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ECOLOGIA y SALUD PUBLICA: textos

 

Material para leer

 

 

 

 

Hablando de pastos, se me acusará de mezclar la paja con el trigo, por supuesto. La autora del libro que se menciona (Marie-Monique Robin) realizó un prolijo trabajo (que produjo un libro y un film documental, que merecen leerse y verse, respectivamente) sobre las andanzas de los franceses en(tre otros país) Argentina. Una política de Estado represiva que surgió con la Libertadora pero fue sostenida por -digamos- los "sobrevivientes" a ella, que le dieron el último impuso antes de que se terminaran de entronizar en el gobierno, sin mediaciones de ningún tipo (me refiero, claro, al Somaten del General, y su Triple A, devenida en Las tres Armas, al decir de Rodolfo Walsh, la víspera de su asesinato). Uno viene diciendo; el problema no son las retenciones sino el modelo. Retenciones sí o no (que uno dice sí) pero sin discutir el modelo de producción (entre otros aspectos del modelo, o entre otros modelos, como por ejemplo el de exclusión) no es lo que hay que hacer. Decidir construir hospitales (más allá de la discusión que podemos tener sobre su necesidad, y más allá de la que debemos tener sobre su prioridad frente a otras inversiones del sistema de salud) para -como dice la autora del artículo de opinión en el Boletín Oficial, no faltará quien remarque -entonces- su (de él) amplitud- llenarlo de afectados por las consecuencias del modelo, no es lo que uno debería respaldar. En mi humilde opinión. Hace años que venimos denunciando esas consecuencias en este aspecto, más el estado del sistema de salud, que luego de años y años de disimulación, comienza a mostrar su deterioro intencional. Y hay que decir que cuando hubo una ley completamente adecuada, se la tiró al bombo y aun está soterrada en algún cajón de este Congreso, que como decía alguien hace casi un siglo, termina siendo la hoja de parra que tapa la "desvergüenza" del sistema.

Crisis son oportunidades. No ponernos de pie en ésta es soportar nuevamente el sometimiento. Ya hay información suficiente, ya han surgido otras voces. Es hora de ver la realidad y definir qué hacemos, sin comprar fatalidades binarias. No van a ser los delincuentes los que nos digan donde está la tibieza y donde la firmeza.

Un saludo

Gonzalo

 

 

 

 

OPINION

Non sancto

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-106919-2008-06-29.html

En el centro del negocio mundial de la soja y los pesticidas –que van de la mano– hay una multinacional norteamericana especializada en alta toxicidad. Una serie de investigadores denuncia a Monsanto por el sistema con que opera, que deja un tendal de monocultivo, deformaciones genéticas y enfermedades, y que quiere hasta patentar a los chanchos.

 Por Alicia Dujovne Ortiz *

 

 

 

Desde París

“Hace más de veinte años que recorro el mundo, y en todas partes he oído hablar de esta multinacional norteamericana, a decir verdad bastante mal. Quise entender de qué se trataba y navegué por Internet durante meses. Es así como he descubierto que Monsanto representa una de las empresas más controvertidas de la era industrial, porque siempre ocultó la extremada toxicidad de sus productos. ¿Qué pasa hoy? ¿Nos dicen la verdad sobre esos OGM? ¿Podemos creerles cuando nos dicen que las biotecnologías resolverán el problema del hambre y de la contaminación del medio ambiente? Para responder a esas preguntas, retomé mi bastón de peregrina y viajé a lo largo y a lo ancho de tres continentes. Hoy estoy segura de que no debemos dejar que esta empresa se apodere de las semillas, vale decir, de la alimentación mundial.”

La autora de esas palabras, Marie-Monique Robin, ya había tomado su bastón de peregrina para ocuparse, entre otras cosas, de la presencia en nuestro país de la OAS, la organización paramilitar argelinofrancesa que a través de la Triple A exportó a la Argentina sus escuadrones de la muerte. Hace unos pocos meses Robin publicó un libro decisivo, El mundo según Monsanto, de la dioxina a las OGM, una empresa que nos desea el bien, y realizó un documental donde cuenta la historia de estos no menos espeluznantes escuadrones. Según sus declaraciones, los telefonazos insultantes recibidos a raíz de su primer texto fueron juego de niños en comparación con los aprietes que le valieron meterse con Monsanto.

