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Lo que no se dice

Urgente
La violencia política institucional represora, contra Enfermería del Garrahan no se toma vacaciones.
Disponen suspensión de dos días para 4 (CUATRO) ENFERMEROS.
El principio “ético” de la gestión institucional en el “Garrahan”, se puede sintetizar en la frase: el fin siempre justifica los medios.
Gestión, en una organización, donde los hechos de violencia no se previenen y mucho menos se intentar resolver, todo lo contrario se repite, se perpetúan, con la sensación que no se puede hacer nada.
Donde el abuso del poder es una constante.
Organización donde la impunidad beneficia la perpetuidad de la violencia. Impunidad que tiene  un doble mensaje, uno, para el victimario que lo fortalece en su posición y el otro mensaje, hacia la víctima, indicándole que no tiene defensa, se tiene que disciplinar  y que es inútil que denuncie. Y si denuncia deberá pagar un alto costo.
Organización, donde se naturaliza y se perpetua la violencia bajo la tutela corporativa hegemonía medica, los directores políticos y la complicidad gremial traidora de UPCN. En el Hospital, los violentos no son separados, en todos los casos  , surge una reacción mafiosa que los encubre y protege. Y luego son “recompensados” por su tarea con un puesto jerárquico
Organización, donde la violencia es obstáculo no sólo para el ejercicio de los Derechos Humanos a la integridad física o el derechos a la vida, sino, además para el Derecho a la dignidad, especialmente en los profesionales de Enfermería.
En el Hospital,  Enfermería,  donde la gran mayoría son mujeres, no escapa a que formen parte de una construcción social, donde se funda un modo  de subjetividad para las mujeres, que tiene que ver con la obediencia, la prolijidad y con el sometimiento.
Que se trabaja en un clima de mucha violencia psicológica, violencia moral, lo que deriva en la descalificación de su trabajo y en el paternalismo médico, que significa no dejarnos asumir responsabilidades, considerando que no tenemos autonomía y que tenemos que estar bajo tutela permanente.
Cual es la falta disciplinaria grave que motivo esta sanción.
Estos colegas osaron abandonar el rol de esclavos, desobedeciendo los principio   fundamentales del Estatuto del Esclavo Enfermero/a :sumisión, dependencia, carencia de identidad  y rol doméstico.
Dichos colegas procedieron colectivamente, científicamente, con autonomía  y     profesionalmente, evaluando el número y especialmente, la criticidad de los pacientes, lo relacionaron con el plantel de Enfermería existente y resolvieron la imposibilidad de agregar un nuevo paciente, sin resentir la calidad y seguridad de la atención de los ya internados. Tan precisa y profesional fue dicha valoración en conjunto, que la supervisora del turno noche, Lic. Norma Moreno, se compromete a no internar ningún niño más .
Pero quien conoce al personal de conducción de Enfermería del Hospital Garrahan  sabe “de sus cualidades”, la única preocupación que mantienen dentro de su restringido  contenido intelectual, es la preservación  del cargo y si para ello hay que prostituirse, dejarse  bastardear , “asesinar”  y “entregar” colegas , “plancharle” los  guardapolvos y ”lavarles” las medias a los integrantes de la sociedad patriarcal médica , todo vale,  el fin es atesorar el terreno de jefes.
Basto un cuarto de grito, de un tétrico payaso, con matrícula de médico pediatra, (Silvestre Eduardo) con función de coordinador de Guardia, últimamente ganador de un concurso trucho como subjefe de Emergencia y usual “valiente” que maltrata y acosa laboralmente solo mujeres (enfermeras), para que dicha supervisora, tome el rol habitual de disciplinada y acepte internar mas pacientes. La actitud fusionada y segura de Enfermería del sector le recriminó su acción y la convino, a que ella misma asista clínicamente a los pacientes, semejante y atemorizante ofrecimiento impulsó a la supervisora a incorporar una enfermera más al plantel.
Previamente el Dr. o necio coordinador hizo clara exposición de la moral de los autoritarios, basada en amenazas, apremios y “patoterismo”.
El mencionado despótico personaje, con la apegada complicidad de “su” supervisora  instruyen el proceso que culmina, sin sumario mediante, en una sanción directa de suspensión de los compañeros, sin mediar   la gradualidad de la sanción disciplinaria aludida en el régimen de personal , ni mucho menos, sin tener en cuente las circunstancias objetivas presentes en el hecho , la falta absoluta de gravedad ,a si como la ausencia absoluta de perjuicios causados de lo denunciado.
