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La logica del racismo ( primera parte)

La lógica del racismo y la práctica autoritaria

Mi humilde homenaje al gran intelectual universal comprometido Jean Paul Satre

" La opresión se justifica por sí misma: los opresores producen y mantienen por la fuerza los males que, a sus ojos, hacen que el oprimido se parezca más y más a lo que haría falta que fuera para merecer su suerte"

...

" La opresión es ante todo el odio del opresor contra el oprimido. Existe un solo límite a esta empresa de exterminación: el propio colonialismo. Aquí el colono reencuentra su propia contradicción: Junto con el colonizado desaparecería la colonización, incluyendo al colonizador".

Prólogo de JP Sartre a " Retrato del colonizado" del judío tunecino- francés Albert Memmi del 1957- 1966.

" Un hombre es lo que ha hecho de él su condición objetiva"

Albert Memmi

  1. El espejo como uno de los orígenes del desencuentro.

Uno siente, piensa, actúa en relación a otro que es nuestro propio espejo.

Para ser uno mismo debe haber otro mismo que es distinto a nosotros.

Uno mismo y el Otro ( diferente) constituyen un vínculo que los otros posibilita y determina.

El otro como propio espejo es sentido como extraño y vivido como otra manera de estar y ser: otro camino que molesta al propio.

Uno mismo siente que el Otro refleja modos, propios de su alteridad y diferencia, que ocupan lo que suponemos como propio.

Dentro( propio) y fuera ( ajeno), uno y otro, un mismo territorio y el monto de lo igual, lo semejante moviliza nuestra identidad.

Todo debe ser igual a mí ( modo conservador de sentir), semejante, idéntico...lo Otro debe pertenecernos, ser propio.

Para ser debo estar siendo. Tener confirma nuestro ser. Poseer produce mi ser. El poseer es nuestro sexto sentido ( Karl Marx). Formamos nuestra subjetividad con las cosas y objetos que nos dan pertenencia e identidad como seres sociales. Somos humanos cuando incorporamos y recreamos nuestro territorio, espacio, geografía apropiada.

El Otro es percibido como extraño y posible invasor de nuestro espacio apropiado de su misma vincularidad.

El mido aparece cuando el de enfrente puede invadir nuestra identidad. El Otro es malo, feo y sucio y así nos despojamos y proyectamos nuestra propia maldad, fealdad y suciedad.

Comemos al y del Otro y al mismo tiempo lo cagamos llenándolo de nuestra propia mierda. Este proceso de sentirnos mejores, superiores al tener otro en peores condiciones surge con el miedo de perder lo que creemos propiedad y al sentir que nos puede sacar, atacar, ocupar nuestro espacio ( apropiado) Hay otro miedo que es el de dejar de ser uno mismo y confundirnos con el Otro que creamos como tal.

Gente como José Bleger y Pichon Riviere desde la psicología social plantean tres miedos universales vinculares, que salen y viven en las relaciones entre dos o más seres: al ataque, a la pérdida y a la confusión o ambigüedad y simbiosis.

Soy por el Otro y me diferencio de él en una posición superior o mejor que la que le otorgo al relacionarme. Construyo un vínculo vertical o jerárquico donde todo lo mío es bueno y el Otro posee sólo maldad y me la refleja y muestra.

 

Continua...

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