No es la primera vez que se denuncia a esa empresa, pero sí es la primera en que el desenmascaramiento llega, por fin, a una cadena televisiva de tanta difusión como la francoalemana Arte, que transmitió hace poco el filme de Robin. Ya en el año 2000, Isabelle Delforge había publicado, en Bruselas, Alimentar al mundo o el agrobusiness, donde revelaba el engranaje oculto de Monsanto. Para escribir estas líneas me he guiado por los trabajos de Robin, de Delforge y del investigador Raoul Marc Jennar, de la Urfig/Fundación Copernic, que, como nuestro Premio Nobel Alternativo, el doctor Raúl Montenegro, tampoco se queda corto al analizar todo lo que en Monsanto resulta non sancto.

¿Merece Monsanto la calificación de “necroempresa” con que muchos la adornan? El siguiente relato parecería confirmarlo. Si a principios del siglo XX, los “mercaderes de la muerte” fueron la compañía alemana Krupp, la británica Vickers y la francesa Schneider-Creusot, Monsanto los reemplazó simbólicamente en 1945. En primer lugar, al asociarse, dentro de la Chemagrow Corporation, con la IG Farbenfabriken que había sostenido financieramente al nazismo en los años treinta y fabricado el gas para Auschwitz diez años después. Es cierto que una empresa no tiene por qué meterse a fisgonear en lo que han hecho sus socios, antes de haberlos frecuentado en carne y hueso; sobre todo si esa empresa está basada en un criterio de rentabilidad, acaso incompatible con el de humanidad, como el que el propio Edgar Monsanto Queeny, presidente de Monsanto desde 1943, manifestó con una sinceridad casi conmovedora: “I am a cold, granitic believer in the law of the jungle”.

Esta sociedad transnacional comenzó a hacerse célebre por ella misma, y no por sus malas compañías, durante la guerra de Vietnam y a causa de su tristemente célebre “agente naranja”. Destinado a desherbar la selva para impedir que los vietcong se escondieran entre sus vericuetos, el agente naranja, fruto de la combinación de los elementos 2,4-D y 2,4,5-T, fue difuminado en dosis gigantescas desde las avionetas norteamericanas. Pequeño problema, al fabricar este herbicida surge un producto derivado conocido como TCDD o dioxina, “impureza” que no puede ser eliminada y que provoca malformaciones del feto, transformaciones genéticas y cáncer. La hierba vietnamita murió, en efecto, de un solo saque, pero los seres humanos siguen muriendo de a poco hasta el día de hoy. En 1988, diecisiete años después del bombardeo desherbante, las sustancias tóxicas seguían presentes en la fruta y la verdura repletas de dioxina. “No nos nacen bebés sino monstruos”, exclamó un médico partero, el doctor Le Diem Huong, al tomar entre sus manos a un recién nacido de cuya carita salían los órganos genitales.

Penetrar los entretelones de Monsanto no es tarea difícil. Convencida de su derecho a llenarse los bolsillos, y fiel a la sinceridad de su fundador, la empresa no se traga la lengua. “Nuestro objetivo es la captación de toda la cadena alimentaria”, declaran sin ambages sus máximos representantes, refiriéndose a una dominación que les asegura el control absoluto de las distintas poblaciones por su lado más débil, el vientre. Las predicciones de Aldous Huxley y de Georges Orwell quedan reducidas al tamaño de un poroto, obviamente de soja, al lado de esta posesión de lo comestible que se manifiesta por medio de una curiosa idea: patentar la vida.

¿Cómo se obtiene la patente de algo que, con inconmensurable ingenuidad y en nuestra calidad de seres vivos, hemos creído nuestro? Desde la semilla “Terminator” (admitamos que el nombre es un hallazgo) hasta la producción de pesticidas y herbicidas, de hormonas de crecimiento y de organismos genéticamente modificados, altamente tóxicos y cancerígenos (¿pero acaso un “granítico frío” se achicaría ante tan nimio detalle?), se trata de inventar y de producir todo lo susceptible de ser comercializado en forma óptima, vale decir, sin el menor prejuicio de carácter ético. Ejemplo: crear especies vegetales Monsanto que resistan a los pesticidas y herbicidas Monsanto, y sólo a ellos. Dependencia asegurada: para garantizar la producción, no queda más remedio que desherbar y apestar con esas sustancias específicas y no con otras. Cada semilla genéticamente modificada es propiedad de su inventor, patentada y protegida por las reglas de la Organización Mundial del Comercio. La modificación genética puede ser tan ínfima y, por ende, tan insospechable, que el campesino que compra una semilla cualquiera, y la siembra sin suponer siquiera quién está por detrás, se expone a una persecución judicial. Es lo que acaba de sucederles a los campesinos mexicanos que sembraron maíz, tal como lo vienen haciendo desde mucho antes de Moctezuma. Un buen día les cayó encima Monsanto, a quien desde ese momento no me extrañaría que le llamaran Mondiablo. “Esa semilla es nuestra –les dijeron–. Ustedes no tienen derecho a utilizarla porque está... patentada.”

