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MOCASE y GRR

Por: @DIN - Agencia digital Independiente de Noticias - www.agenciadin.com.ar

Invitado por el MOCASE (Movimiento Campesino de Santiago del Estero) y el Sindicato de Trabajadores de Recursos Hídricos de Santiago del Estero, dictó dos conferencias Jorge Eduardo Rulli, fundador del GRR (Grupo de Reflexión Rural). Luego de la conferencia y debate efectuados el jueves 27 en la capital de Santiago del Estero, Rulli se trasladó a Los Juríes, a unos 200 Km hacia el interior provincial, para repetir la conferencia el viernes 28 en la comunidad rural.
La presentación de Rulli en Santiago del Estero se realiza en el marco de la campaña nacional "Paren de Fumigar", impulsada por el GRR contra el uso indiscriminado de agrotóxicos. Ante unas 300 personas que colmaron el salón auditorio del Sindicato de Recursos Hídricos de Santiago del Estero, Rulli habló de las amenazas formidables que se ciernen sobre la humanidad desde los proyectos y acciones de las multinacionales capitalistas.
En primer lugar se proyectó una película sobre la catástrofe medioambiental en todo el mundo, realizada por el grupo ecologista europedo "Bureau d´études", de L´Université Tangente.
Seguidamente, Luis Horacio Santucho, abogado del MOCASE, agradeció en nombre del movimiento campesino a Pedro Núñez, secretario general del importante sindicato santiagueño por haber auspiciado y cedido las instalaciones para la realización del encuentro. Luego invitó a Julio Carreras (h), para que como amigo entrañable y compañero de luchas de Rulli, hiciera su presentación.
Carreras caracterizó a Rulli principalmente como un "combatiente" y un "revolucionario". Dijo que un combatiente es alguien que está capacitado para esgrimir las armas, pero no debe encasillárselo en tal función, sino que su lucha, si es revolucionario, se da en cada circunstancia histórica de acuerdo con las condiciones sociales y políticas que se presenten. Y puede ser llevada adelante por miles de medios, no necesariamente violentos. "Las revoluciones" , dijo Carreras "son siempre protagonizadas por pequeños grupos de mujeres y hombres que se atreven a luchar contra la fuerzas gigantescas de los sistemas de opresión". Apuntó que desde los orígenes de la humanidad, cuando "los más criminales, perversos y astutos impusieron la esclavitud a todos los demás, para obligarlos a trabajar en su beneficio", surgieron los revolucionarios en el mundo. "Y gracias a que esas luchas fueron acompañadas por sus pueblos, es que podemos disfrutar ahora de la libertad, las tecnologías, la participación política, en un nivel que hubiese sido inimaginable durante el Imperio Romano". Luego habló de las luchas de Rulli, quien desde los 17 años militó en el Movimiento Nacional Peronista, integrando las filas de los primeros combatientes de la que sería llamada "Resistencia". Concluyó afirmando que Rulli es un ejemplo de revolucionario, que sabe adecuar las tácticas de lucha eficazmente a las condiciones actuales, sin aferrarse a dogmas o prejuicios políticos preestablecidos.
A su turno, Jorge Eduardo Rulli afirmó que "El modelo de Monocultivo de soja y la extensión de la frontera agropecuaria, ha ido barriendo los cinturones verdes que había en torno a las localidades. Hoy la soja está dentro de los pueblos inclusive, y las fumigaciones aéreas o con aparatos terrestres, han transformado en un infierno de cáncer y otras malformaciones a la vida de las personas que residen en las cercanías. En términos generales, todas las zonas del país, urbanas y periurbanas, y todas las localidades pequeñas, están cubiertas por una mancha de cáncer, malformaciones, abortos espontáneos y gravísimas deficiencias intelectuales en niños como consecuencia de los impactos de los agrotóxicos. Y esto es un crimen, por eso este tema ha sido planteado como tal a los procuradores generales de la Nación y la Provincia, Esteban Righi, y María del Cármen Falbo", informó a un atento auditorio que lo seguía.
Rulli explicó que "entre los objetivos del GRR se encuentran: la revitalizació n de los pueblos rurales, impulsar un desarrollo local basado en mercados formales y no formales de pequeños productores y la recuperación del propio control de las semillas para superar los problemas generados por el dominio que ejercen las trasnacionales".
El GRR decidió impulsar una campaña contra el uso indiscriminado de agrotóxicos en poblaciones urbanas. A principio de este año, el grupo inició la recopilación de datos de los pueblos afectados por el uso de plaguicidas tanto prohibidos como autorizados en la Argentina, pero de igual riesgo para la salud humana como del medio ambiente.
"La campaña Paren de Fumigar", continuó "apunta a informarle a la gente que los agroquímicos son venenos, y que una avioneta que pasa fumigando por arriba de su casa, es más peligrosa que un delincuente con un arma, porque este delincuente puede matar a una o dos personas, pero un avión puede matar a centenares".
Así que "estamos hablando de algo que puede ser configurado como un genocidio", enfatizó Rulli. "Hablando recientemnte con un experto de un laboratorio que produce derivados de la soja, me decía que a veces, en grandes laboratorios como en los que el trabaja, se les hace imposible desactivar la soja, y que él no comería una milanesa de soja en un negocio, ya que si ellos con toda la tecnología que tienen no pueden desactivar la soja, menos un comercio común".
