Las Corp y la naturaleza
Violando repetidamente a la Sra. Naturaleza
Se han publicado recientemente las estadísticas de la multinacional petrolera BP del año 2005, con los datos correspondientes al año 2004.
El Protocolo de Kioto, que se firmó en 1997 y entró en vigor en unos 141 países el 16 de febrero de 2005. Consiste en el compromiso de los países firmantes para lograr la reducción de las emisiones globales de los gases de efecto invernadero en 2010, en torno al 5% de los gases que se emitían en 1990.
A día de hoy, en el año de gracia de 2005 y mirando hacia atrás sin ira, vemos la siguiente situación:
Si ponemos el nivel 100 en 1990, vemos que en 1997, fecha en que se reconoció que emitir libremente gases a la atmósfera era una violación contra la naturaleza, la cosa era, a nivel mundial, la siguiente:
Consumo de petróleo en 1997: 110
Consumo de gas en 1997: 113
Consumo de carbón en 1997: 104
Claro, se podrá argumentar, “es que entonces no se sabía que violar a la Sra. Naturaleza era delito”.
Pero veamos lo que pasó desde que se promulgó la ley (Protocolo) para prevenir la frecuencia del delito, contra la indefensa naturaleza:
Consumo de petróleo en 2004: 123
Consumo de gas en 2004: 135
Consumo de carbón en 2004: 124
Es decir, que los violadores siguieron actuando impunemente y con un frenesí implacable. Ustedes dirán, pero es que, claro, todavía la ley no había entrado en vigor. Se engañan. Parece que los violadores no tienen arreglo. Hacen propósito de enmienda, pero en cuanto vuelven a la calle, vuelven a violar repetidamente. Sin ir más lejos, el último año, la cosa ha sido la siguiente, a nivel mundial:
Aumento del consumo de petróleo. Periodo 2003-2004: 3,4%
Aumento del consumo de gas. Periodo 2003-2004: 3,3%
Aumento del consumo de carbón. Periodo 2003-2004: 6,3%
O sea, que los violadores no tienen remedio y siguen violando impunemente. Y ustedes dirán: pero hay que distinguir entre violadores malos y buenos. Sin ir más lejos, hay algunos, como los EE.UU., que no se han sometido a tratamiento de rehabilitación y a otros se les ha reconocido una cierta impotencia contaminante y se evitó obligarles a no violar, porque decían que ellos también tenían derecho a probar ese disfrute, que los demás ya habían ejercido. Y luego, hay otros buenos, como los europeos, que sí hacemos esfuerzos, por mejorar nuestra conducta.
Pues lo siento, pero se vuelven a equivocar. Veamos los tristes datos estadísticos de esta actividad delictiva, que trae a la Sra. Naturaleza a mal traer, sin que nadie haga nada por evitarlo.
Norteamérica, según BP, se portó de la siguiente forma:
(Sobre un nivel 100 de violaciones del aire que respirábamos en 1990)
Petróleo. En 1997: 110. En 2004: 122. Aumento 2003-2004: 2,8%
Gas. En 1997: 119. En 2004: 121. Aumento 2003-2004: 0,1%
Carbón: En 1997: 112. En 2004: 118. Aumento 2003-2004: 0,3%
Pero la Europa límpida que tanto presume, también se las trae. Si analizamos los datos de la Europa de los 15, que es la que ha contado y presumido más hasta que se ha hecho de los 25, y sigue sin saber qué hacer, su registro de violaciones de la Sra. Naturaleza va como sigue:
Petróleo. En 1997: 108. En 2004: 111. Aumento 2003-2004: 0,32%
Gas. En 1997: 134. En 2004: 168. Aumento 2003-2004: 3,56%
Carbón: En 1997: 73. En 2004: 75. Aumento 2003-2004: -1,26%
Es decir, que presumen de violar menos con carbón, pero violan infinitamente más con gas, que es como decir que han cambiado el vicio de violar a pelo, con el de violar con preservativo. Así de claro y de duro. Y lo peor es que amenazan con que si se les acaba el gas, volverán a lo que tengan, sea carbón o uranio, o lo que sea.
Es decir, que los grande violadores del mundo, que contabilizan más de la mitad de las violaciones a la Sra. Naturaleza, siendo apenas el 8% de los violadores, encima van presumiendo de que hacen lo que pueden para no violarla mucho. Unos y otros se reúnen en Escocia en una cumbre de violadores (el punto G8, la llaman) y prometen a todos los demás que van a violar sólo el 95% de las veces que violaban en 1990, pero eso si, sin prisas. Y unos dan clase morales a los otros, mostrándoles lo bien que se lo montan con los preservativos de gas.
Y luego vamos los demás y nos creemos que están haciendo un esfuerzo, mientras la Sra. Naturaleza agoniza, a la vista de todos, por violación repetida, con nocturnidad, alevosía, abuso de fuerza y demás agravantes, entre los que está el no menos importante de algunos de “más vale eso que violar todavía más”. O el muy sabio y atinado de “Es que hay que ir poco a poco” o el muy científico de “es que no podemos dejar de violar de repente, porque los violadores entraríamos en colapso”
Y mientras prometen dejar de violar, y siguen violando cada vez más, nadie habla de lo verdaderamente importante: que en vez de seguir un tratamiento para la castración o con bromuro, o tomar un equilibrado matrimonio con alguien, están tomando toneladas del excitante sexual más poderoso, el crecimiento infinito, y del afrodisíaco del consumo sin límites, mientras siguen mirando con ojos libidinosos a la misma Sra. Naturaleza, a la que parecen haber cogido gusto.
Estos violadores, de verdad no tienen arreglo. Lo curioso es que no se están dando cuenta de que la Sra. Naturaleza es su propia madre.
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