Terminator se llama así porque termina con las hierbas salvajes, y también con todo intento de autonomía agrícola. Gracias a la introducción de un gene autodestructor, la dichosa semillita sólo germina una vez, de modo que el campesino está obligado a comprarse otras todos los años, en vez de tomarlas de su cosecha anterior como lo tuvo por costumbre desde siempre. Aunque Monsanto haya anunciado que retira del mercado su semilla con nombre de juego electrónico para adolescente con cerebro lavado, otras firmas la comercializan, en particular su genio creador, la Delta & Pine Land Co. Sin contar con que la tecnología Terminator tiene como treinta patentes distintas, compradas por unas cuantas transnacionales agroquímicas que tampoco se andan con chiquitas. Transnacionales que, con Monsanto a la cabeza, extienden la práctica a todas las especies vivientes que puedan servir como alimento o como medicamento de origen vegetal, pero también animal. Esto último no es broma: Monsanto ha presentado una solicitud de patente para cerdos que, de ser aceptada, le permitiría cobrarle una suma por chancho a cada propietario de chiquero, en la Argentina, en Eslovenia y en Dakota del Sur.

Monsanto, fundada en 1901 por John Francis Queeny y así llamada en homenaje a su esposa, Olga Méndez Monsanto, ha debido enfrentar, y algunas veces perder, unos cuantos procesos. Los veteranos norteamericanos de la guerra de Vietnam, encargados de pulverizar el agente naranja pero incapaces de evitar que el mismo chorro les cayera a ellos; la asociación vietnamita de víctimas del agente naranja, que denuncia a Monsanto y a otros diez fabricantes de herbicidas por crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra; una Madre Coraje paraguaya, Petrona Talavera, entrevistada por Robin y cuyo hijo Silverio, como tantos otros Silverios argentinos, brasileños y paraguayos, súbditos de la “República unida de la soja”, murió envenenado bajo una lluvia de pesticidas; o la asociación bretona Aguas y Ríos, que acaba de reaccionar con santa indignación a una página de publicidad donde se exaltan los beneficios del célebre Roundup, causante de la fuerte contaminación de los ríos bretones y enérgicamente denostado, por sus claros efectos cancerígenos, durante el Grenelle del Medio Ambiente que tuvo lugar en Francia hará dos o tres meses; todos ellos han presentado sus quejas y hasta, en raras ocasiones, obtenido justicia. Nada de lo cual detiene a la necroempresa: en la actualidad, Monsanto es el líder planetario en la producción de glifosato, un herbicida total comercializado bajo la citada apelación de Roundup. La semilla de soja genéticamente modificada que le va como anillo al dedo se llama Roundup Ready y es, qué duda cabe, resistente al herbicida del mismo nombre.

Lo cual, de modo indefectible, nos lleva a preguntarnos: ¿y por casa?

Según datos publicados por este mismo diario, en la Argentina de 2007 la cosecha de soja transgénica llegó a los 47 millones de toneladas y abarcó 16,6 millones de hectáreas, rociadas con 165 millones de litros de glifosato. Los agronegocios basados en la soja transgénica desalojaron, en los últimos diez años, a 300.000 familias de campesinos e indígenas que fueron a engrosar los contingentes de las nuevas Villas Miseria. Un número aún indeterminado de peones perdió su trabajo, y su sueldito de hambre, porque el cultivo de la soja no requiere de muchos brazos. El avance de la soja obligó a desmontar 1.108.669 hectáreas de bosques en cuatro años, con el consiguiente empobrecimiento de la tierra en poco tiempo más. Las compañías que se han beneficiado con el negocio sojero son, por supuesto, Monsanto, pero además Dupont, Syngenta, Bayer, Nidera, Cargill, Bunge, Dreyfus, Dow y Basf, entre otras. Mientras tanto, las malformaciones de fetos, los abortos espontáneos, el aumento del cáncer en vastas zonas de nuestro país, y la aridez inexorable para dichas zonas, no regadas con lo mismo que en Vietnam pero casi, apenas si entran en las discusiones que nos agitan desde cien días atrás.

