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Opinion de Hugo Presman

Por Hugo Presman

Cualquier persona que arribe a la Argentina y escuche radio (sobre todo los llamados de los  oyentes de todo el espectro de emisoras) o mire televisión y luego se informe de los resultados que pronostican uniformemente las encuestas sentirá transitar por dos mundos diferentes y antagónicos. Es difícil encontrar personas que manifiesten su apoyo a Cristina Fernández en la ciudad puerto y capital del país,  donde Mauricio  Macri triunfó con más del 60% de los votos. Ahí donde Irigoyen y Perón generalmente tuvieron dificultades electorales. ¿Como se produce esta distorsión entre una pretendida opinión pública y la opinión publicada? ¿Que relación existe entre una política frígida y los medios que fijan la agenda diaria? Esos mismos medios, poderosos para determinar sobre que se va a hablar diariamente, pero limitados finalmente de influir decisivamente en las urnas.

ELECCIONES

Algunos sostienen que una elección definida con tanta anticipación en las encuestas y en la realidad más allá de clima catastrófico que presentan los llamados radiales, La Nación, Perfil, Noticias, los canales de noticias de cable, los gurúes económicos, entre otros, le han quitado clima a nada menos que una elección presidencial. En realidad la política ha perdido pasión en la medida que no es percibida como el instrumento imprescindible para cambiar las sociedades. Los partidos políticos argentinos han implosionados. Fracciones de los tres más antiguos (Radicalismo, Justicialismo, Socialista) se pueden encontrar integrando las alianzas más insólitas. Candidatos de diferentes orígenes o fracciones del mismo partido justicialista, con otros nombres  o a través de la sigla Frente para la Victoria llevan como candidata presidencial a Cristina Fernández. Semejante proliferación no se puede canalizar en actos con presencia popular espontánea. Resulta increíble para los que recuerden períodos altamente politizados con gran fervor popular expresado en las calles que la virtual ganadora haga campaña en el exterior que habitualmente se realizaba después de las elecciones  o que concrete actos con estrictas invitaciones, escenografía teatral y con destinatario televisivo. Su rival principal Elisa Carrió concretó reuniones públicas en escenarios teatrales de trescientas butacas. Será la ley de las compensaciones: el planeta está sometido al calentamiento global y la política al enfriamiento glaciar.

Todas las campañas estuvieron atravesadas por slogans vaciados de contenidos programáticos. Lo que se vende publicitariamente son imágenes, con la misma técnica que la colocación de un producto.

Cristina Fernández gana cómodamente, probablemente en primera vuelta, salvo alguna circunstancia inesperada que la obligara a un ballotage donde también es altamente posible que se imponga. Su posible victoria se apoya como heredera de los primeros treinta meses del gobierno de Néstor Kirchner, donde se concretaron medidas tan sorprendentes como positivas, considerando además lo que se conocía de su gobernación en Santa Cruz. Lo realizó desde una enorme debilidad inicial y hasta precisa y paradojalmente, cuando las urnas casi duplicaron su apoyo electoral. A partir de ahí, y habiendo sustituido al duhaldismo en la Provincia de Buenos Aires, comenzó a hacer la plancha y a cometer una cantidad inexcusable de errores. El gobierno se duhaldizó en su construcción política y renunció al intento de proponer otras formas que dieron apoyo a la posibilidad  de sostener firmemente lo conseguido y avanzar para hacerlo sostenible en el tiempo. Lo que significaría ser  coherente con su  propuesta de capitalismo nacional. Han quedado pendientes desde la reconstrucción del estado que sustituya a la débil y mezquina burguesía nacional  a una reforma impositiva que facilite una redistribución del ingreso. Desde dar vuelta un sistema bancario y financiero parasitario a determinar un perfil de país industrial promovido desde el Estado y no meramente surgido del mercado beneficiado por la macro devaluación. Desde la recuperación de la renta petrolera  y minera a un cambio significativo en energía, transportes, vivienda, salud y educación. La necesidad imprescindible de cambiar la estructura productiva primarizada donde perdura la nefasta década del noventa como en la minería, el petróleo y la tendencia creciente al monocultivo de soja.

