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Ecologia

Boletin Indymedia- pueblos originarios

sáb 10.07.2010
DERECHOS HUMANOS. GATILLO FÁCIL Y SEGREGACIÓN EN LA SUIZA ARGENTINA
Alejandra Bartoliche
La policía rionegrina asesinó a 3 jóvenes de los barrios del Alto, donde habita gran parte del Pueblo Mapuche. Xenofobia y discriminación afloran en la sociedad barilochense.

Por ser mapuche, una histórica intolerancia
Multisectorial denuncia detención
Repudio mapuche a los crímenes
Viedma: marcharon por Atahualpa
Perú: Alan García vetó la ley de consulta
En el Congreso volverán a insistir con la norma, prevista en el Convenio 169 de la OIT. Relator de la ONU pide que se promulgue.
El Polvorín

Catedra Libre en Filosofia sobre temas agrarios y el ingeniero Horacio Giberti

Martes, 6 de julio de 2010

En la UBA funcionará una Cátedra libre sobre Estudios Agrarios

La cuestión agraria en Filo

Como una forma de homenaje al ingeniero Horacio Giberti, la cátedra libre creada en Filosofía y Letras abrirá desde el mes que viene un espacio para debatir el modelo rural dominante, la propiedad de la tierra y el monocultivo, entre otros temas.

Por Adrián Pérez
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“Vamos a discutir la tenencia agraria y la estructura de la tierra, el monocultivo y las economías regionales, el empleo rural y la tecnificación, las comunidades originarias y la pérdida de sus tierras.” La nueva Cátedra libre de Estudios Agrarios, recién creada por la Facultad de Filosofía y Letras (UBA), se abocará a debatir esos temas como una forma de mantener vivo el legado del ingeniero Horacio Giberti, fallecido hace un año. En el marco de la Secretaría de Extensión Universitaria de la facultad, la cátedra funcionará desde el mes que viene como un espacio de formación no curricular, abierto a la participación de geógrafos y agrónomos, abogados y antropólogos, economistas y periodistas, además de estudiantes y del público en general.

–¿Por qué la figura de Giberti encabeza la cátedra? –les preguntó Página/12 a la geógrafa Flora Losada y a los agrónomos Marcela Román y Carlos León, miembros de la cátedra y discípulos de quien es considerado el “padre de la economía agraria” en el país.

León: –Básicamente, por su actuación destacada en el último medio siglo de la historia agraria, económica y social de Argentina. Giberti fue el primer presidente del INTA durante un gobierno democrático. Su evolución ideológica, en el sentido de conocer en profundidad la estructura económica del sector agropecuario y su problemática, lo llevó durante su gestión como secretario de Agricultura y Ganadería (1973-74), en menos de un año y medio, a elaborar un conjunto de proyectos de leyes trascendentales para la protección de los arrendatarios, a promover el acceso a la tierra de los pequeños productores, una propuesta de reforma impositiva de vanguardia (renta potencial de la tierra). Además, logró el lanzamiento de leyes que asignaban un rol de participación activa de la Junta Nacional de Granos y Carnes en la comercialización. En aquellos años, Giberti sufrió amenazas y tuvo que irse por un tiempo del país.

–Sin embargo, fue más conocido por su capacidad como técnico que como político.

León: –Si bien no existe un a priori ideológico en Giberti, y siempre marcó cierta distancia con las estructuras y partidos políticos, puede decirse que tuvo una predilección por el socialismo genérico. Y aunque en sus comienzos fue un profesional más bien tecnocrático, al frente del INTA comenzó a tomar conciencia de lo que podía hacerse desde la función pública. Fue allí donde observó cómo las organizaciones agrarias se oponían fuertemente para que no se desarrollara un vínculo entre la sociedad agraria y el Estado. Como secretario de Estado, desarrolló una cantidad de instrumentos inéditos en nuestro país con los que intentó resolver el problema estructural de una organización agraria muy concentrada, cuya génesis proviene de la apropiación original de la tierra desde mediados del siglo XIX. Esa composición determinó gravísimos problemas para los arrendatarios y construyó un país poco productivo que depositó el poder de decisión política en manos del sector agrario concentrado.

–¿Cuál es el propósito de lanzar la cátedra libre?

Losada: –Pensamos en crear esta cátedra, después de su fallecimiento, sabiendo que ya no íbamos a contar con ese espacio de discusión que había surgido en el Grupo de Estudios Agrarios, que se formó en su casa. Entonces, se nos ocurrió que sería importante que esos debates no se perdieran porque no sólo son importantes para conocer las corrientes históricas de nuestra economía, sino también para analizar el quehacer de las políticas agrarias actuales. Nuestra propuesta es que exista un espacio de debate de diferentes ideas en la de Filosofía y Letras que trascienda a otras facultades.

León: –La idea de la cátedra es armar un espacio permanente, libre y abierto para discutir los problemas fundamentales que hacen a la economía, la sociología y la política agraria. Vamos a discutir temas como la tenencia agraria y la estructura de la tierra, la comercialización agraria, el monocultivo y las economías regionales, el empleo rural y la tecnificación, la ciencia y tecnologías agropecuarias, las comunidades originarias y la pérdida de sus tierras.

Román: –Todo eso invitando a especialistas, pero también a estudiantes y al público que no pudo escuchar a Giberti. Queremos debatir en torno de las ideas que él planteaba. Pensamos en la cátedra como un espacio de formación.

–¿Piensan incorporar el debate sobre el modelo sojero?

Román: –En esa discusión, en realidad, suele personificarse a la soja, que es sólo una planta. Lo importante no es la planta en sí, sino cómo se produce. Podemos cambiar soja por maíz y no solucionamos nada. Queremos poner sobre la mesa todo lo que significa este debate, que no es sólo soja sí o soja no, debatir cómo se produce soja en vez de discutir si la planta es “buena o mala” per se. En rigor de verdad, es necesario poner el acento en que al debatir sobre la soja también debatimos sobre la generación de divisas, la política tecnológica, la protección del bosque, la acumulación de reservas, el financiamiento de políticas sociales, entre otras cuestiones, porque la cuestión agraria es parte de la política económica, forma parte de un rompecabezas cuyo resultado global se modifica a medida que trocamos una pieza por otra. Es un debate que nos debemos, una discusión que necesita de una profundidad importante.