La misma  Directora de Enfermería actual (otro personaje producto de la política) clon de su antecesora Luisa Piedra, fiel mentora e instrumentadota de la miserable carrera de Enfermería, habla que dicha  sanción es  ejemplificadora.
La magnitud de la sanción solo  tiene relación con la desconfianza de los temerosos autoritarios, no son simplemente 4 enfermeras “rebeldes”, son cuatro conciencias  que pueden contagiar e intoxicar la institución con demandas ,respeto a la dignidad de los trabajadores,  romper la condena al estancamiento social, laboral y educativo, pueden generar en el resto de los colegas autoconciencia, pueden surgir ambiciones de trasformar y abolir la situación de esclavitud, rompiendo la sumisión , “asesinando” el modelo domestico impuesto, el predominio médico no podría organizar y ordenar  la forma de pensar y de actuar de las Enfermeras, el colectivo de Enfermería podría  pretender o desear la transformación significativa de sus vidas, reconociendo lo antinatural de sus creencias derogando socialmente el  estatuto de esclavos, todo puede contribuir a la emergencia de nuevos horizontes de libertad y expectativas de integración social educativa, política y profesional de la Enfermería.
De esto surge la urgente instauración de la cultura represora y la “desaparición” de cualquier objetivo similar a los desarrollados por los cuatro colegas
Compañeros en una sociedad fragmentada en clases sociales, donde la distribución originaria del sistema implantó que algunos pocos se adueñaran de la riqueza que se origina socialmente mediante un procedimiento de expropiación fundado solo en la fuerza y que luego manejó el poder que ello significaba, para moldear la conciencia de los demás, quienes acabamos dando por sentado que esa distribución es correcta y así debemos vivir. La violencia laboral esta atada a esta relación social. La violencia laboral en imperiosamente parte del sistema, donde se dirime el poder entre los que lo tienen y lo quieren mantener y aquellos que empezamos a advertir que estas condiciones  se puede y deben ser cambiadas sustancialmente. En donde la conciencia de esta situación va generando lazos de solidaridad y lucha.
La violencia política-burocrática institucional  del Hospital impacta en la salud de los trabajadores y en los resultados de la administración de personal en el ámbito estatal  y asegura la permanente y sólida corrupción en el Estado
Corrupción, que para perpetuarse, requiere, en primer termino: Conductas violentas en la gestión de personal de la institución, en segundo termino: impunidad autoritaria de los agresores y por último víctimas.      Así se preserva la agonía del Estado de Derecho.
   Hasta que nosotros, las “victimas“,   dejemos la evasión que nos caracteriza, la adaptación pasiva a la realidad, y aceptando la violencia y el maltrato como algo natural. Dejemos de mirar hacia otro lado y de evitar poner límites.
 Lo particular de la gestión  violenta perversa, es cuando el fin justifica los medios y el sistema esta dispuesto a todo, incluso destruir a sus trabajadores, con tal de alcanzar sus  objetivos. (el fin la corrupción el medio la violencia)
El pánico, que justifica no hacer nada, debe ser sustituido por el ejemplo de estos cuatro  compañeros, donde la solidaridad, la cultura asociativa en defensa de la dignidad, la denuncia constructiva, una “oposición desafiante” a la violencia institucional, con fuertes convicciones democráticas  y por la construcción, entre todos, de un Estado  más transparente, más humano y más equitativo.
Para ello debemos y podemos hacer algo, solidarizarnos activamente para evitar la sanción íntegramente teñida de abuso de autoridad para los cuatro trabajadores de Enfermería,  en las condiciones  extremas que estamos viviendo en el país, en cada uno de nosotros hay conductas inéditas por emerger que iluminaran el camino, dando la oportunidad para modificar nuestros hábitos de espectadores , para dejar de convalidar lo perverso , para promover la confianza mutua y para revertir esta cultura de impunidad que habitamos hoy ,y donde la defensa y la lucha por los intereses de la clase trabajadora sean  pilar es fundamentales  de la acción.      
   Es tiempo de actuar   con firmeza y valentía.  Donde la movilización es  la única garantía del triunfo de los trabajadores.
                                                                                      Abelans Miguel

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