Lo que se avizora en el discurso actual de Cristina Fernández es un intento de reconciliación con los sectores afectados, ya sea económicamente (limitación a sus utilidades) o verbalmente. Tal vez se haya percatado que la deuda recortada y reprogramada está ahí, gozando de buena salud y parte significativa de la misma convertida en una nueva circular 1050. Que la situación internacional en algunos aspectos se manifiesta menos favorable y que en la medida que no se ataque la oligopolización y extranjerización de la economía, la inflación,  principal arma económica actual de los sectores concentrados, está al acecho como otra alternativa de concentración de los ingresos 

Intentar transitar por los caminos de la socialdemocracia es cortar la rama sobre la que se está apoyado. Y en función de lo  positivo  que se ha hecho en estos cuatro años, no lograrán los Kirchner recuperar la confianza de sectores importantes del establishment, por más genuflexiones futuras que hagan. Su alianza con Hugo Chávez, su compromiso en derechos humanos con organizaciones detestadas por los sectores de poder y por franjas importantes de clase media y alta, su oposición al ALCA, el apoyo activo a sectores sindicales, su política permisiva con relación a los piquetes y cortes de rutas, sus imprecaciones certeras a sectores de la prensa, su desenmascaramiento de los gurúes económicos, avanzada de un ejército de ocupación ideológico, son algunas de las cosas “imperdonables”. De esos sectores cebados hasta el delirio en los noventa a los cuales se les colocaba la alfombra roja en la Casa de Gobierno mientras se desperezaban sobre cuadros de resultados con rentabilidades desconocidas en la mayor parte del mundo.

Por lo hecho, más allá de sus precariedades y limitaciones, con un cuadro económico considerablemente mejor que al iniciar el período, con mejoría en la casi totalidad de los índices macroecómicos, Cristina Fernández tiene un panorama electoral muy propicio. Eso a pesar de la resistencia visible que encuentra su candidatura en los grandes conglomerados urbanos.

La que se presenta como principal opositora es Elisa Carrió que ha realizado un claro sinceramiento de su discurso. Debajo de su buena oratoria y claridad expositiva, se puede distinguir un intento de representar a los sectores tradicionales de la Argentina: campo, iglesia, fuerzas armadas, sectores económicos, prensa tradicional. No es precisamente una casualidad que haya tratado de concretar una alianza con Ricardo López Murphy y luego le prometa un cargo importante en el hipotético caso de ser elegida presidente. Si se desbroza algunos rasgos del barniz “progre” de su discurso, el mismo puede ser suscripto por Mauricio Macri. En la Capital, sectores importantes de clase media, que votaron a Macri y no simpatizaban con la chaqueña, encuentran en su figura el canal para intentar que Cristina Fernández tenga que ir a ballotage. Dice el ensayista Nicolás Casullo: “Creo que es un falso progresismo en la medida en que está articulada a los sectores más conservadores del país”. Tampoco es una casualidad que haya desplazado a su economista Rubén Lovuolo y encaramado al golden boy financiero Alfonso Prat Gay. 

Roberto Lavagna es el candidato de los restos del radicalismo orientado por Alfonsín   que encontraron en el anodino economista la supuesta tabla de salvación en un intento desesperado de sobrevivencia. Empezó teniendo el apoyo del radicalismo partidario y el peronismo antikirchnerista. Este último sector ha encontrado una representación más afín en Alberto Rodríguez Saá que suma lo más paleolítico de los restos folklóricos del peronismo como  Carlos Menem o propagandizadores del terrorismo de estado como María Cecilia Pando o su marido el mayor pasado a retiro Pedro Mercado.

Roberto Lavagna nunca ha pasado de ser un técnico peronista heterodoxo, políticamente tímido. El radicalismo ha perdido cinco de sus gobernadores que pasaron a ser radicales K  (o cash según la irónica expresión de Jorge Asís) y el sexto concluye su mandato habiendo sido su postulado reemplazante Ángel Rozas derrotado por Capitanich en el Chaco. Los Rodríguez Saá merecen consideraciones que posiblemente escapen del ámbito político. Adolfo, el fugaz presidente que pasará a la historia por haber proclamado el default, hizo luego campaña para las elecciones del 27 de abril del 2003, centrando su crítica en Carlos Menem. Ganador este en primera vuelta, no tuvo mejor idea que recibirlo en San Luís proclamándolo ciudadano ilustre. Es uno de los pocos casos históricos de la consumación de  una  traición desde la oposición. Su hermano en cambio decide olvidar lo positivo concretado en San Luís en materia económica y social y promete en el ilusorio caso de llegar a ser presidente, prescindencia del estado y apertura económica.  Reivindica la política menemista en materia monetaria, precisamente esa que se amputó en función de la convertibilidad. Y para desbordar el alegato neoliberal elogia a los bancos.