Giberti y el lockout patronal

Horacio Giberti fue consultado el año pasado sobre el conflicto rural en torno de las retenciones y señaló la incompatibilidad de “tener cinco o seis millones de toneladas acumuladas sin vender y proclamar que la situación del campo es desesperante”. Sobre aquel conflicto de 2008, Marcela Román recuerda que Giberti “estaba convencido de que una vez que el Estado define un programa de gobierno hay que aplicarlo, y que las corporaciones no deben torcer una decisión soberana que surge del voto popular. Si bien no acordó con el manejo que el Gobierno hizo del discurso durante el conflicto, ni con la rapidez con que implementó la resolución, sí coincidió con la medida”. Carlos León señaló que Giberti “observaba que el conflicto había surgido de los grupos más beneficiados del sector agropecuario”, por lo que veía “una especie de lockout patronal. Siempre decía que las entidades del campo no podían arrogarse la representación de todo el agro” y destacaba que “los pequeños y medianos productores no estaban expresados en esa Mesa de Enlace”.

el peligro de la soja transgenica

Paul Krugman decía (antes de ser Premio Nobel, no sé si ahora) que "Es difícil que un hombre comprenda algo cuando su renta depende de que no lo comprenda".Aumentando la apuesta -si se quiere- uno diría que no solo la renta sino el poder (sea poseyéndolo, sea ambicionándolo) produce lo mismo. Mientras este gobierno sigue apostando (lo grite o lo susurre) a la soja, y mientras otras alternativas -como Binner y Capiello- asuman que hay que apostar pero controlando un poco y fijándose en el viento (véase: 

http://www.pagina12.com.ar/imprimir/diario/suplementos/rosario/10-23896-2010-06-06.html y

 http://www.pagina12.com.ar/imprimir/diario/suplementos/rosario/subnotas/23896-2796-2010-06-06.html, donde se ignora olímpicamente el principio precautorio, al igual que el fallo de La Haya; es increíble que en temas ambientales se eluda lo que se ha inventado específicamente para eso), investigadores rusos llegan a esta conclusión y otros estudios ya han alertado (sea en cáncer, sea en malformaciones o enfermedades de otro tipo) sobre el glifosato, que forma un sistema con la soja transgénica (al punto que la soja se "llama" RR, por Roundup Ready; Roundup es Glifosato). Por aquí el Dr. Andrés Carrasco llegó a conclusiones similares y el CONICET se opuso a que las difundiera (llegando a clausurarle una mesa en la Feria del Libro).

 

Sobre lo que hay que hacer se disimula y se oculta, atados a la ganancia de las empresas multinacionales. Y lo que no hay que hacer (el escándalo de la gripe porcícola) se promueve el negocio atado a las multinacionales. Hay que aceptar no solo la coherencia sino que hay aspectos en que "oposición" y "oficialismo" no discuten.

Un saludo

Gonzalo

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Soja transgénica: mortalidad e infertilidad

http://www.rapaluruguay.org/transgenicos/Prensa/mortalidad_infertilidad.html

Investigadores rusos han encontrado que hámsteres alimentados con soja transgénica no han podido reproducirse después de tres generaciones alimentados con soja. El experimento (que será publicado en julio) fue realizado durante dos años por investigadores del Instituto de Ecología y de la Evolución de la Academia de Ciencias de Moscú, y la Asociación Nacional Rusa para la seguridad de los genes. Los investigadores trabajaron con cuatro grupos de hámsteres: uno alimentado sin soja, otro con soja no transgénica, un tercero con soja transgénica y un cuarto con cantidades mayores de soja transgénica.

Luego de alimentar a los hámsteres durante dos años, al llegar a la tercera generación se constataron resultados devastadores en aquellos alimentados con soja transgénica y en particular en aquellos con dietas más altas de la misma. Al llegar a la tercera generación, la mayoría de los hámsteres alimentados con soja transgénica habían perdido la capacidad de tener descendencia; también se constató un crecimiento más lento y una alta tasa de mortalidad entre las crías.

En otro estudio realizado en Rusia y publicado a principios de este año, los investigadores concluyeron que los animales tuvieron un crecimiento retardado, alta mortalidad entre las crías, e incluso crecimiento del pelo dentro de la boca de los hámsteres. Aunque otros estudios han demostrado alta mortalidad en animales de laboratorio alimentados con soja transgénica, uno de los investigadores (el biólogo ruso Alexey V. Surov) comentó que se necesita más investigación, ya que la infertilidad y la anormalidad del pelo pueden no ser causadas solamente por la soja transgénica o por organismos genéticamente modificados, sino que tal vez podría ser el resultado de una combinación de contaminantes en la alimentación, tal como el Round Up que se encuentra en concentraciones muy altas en la soja y maíz transgénico de Monsanto.

Las palabras del investigador Surov son ilustrativas: “No tenemos derecho a usar organismos genéticamente modificados hasta no comprender sus posibles efectos adversos, no solo hacia nosotros sino también para las futuras generaciones. Para clarificar esto es imperiosa la necesidad de llevar a cabo estudios completos y detallados sobre el tema. Cualquier tipo de contaminación debe ser sometida a estudio antes de pasar al consumo y los organismos genéticamente modificados solo son una de ellas”.

¿Y en nuestros platos qué servimos?

En nuestro país se cultivan la soja y el maíz transgénicos de Monsanto y un segundo maíz (transgénico) de la compañía Syngenta. Estamos consumiendo los productos de ambos cultivos sin contar con la información adecuada para elegir si queremos o no alimentarnos con soja o maíz transgénico.

Los cultivos transgénicos han sido rechazados en varios países europeos e incluso en varios países escandinavos está prohibida la entrada de alimentos que contengan transgénicos. La Unión Europea cuenta además con una regulación que no permite la comercialización de ningún alimento procesado que tenga más de 1% de trangénico.

¿Será que los europeos cuentan con más información que la que tenemos nosotros? ¿O será que simplemente somos conejillos de India para las industrias?

La investigación en los hámsteres mostró que después de tres generaciones se constató infertilidad, retardo en crecimiento, crecimiento de pelos en la boca y alta mortalidad entre las crías. Si se quisiese hacer esta misma observación en seres humanos, se tendría que esperar al menos cuarenta años más y cuando se constaten estos impactos será demasiado tarde y probablemente la respuesta de la industria será: sus gobiernos nos aprobaron y nos permitieron el cultivo de nuestras semillas y el uso de nuestros agrotóxicos. ¿Cuál será la reacción de nuestras futuras generaciones?

