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Del semanario uruguayo Brecha

Un nuevo desembarco en La Agraciada?
¿Cuándo  confiaremos en nosotros mismos?

                                                Anahit Aharonian, Carlos Céspedes y Claudia Piccini*

Si bien a través de los medios de (in)comunicación masivos se festeja la llegada de nuevos emprendimientos foresto-celulósicos, así como el avance de la frontera sojera, elegimos no explayarnos en los impactos negativos de estos modelos de (im) producción, ni recordar que el 64,7 porciento  de nuestra población se pronunció para que el agua sea de y para todos.

En la histórica zona de La Agraciada, sobre el Río Uruguay, estaría /estará desembarcando un émulo del General Lavalleja. Se trata de la cuestionada Río Tinto, una corporación minera trasnacional de capitales ingleses y australianos, en cuyos planes está la construcción de un puerto y una terminal de acopio de millones de toneladas de mineral de hierro extraídos de Corumbá, en Mato Grosso, en una zona fronteriza con Bolivia. En las palabras de Wiersum [1], se trataría de “una terminal de acopio, de tratamientos básicos del mineral como el tamizado y las tareas que se realizarán serán las propias de la carga y descarga de barcazas y buques". El planificado puerto minero en nuestras costas del departamento de Soriano, también podrá recibir cargamentos de carbón mineral con destino a un proyecto siderúrgico que Río Tinto concreta en Corumbá.

¿Cómo llegarían esos millones de toneladas de hierro a este puerto? ¿Bajo qué condiciones de seguridad? ¿Bajo qué régimen aduanero? ¿Cuál sería la participación del Estado uruguayo? ¿Existirán subsidios? ¿Será un nuevo puerto privado? ¿Gozará del beneficio de zona franca?

El origen de nuestras interrogantes, es la propia historia de negociados de Río Tinto en el comercio mundial y explotación de minerales valiosos de todo tipo (mercurio, aluminio, hierro, oro, cobre, bauxita, entre otros). Tan valiosos como también cuestionados y denunciados por manejos inescrupulosos, por parte de movimientos sociales. He aquí el meollo de la cuestión: ¿se dedicará exclusivamente a lo que hoy declara oficialmente? Existen sobradas razones para creer en que no ha de hacerlo.

Obviando detalles “menores”, veamos entonces algunas dudas “mayores” de su emprendimiento en Soriano,  sólo a modo de ejemplo:

1.- De Corumbá a la Agraciada: ¿por qué ubicar aquí los “tratamientos básicos” del hierro? ¿Quién responde por las externalidades ambientales?, ¿quién va a estimar el pasivo ambiental?
2.- Del hierro al carbón: ¿cuántos otros valiosos elementos (de la Tabla de Mendeleyev) pueden        sumarse en este marco de incertidumbre y probabilidades?
3.- De lo real a lo virtual: Río Tinto pronto lanzaría una campaña publicitaria[2], entre otros, para disipar dudas acerca de la inocuidad ambiental de su emprendimiento. ¿Marketing goebbeliano? ¿Tras la senda de Botnia? ¿El retorno de la Pitonisa de Éfeso? La gran pregunta, ¿puede el discurso transformar la realidad? ¿dónde se ubican nuestros periodistas?

¿La realidad?, Esta dice que Río Tinto, aquí muy próximo, podría ser autorizada por el gobierno de la Provincia de Mendoza a explotar potasio (Proyecto Potasio Río Colorado), para la producción de KCl (cloruro de potasio). Se trata de un conocido fertilizante, el que actualmente es demandado por las agroindustrias de Brasil, tanto sojeras como productoras de agro-combustibles. Las proyecciones indican que luego de 40 años de explotación, quedarían depositados (para siempre), 83 millones de m3 de NaCl (sal) a sólo 5 kilómetros del Río Colorado, que abastece de agua potable a provincias como La Pampa, Neuquén, Río Negro y Buenos Aires.

Por otra parte, en el informe “Ríos para la Vida”[3] leemos que  las barcazas de esta misma empresa que navegan por el Río Paraguay transportando minerales desde Corumbá, lo  vienen realizando de forma completamente depredatoria, habiéndose constatado gran destrucción de las márgenes y de la selva en galería del río, provocando una intensa erosión y destrucción del ecositema acuático.

Esta situación debiera llamarnos a responsabilidad, ya que según algunas fuentes[4], “una vez en funcionamiento el puerto, Río Tinto trasladará cerca de 20 millones de toneladas de hierro y productos siderúrgicos (…) a través de una flota de convoyes fluviales.

4.- De lo local a la “integración”: no está claro  cómo el periodismo integra la información sobre los emprendimientos regionales. En cambio, sí es claro cómo las empresas son eficientes en integrar todo tipo de información en el marco de  la  “globalización”. Su respuesta ha sido la Iniciativa de la Infraestructura Regional Sudamericana[5] (IIRSA). Este es el camino más corto para llegar a casa. Es la vía más rápida de salida de materias primas, sin o casi sin valor agregado, a un mundo “desarrollado” que aún subsiste a expensas de otros.

5.- Las interrogantes siguen sumándose, produciendo más incertidumbres: no hay información precisa, hemos buscado en las fuentes posibles. En ellas encontramos que algunas  publicaciones hablan de 2 millones, otras de 20 millones de toneladas de hierro, ¿se considerará insignificante la diferencia?
Por otra parte, si en el país hermano esta empresa no merece confianza alguna, ¿podremos engañarnos pensando que aquí sí, serán “serios”?