La alternativa testimonial ha quedado en mano de Pino Solanas, candidato a presidente y senador, en Claudio Lozano postulado candidato a diputado por la Capital Federal y Luís Brunati como gobernador de la Provincia de Buenos Aires. Es posible que el cineasta haya encarado la campaña decidiendo la misma como un hecho coyuntural. Más que un proyecto en el tiempo, parece un callejón de salida incierto para recoger el voto de aquellos que prefieren en circunstancias nebulosas como son generalmente las que presenta la realidad transitar por un camino tranquilizador de su  conciencia. No tendrá responsabilidad de concretar nada de lo que propone y es altamente probable que el Proyecto Sur naufrague en el horizonte de algún cargo parlamentario. Y sus seguidores podrán desde la vereda de enfrente señalar las limitaciones y posiblemente retrocesos del gobierno de Cristina Fernández.

Pino seguirá entonces haciendo  buenas películas, cumpliendo un papel importante desde el MORENO (Movimiento por la Recuperación de la Energía Nacional Orientadora). Esta hipótesis está fundada, por la forma que despliega su campaña. En lugar de ubicarse como el ala jacobina de lo que se hizo bien y exigir variar el rumbo en materia minera y petrolera, con lo cual abriría un ancho cauce para presionar desde la izquierda  la profundización de un proceso y reversión de sus facetas regresivas recogiendo una parte importante  de los votos críticos desde la misma vereda del kirchnerismo, opta por ser la izquierda radicalizada y testimonial, con alguna inserción, de una oposición desorientada. Eso lo lleva a radicalizar su discurso y con la palabra traición a la patria se califica al Presidente. Solanas tiene razón en sus críticas sobre la política petrolera y minera seguida por el gobierno. Siendo una cuestión fundamental, resulta insuficiente para hacerlo desde la vereda de enfrente y esgrimiéndolo como excluyente parámetro de lo realizado en cuatro años. Sumarse como alternativa radicalizada e independiente en la conformación de un nuevo movimiento nacional parecería un proyecto realmente más transformador que la posibilidad tranquilizadora de proponer un camino de probable corto recorrido anclado a lo sumo en una o más bancas. Y en el   poco probable escenario del ballotage, no le queda más alternativa, en función de la radicalización verbal,  que dejar a sus seguidores en libertad de acción. Ojalá que este análisis resulte finalmente equivocado, porque el Proyecto Sur está compuesto por muchos hombres y mujeres de indudables valores y de larga y valiosa militancia.

Jorge Sobisch y Ricardo López Murphy compiten en otra categoría, casi en un afán deportivo. La campaña  del neuquino, posiblemente emparde la de Nueva Fuerza, en 1973, en cuanto al costo por voto. Jorge Asís, candidato a vicepresidente, deberá aprontarse para recibir las ironías que suele desplegar desde su portal con su filosa prosa.

La izquierda bullanguera quedará reducida a su habitual insignificancia electoral    

El oficialismo ha mantenido superávit fiscal, comercial y de balanza de pagos. La oposición (Carrió, Lavagna, Rodríguez Saa, Sobisch, López Murphy) critican muchas de las cosas positivas del gobierno y algunos de sus desaguisados institucionales. Solanas lo hace desde los groseros errores y complicidades cometidos por el oficialismo sin dimensionar correctamente en su análisis desde donde se partió y lo que se avanzó, más allá de algunos tibios reconocimientos. Los primeros se sienten limitados en sus críticas económicas porque en algunos casos le fueron arrebatadas sus banderas y centran sus dardos en la inflación, en la inseguridad  y en la institucionalidad encubierta bajo el republicanismo. Los radicales  sienten que le han arrebatado la bandera de los derechos humanos.   Muchos de los que hoy se rasgan las vestiduras con la República son los mismos a los que no les importó cuando se remataba el país o eran socios del terrorismo de Estado como La Nación o Mariano Grondona.