Los resultados de los investigadores rusos junto con otras investigaciones que han sido publicadas desde hace bastante tiempo, deberían de ser una alerta para que las autoridades competentes investiguen sobre los impactos que estos cultivos provocan en la salud y no simplemente esperar que los impactos comiencen a aparecer para empezar a tomar medidas.

Artículo basado en:
Genetically Modified Soy Linked to Sterility, Infant Mortality in Hamsters

RAPAL Uruguay
Mayo 2010

Michael T. Klare: el derrame petrolero

a fiebre del petróleo que amenaza al Golfo de México y al planeta
Michael T. Klare · · · · ·
 
23/05/10
 

La cuestión es clara: el drenaje masivo de petróleo del fondo del Golfo México podría consumar  uno de los mayores desastres ecológicos de la historia de la humanidad. Lo peor es que es sólo un anticipo de lo que será la era del petróleo degradado, una época caracterizada por la creciente dependencia de fuentes de energía problemáticas y difíciles de conseguir. La partida se desarrolla en terreno peligroso, y lo que está en juego es el destino del planeta.
Es posible que nunca se llegue a dar con la causa precisa de la explosión que destruyó la torre petrolífera de Deepwater Horizon el 20 de abril y mató a 11 de sus 126 trabajadores. Se ha hablado de fallos en una conexión submarina y en un aparato específicamente diseñado para prevenir explosiones. La falta de controles gubernamentales sobre los mecanismos de seguridad también tuvo su parte en el desastre, producido, seguramente, por una combinación de equipo defectuoso y errores humanos. En todo caso, aunque no se determine cuál fue el exacto disparador de la explosión, la razón de fondo está clara: la existencia de una empresa a la que el gobierno autorizó a explotar reservas de petróleo y gas natural en entornos remotos y bajo condiciones de operación altamente riesgosas. 
Los peligros de la nueva fiebre del petróleo 
Los Estados Unidos ingresaron en la era de los hidrocarburos con una de las principales reservas de petróleo y gas natural. La explotación de estos valiosos y versátiles recursos ha contribuido durante mucho tiempo a la riqueza y al poder del país, así como a la rentabilidad de gigantes de la energía como British Petroleum (BP) y Exxon. Este proceso, empero, condujo al agotamiento de la mayoría de reservas siutadas en tierra firme y sólo dejó algunas disponibles en áreas marítimas de difícil acceso en Alaska y el Ártico. Para mantener el suministro de energía, así como los ininterrumpidos beneficios de las grandes empresas del ramo, todos los gobiernos sin excepción han impulsado la explotación de fuentes energéticas remotas, con abierto desdén por los peligros humanos y ambientales que encierran estas operaciones.
La búsqueda afanosa de gas y petróleo ha entrañado siempre un cierto grado de riesgo. Después de todo, la mayoría de las reservas energéticas se encuentran bajo tierra entre sucesivas capas de rocas. Cuando las perforadoras llegan hasta ellas, las probabilidades de erupciones explosivas son altas. Es lo que se conoce como efecto "géiser". En los intrépidos inicios de la industria del petróleo, este fenómeno -bien conocido gracias a películas como Pozos de ambición (There Will Be Blood, según el título original en inglés)- era causa frecuente de  importantes accidentes humanos y ambientales. Con los años, las compañías petroleras consiguieron prevenir los daños causados a los trabajadores o al entorno de los pozos. Ahora, sin embargo, la compulsión por disponer de las remotas reservas de Alaska, el Ártico y las profundidades marinas se está reeditando una peculiar y peligrosa versión de los intrépidos inicios de la industria. Las empresas se encuentran con riesgos inesperados, y su tecnología -diseñada para escenarios más benignos- resulta a menudo incapaz de ofrecer una respuesta adecuada a los nuevos desafíos. En consecuencia, cuando el desastre se produce, el daño ambiental es exponencialmente mayor que cualquiera que haya podido registrarse en los anales de la  industria a lo largo del siglo XIX o a inicios del XX.
La operación Deepwater Horizon es un ejemplo de ello. BP, la empresa que gestionaba la torre petrolífera y tenía a su cargo la supervisión de la perforación, lleva años inmersa en una frenética búsqueda de petróleo en zonas profundas del Golfo de México. El pozo en cuestión, conocido como Mississippi Canyon 252, tenía una profundidad de 1,5 kilómetros y estaba situado a unos 80 kilómetros al sur de la costa de Luisiana. El perforador, por su parte, se extendía unos 4 kilómetros más bajo tierra. A semejante profundidad, cualquier operación en el fondo del océano debe realizarse a través de robots manejados por control remoto por técnicos situados en el pozo. El margen de error admisible en estas circunstancias es mínimo, sobre todo en cuestiones de perforación y corte de capas rocosas. Aparentemente, la operación Deepwater Horizon se caracterizó por una gran laxitud en materia de supervisión, de manera que cuando surgieron algunos problemas previsibles, fue imposible enviar técnicos que pudieran evaluar la situación y ofrecer una solución. 
Acometer perforaciones el Alaska y en el Ártico entraña peligros aún mayores, dadas las condiciones climáticas y ambientales extremas con las que es menester lidiar. Cualquier pozo marítimo siutado en los mares de Beaufort o de Chukchi está expuesto a eventuales choques con trozos de hielo, a temperaturas extremas y a poderosas tormentas. Por otra parte, siempre será más difícil, en semejantes parajes, lidiar con derrames de petróleo como los de BP, da igual que sean marítimos o terrestres. Es más, un flujo incontrolado de petróleo en esas condiciones representará, a no dudarlo, una amenaza letal para cualquier especie viva. 
Las grandes empresas de energía aseguran estar blindadas contra tales peligros. Sin embargo, tanto el desastre del Golfo como la propia historia han puesto en ridículo dicha pretensión. En 2006, por ejemplo, un oleoducto en mal estado de BP propició el derrame de más de un millón de litros de crudo en unas lomas del norte de Alaska frecuentadas por manadas migratorias de caribús (como el derrame tuvo lugar en invierno, los caribús aún no estaban allí, lo que hizo posible alejar el petróleo de los bancos de nieve; de haberse producido en verano, los riesgos para la manada hubieran sido considerables).
Cuando hay petróleo de por medio, todo está permitido
A pesar de los peligros evidentes y de la ausencia de mecanismos adecuados de seguridad,  diferentes administraciones, incluida la de Barack Obama, han apoyado la política de las grandes empresas y han favorecido la explotación de reservas de gas y petróleo en aguas profundas del Golfo de México, así como de otras áeras ambientalmente sensibles.  
El gobierno ya asumió esta posición frente al tema con la Política de Energía Nacional (PEN), adoptada por el presidente George W. Bush en mayo de 2001. Liderados por el ex Director Ejecutivo de Halliburton, el vice presidente Dick Cheney, los diseñadores de esta política advirtieron que los Estados Unidos consideraron que la creciente dependencia de la importación de energía comportaba un auténtico peligro para la seguridad nacional. A resultas de ello, apostaron por un mayor aprovechamiento de las fuentes de energía locales, especialmente petróleo y gas natural. Es un objetivo primordial de la Política de Energía Nacional diversificar las fuentes de aprovisionamiento rezaba la declaración de principios de la PEN. Y esto supone priorizar las fuentes locales de petróleo, gas y carbón
No obstante, como la propia PEN dejaba claro, los Estados Unidos estaban perdiendo sus reservas  de gas natural o de petróleo convencionales y de fácil acceso, tanto terrestres como marítimas. Es probable -se decía en el documento- que la producción de petróleo en los Estados Unidos decaiga en las próximas dos década; [de manera que] la demanda local excederá las propias capacidades productivas. La única solución, se afirmaba, era aumentar la explotación de reservas de energías no convencionales, como el petróleo o el gas situados en el fondo martímo del Golfo de México, más allá de los bancos de arena continentales, en Alaska, en el Ártico e incluso recurrir a formaciones geológicas complejas como el petróleo o el gas bituminosos.  
