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Humor médico

CARTA DE UN PADRE A SU HIJO CASI MEDICO
 
Con cariño deseandoles muchas felicidades y con estos recuerdos que volvamos a nuetras raices, como el hijo prodigo y nos reencontremos con nuestro padre DIOS, como eramos antes que la medicina nos cambiara
 

 


 MEDICO

Mijo, ahora que estas por terminar el internado y pidiéndole a Dios que pases el examen de residencia, aprovecho este largo vuelo para contarte con lo que te podrás encontrar al hacer tu especialidad… no te pienses que exagero pues cuidando las buenas formas he tratado de redactarte esta carta hasta con cierta discreción… Claro que estas observaciones datan de cuando yo fui interno en el civil en 1979, ahora con lo del internet quizá encuentres lo mismo…. ¡PERO EN PEOR!
Hay varios tipos de Residentes (más allá de la clasificación de rango).
En general, el residente de primer grado es el que saca toda la chamba, ¡aunque no sepa ni un bledo!, R1, como ninguno.
R2, como un Dios, sus dictados son ¡leyes divinas!
R3, ya nunca lo vez
Los R4 ¡están más locos que una chiva!
 
EL RESIDENTE DE MEDICINA INTERNA
Estas son personas que se acercaron a la medicina 'por amor a la Humanidad'. Porque de otra manera no se entiende que puedan elegir la especialidad mas jodida de la profesión y peor remunerada. Pero eso sí cualquiera de ellos se siente maestro de Hipócrates. Su oficina es considerada la oficina central del Peloponeso –todos son dioses-
Van por los pasillos en grupos de 10, todos con caras de susto, detrás de un medico adscrito o jefe de servicio con cara de Zeus o Moisés con las tablas de los 10 mandamientos… no camina, flota… con la bata abierta cual si fuera capa del conde Bartok, en un bolsillo un mini manual de 2500 hojas y en el otro un estetoscopio desvencijado y un martillo de reflejos que usan para cambiar la página del New England. El arte de la Medicina Interna de hoy es tener los teléfonos de un experto y ser un Derivólogo: el paciente llega, es atendido por un clínico el cual, en el mejor de los casos, hará diagnostico y lo derivara a un especialista.
Cada paciente les parece una maravilla... le estudian hasta los granos del culo y para ellos es tan importante un hongo pedorro en una uña que un accidente cerebro vascular. Si por ellos fueran, el paciente se quedaría a vivir en la sala del servicio.
No importa si entro por neumonía severa o por caspa, ellos solicitan: biometría hemática completa, perfil de lípidos, química sanguínea, electrolitos, urianalisis, proteínas, espermograma, Papanicolaou, virología por Hepatitis, HIV, VDRL, PCR, RMN de encéfalo, potenciales evocados, urocultivo, hemocultivo, cultivo de esputo en mierda, cultivo de mugre infraungueal, cariotipo de la caries porque tiene menopausia o impotencia y agregan al final de la orden: MAS LOS HABITUALES EN ESTOS CASOS... Una batería de test que, de no ser frenados a tiempo por descompensación del paciente o porque solicitan el alta voluntaria, harían colapsar la economía del nosocomio. Todos sus pacientes tienen algo en común: Síndrome raro en estudio.
Eso si...no les den pacientes críticos o un poquito complicados... se desesperan. Se entran a chocar entre ellos como murciélagos encandilados, se les obnubila la razón y parece que la adrenalina les hace olvidar que SON MEDICOS y que deberían estar preparados para CUALQUIER contingencia: sea esta una alergia o un infarto agudo de miocardio.
Un día... el paciente se les va a la mierda y termina haciendo de tripas corazón en Terapia Intensiva porque mientras ellos estaban haciendo ciencia debatiendo sobre el proteinograma electroforético que le pidieron a un paciente con tos, a éste se le atravesó un gargajo en el bronquio y termino haciendo un paro respiratorio.
 