En el libro de Robin, el capítulo dedicado a la Argentina da frío en la espalda. Todo empezó con Menem a principios de los noventa, en medio de un coro de alabanzas oficiales y privadas a las biotecnologías que contribuirían a “ganar la guerra contra el hambre y a proteger el medio ambiente”. Al principio, las “semillas mágicas”, vendidas muy baratas, a pagar después de la cosecha y fácilmente sembradas con siembra directa sobre los residuos de la anterior, tuvieron el efecto de un canto de sirenas. Frente a la crisis de 2001, el boom mundial de la soja transformó el oro verde en “refugio y motor de nuestra economía”. Algunos comenzaron a comprender, lo cual no garantizó la durabilidad de su inteligencia: “Asistimos a una expansión sin precedentes del agrobusiness en detrimento de la agricultura familiar”, se lamentaba en 2005 un Eduardo Buzzi entrevistado por la investigadora. Sin embargo, las ganancias alcanzaban cifras astronómicas y un programa de “Soja solidaria”, implementado en las villas, pretendió taparles la boca a los pocos aguafiestas que entendieron la trampa.

Hoy tampoco son muchos los que lo saben ni los que lo difunden: la aparición de biotipos que ya no son tolerantes al glifosato obliga a aumentar las dosis de herbicidas. Consecuencia (aparte de las muertes fetales precoces): disfuncionamientos de la tiroides, de los pulmones, de los riñones, malformaciones genitales en los varones, nenas de tres años que ya tienen la regla. “Un verdadero desastre sanitario”, según el doctor Darío Gianfelici, médico de un pueblito entrerriano que ve lo que sucede y que se anima a decírselo, por lo menos, a una francesa, felizmente dispuesta a meter sus narices donde nadie la llama. ¿Habrá previsto el doctor en 2005 que sus palabras nunca serían escuchadas tal como hoy lo son las de un comprovinciano suyo, autor de la mejor frase acuñada en la Argentina en lo que va del siglo, “las vacas morirán de pie”, y para quien, frente a las cámaras, pibe más, pibe menos que nazca enfermo no es un tema que importe?

¿Pero para quién lo es? De memoria sabemos que el productivismo frenético del campo acrecienta la hambruna y la desnutrición en los países pobres, provoca el éxodo rural, la desertificación, la destrucción de los ecosistemas, introduce enfermedades por ahora incurables en las plantas, los animales y los seres humanos, y produce una “contaminación genética” de consecuencias imprevisibles. Con todo, es necesario machacarlo: cuando los responsables políticos sienten la más olímpica indiferencia hacia la seguridad sanitaria de sus respectivas poblaciones, y cuando la investigación científica se ve obligada a venderse al poder privado, la organización mercantilista del mundo gana por varios tantos.

Por sentido de la equidad, y porque el enriquecimiento desorbitado de un puñado de gente me da dentera, desde el comienzo del conflicto he apoyado las tan cacareadas, baladas o mugidas retenciones; y no puedo menos que felicitarme de que con esa plata, la Presidenta se proponga construir hospitales. Sin embargo, tampoco puedo menos que acongojarme al comprobar que los dimes y diretes entre el Gobierno diz que bifronte, y los cuatro jinetes del Apocalipsis, reunidos al grito de mozo jinetazo ahijuna, no hayan tenido en cuenta que, si se sigue sembrando nuestra tierra con semilla transgénica y espolvoreándola con los pesticidas que son su media naranja, ni los nuevos hospitales darán abasto. Toda redistribución de la riqueza que no le imponga las más draconianas trabas legales a Monsanto y a la sojización del territorio sólo será otro modo, por cierto no exclusivamente argentino, de una sola y misma complicidad.

 

* Periodista y escritora; su último libro es El camarada Carlos.