La producción de gas y petróleo en áreas geológicamente estimulantes -continuaba el documento- es vital para todos los estadounidenses y para la seguridad energética nacional, siempre que resulte compatible con la protección del medioambiente (esta última mención era un explícito añadido de la Casa Blanca dirigido a contrarrestar las acusaciones -desafortunadamente ciertas- en torno a la escasa sensibilidad gubernamental por las  consecuencias ecológicas de su política energética).      
La primera recomendación de la PEN consistía en el desarrollo de un Refugio para la Vida Silvestre en el Ártico, una propuesta con amplio eco en los medios que se granjeó la inmediata desconfianza de los grupos ambientalistas. Sobre todo cuando se la veía acompañada por la apelación a una mayor exploración y explotación en las profundidades del Golfo y en los mares de Beufort y Cukchi, en el norte de Alaska. Aunque la perforación en el Refugio Nacional para la Vida Silvestre del Ártico fue finalmente bloqueada, la explotación en otras áreas se abrió camino con escasa oposición. En realidad, el Servicio de Gestión de Minerales (SGM), una agencia gubernamental probadamente corrupta, lleva años facilitando la concesión de licencias de exploración y perforación en el Golfo de México e ignorando de manera sistemática las regulaciones ambientales. Esta práctica, frecuente durante la era Bush, se mantuvo incólume con la llegada de Barack Obama a la presidencia. Obama, de hecho, autorizó con su firma el crecimiento masivo de las perforaciones marítimas, y apenas tres semanas antes del desastre de Deepwater Horizon, el 30 de marzo, anunció la realización de tareas de perforación, por primera vez, en vastas áreas del Atlántico, la zona oriental del Golfo de México y las aguas de Alaska. 
Además de acelarar las exploraciones en el Golfo de México, pasando por alto las advertencias de científicos y funcionarios gubernamentales, el SGM también aprobó perforaciones en los mares de Beaufort y Chukchi. Todo ello a pesar de la fuerte oposición de grupos ecologistas y de los propios pueblos nativos, que temían que las operaciones pusieran en riesgo la supervivencia de ballenas y otras especies fundamentales para mantener su modo de vida. En octubre, por ejemplo, el SGM otorgó a Shell Oil una autorización provisional para llevar a cabo perforaciones en dos bloques del mar de Beaufort. Los opositores al plan han señalado que cualquier derrame de petróleo generado por dichas actividades entrañaría severos riesgos para especies ya amenazadas. Como de constumbre, sin embargo, las advertencias han sido ignoradas (el 30 de abril, 10 días después de la explosión del Golfo, el presidente Obama otorgó al Plan un sorpresivo visto bueno, cuando aún algunas tareas de perforación aún estaban pendientes de revisión). 
El salón de la vergüenza de BP
Las grandes compañías energéticas tienen sus propias razones para sumarse a la explotación de opciones remotas de energía. Para evitar la caída de sus acciones, cada año se ven obligadas reemplazar el petróleo extraído con el de nuevas reservas. La mayoría de los yacimientos tradicionales, sin embargo, está agotada y algunos de los más prometedores en Oriente Medio, en América Latina o en la ex Unión Soviética se encuentran bajo control de empresas estatales como la saudí Aramco, Pemex, en México, o PDVSA, en Venezuela. Este panorama deja a las empresas privadas con áreas cada vez más restringidas en las que reponer sus provisiones. Ello explica que lleven tiempo inmersas en una búsqueda enloquecida de petróleo en el África sub-sahariana, donde muchos países todavía permiten una cierta participación privada. Lo cierto, sin embargo, es que incluso en estos casos deben afrontar la feroz competencia de empresas chinas así como de otras compañías de propiedad estatal. Las únicas áreas en las que aún pueden operar con las manor prácticamente libres son el Ártico, el Golfo de México, el Atlántico Norte y el Mar del Norte. No es casual que sea aquí donde están concentrando sus esfuerzos, con escasa o nula preocupación por los peligros que ello pueda suponer para la humanidad o para el planeta.          
El ejemplo de BP es bastante elocuente. Originariamente conocida como Anglo-Persian Oil Company (más tarde, Anglo-Iranian Oil Company, y finalmente, British Petroleum), BP comenzó sus operaciones en el sudoeste de Irán, donde gozó durante un tiempo del monopolio en la producción de crudo. En 1951, sus propiedades fueron nacionalizadas por el gobierno democrático de Mohammed Mossadeq. La empresa regresó a Irán en 1953, tras el golpe apoyado por los Estados Unidos que puso al Shah en el poder, y fue expulsada nuevamente en 1979 tras la revolución islámica. La compañía todavía conserva un pie en la inestable aunque rica en petróleo Nigeria, una ex colonia británica, y en Azerbaijan. Sin embargo, desde su absorción de Amoco (en su momento, Standard Oil Company of Indiana) BP ha concentrado sus energías en la explotación de las reservas de Alaska y en algunos yacimientos de petróleo degradado en el Golfo de México y en las costas africanas.  
No por casualidad, el informe anual de BP de 2009 lleva por título "Operar en las fronteras de la Energía". Allí, de hecho, se señala con orgullo que BP opera en las fronteras de la energía. Desde las profundidades marítimas a los entornos más complejos, desde remotas islas tropicales a la próxima generación de biocombustibles, una renovada BP trae consigo mayor eficiencia, un impulso sostenido y crecimiento empresarial. En el marco de esta declaración de principios, el Gofo de México ocupa un papel central. BP es un operador líder en el Golfo de México, señala el informe. Somos el principal productor y proveedor en la zona, además de contar con el mayor área de exploración [] Nuevos descubrimientos, emprendimientos exitosos, operaciones de alta eficacia y un amplio abanico de nuevos proyectos nos sitúan en inmejorable posición en el Golfo de México, tanto a corto como a largo plazo.
Está claro que los altos ejecutivos de BP pensaban que un rápido incremento de la producción en el Golfo resultaría fundamental para la salud financiera de la empresa a largo plazo (de hecho, unos pocos días después de la explosión en Deepwater Horizon, la compañía anunciaba que había conseguido unos 6.100 millones de dólares de beneficios sólo en el primer trimestre de 2010). Queda por determinar hasta qué punto la concepción empresarial defendida por BP contribuyó al accidente de Deepwater Horizon. En todo caso, existen inidicios de que la compañía estaba inmersa en una frenética operación de consolidación del pozo de Mississippi Canyon 252, un paso previo al  eventual traslado de la plataforma alquilada a Transocean a unos 500.000 dólares diarios a algún otro sitio de perforación rentable.
Si bien es probable que BP sea el principal villano en este caso, otras grandes empresas energéticas están implicadas en actuaciones similares, con cobertura del gobierno y de algunos de sus funcionarios. Estas empresas y sus aliados gubernamentales aseguran que, con las debidas precauciones, es seguro operar en estas condiciones. El incidente de Deepwater Horizon, sin embargo, revela que mientras más remota es el área de exploración, mayores son las posibilidades de que el asunto acabe en desastre.
Se nos dirá que la explosión en Deepwater Horizon fue un accidente desafortunado, una desgraciada combinación de gestión inadecuada y equipo defectuoso. Que bastaría un control más estricto para disipar los riesgos de la perforación en aguas profundas. Pero el alegato no es de recibo. La falta de diligencia y los defectos técnicos pueden haber desempeñado un papel crucial en la catástrofe del Golfo. Sin embargo, la fuente última del desastre es la necesidad compulsiva de las grandes empresas  de compensar el declive de las reservas convencionales de petróleo a través de la exploración en zonas altamente riesgosas. Mientras esta compulsión se mantenga, los desastres continuarán. Tenedlo por seguro. 
Michael T. Klare es profesor de estudios de Paz y Seguridad Mundial en el Hampshire College. Su último libro es Rising Powers, Shrinking Planet: The New Geopolitics of Energy (Metropolitan Books).  

