Blogia
criticamedicina

La poesia como herramienta clinica

Siempre tomé, desde que pude recobrar la conciencia, a esta afección como una oportunidad de ser mejor y amenazado a la vez por el peligro de recidivas.
La oportunidad de ser mejor fué clarísima y señalada, consideré la laguna negra de células muertas en mi cerebro como una kippá que me recordaba debía ser respetuoso y no olvidar por qué estaba en esta situación.
 
También por primera vez en mi vida estuve del otro lado del mostrador y pude ver y sentir la brutalidad de la práctica médica que me recordaba a la viveza criolla del que no estudió y trata de zafar como puede.
Lo único que rescaté es la buena voluntad seguro porque sabían que era del gremio pero sin entrar en detalles.
 
Entonces el cambio lo vivo como oportunidad y como marca de lo que no debo volver a hacer.
 
La poesía es una herramienta de vida y como tal es herramienta clínica y terapéutica.
Te proporciona una valija íntima de herramientas para poder vivir.
 
Y ahora Gabriel Celaya y su "La poesía es un arma cargada de futuro"
 

Cuando ya nada se espera personalmente exaltante, más se palpita y se sigue más acá de la conciencia, fieramente existiendo, ciegamente afirmando, como un pulso que golpea las tinieblas,

cuando se miran de frente los vertiginosos ojos claros de la muerte, se dicen las verdades: las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.

Se dicen los poemas que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados, piden ser, piden ritmo, piden ley para aquello que sienten excesivo.

Con la velocidad del instinto, con el rayo del prodigio, como mágica evidencia, lo real se nos convierte en lo idéntico a sí mismo.

Poesía para el pobre, poesía necesaria como el pan de cada día, como el aire que exigimos trece veces por minuto, para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.

Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan decir que somos quien somos, nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno. Estamos tocando el fondo.

Maldigo la poesía concebida como un lujo cultural por los neutrales que, lavándose las manos, se desentienden y evaden. Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.

Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren y canto respirando. Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas personales, me ensancho.

Quisiera daros vida, provocar nuevos actos, y calculo por eso con técnica qué puedo. Me siento un ingeniero del verso y un obrero que trabaja con otros a España en sus aceros.

Tal es mi poesía: poesía-herramienta a la vez que latido de lo unánime y ciego. Tal es, arma cargada de futuro expansivo con que te apunto al pecho.

No es una poesía gota a gota pensada. No es un bello producto. No es un fruto perfecto. Es algo como el aire que todos respiramos y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.

Son palabras que todos repetimos sintiendo como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado. Son lo más necesario: lo que no tiene nombre. Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.

-
Ale Mendez
-----------------------------------------------------------------------

La poesía como lenguaje corporal: un camino terapéutico más

 Dr. Alejandro Wajner

 

"…El deber del escritor, del poeta, no es ir a encerrarse cobardemente en un texto, un libro, una revista de los que ya nunca más saldrá, sino al contrario

Salir afuera

Para sacudir

Para atacar

 A la conciencia pública

 Si no

¿Para qué sirve?

¿Y para qué nació?"

 

Antonin Artaud

Carta a los Poderes

 

 

¿Por qué produce burlas e ironías plantear la poesía como herramienta clínica de los médicos?

Por que no se animan a cambiar su estructura rígida y cada vez menos humanista y más técnica, subordinada a la producción industrial monopolizada por las Corporaciones del Primer Mundo.

Analizar los cuerpos con variables matemáticas es alienarlos y deshumanizarlos.

Creer que todo se simplifica a  una biología reduccionista es otro cuento recitado por sabios, socios de los poderes fácticos.

La poesía es afectividad, imaginación, juego, libertad, necesidad, deseos y posibilidades.

Todos estos, componentes de la vincularidad humana  y del contexto social y cultural de los seres lingüísticos.

¿Por qué esta Medicina la desdeña y descarta?

 

Por su fuerte estructura y sistema mercantil: considerando a la Salud como mercancía y la Medicina como negocio.

Los cuerpos pertenecen a sus seres pero padecen de  adicción al tener, apego a los objetos y cosas que circulan por las sociedades y les dan identidad, pertenencia y sociabilidad.

La Medicina tiene un fuerte discurso emparentado con el del capitalismo a pesar de los disfraces de la objetividad y verdad científica que aparenta.

El vestido positivista que prioriza los resultados (el fin justifica los medios) se apuesto de moda y casi como único camino a seguir y cumplir.

Los que no obedecemos a los pastores de nuestra manada corporativa planteamos que el arte y la filosofía crítica humanizan nuestra praxis cotidiana si nos atrevemos a recorrer y a utilizarlos.

Como ejemplos:

Ver al otro como un espejo nuestro: ajeno y propio, que muestra y oculta rostros y personajes, historias supuestas, ideales y temidas.

Escuchar lo que esconde tras su queja.