El ensayista Nicolás Casullo sostiene en la Revista Acción de octubre del 2007: “ Yo creo que los 90 en términos culturales e ideológicos no se fueron nunca. Porque representaron el sueño del 60% de los argentinos de tener un país donde uno cobra en dólares. Por eso esa década es muy difícil de desplazar del imaginario colectivo, porque constituyó un momento utópico, la posibilidad de que cualquiera pudiera irse a veranear a cualquier lado. Yo recuerdo haber hablado con mujeres de la villa que me decían: “pero mi esposo gana 600 dólares por mes”. El modelo menemista, nefasto, que atravesó el país, sin embargo, tocó algunos aspectos de a constitución cultural de los argentinos. Lo que aparece con Kirchner es algo inopinado, algo que la sociedad no quería. Los que generan opinión pública querían un Carlos Reutemann”     

No es un panorama radiante. Pero es significativamente mejor que aquellos días en que se ponía en duda la cohesión social y la integridad territorial. El futuro, como siempre está sembrado de incertidumbres. Pero está por hacerse. Y en esa perspectiva cada uno debe encontrar el lugar para asociar su itinerario individual en un proyecto colectivo, reivindicando a la política como elemento insustituible de transformación.

Pero junto con este reconocimiento, mezcla de méritos del gobierno y contexto internacional particularmente favorable, es imprescindible señalar que como dice el economista Julio Sevares en Le Monde Diplomatique de octubre de 2007: “ El crecimiento y las mejoras se produjeron sin cambios ( fundamentales) en la organización económica heredada.” Y si no se avanza en estos cuatro años sobre la minería, el petróleo, la sojarización, la distribución del ingreso, en el interior de los favorables números macroeconómicos actuales se puede engendrar una nueva crisis cuyas consecuencias son tan preocupantes como imprevisibles.         

MEDIOS

Los medios fijan la agenda, establecen pautas culturales y políticas, pero afortunadamente no pueden aún  cambiar el sentido mayoritario de una elección. En otras épocas, Perón ganó con casi todos los medios en contra y fue derrocado con la casi totalidad de los medios a favor. Menem obtuvo un amplio triunfo en su reelección, con un amplio sector del periodismo denunciando la corrupción, que sin embargo ocultaba lo esencial: que se remataba el país. En la reelección de Lula en Brasil, hubo una amplia campaña de un sector considerable de los medios para evitar su triunfo. Cuando logró el 52% de los votos un periodista desilusionado expresó con claridad el cuadro de situación: “El pueblo votó contra la opinión publica”. En América Latina, los partidos que representan directamente al establishment  tienen dificultades enormes para ganar una elección. Muchas veces cuando accedieron al gobierno movimientos populares fueron interrumpidos por el accionar de fuerzas armadas que actuaron como el brazo armado de los sectores económicos. En otras ocasiones hubo golpes militares de sectores nacionalistas que devinieron en gobiernos populares y que terminaron derrocados por sectores liberales de las propias fuerzas con instigación civil. Después de haber pasado por la experiencia terrorífica del terrorismo de estado las fuerzas armadas perdieron peso y surgieron democracias que en muchos casos aplicaron las recetas económicas de los gobiernos militares impopulares. Imposibilitados de recurrir a su brazo armado, el establishment utiliza a la prensa y a los “especialistas” económicos como su poderoso brazo ideológico. Dice Marilena Chauí, filósofa brasileña en Debate número 235 de septiembre de 2007: “La reducción del espacio público deriva de la forma neoliberal, pues el neoliberalismo es la decisión política de dirigir los fondos públicos para financiar el capital y cortar las inversiones en los servicios y derechos sociales. Por eso, el neoliberalismo opera como el ensanchamiento del espacio privado a favor del mercado y el encogimiento del espacio público de la república, de los derechos y de la opinión pública. Esta se reduce así a la opinión de los medios de comunicación, que son empresas privadas con intereses articulados con sectores de la clase dominante…..La experiencia ha mostrado que es muy difícil romper el poder de los medios, pues estos operan con dos procedimientos principales: por un lado, la invalidación de los individuos como sujetos racionales que detentan derechos y, por otro, la intimidación social por medio de la figura del especialista, cuyo supuesto saber sustituye la reflexión de los ciudadanos, los cuales sólo se sienten válidos si adoptan lo que es dicho por el especialista. De este modo, los medios pasan a ocupar con exclusividad la posición de sujeto pensante que conoce e interpreta los acontecimientos y el sentido de la realidad……Los medios son propiedad privada de apenas siete grupos que dominan la información en todo el planeta, que disponen de los recursos financieros y técnicos para la operación de nuevas tecnologías y que están articulados a los grandes intereses empresariales y militares”.