Editorial de Rulli/ grr.org.ar

EDITORIAL DE HORIZONTE SUR A LA INTEMPERIE   25 DE MAYO DE 2010

 

 Hace doscientos años, el vecindario de Buenos Aires, conmovido por las noticias que llegaban desde la metrópoli lejana, se preparaba para una jornada que haría historia. Se trataba de resolver el gran tema pendiente de la soberanía popular, soberanía que, quedara vacante por el reemplazo de la corona y de la que se hiciera cargo la gran Junta Suprema del Reino, luego de la victoria de Bailén sobre las tropas napoleónicas. El posterior ingreso de Napoleón en España y de su gran ejército en 1808, como respuesta a su derrota en Bailen, va a provocar sucesivas capitulaciones militares españolas que conducirán a que la gran Junta termine refugiada a principios de ese año 1810, en la pequeña isla de León frente a Cádiz, bajo la protección de la flota inglesa y a corta distancia del respaldo que le asegura la fortaleza de Gibraltar, que estaba en manos británicas desde el tratado de Utrecht de 1713.

 

La situación no podía ser más extrema en la península y en esas circunstancias, fue lógico que aquellos intelectuales formados en los centros de estudios de Chuquisaca, en el Alto Perú, donde la visión geopolítica de la España americana tuviese tan enorme peso en la formación de una dirigencia hispano criolla, se planteasen con la gravedad que las circunstancias exigían, desafíos políticos y responsabilidades morales superiores a las de muchos de los funcionarios coloniales de una España que desaparecía ante el arrollador ejército napoleónico.

 

El acto de reasumir la propia soberanía popular en aquel imperio español en América, conformado como una aplastante sociedad de castas, con roles y oficios preestablecidos para cada mezcla de sangres y de razas, puso en marcha a poco andar, mecanismos de insurgencia y de participación popular de masas, jamás imaginados. Pero en aquellas vísperas todavía, eran unos pocos los que presionaban para saber de qué trataban las reuniones en el Cabildo aldeano, los que agitaban a la muchedumbre de paisanos y tenderos, y distribuían entre ellos las cintas rojas y blancas que identificaban a la Junta de Cádiz o tal vez las azules y blancas que cortadas en tiras del manto de la Virgen, simbolizaran la lucha tres años antes contra los invasores ingleses. Buenos Aires, en aquel mes de mayo de 1810, bullía de rumores y reuniones conspirativas en épocas en que cada vecino guardaba en la casa su fusil de chispa, y cuando el arma y el pertenecer a una organización militar de la reserva, que en la realidad operaba como un partido miliciano, donde los mandos eran democráticamente electos, le daban nuevos derechos a opinar y decidir sobre la cosa pública.