__._,_.___

 

 

Horizonte Sur

Los Domingos de 11 hs. a 12.50 por AM 870 Radio Nacional calle Esmeralda 555

Ciudad de Buenos Aires

 

domingo 29 de junio de 2008

EDITORIAL DEL DOMINGO 29 DE JUNIO DE 2008

 

No es este un momento de blancos y negros, a pesar de la demagogia fácil y

de la ayuda que le brindan a esos climas, algunas crispaciones

reaccionarias. No es un momento de blancos o negros, al menos en el campo

del pensamiento. El campo del pensamiento es un campo diferente al otro

campo, ese campo que unos reivindican sin merecerlo, porque arriendan a

otros la tierra que poseen y porque se visten con ropa de campo para

impresionarnos, una ropa que es la moda paqueta en las nuevas ciudadelas de

los sojeros de cuatro por cuatro. Ese campo, que otros se permitieron

ignorar largamente, apoltronados en sus torres bizantinas de la gran ciudad

y que ahora los obliga de hecho a cambiar el lenguaje y a proponerse

abordar, conceptos tan extraños y exóticos a su vida urbana, como pooles,

siembra directa, glifosato, monocultivos, semillas, alimentos, etc. Cientos

de intelectuales se desmayan por el esfuerzo terrible de comprender qué esta

pasando.Las regresiones así, se han generalizado y el camporismo se moviliza

desde sus pasadas impotencias y desde las capas profundas de la cebolla que

es este país de cuestiones no saldadas, y hasta vuelve a colocar sus

estandartes en la Plaza de los dos Congresos: FAR y Montoneros son nuestros

compañeros! Un escenario realmente cinematográfico. Estamos en medio de una

guerra fantasmal, con banderas espectrales y enfrentando enemigos que

inventamos. No estamos en medio de la historia dramática de la Argentina

contemporánea, sino en medio de la más terrible y lamentable de las farsas.

Tal como dice en joda mi amigo Pelusa, que maneja las claves del pensamiento

vasco: para qué vamos a discutir el problema si lo podemos resolver a las

piñas? Bueno, parece que en este país, lamentablemente, esas doctrinas han

hecho escuela, aunque ahora las piñas se parezcan más a esos sonoros

bofetones de los payasos en el circo. .

 

Pero, volvamos al campo del pensamiento para aclarar algunas cosas y vayamos

luego al campo real o rural, ese mismo que está desapareciendo

aceleradamente. El campo del pensamiento que debería ser un campo complejo,

hoy es un monocultivo. Existen pocas ideas nuevas y las viejas se reusan,

pero más por haber quedado pegados al pasado que por espíritu de reciclaje.

En el campo del pensamiento político, el glifosato también ha hecho

estragos. El campo del pensamiento rinde culto a la agricultura industrial,

a la escala y a la monotonía, y las solicitadas de los intelectuales nos dan

pena. Llegaron a la cita tarde y además se equivocaron de lugar, no aciertan

con el discurso adecuado, los viejos manuales de Marta Harnecker o de

Georges Politzer con los que se formaron en los años sesenta y setenta, y

seguramente muchos años de academicismo en los reinos de la franja morada,

les marcaron esa pesadez intelectual que los muestra torpes y morosos frente

a los acontecimientos. Así como durante años buscaron un sujeto capaz de ser

el protagonista de la historia y lo hallaron en los piqueteros, ahora buscan

y necesitan una clase enemiga y también la han encontrado, es la patética

Sociedad Rural del siglo XXI. Sí, el enemigo sería entonces, para ellos, una

vez más, la sempiterna oligarquía vacuna. el problema del 'campo', con el

gobierno es, nos dice el estudioso Eduardo Baualdo, entre otras cuestiones

la expresión de la decisión tomada por el conjunto del gran capital en

Argentina de terminar con el proceso de redistribución de la riqueza.