EL RESIDENTE DE CIRUGÍA
Residente con el pelo mojado y hediondo pues no se alcanzó a bañar, abotonado y con una planillita en la mano. Debajo de la insigne bata blanca (casi siempre con manchas de sangre) yace elegante sport o, si tienen aires de futuro Jefe, traje. Como la flor inglés, por encima la pompa y por abajo la fetidez. Nunca vi un residente de Cirugía en zapatillas...
Ellos llegan detrás de 'su Dios': el jefe de Cirugía (se me ponen de pie, por favor). El jefe los escolta con cara de asqueroso y se las pasa cagándolos por cualquier motivo "¿LE RETIRARON LA SONDA?". Se les conoce como los minotauros, mitad hombre mitad bestias.
El miedo que tienen estas pobres criaturas a sus jefes es indescriptible. Te interrumpen la entrega de guardia, se meten a cualquier hora en tu habitación 'para ver los resultados de tal paciente', te llaman mientras estas comiendo para preguntarte que dio el general de orina del paciente de posible apendicitis, no te dejan vivir en paz. Si hacen proctología no crecen mucho, son especialistas enanos.
Claro...como a ellos los tienen zurrados día y noche, te rompen soberanamente las pelotas todo el día... y toda la noche citando a revisión de casos clínicos ¡A LAS 2 DE LA MAÑANA!
 
EL RESIDENTE DE TRAUMATOLOGÍA
Este se equivoco de profesión. El tipo quería ser carpintero...pero eso no era fashion. Así que se dedico a la traumatología. No sé mucho de cómo son los residentes de Trauma porque casi nunca los veo. Van del quirófano a la habitación y de la habitación al quirófano... serrucho tornillos, clavos y taladro en mano, su revista favorita es ALARMA para ver como se dio en la madre el paciente que rearmaron anoche y del cual les sobraron piezas (generalmente el astrágalo).
Desde chiquitos les enseñan el arte de la evasión. No sé cómo hacen pero tienen un don de desaparecer cuando los necesitas que hasta Houdini admiraría su número escapista.
Cuando vienen, cuando el milagro ocurre, vienen de a dos: nunca más que esa cifra. Por lo general caminan lento, con andar despreocupado, siempre con polvo de yeso en su indumentaria, un pizzero está más limpio que ellos.
Miran al paciente como con asco... lo único que les importa es la estructura ósea del mismo. Si por ellos fuera, los desollarían vivos para poder observar mejor lo único que les importa...y de lo UNICO que saben, la fractura en rama verde (ni tan siquiera madura).
 
EL RESIDENTE DE GINECO-OBSTETRICIA
Mayoría absoluta de femeninas. Ergo: un despelote mundial. Estas chicas son casi inconfundibles. Siempre arregladitas, pelo corto para no peinarse, maquilladas, con aretes pequeños y huelen a perfume.
Manos delicadas, andar elegante y la típica vocecita aguda (pero no chillona) que es ideal para sentirse calmada cuando una parturienta está haciendo más fuerza que un levantador de pesas y grita desesperada mientras intenta expulsar un crio por un conducto anatómico no bien valorado y por lo tanto estrecho. Por lo general tienen sólo dos neuronas: una para atender un camazo y otra para hacer una cesárea… ¡por lo que fuera a suceder!
Estas chicas se ven poco por el servicio de Terapia Intensiva (por suerte... esto habla bien de ellas). Son las matronas de la profesión. No tengo nada para despotricar... sorpréndete. Cuando las llamas: vienen. Cuando las necesitas para una consulta por una paciente de ellas son capaces de llamarte desde sus casas para hacerse cargo del problema. El sufrimiento fetal agudo nunca es culpa de ellas. Les agradezco en el alma que no signifiquen un problema extra en mi vida. Con los demás ya tengo de sobra.
 