Descubrir y ayudar a transitar sus padeceres y miedos. Atravesar la enfermedad como entrenador- entrenando juntos.

Superar la caída existencial con los proyectos singulares, personales que dispone el Otro.

 

¿Acaso no es metamorfosis la enfermedad?

"Cuando Gregor Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobres su cama convertido en un monstruoso insecto", cuenta Franz Kafka.

El cuerpo demandante adquiere para uno autonomía y propiedades hasta ese momento ignoradas. Los cambios son vividos con ansiedad, angustia y miedos.

 Y recurrimos a un "supuesto sabio" como el médico. Pero este carece de independencia y debe recitar y ejecutar como soldado los procederes normatizados por el colectivo corporativo: si hay guías debemos obedecerlas.

 

En caso contrario, seremos ejecutados por la justicia en manos de abogados beligerantes, hambrientos de fama y dinero.

Y los pacientes pedirán nuestras cabezas y propiedades para cobrarse las culpas ajenas y vengarse de sus males.

Hay una militarización del discurso médico y una medicalización del social (idea del médico neurólogo Daniel Bistrisky)

La gente pide remedios para sus males culturales y sociales y la Medicina obliga a sus empleados médicos a simplificar y economizar recursos siguiendo planes dispuestos por "supuestos sabios".

 

La poesía es el ejercicio de la belleza y del amor, todo lo perdido al enfermar y reclamado por los cuerpos.

Es el espacio y tiempo de los afectos, ánimos.

Las islas del deseo, del juego, de lo que puede ser: caminos de búsqueda de la esperanza: del Otro.

Los cuerpos enfermos, molestos y dolientes son textos poéticos que podemos aprender a tomar y recorrer con nuestros sentidos activados.

"En el sueño del hombre que soñaba, el soñado se despertó"…

"Con alivio, con humillación, con temor, comprendió que él también era una apariencia, que otro estaba soñando"

Las ruinas circulares de Jorge Luís Borges

 

¿Por qué se enferma justo ahora?

El tiempo que eligió es su historia que debemos analizar y tratar de incorporar al mal para superarlo.

El dolor puede caminarse: paso a paso y así, incorporarlo a nuestra identidad corporal y subjetividad.

La enfermedad es un hecho pasivo que transformaremos en un sujeto activo e histórico, adueñándose de su destino desde las proyecciones.

Hay pérdidas que recuperamos con la "memoria activa" del cuerpo, si hacemos de la enfermedad un proceso de cambio, de aprendizaje y renovación. Los males corporales son parte de la totalidad y piezas de la "máquina humana".

 

Como simple ejemplo: Los cánceres son realidades de nuestro adentro. Organismos sin sentido, autónomos que molestan la organización y el orden. Anarquía, separación.

Un monstruo guerrero y loco adquiere vida dentro de nosotros y nos desordena y maltrata.

La desesperación nos apodera y buscamos ayuda y caemos en la magia, en lo fantástico como salida. La Medicina actual nos trata como objetos desordenados e impone pasos que maltratan nuestro ser.

Quimioterapias- radiaciones- cirugías rutilantes- muchos recorridos estratificados por los paradigmas de turno y cada vez sentimos que así, los médicos se alejan. A mayor inutilidad del hacer científico, más abandono del paciente.

La estadística es la manera bella de deshumanizarnos.

Creer que el Otro es un número y que nuestra terapia es la apropiada pues así lo explican las voces sabias que nos gobiernan, es apropiarnos de una identidad técnica y alejarnos de la humanidad.

Números e imágenes vacías llenan nuestras cabezas. Trabajos calcados por el discurso conquistador que nos oprime. Cada vez más mediocres a pesar de la posibilidad de acrecentar el conocimiento que tenemos con los adelantos socio- políticos contemporáneos.

"El teorema de Orwell de Noam Chomsky": somos manipulados para no conocer la realidad.

Mucho ruido para llenar el vacío.

Los cuerpos son poesías atractivas y dispuestas a los que se atrevan atravesarlas y enriquecerse ambos.

Lenguajes que podemos utilizar como herramientas clínicas al "jugar" con sus sentidos y expresiones.

Los temores sacarlos del ámbito corporal al social, al medio externo y pacificar el cuerpo.

La vida y sus conflictos desafían nuestro ser: cuerpo y subjetividad (espíritu y alma) y podemos entrenarnos y ser fuertes en flexibilidad, humildad y autocontrol triunfando momentáneamente sobre nosotros mismos…como plantea el Aikido, por ejemplo.

 

 Dar la mano al Otro para acompañarlo con conocimientos y compromiso afectivo y solidario en este recorrido del malestar a su propia rebeldía.

 

"Solitario y lúcido espectador de un mundo mutiforme, instantáneo y casi intolerablemente preciso"

 

Funes el memorioso, de Borges

 

 www.criticamedicina.blogia.com

0 comentarios