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Consumidos Dr.Guidos

En este contexto de desigualdad y de consumismo sin límite, debemos intentar discernir qué es lo imprescindible, intentarlo es ya una gran victoria. Esto, que parece sencillo, es extremadamente difícil, porque en todo momento y lugar estamos expuestos a la influencia de la publicidad, de la moda, del márqueting, etc., y porque lo tenemos totalmente interiorizado y asumido. Y porque no estamos hablando solo de un hecho concreto, consumir, sino de un estilo de vida. El consumismo es aquello que necesita la economía capitalista para mantener y aumentar su ritmo de crecimiento y beneficios. Y la mejor manera de asegurar el funcionamiento de este mecanismo es conseguir su “funcionamiento automático”. ¿Automatico? Haciendo que lo interioricemos, lo asumamos sin cuestionamientos ni críticas. Ahora al nivel de consumo se le llama “nivel de vida”, y consumir es “bienestar”. Vivimos en una sociedad de consumo, la “única” sociedad posible, y además la mejor, porque es la sociedad del bienestar. Por eso resulta tan difícil cuestionar el consumo, porque consumo significa bienestar, y cuando se toca el consumo lo que se están cuestionando son las expectativas de bienestar que tienen las personas. “Consumo, luego existo”, es el primer axioma intocable del que derivan todos los demás.

Para muchos de nosotros todo parece muy complicado, no se puede hacer nada, ni influir en nada, porque los problemas son muy grandes y muy complejos. Podemos estar comunicados por redes informáticas que conectan todos los puntos del mundo, podemos enviar todo tipo de nave al espacio, pero no podemos construir pozos de agua potable para todos, o acabar con el trabajo infantil, la enfermedad de Chagas, el dengue, la malaria...???
No nos engañemos aquí no hay problemas técnicos, sino opciones políticas No nos engañemos, ni dejemos que nos engañen. Es indiscutiblemente más difícil técnicamente la carrera espacial que los pozos de agua potable, pero es una prioridad, aunque de lo primero no dependa ninguna vida humana, y de lo segundo sí. ¿Por qué será que es más “fácil y sencillo” hacer aquello que siempre beneficia a los mismos, y “complicado” aquello que beneficia a los más pobres y débiles...?
Muchos de los pequeños actos cotidianos que hacemos refuerzan este proceso de inhumanización que sufre nuestro mundo. Existen mecanismos, trampas que funcionan de manera automática y casi autónoma y que, si no existe cuestionamiento y lucidez, refuerzan y agravan esta lógica que querríamos combatir. Por eso es necesaria una “resistencia” continua, porque con unas horas a la semana no haremos nada...

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