EL RESIDENTE DE TERAPIA INTENSIVA (APLICABLE TAMBIEN PARA CARDIOLOGÍA)
Mal carácter por Naturaleza. Nadie que se precie de ser amable, cálido y social puede aspirar a ser especialista en Terapia Intensiva. Impaciente por Naturaleza: cualquier médico que pueda esperar más de 15 minutos la llegada de una pizza solicitada por teléfono NO puede ser Intensivista.
El residente de Terapia Intensiva es un topo: como vive dentro de la Unidad Cerrada y no puede salir. Es el único que no tiene ni idea donde está el laboratorio, como llegar a Rayos X, etc. Si tiene que llevar un paciente hasta el quirófano agradece que el camillero tenga idea porque si no, se perdería con paciente y todo.
Solo conoce a los colegas que visitan la Terapia... no tiene idea de quienes trabajan en el Hospital. No sabe quién es la secretaria de admisión (solo le conoce la voz). Es un ermitaño. Y esa condición lo va aislando, mas aun considerando que no puede hablar ni con los pacientes: el 90% están inconscientes e intubados. Sus más elocuentes notas de evolución son los certificados de defunción.
Para un Intensivista no hay mayor dolor de ojete que tener que hablar. Detesta a los familiares de los pacientes, detesta a los interconsultores, detesta que le invadan la habitación, detesta que los llamen por teléfono, detesta las largas e interminables presentaciones de pacientes que les hacen los clínicos. En el espejo son capaces de mentarse la madre ellos mismos. Detestan TODO.
Ya, desde el inicio, la primera frase que aprenden es 'NO HAY CAMA'. La segunda es: 'Este paciente no tiene criterios de UCI'. Y la tercera es: '¡si no se muere lo doy de alta mañana!'
El residente de Terapia VIVE a los saltos, no para nunca, parece que tienen un cuete metido en el culo. Caminan siempre rapidito, siempre están dando órdenes, todos poseen una excelente voz para gritar (y si no la tienen, en 4 años la generan).
Pero hay notables diferencias entre el hombre y la mujer Intensivista. El varón es sobrio, de pocas palabras, mira a los residentes de otras especialidades por encima del hombro y son mucho más prolijos que las mujeres (y más femeninos). Fuera de ahí no figuran gran cosa. Las 'nenas' de esta especialidad son marimachonas de cuna. No se pintan (gracias si se peinan), viven especulando los pronósticos evolutivos de los pacientes y elucubrando de que enfermera anda con quien carajos mas… No se hacen drama por el que diran, no tienen tiempo de histeriquear. Aprovechan todo a la mano mientras se llevan para escribir una historia clínica al baño y no perder tiempo cagando). No conozco Intensivista-femenina que sea delicada. Casi siempre fracturan al paciente en la primera reanimación cardiaca y para hacer el tacto rectal no se diga…
Ellas:
Nunca están apuradas: Van 'a desatorar un pedo'.
Nunca se les murió un paciente: 'ya le tocaba'
Nunca están sobrecargadas de trabajo: están 'hasta la madre'
Lenguaje como: me dejo de llamar como me llamo si se recupera, o ponle dopamina y pídele un electro son frases habituales y para cualquier cosa…
Como siempre dije: 'En Terapia Intensiva... las únicas delicadas, son los machos'
 
EL RESIDENTE DE ANESTESIOLOGIA
Este es el residente más relajado y tranquilo que habita la fauna hipocrática pues siempre está dormido en la residencia. Aunque sea un residente de primer año y gane una miseria, tiene el estilo y la mirada de quien vive en el country club y recoge los billetes con pala.
Los ves cada venida de Obispo y siempre llegan tranquilos, con los ojos hinchados de tanto dormir y como si en lugar de una cirugía, hubieran salido de una clase de Yoga.
Nunca vi transpirar a un residente de anestesiología, nunca los vi correr pues ni cuando les cae en paro el paciente se levantan de su asiento. Ni hablar de elevar el tono de voz... pues ahora le susurran al manos libres del celular…
Llegan husmeando al paciente, te miran, te explican en 3 palabras el porqué te lo rechazan: súbele la hemoglobina, trae 9… ¡CLARO, POR ESO LO VOY A OPERAR, ESTÁ SANGRANDO! Y al final todo su trabajo de una cirugía que duro 6 horas te dicen: 'Todo salió bien' (aunque duraran media hora tratando de entubar o una hora queriendo poner un bloqueo).
Si te los quedas mirando pueden agregar: 'Le puse un fentanil y ketamina para que le dure un poco más la analgesia' (que viaje del paciente). Y se te quedan mirando.
Si, a pesar de tan minuciosa explicación, se te ocurre preguntarles algo mas, suspiran y con absoluta condescendencia agregan los detalles precisos que el médico espera escuchar. Te dicen 'Estuvo estable toda la cirugía'... y se te quedan mirando.
A esas alturas uno ya no necesita más explicaciones... después del detallado monologo de nuestro colega uno agarra desesperado la historia clínica para leer que mierda acaba de ingresar a su sector. Sus hojas son crucigramas no resueltos ni por ellos, no sabe uno si es un patrón de costura en punto de cruz o el diagrama de un dibujo por hacer.
 