Resulta difícil imaginar ahora la tensión extrema de aquellos días en el interior de cada uno, el orgullo de las recientes victorias sobre el Ejército inglés en las invasiones de 1806 y 1807, el sentimiento y el orgullo de ser un español pero nacido en América, y sobre todo, ese vértigo de poder debatir y decidir sobre el propio destino…

 

Doscientos años después, estamos una vez más, sumidos en las incertidumbres, pero en vísperas de cambios trascendentales. El mundo Bipolar se ha derrumbado y los intelectuales formados en aquellos paradigmas, y a diferencia de los patriotas llegados de aquella lejana Chuquisaca, son incapaces de leer e interpretar los nuevos escenarios. En el mundo globalizado por las corporaciones transnacionales, la Argentina ha retornado al más crudo colonialismo, pero ahora encubierto por discursos progresistas, de manera tal que nuestra propia izquierda travestida hace innecesaria la existencia de virreyes. La sojización, la megaminería, las plantaciones de árboles y las pasteras, por último, la producción de agrocombustibles, son los nuevos Potosíes donde América es crucificada cada día al interés de los mercados globales por disponer de recursos naturales y creciente cantidad de comodities…

 

Tal es la encerrona ideológica que, hasta las procesos de supuesta rebeldía se embanderan con las imágenes ahora estereotipadas y vaciadas, del Che, de Evita o acaso de Tupac Amaru, mientras se rinde culto al extractivismo, al consumismo urbano, a los procesos tecnológicos y al crecimiento. El socialismo que conciben estas neomafias, generadas por un modelo absolutamente clientelar de la política y asistidas por una generación que pretendió ser revolucionaria y que se adaptó con funcionalidad al sistema globalizado, se basa en el productivismo a gran escala, y se conforma con maquilas en que los hombres dirigen o supervisan, mientras son la mujeres las que agachan sobre las máquinas, trabajando sobre la base de un salario fundado en planes asistenciales...

 

Si aquellos procesos que partieron de la gesta de mayo fueron esencialmente liberadores de las castas y de los roles impuestos por nacimiento o por herencia, los actuales procesos conducidos por la izquierda progresista, alientan por lo contrario las especificidades y las diferencias, elevándolas a categorías regidas por los propios códigos y convirtiendo la totalidad en apenas una sumatoria de fragmentos… Aquellos próceres de mayo, más allá de sus disidencias y enfrentamientos, se preocuparon por generar un proyecto de Nación hispano e indo americano. Éstos, por lo contrario, ya sea por incapacidad o por complicidad con las empresas transnacionales, carecen de todo proyecto que no sea profundizar la desmalvinización a la vez que la evidente indefensión militar de nuestro país, mientras continúan abjurando del concepto de Pueblo, y nos transforman en un inmenso mosaico de intereses, de usuarios y consumidores. Asistimos a una práctica absolutamente perversa por parte del progresismo en el gobierno, una práctica perversa y repetida, en que las minorías son exacerbadas en sus especificidades y en sus reclamos, mientras los mismos que las alientan a buscar sus propios caminos, se permiten ignorar que deberían ser ellos desde el Gobierno y desde el Estado, quienes deberían proporcionarles justicia o reparación en sus demandas.

 

En el caso de los pueblos originarios a los que la Constitución Nacional les asegura su tierra, su lengua y el respeto por sus costumbres ancestrales, hemos llegado a la situación límite en que por incompetencia o por malevolencia, sean los mismos funcionarios que no cumplen con los preceptos constitucionales, los que alientan la desmesura de una revisión del concepto de nación que conduzca a una posible plurinacionalidad de la Argentina.

No existe una derecha amenazante que nos obligue a estrechar filas por encima de todo debate, y aceptando la verticalidad de alguien que se siente predestinado para ejercer el poder y que no hace sino perderlo en cada batalla que genera. Si se afirman esas amenazas, son solamente groseras mentiras, en todo caso están confundiendo la oligarquía del primer centenario, con las oligarquías actuales, de las cuales son íntimos... y que refiero a Elsztain, a Grobocopatel, a Wertheim y a los Blaquier…

 

No es por otra parte, la Gran Bretaña la que alimenta la desmalvinización y la indefensión militar en la Argentina, al menos de manera directa... sino, una vez más, los progresistas… No necesitamos tampoco virreyes ni ejércitos de ocupación para mantener el actual status de semicolonialidad, porque es nuestra propia dirigencia política la que ha decidido cumplir ese rol… Menos aún, sería la mesa de enlace la que propicia la sojización, más allá de que la aproveche para ganar muchísimo dinero. Es nuestra propia dirigencia política la responsable de todas y de cada una de esas políticas, son nuestros propios intelectuales los que han traicionado todo pensamiento crítico y todo sentimiento nacional. Pero no son los intelectuales, los dirigentes políticos y los comunicadores de la derecha de los que no podríamos esperar otra cosa. No, son los dirigentes, los intelectuales y los comunicadores progresistas, en general provenientes de las luchas revolucionarias de los años setenta, los que con sus extravíos ideológicos nos conducen una vez más, a las puertas de la desintegración nacional. Mayo fue y seguirá siendo las vísperas de un cambio que de nuevo se presiente.

 

Estamos cansados de tanto desear un país mejor, cansados de repetir que otro mundo es posible, estamos cansados de anticipar los fracasos de una dirigencia irremediablemente corrupta… tal vez sea la hora en este bicentenario, de darle paso a una nueva generación que vuelva a pensar en términos de Pueblos y de proyecto nacional.

 

 Jorge Eduardo Rulli

http://horizontesur.com.ar/programa/

 


www.grr.org.ar

 

web ecologista de Luján

Nueva página web
 
www.mediocontaminados.com.ar
 
 
El contenido de esta página está centrado en las problemáticas ambientales de Luján, sus localidades y zonas cercanas, con información de interés de otros puntos geográficos. En este aspecto, ofreceremos una visión local de conflictos latentes lejos de nuestro partido, pero plagados de correlatos vernáculos. Otro eje temático serán las acciones, estudios, proyectos y buenas prácticas que aporten a un ambiente sano, con desarrollo sustentable. Se busca también la participación y difusión de información de interés de las organizaciones no gubernamentales ambientalistas de Luján y alrededores, mediante la publicación de sus actividades, reclamos, opiniones y contactos.


Ecologia: etcgroup

El cuerpo científico de Naciones Unidas llama a un alto
en los experimentos con el clima
Moratoria sobre geoingeniería, al Convenio de Diversidad Biológica

http://www.handsoffmotherearth.org/

Nairobi, Kenya – Una recomendación formal para establecer moratoria sobre
todas las actividades de geoingeniería se enviará al Convenio de Diversidad
Biológica (CDB) para que la consideren sus 193 gobiernos miembro al
reunirse en Nagoya, Japón, en octubre de este año.