6.- “La historia vuelve a repetirse”: empresa trasnacional llega a nuestro sur a llevarse enormes cantidades de nuestros recursos naturales para alimentar la voracidad consumista de sus sociedades, ahora disfrazadas de “verdes” a través del engaño –por ejemplo- de los agrocombustibles.

7- ¿Cómo afectará el aumento de tráfico de carga en un río que ya hoy presenta restricciones para la pesca artesanal? ¿Por qué nuestros pescadores tienen que pasar hambre mientras  estas corporaciones siguen lucrando, saqueando, destruyendo?

Paralelamente, a través del diario La República del 17 febrero próximo pasado nos enteramos que en Paysandú se realizó el lanzamiento del Proyecto Paysandú-Centro de Desarrollo de Competencias y de Excelencia Logística.

Barreda nos explicaba[6] las transformaciones intermodales producto de esta globalización y acá lo volvemos a corroborar  ya que el puerto de Paysandú tendrá el triste privilegio de posicionarse  como Plataforma Logística del Paralelo 33 en el siglo XXI, “provocando la aparición de los corredores logísticos, ejes de alta densidad de tráfico que confluyan en el litoral norte de nuestro país, transformando a Paysandú en el polo logístico natural de la región conectándolo con los grandes centros del Mercosur y del mundo”.

Volvemos a las inquietudes ya planteadas[7]   acerca del papel que se le está dando a nuestra región Sur, en este caso, reforzando el proyecto de la hidrovía, algo así como una mega carretera acuática para la que increíblemente se habla de la necesidad de “ corregir algunas curvas del río” (subrayado nuestro). ¡¡”Corregir” la naturaleza es un absurdo científico!!

Por la alarma que llegaba desde Salto el 1º de febrero próximo pasado supimos que el  Río, las represas y la gente se estaban quedando sin agua. Resulta que por falta de agua, sólo funcionaban 3 de las 14 turbinas de la represa de Salto Grande. Esto implica riesgo para la generación eléctrica. No obstante  y mientras la represa de Salto Grande apenas funciona, se habla de construir Garabí, otra represa sobre el río Uruguay.

Nuestro Río  (nuestro: de todos los pobladores de la región) está en crisis. Sin embargo, pocos días después, desde Posadas[8], llega otra confirmación: “Los presidentes Cristina Fernández de Kirchner y Luiz Inacio Lula da Silva decidieron poner en marcha dos obras para las provincias de Misiones y de Corrientes y el Estado de Rio Grande do Sul, Brasil, ambas sobre el río Uruguay: la construcción de la represa hidroeléctrica de Garabí y de un nuevo puente binacional.
Los expertos consideran que estos emprendimientos facilitarán el proceso de integración y, en el caso de la represa Garabí, permitirá disponer de energía en estos tiempos críticos”.

8.- De norte a sur: Roselli[9] nos informa que “(…) parte de 8 mil toneladas de azufre que importó la empresa Industrias Sulfúricas S.A. (ISUSA) por el puerto de Nueva Palmira, terminó siendo una pila colocada en un galpón que no tiene techo ni paredes  (…). Desde la colina donde se amontonó el azufre, las aguas de lluvia bajan mansas hasta la misma naciente del Arroyo del Sauce, y éste luego llegará al Río Uruguay... 

Machaconamente nos hablan de las virtudes de la democracia, (Demos = pueblo, cracia = poder).  Parecería que el Demos no tiene al susodicho Poder, ¿no será hora de no permitir que las corporaciones trasnacionales se lo apropien?

No hemos notado inquietud alguna con respecto a la debida información a la  ciudadanía, que también se pronunció para concretar la Gestión Participativa de las Cuencas Hidrográficas. ¿Por qué se demora una convocatoria a los habitantes de la cuenca, informarlos debidamente, acercarles el apoyo académico y tomar las decisiones consensuadas  en forma conjunta?

*Miembros de la Comisión Multisectorial (covitradi@adinet.com.uy)



[1] El gerente de Proyectos de la empresa minera para Brasil, Bart Wiersum

[2] http://www.spanish.xinhuanet.com/spanish/2008-01/23/content_565077.htm

[3] Publicación del  Taller Ecologista y la Coalición Ríos Vivos, pg 16, fragmento del informe elaborado por Patricia Zerlotti (ECOA), Coalición Ríos Vivos, FOBOMADE, CERDET, PROBIOMA.

[4] Pueblo en Línea y ANSA, citados en “Informe Uruguay” publicación digital, del 25 de enero de 2008

[5] En “¿Es lo esencial invisible a los ojos?” en Brecha del 20 de julio de 2007 y en “Apostar a un verdadero desarrollo” en Brecha del 3 de agosto de 2007

[6] En “Apostar a un verdadero desarrollo” en Brecha  del 3 de agosto de 2008

[7] En “¿Es lo esencial invisible a los ojos?” en Brecha del 20 de julio de 2007 y en “Apostar a un verdadero desarrollo” en Brecha del 3 de agosto de 2007

[8] en Diario La Nación del 25 de febrero de 2008

[9] Daniel Roselli, en El Eco de Palmira, 2 de febrero de 2008, en  “Paradojas 2008. La torre de azufre

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