EL RESIDENTE DE NEUROLOGÍA
Este se cuece aparte… No sé como será en el hospital donde tú haces el internado, pero donde yo lo hice el residente de Neurología era un híbrido entre clínico-neurocirujano-neuroradiólogo y Teoricista. No me terminan de cuadrar.
Les llega un paciente neurológico, justamente, y empiezan a esgrimir los más descabellados diagnósticos. Nunca es sencillo... siempre tienen que ser algo complicado.
Están 1 hora 40 minutos revisando a los pacientes y cuando salen y les preguntas con ansiedad '¿Que tiene?', te contestan 'No se' ¿Y qué carajo estuviste haciendo 1 hora 40 encerrado en el consultorio con el paciente? ¿Lo revisaste o te dormiste? ¡Zopenco!
Cuando los apuras con un diagnostico presuntivo de un paciente que tiene la boca chueca por un golpe de aire (o del novio), te saltan con unos diagnósticos que parecen sacados de un libro de Ciencia Ficción, más que de Medicina. No sabes si te están hablando de una patología neurológica o del fenómeno OVNI. Y cuando terminas de escucharlos, lo único que se te ocurre es preguntar '¿Que es eso?'
Y ahí empiezan... para que habremos preguntado... 'Bueno, esta patología es propia de una alteración de las vías espino-tálamo-piramidales, que desencadena un fenómeno de divergencia entre la alternancia ponto-cerebelosa y el núcleo subtalamico. Se suele dar en enfermedades degenerativas de los núcleos pontinos cuando la sustancia gris se torna percudida y la desmielinizacion se torna desabrida, etc, etc'
Y uno los mira como diciendo 'Hermano... por Dios, ¡tírame un centro o empieza a hablar en castellano!'
Son gente complicada... como el cerebro. Que los pario. Para estar a tono se van a la taquería de la esquina a hartarse de tacos de sesos.
 
EL RESIDENTE DE PEDIATRIA
Si es mujer: una Lady. La niñita porta un impecable atuendo, habla con voz de Manolin y Chilinsky, lleva su típico mini-estetoscopio con un osito prendido de la manguera. Usa ambos colores claros (azul y rosa), con bolígrafo con orejas de Mickey Mouse, con florecitas, pajaritos, abejitas y una paleta de caramelo (ya chupada) en la bolsa. Un primor. Parece una maestra de jardín de niños.
Habla despacito, no se altera, siempre sonriente y con la frasecita '¿Si, mamita?' grabada a fuego y que la repite hasta para pedirse unos tacos de buche en la taquería de Pedro el prieto.
Si es barón: es medio putaraco (quizá lo sea enteramente). Peinadito, el cabello que parece que se lo corta todos los días en la peluquería, un dandy IMPECABLE, su mini-estetoscopio (sin osito esta vez), voz de puñal, gestos de puñal, hasta se sienta como un puñal pero eso sí con su manicure en la uñas… ¡hasta las de las patas! Porque eso sí, traen los últimos zapatos suecos de la moda, y con medias…
Es el varón ideal (al menos para mí). Hombre fino, delicadísimo, pulcro. Más que afeitado parece depilado, y siempre huele a colonia. No es un medico...es un modelo de pasarela. Los verás en plaza galerías derrochando estilo… y crema.
Yo no tengo mucho contacto con los pediatras que digamos, pero los residentes que he visto son como los he descrito.
NOTA: no todos serán maricas. Pero parecen. Pero, si los que no parecen son...
Como verás hijo, el mundo de la medicina es de lo más variado en cuanto a personajes, estilos y especialidades se refiere, a veces me pregunto qué tiene que andar haciendo el Urólogo con esa agarradera de tolongas con cara de indiferencia… estoy seguro hasta sueñan con eso…
Te mando un abrazo hijo, esperando que pronto formes parte de este ejército blanco que, pese a todo, tiene un gran encanto…

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