorrido dejó conmovida a cada ciudad visitada –dijo a Página/12–, hubo chicos de escuelas rurales que tuvieron la necesidad de encontrarse con estos niños que son el grito de los excluidos de la niñez”. Leonor, de la ONG tucumana Crecer Juntos, dijo que “hoy mostramos en grande lo que hacemos en chiquito en los barrios. Trajimos el pedido, ahora es el turno del Gobierno de mirar a nuestros hijos y hacerse cargo”. Sergio Val, titular de Che Pibe, una ONG de Fiorito, sintetizó: “No estamos haciendo nada nuevo, Manuel Belgrano decía que hay que distribuir la riqueza”.

Informe: Adrián Figueroa Díaz

La marcha protagonizada por los Chicos del Pueblo tendrá un eco el próximo martes en la Cámara de Diputados. Ese día habrá una sesión especial en la que está previsto tratar cuatro proyectos vinculados a la niñez. Tres de ellos refieren a un mismo objetivo: la creación de un sistema universal de asignaciones que contemple a todos los chicos de hasta 18 años, con independencia de la condición laboral de sus padres. El otro tema que se tratará ese día es la derogación de la Ley de Patronato, que ya obtuvo media sanción en la Cámara baja y puede convertirse en ley.
Los proyectos que universalizan las asignaciones monetarias para todos los chicos del país presentan diferencias, aunque conservan puntos en común. Sin embargo, “hay algunos matices que no son intrascendentes”, según destacó ante Página/12 el diputado Aldo Neri (UCR). Laura Musa, del ARI, valoró que “en ningún caso son contradictorios, y eso es útil para enriquecer la discusión”. En tanto, el legislador Claudio Lozano (CTA) indicó que en todos los proyectos “hay una demanda de avanzar en políticas de carácter universal que tengan como prioridad la niñez”.
La iniciativa que impulsa el economista de la CTA se caracteriza porque prevé una asignación mensual de 60 pesos por cada hijo y la universalización de la ayuda escolar anual de 130 pesos. Ambos beneficios “se pueden comenzar a entregar ya, sin ningún tipo de reforma en el presupuesto” que implique mayor gasto, aseguró Lozano. Los recursos económicos surgirían del “excedente en la recaudación, que este año será de diez mil millones de pesos más de lo previsto –afirmó–. La señal es: si tenemos estos fondos, priviligiemos este objetivo”, completó el legislador.
En tanto, el ARI apuesta por un Fondo del Ingreso Ciudadano de la Niñez, que también persigue las asignaciones universales, aunque los montos varían de acuerdo con las edades de los chicos y van de los 60 a los 100 pesos. Para la diputada Laura Musa, la nota distintiva es que “es un poco más radical, porque implica un profundo cambio del sistema impositivo y una reforma presupuestaria”, destinada a captar los fondos. “Incluye a los niños por ciudadanía a través del ingreso, los hace ciudadanos en el sentido de hacer exigible el cumplimiento de los derechos básicos, como poder comer en su casa y tener elementos mínimos para la educación.”
Por su parte, Neri marcó algunas diferencias. “Nosotros estamos poniendo el énfasis en que hay que mostrar la viabilidad de todo esto. No nos metemos en reformas del régimen impositivo, sino que planteamos la recanalización de fondos desde otros programas sociales.” En este sentido, el diputado refirió que eso no implica “que desaparezcan totalmente”. “La intención de reforzar el ingreso de las familias es que coman en su casa, que tengan autonomía para comprar su comida: es una filosofía distinta de la política social. Si hay un desarrollo de este tipo, los planes asistenciales en marcha pierden sentido”, justificó. La asignación prevista por ese proyecto es de 60 pesos por hijo y la universalización se completaría gradualmente, hasta 2010.
El legislador vaticinó que el “martes no va a haber quórum, pero queremos utilizar esto como un foro para posicionar a los distintos sectores políticos”. Por su parte, Musa expresó que “ojalá se traten estos proyectos, porque hasta ahora el justicialismo no vino a sesiones como la convocada por los indultos. Ojalá que ante la posibilidad de redistribuir el ingreso lo hagan, aunque sólo sea porque están de campaña”. En tanto, Lozano admitió: “No tengo expectativas de que se aprueben el martes. Sin embargo, habrá muchos diputados, porque el interés por estos temas atraviesa a los distintos bloques y es generalizado. Lo que tenemos en contra es que por la interna partidaria la Cámara está vacía”, lamentó. El otro eje del debate es la derogación de la Ley de Patronato, “que en Diputados se votó de manera horrorosa, pero en el Senado se tomaron en cuenta los dictámenes de minoría, por lo tanto vuelve una ley con la que estamos absolutamente de acuerdo”, expresó Musa. De aprobarse, “se terminaría con el enorme negocio de los hogares a los que los juecesmandan a los chicos pobres, cuando deberían estar con sus familias. Se los condena por ser pobres”, opinó.
Informe: Daniela Bordón.

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