La campaña "Paren de fumigar" surgió por iniciativa de un grupo de madres del barrio Ituzaingó, situado en las afueras de Córdoba, el cual está rodeado por campos sembrados por soja. "En un momento, ellas vieron que en su barrio había muchos casos de cáncer, de manera que preguntando casa por casa, y marcaron en un mapa rudimentario, casos de enfermos y muertos por el cáncer. Eso fue hace unos 5 años. Hoy ellas son conocidas en gran parte del mundo, como Las madres de Ituzaingó, y su caso fue llevado a Curitiva, donde fue tomado como paradigma de la intoxicación que se sufre".
De acuerdo a lo manifestado por Rulli "Este tema de las fumigaciones, compromete gravemente el perfil institucional del país, porque una Argentina democrática, no puede permitirse semejante genocidio, pero sucede que rigen las leyes del mercado, y el sojero hace lo que quiere, los estados provinciales y municipios no regulan, el ministerio de salud no interviene, y los fiscales muchas veces no recogen las denuncias, y cuando lo hacen, los jueces no se hacen cargo de las causas" denunció.
Rulli afirmó que "si hubiese voluntad política, sería relativamente fácil, establecer alrededor de las ciudades zonas de morigeración con tambos, quintas de verduras y montes frutales, y cortinas forestales, para proteger a la población de los efectos nocivos" que se presentan en quienes están en contacto con los herbicidas tradicionales y otros que se distribuyen desde el mercado.
En la conferencia, que se prolongó desde las 8 hasta las 12 de la noche debido a las preguntas y el interés del público, y generó un intenso debate, se tocaron numerosos temas. Uno de ellos fue la incomprensión de vastos sectores de la izquierda para captar la importancia que estas luchas ecologistas y ambientales poseen en un contexto revolucionario.
"En Buenos Aires", narró "un grupo piquetero no propuso hacer granjas modelo donde se produzcan aves en cantidad para proveer a los comedores". El dirigente del GRR, dijo que dentro de una mentalidad revolucionaria, no cabe el "dar de comer" a la gente, sino establecer modos de lucha que recuperen la dignidad y equilibrio integral en las comunidades que luchan contra el sistema. "Desde la tortura que implica encerrar a miles de pequeños pollos en celditas carcelarias y tratarlos como productos de una fábrica", señaló, "hasta la concepción errónea de que no existe futuro fuera de las ciudades... y que en vez de luchar para que los campesinos establezcan su autonomía en cada lugar donde residen, debemos disputar espacios en las ciudades, adonde los campesinos fueron confinados como en una gran cárcel".
A juicio de Rulli, estos errores de la izquierda marxista provienen de que se sustentaron en ideas nacidas en el siglo XIX, "desde la derrota". Graficó explicando que "los capitalistas, la primera ofensiva que lanzaron fue contra los campesinos y el campo". Así, durante el proceso de consolidación del capitalismo, "a los campesinos se les daba a elegir: o la fábrica, o la cárcel..." Esto debido a que necesitaban mano de obra para la producción masiva de productos standard, con que cubrieron el mundo.
Ahora, señaló Rulli, continúa esa ofensiva del capitalismo contra el campo. Los nuevos "agronegocios" (soja y maíz transgénicos), necesitan un campo sin personas, árboles ni animales. Es decir, especies de cementerios, donde los "productos" agropecuarios se efectúan a través de máquinas manejadas por computadoras, y los "propietarios" a veces ni conocen sus explotaciones y residen en la ciudad. La "ganadería" y la "cría" de diversas especies para su comercialización, se efectúa pues en verdaderas "fábricas" agropecuarias, donde se controla y chequea la "evolución" de los animales a distancia, por medio de un chip inserto en su organismo al nacer. Estos procesos, con la complicidad de los gobiernos, ya que sus funcionarios reciben de las compañías grandes beneficios económicos, "no quieren pues campesinos en sus campos y los expulsan a las ciudades, para que vayan a expandir los bolsones de miseria urbana... por eso la anestesia inventada por los gobiernos para prevenir posibles insurrecciones, son darles de comer, es decir, comedores masivos, donde con frecuencia se distribuye comida basura, planes jefes de hogar u otros semejantes". Rulli señaló que no se puede colaborar con esos procesos, sino que el verdadero camino revolucionario está en compartir, acompañar y difundir la resistencia campesina.
Rulli señaló a Monsanto -"una empresa que jamás yerra: todo lo que ha hecho desde principios del siglo XX, cuando nació, fue malo para la humanidad"-, como la principal responsable, ahora junto a Dow Chemical, ambas estadounidendes, de los mayores desastres que están padeciendo los campesinos del mundo entero, a quienes acosan por miles de medios, para imponer sus venenosos productos químicos.
Pablo Orellana, presidente del MOCASE, se mostró orgulloso de que "un dirigente de la talla de Jorge Rulli visite por segunda vez, especialmente, Los Juríes, para aportar su experiencia y sus conocimiento a los hermanos campesinos". Cabe destacar que Rulli ya estuvo en otras ocasiones anteriores, en diferentes localidades de Santiago del Estero, como Quimilí, acompañando las luchas de los campesinos del MOCASE. 

 

 

 

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