 A su vez el ensayista Nicolás Casullo expresa en la Revista Debate número 239 de octubre 2007: “Para entender cómo se mueven los sectores políticos en esta campaña hay que encarar el tema crucial de los medios para la vida de las democracias populares en América Latina. Por un lado: la incidencia de lo mediático en la político. Evidentemente esto no es nuevo pero si ha adquirido un cariz distinto: hoy lo mediático es la realidad. Por otro lado, el fenómeno es que los medios- que evidentemente forman parte de una concentración económica, de un establishment- se han convertido en los reales “partidos de la derecha”: son ellos los que hoy alcanzan gran presencia y capacidad de oposición en la escena política. Entonces: estamos ante una nueva derecha- constituida a partir de la crisis de las viejas identidades partidarias- que tiene su agenda, sus lógicas y su verdadera organización en determinados medios de comunicación que pueden ser gráficos o canales de noticias que transmiten las 24 horas o aquellos que tienen en horario central un noticiero de alta audiencia. Sólo después de que estos espacios mediáticos se han obtenido, aparecen algunas figuras que los ocupen, pero no son López Murphy o Macri los verdaderos referentes sino los medios. Es un fenómeno que también se evidencia fuertemente en que en los últimos ocho o nueve meses hubo conflictos concretos vinculados a los medios de comunicación presentados como problemas políticos de primer orden en Méjico, Brasil, en Ecuador y en Venezuela……….Podríamos analizar como se produce esta incapacidad de lo político clásico para confrontar con lo mediático. La sociedad mediática cada vez trabaja en términos de géneros: hace audible sólo lo que viene a través del género informativo que a la vez se articula en géneros ficcionables. Por ejemplo: el género judicial debe estar presente en todo noticiero y ubica a la víctima, al victimario y a la protesta de determinada manera. Quiero decir que hoy no hay información si no está incluida dentro de un género constituido que la hace audible. La violencia es otro género: el comisario rodeado de micrófonos, una madre llorando, la escena de patrulleros y heridos, etcétera. O también: el Tercer Mundo es otro género transformado a través de lo turístico. ¿Quienes son los que tienen la capacidad de hacer entrar las cosas en determinados géneros? Obviamente los propios medios. El diputado, el senador o el ministro no lo saben hacer: por esto hoy tiene tanta más incidencia un cuerpo de locutores que un cuerpo de parlamentarios. La gente ni conoce ni quiere escuchar a los diputados, pero si ubica perfectamente a los movileros, por ejemplo. Hay una capacidad mediática de armado del relato que se va haciendo imbatible. En este sentido si hay una crisis de la política y de lo político que debe ser pensada……La derecha liberal conservadora ha ganado la batalla, ha ganado el sentido común de la gente. Conversas con cualquier habitante de esta ciudad  y tiene un sentido común de corte liberal, conservador y antipopulista…..Esto quiere decir que no sólo hay una batalla en el campo de lo socioeconómico, sino también en lo cultural. Hasta tal punto que hoy, a diferencia de hace veinte años, no es automático que una mejora en lo económico se traduzca en un votante…..te puede dar un voto errante que aún se indispone con su propia mejoría económica.”

El semanario colombiano “Semana” del 24 de septiembre   realizó un esclarecedor reportaje a José Manuel Lara, presidente del grupo Planeta que acaba de comprar el único diario nacional El Tiempo de Bogotá. Expresa: “ Hoy la audiencia la tiene la televisión, pero la opinión la crea el diario….. ¿ Por qué un empresario de ropa puede hacer prendas para niños, niñas, hombres y mujeres, y un empresario de medios no puede hacer diarios para personas de derecha y de izquierda? Lo que no podemos hacer es medios de comunicación de partido o de gobierno. Pero medios que tengan distintas ideas por supuesto que se puede hacer……Tengo la convicción y la esperanza de que El Tiempo no será siempre el único periódico nacional en Colombia. …..¿ Por qué no puedo ser yo el que haga el segundo diario nacional?......Ya se ha acabado la competencia diario-diario, televisión-televisión, radio-radio. En los países más avanzados, la competencia es grupo- grupo……La gente está cada vez más en la cultura de lo fácil, instantáneo y gratuito”     

Como decía Marck Twain:Si no lee los diarios, estará desinformado, si los lee, estará mal informado”  O como cuenta el escritor uruguayo Eduardo Galeano en “ Bocas del Tiempo” bajo el título de “Instrucciones para leer el diario”: “ El General Francisco Serrano fumaba y leía, hundido en un sillón del Casino militar de Sonora. El general leía el diario. El diario estaba cabeza abajo. El Presidente Álvaro Obregón, quiso saber:

¿ Ud. siempre lee el diario al revés?

  El General asintió.

¿ Y se puede saber por qué?

Por experiencia Presidente. Por experiencia                        

25-10-2007

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