Los gobiernos que asisten en Nairobi a la reunión del subcomité científico
del CDB (OSACTT 14, Organismo Subsidiario de Asesoramiento Científico,
Técnico y Tecnológico) acordaron la semana pasada circular esta
recomendación sin precedentes lograda con altísimo consenso. El OSACTT
también revisó y apoyó la actual moratoria sobre una de las técnicas de
geoingeniería, la fertilización oceánica, adoptada por el Convenio de
Diversidad Biológica en Bonn, en 2008.

La recomendación histórica del OCSATT 14 es la primera vez que un cuerpo de
la ONU se refiere a la regulación de la geoingeniería desde la adopción del
Tratado para prohibir la modificación ambiental en 1970 (ENMOD). El OSACTT
establece ahora que “ninguna actividad de geoingeniería relacionada con el
clima tendrá lugar hasta que haya una base científica adecuada para
justificar tales actividades y consideración apropiada de los riesgos
asociados para el ambiente y la biodiversidad y los impactos asociados
sociales, económicos y culturales.” (1) La propuesta de moratoria recibió
apoyo casi unánime con declaraciones fuertes de países en África, Asia,
Europa y América Latina. Sin embargo, la recomendación irá a la Conferencia
de las Partes 10 (COP10) del CDB en octubre entre corchetes, señalando que
el consenso no es absoluto. Al principio de la semana pasada parecía que el
acuerdo sobre el texto era unánime después de que algunas delegaciones
consultaron con sus capitales. Pero al final del día Canadá anunció
apologéticamente que no apoyaría el texto y solicitó que se colocara entre
corchetes para su consideración en Nagoya. Las decisiones en el CDB son
siempre basadas en el consenso.

“La moción sobre geoingeniería surgió como parte de la agenda sobre cambio
climático y biodiversidad” informó Silvia Ribeiro del Grupo ETC
(organización internacional de la sociedad civil) desde Nairobi. “Canadá es
la pesadilla de las negociaciones sobre cambio climático y nadie se llamó a
sorpresa al ver que fue el país que más objetó esta propuesta. La propia
delegación canadiense estaba avergonzada.”

La “geoingeniería” se refiere a cualquier esfuerzo humano de gran escala
para ajustar los sistemas planetarios al cambio climático. Incluye
propuestas para bombear sulfatos en la estratósfera, para bloquear la luz
del sol, o arrojar sales hacia las nubes para incrementar su reflectividad.
La semana pasada se dio la noticia de que un grupo de ingenieros y
científicos, llamado el Proyecto Silver Lining de San Francisco, planea
conducir un experimento de blanqueamiento de nubes sobre 10 mil kilómetros
cuadrados del océano.(2) El Grupo ETC solicitó aclaración de los detalles
del experimento y no ha recibido respuesta.

La geoingeniería también incluye transformar enormes áreas en la tierra o
en el mar con el fin de secuestrar el exceso de gases de efecto de
invernadero. Confrontando inminentes intereses comerciales, la reunión del
Convenio de Diversidad Biológica de 2008 adoptó lo que el ministro del
ambiente de Alemania (quien era presidente del CDB) llamó una “moratoria de
facto” sobre fertilización oceánica. Poco después de la adopción, sin
embargo, otro ministro alemán violó esa moratoria con un experimento de
fertilización del océano en el Océano antártico. La autorización del
experimento ocasionó rupturas dentro del gabinete alemán, debate en el
parlamento, una enorme protesta internacional y condujo a una fuerte
reafirmación de la moratoria por parte de los delegados de diferentes
gobiernos reunidos en Nairobi.

“La moratoria sobre fertilización oceánica es más fuerte que nunca”, afirma
Neth Daño del Grupo ETC, también en Nairobi. “Pero los defensores de la
geoingeniería van a contraatacar. Los grandes de la industria y de la
ciencia quieren presionar para que la geoingeniería sea el “Plan B” o se
convierta en salvoconducto para evitar la reducción de emisiones. Es una
gran mentira que ellos promueven, la de que podemos seguir explotando los
recursos y haciendo negocios como si nada.”

“Los geoingenieros van a estar furiosos con esta moratoria”, reconoce
Silvia Ribeiro. “Lo último que hubieran querido es que Naciones Unidas se
involucrara. Alegan que un puñado de gobiernos y corporaciones debería
poder avanzar libremente en la experimentación de geoingeniería sin una
supervisión internacional independiente. (3) En marzo, los geoingenieros
llevaron a cabo una conferencia por invitación en Asilomar, California,
para discutir “un código voluntario de conducta” que pudiera permitirles
auto-regular sus experimentos. (4) Los gobiernos aquí en Nairobi acaban de
decirles que no tienen el derecho de controlar el termostato del planeta”.

Reconociendo que los geoingenieros emprenderán una ofensiva importante de
cabildeo para evitar que la moratoria quede establecida con mayor firmeza
en Nagoya más adelante este año, el Grupo ETC se unió con más de cien
organizaciones de la sociedad civil para presionar a favor de ponerle un
alto a los experimentos de geoingeniería. La campaña No Manipulen la Madre
Tierra es una campaña global a nivel de base (en la que participan
individuos y organizaciones) y que está visible en el sitio de HOME,
http://www.handsoffmotherearth.org (pronto en español). Quienes la apoyan
incluyen a organizaciones de base, redes internacionales de campesinos y
pueblos indígenas así como reconocidos ambientalistas y activistas en pos
de justicia social como Vandana Shiva, Bill McKibben, David Suzuki y Naomi
Klein. (5).

“¿Cómo se atreven a reclamar el derecho de bloquear el sol, a pintar las
nubes. A cambiar la química del océano?”, exclama la autora canadiense
Naomi Klein que respalda la campaña HOME. “Miren cuánto petróleo se derramó
en el Golfo de México. Si hay alguna lección de este desastre es que no
podemos controlar los efectos de nuestra tecnología, y nuestra tecnología
no es capaz de remediar las perturbaciones de la tierra que nosotros mismos
desatamos. Es tiempo de que exista un poco de humildad colectiva ante las
tremendas fuerzas naturales, ya debemos abandonar nuestra arrogancia
ecológica”.

