El poder médico en los hospitales públicos
El poder médico en los hospitales públicos: aspectos de su historia clínica
El modelo de hospital público es un sistema de atención, control corporal europeo del siglo 18 trasladado a nuestra metrópolis por los grupos de poder gobernantes.
Un lugar de colocación y experimentación con los pobres y excluidos de la riqueza. Un espacio donde el poder médico desarrolla su práctica de dominación, vigilancia y control sobre los Otros, los anormales y diferentes, los que necesitan atención y normalización de sus acontecimientos corporales (quejas, molestias, padecimientos y enfermedades).
Inicialmente un grupo de clase alta domina la medicina. Gente de bien, ilustrada y culta imparte normas y procedimientos sobre la población.
Hospitales escuelas, profesores universitarios con salas de clínica y cirugía desarrollan una jerarquía de saber y poder en los hospitales públicos y en su práctica privada.
Una elite domina el campo de la medicina.
Con la Educación pública y gratuita las clases medias ascienden en la escala social. Hijos universitarios de inmigrantes europeos, mestizos que irrumpen en la sociedad y pelean su lugar en la jerarquía de la Corporación médica.
Los diferentes gobiernos con sus fragmentadas experiencias de salud pública desde el peronismo a las dictaduras militares y los cortos e inconclusos gobiernos civiles modelaron las funciones de los hospitales.
La metrópolis con su carencia de planificación y la improvisación de cada desgobierno civil y militar. La entrada en la globalización y la irrupción de los fondos de inversión en la salud privada. La crisis de la medicina de los sindicatos, la corrupción en la atención a los jubilados con el PAMI con los negocios de empresas vinculadas al gobierno de turno con ex funcionarios y testaferros, sindicalistas, políticos y empresarios prebendarios y parásitos del estado y amigos de sus gobernantes de turno.
Las direcciones de los hospitales como puestos políticos de los gobiernos de turno.
Los diversos servicios con organizaciones jerárquicas y cierta autonomía vinculados a las Corporaciones farmacéuticas y a la colocación de sus productos a través de su asociación con las jefaturas. Los protocolos de experimentación de productos en la masa hospitalaria con los beneficios financieros y económicos para cada grupo médico participante.
Diversos "quioscos" de negocios privados con la salud pública.
Disimulados con Fundaciones donde ingresa y reparte el dinero y los beneficios entre pocos participantes financiadas y mantenidas por las Corporaciones Farmacéuticas.
Las Asociaciones como empresas privadas
El surgimiento de asociaciones de profesionales y de médicos que acumulan poder político y colocan sus miembros en cargos importantes en la organización de la salud pública: como funcionarios y directivos.
Compartiendo el poder con los gobiernos de turno. Funcionando como empresas privadas con fachada solidaria, deviniendo grupos de poder. Con relaciones políticas con los gobiernos de turno. Y una progresiva acumulación de poder en el negocio de la educación continua, en la matriculación, en el seguro profesional y en el control de la mayoría de las direcciones hospitalarias. Con el desarrollo de una red de control, vigilancia y dominio en cada hospital. Bajo una fachada democrática legitimados con elecciones fraudulentas, bajo listas únicas e impugnaciones de las posibilidades de oposición.
Una camarilla con el gobierno central de la organización y con sistemas de manipulación periféricos bajo las filiales de cada hospital con aliados y sectores afines.
Grupos dirigentes médicos cada vez más poderosos y con dispositivos que perpetúan y amplifican sus beneficios al controlar y casi dominar cada hospital.
Redes de beneficios, premiso y castigos, un sistema de clientelismo facilitador. Trabajando la ignorancia, la indiferencia, la apatía y el miedo de las mayorías de profesionales pasivas y cómodas, cómplices indirectas de sus negocios privados en los ámbitos públicos.
"Grupos de tareas" en cada hospital que planifican y reparten cargos y puestos remunerados entre sus premiados y leales.
Aislamiento y ostracismo para las minorías opositoras y disidentes.
Colocación y manipulación de directivos y jefes de pirámides jerárquicas afines a sus planes.
Acumulación de dinero de los socios en propio beneficio, en gastos disimulados en asambleas manipuladas y complacientes, con balances ficticios para dar una fachada de legalidad y seriedad.
Un poder médico empresarial similar a los sindicatos burocratizados y con jefes perpetuados en ellos mantenidos por la red de clientelismo y prácticas antidemocráticas
Toleradas por los gobiernos de turno que negocian con ellos.
Grupos de médicos que reparten beneficios entre unos pocos y que utilizan a sus bases pasivas, ignorantes, indiferentes y miedosas para acrecentar su poder y perpetuarlo.
Los hospitales funcionan como espacios manipulados por estos grupos con la complicidad y tolerancia de los diferentes jefes y superiores de cada servicio.
Una red jerárquica poderosa crece y mejora su organización homogeneizando su sistema. Las filiales de cada hospital arman grupos que amplifican el poder central.
Reparten sus influencias con los sindicatos municipales y con los encargados del gobierno de turno.
Las mayorías médicas quedan atrapadas y sometidas a sus disposiciones con pocas posibilidades de cambio real.
El poder médico tiene una base individualista, no solidaria, acostumbrada a los manejos antidemocráticos, a los repartos de influencias y beneficios, al enriquecimiento de pocos y a la manipulación de las mayorías en exclusivo provecho.
Sus organizaciones reproducen y perpetúan esta modalidad de autoritarismo e injusticia, opuesta a su discurso liberal y caritativo.
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