Ser tolerante
Ser tolerante no debería de quedar atada a la condescendencia Hay que hacer el viaje de nuestra mente a la mente ajena y vivir lo suficiente en ella para que al salir ya no seamos otra vez los mismos. De ninguna otra manera podríamos resolver ese conflicto recurrente y odioso entre los colegas que traicionan con sus actos la solidaridad humana y los que intentan no traicionar esos principios. Llegara el día en el que podremos vivir en paz y compartir el mismo ladrillo en el que nos vemos confinados por la historia y la geografía.
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