Notas para los editores:

1. El texto completo de la moratoria propuesta en OSACTT (Órgano
Subisdiario de Asesoramiento Científico, Tecnico y Tecnológico)
UNEP/CBD/SBSTTA/14/L9 se encuentra en línea en
http://www.cbd.int/sbstta14/meeting/in-session/?tab=2 . La sección
relevante dice :

(w) [Asegurar, en concordancia y en consistencia con la decisión IX/16 C,
sobre fertilización oceánica y biodiversidad y cambio climático, y de
acuerdo con el enfoque preacutorio, que ninguna actividad de geoingeniería
relacionada con el clima tendrá lugar hasta que haya una adecuada base
científica sobre la cual justificar tales actividades y consideración
apropiada de los riesgos asociados para el ambiente y la biodiversidad y
los impactos asociados sociales, económicso y culturales;] –traducción no
oficial.

2. Ver el boletín de prensa del Grupo ETC del 10 de mayo: Enorme
experimento de blanqueamiento de nubes se hace público; coalición global
exige prohibir la geoingeniería
http://www.etcgroup.org/es/node/5138

3. Ver por ejemplo, Lee Lane del American Enterprise Institute,
“Geoengineering Experiments should not require global agreement”, (los
experimentos de geoingeniería no deberían requerir acuerdo global) en
Enterprise Blog, 30 de marzo de 2010, disponible en
http://blog.american.com/?p=11895 o el testimonio del científico candiense
David Keith ante el comité parlamentario de ciencia y tecnología del Reino
Unido sobre la regulación de la geoingeniería:
http://www.publications.parliament.uk/pa/cm200910/cmselect/cmsctech/221/221.pdf

4. Ver el boletín de prensa del Grupo ETC del 11 de febrero de 2010 “Los
secuestradores del planeta desde arriba, llaman a una gobernanza desde
abajo”, http://www.etcgroup.org/es/node/5076. Ver también la carta abierta
de grupos de la sociedad civil oponiéndose a la conferencia de Asilomar
sobre geoingeniería, del 4 de marzo de 2010 :
http://www.etcgroup.org/es/node/5126

5. Para mayor información acerca de la campaña No Manipulen la Madre Tierra
y para ver la galería de cientos de personas que expresan su oposición a
los experimentos de geoingeniería, ver: http://www.handsoffmotherearth.org
(pronto en español).

Las consecuencias de los agrotóxicos

Se realizó una jornada sobre los agrotóxicos y sus consecuencias


Miércoles, 28 de Abril de 2010 20:54-San Jorge Noticias.



Fue organizada por un grupo de sindicatos preocupados por la salud de los trabajadores y el aumento de casos de patologías graves en sus obras sociales.

 

  “Pretendemos intervenir en el debate sobre el glifosato en la soja transgénica. No es casual que nos sumemos. Nuestras obras sociales registran un inusual y progresivo aumento de determinadas patologías entre nuestros representados. Ese es un dato objetivo y comprobable. Sabemos que ese incremento de graves enfermedades y niños nacidos con malformaciones coincide con el tremendo aumento del cultivo de la soja en nuestro país, y en Santa Fe en particular, y el proporcional aumento del uso del glifosato”.

  La frase pertenece a Enrique Héctor Terny, Secretario General del Sindicato Argentino de Trabajadores de la Industria Fideera (SATIF), en el discurso de apertura de la jornada denominada “Agroquímicos y pesticidas. Su utilización y efectos nocivos para la población”, realizada en la tarde del miércoles en el Complejo Cultural municipal de nuestra ciudad.

  Un grupo de gremios con representación en nuestra ciudad, entre los que están el de fideeros, molineros, empleados de comercio, de la carne, camioneros y UPCN organizaron la jornada en el marco del 39º Congreso General Ordinario de Delegados del SATIF.

  En su discurso, Terny había afirmado previamente que “el derecho a la salud y a la vida es el primer derecho humano, y cobra especial significación cuando se trata de los trabajadores, ya que de su salud depende su capacidad para ganarse su sustento y el de su familia. Y esto nos legitima en el debate”.

  Y concluyó aseverando que “sabemos que es una cuestión que toca poderosos intereses económicos… sin embargo tenemos claro que, si llegamos a la conclusión que está en riesgo la salud y la vida de los trabajadores, no nos temblará el pulso para enfrentar los que privilegian sus intereses económicosEs mil veces preferible un daño al patrimonio de algunos que un daño a la salud de las personas”.

La jornada

  Los expositores en la actividad realizada en nuestra ciudad fueron el Dr. Ángel Bracco, médico general de San Jorge; María Isabel Cárcamo de la Red de Acción en Plaguicida y sus alternativas para América Latina (RAPAL); y Enildo Iglesias, Secretario General de la Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación (UITA).

  Cárcamo e Iglesias (foto derecha) desarrollaron “La experiencia con la soja en Uruguay”. Las agrupaciones a las que representan realizan estudios y acciones conjuntas referidas al tema desde hace varios años.

Bracco y su evaluación local

  El doctor sanjorgense, primer expositor en la jornada, habló sobre “su experiencia en el consultorio”. Remarcó un aumento importante de patologías de la tiroides, de trastornos en la piel, de disfunciones endócrinas y sexuales, y de patologías oncológicas.

  “No hay cifras oficiales pero se puede palpar claramente el enorme aumento de casos de cáncer”, aseguró Bracco. Y repasó registros oficiales de defunciones en San Jorge y las causas de la misma, según el certificado de defunción. Luego de aclarar que los datos son menores a los reales porque los médicos no detallan las causas de muerte, dijo que en 2007, del total de muertes el 17% menciona al cáncer como causa, en 2008 el 16%, en 2009 el 26%, y en lo que va de 2010 el 31% lo hace.

  Como conclusión, resaltó la necesidad de plantear un debate amplio y serio sobre el tema (sin negar la producción), de realizar estudios epidemiológicos que hoy no existen, de que el estado controle las fumigaciones, de determinar límites de fumigación, de una legislación justa y de realizar medicina preventiva.
 



Centro de Protección a la Naturaleza
Coordinación de la Red Nacional de Acción Ecologista (RENACE)
Belgrano 3716 - CP 3000 - Santa Fe - tel. 0342 4531157
www.cepronat-santafe.com.ar