Desde muy antiguo la idea misma del conocimiento ha tenido diversas

acepciones, Parménides oponía la vía de la verdad a la vía de la opinión, y

Platón a su vez, distinguía la doxa de la episteme. O sea que, mientras unos

ponían el acento en "la opinión" que los griegos llamaban doxa, que refería

a las creencias razonables, conocimientos aparentemente superficiales,

aquellos que no ofrecían certezas absolutas, otros pensadores enfatizaban en

cambio a la episteme que eran, aquellos conocimientos indubitables,

supuestamente los verdaderos conocimiento de la realidad del mundo de las

ideas. No son discusiones banales, algunos filósofos dicen que desde

aquellos tiempos hasta el presente, en materia de filosofía, no se hicieron

sino comentarios acerca de los grandes temas del pensamiento que

aquellos filósofos expusieron. De hecho, las opiniones del común de

las personas

sobre la vida política se han terminando distanciando del pensamiento

político y en especial académico. Nosotros mismos reiteradamente, hemos

propuesto volver al sentido común, sentido común que, en cierta medida,

podríamos asimilar a la antigua doxa de los griegos. Los movimientos

populares abrevaron siempre en la tradición oral, en la sabiduría

transmitida de una generación a otra, mientras las clases dominantes se

hicieron fuertes en el pensamiento académico y en los instrumentos más

fiables del conocimiento, entre los cuales contaríamos a la estadística. Los

movimientos populares optaron siempre por las anécdotas cargadas de

significados, la palabra anécdota proviene del griego inédito, de

manera que carga un sentido de algo no oficializado o marginal. Las

anécdotas han sido siempre, parientes cercana de la parábola y de la

fábula, y se las puede

equiparar a las narraciones y relatos que en épocas antiguas aportaban a que

la sabiduría, la sabiduría y no el conocimiento, perdurara en el tiempo.

 

Ciertas formaciones políticas recibidas, nos conducen a que analicemos la

realidad de tal manera, de hallar siempre una clase social a la que

enfrentar. Esa formación nos obliga también a encontrar el sujeto necesario

para el cambio. Si encontramos esa clase social enemiga las cosas se ordenan

y sabemos contra quién estamos luchando. Si el poder de esa clase

social se basa en la tenencia tradicional de la tierra, es evidente

que la situación

se aclara cada vez más, y nos resulta sencillo deducir que una posible

solución gira en torno a algún tipo de reforma agraria que distribuya la

tenencia de la tierra, socialice la renta agraria y genere nuevos sujetos

que permitan construir una sociedad diferente. Este sería un pensamiento

acabado y con una secuencia reconocible. Podríamos añadir que en esta mirada

aplicada a la Argentina de la crisis del campo, entra perfectamente, la

posibilidad de que el enfrentamiento con esa clase social implique, la

amenaza de un golpe de Estado o al menos de una situación de riesgo para las

instituciones..

 

Cuál sería el otro pensamiento, cuál sería la otra mirada que opondríamos

desde la observación, desde el sentido común y el anecdotario que recogemos

de nuestra propia experiencia de caminar la realidad y que mucho se parece a

la antigua doxa? A lo largo de los últimos años, afirmamos que en los

noventa, el traspaso de tierras de la Provincia de Buenos Aires había sido

el mayor de su historia. También dijimos que nuevos actores aparecieron con

un tipo de empresa gerencial adecuada a la agricultura industrial, y aunque

confirmamos que estos agronegocios se insertaban en el viejo nicho histórico

de la oligarquía, entendimos que eran otra cosa y que no se lo podía

asimilar al pasado de manera alguna, si pretendíamos comprenderlo.

Dijimos también que no importaba que los antiguos nombres patricios,

estuviesen

presentes en las nuevas sociedades, que desde ya dábamos por cierto que

ninguna clase se suicidaba, pero que el reciclaje de la oligarquía en estas

nuevas empresas para la agricultura industrial, implicaba una ruptura en la

continuidad histórica de la vieja oligarquía vacuna pastoril y que era

necesario advertir ese cambio para no equivocar el diagnóstico. Dijimos

también que en todo caso la nueva oligarquía era el Agronegocio ligado a las

corporaciones y que esa nueva plutocracia, que ya no sería propiamente una

oligarquía, se hallaba absolutamente ligada a las políticas de Estado,

políticas de las que es beneficiaria y a las que diseñó; así como ligada a

las muchas instituciones del Estado a las que ha colonizado, tales como la

SAGPYA, el INTA y el SENASA. En este modelo de pensamiento desde ya que no

existe el riesgo de que se pongan en peligro las instituciones, en la medida

en que el Agronegocio continúa siendo el modelo imperante de dominio y de

explotación de los recursos, modelo que los diversos gobiernos de la

democracia, a su vez parte de otra Corporación asociada y apropiada del

Poder, han venido aceptando, profundizando y naturalizando. Desde estas

perspectivas, la crisis actual anuncia una reconfiguración del modelo y de

las fuerzas actuantes, en la medida que el complejo aceitero y de

Biocombustibles pone en riesgo y modifica, los equilibrios actuales de la

Republiqueta Sojera. En esta mirada, es importante comprender cuál es

el rol del país en los marcos de la Globalización, comprender la

importancia de los

modelos de las nuevas dependencias que determinan nuestras vidas, y

comprender que la soja no es solo un sistema global, sino que es

también, el instrumento de la nueva colonización.

 

Si proyectamos estas opiniones nuestras, no llegamos a la Reforma agraria

clásica, ya que nos importa mucho más el uso que la tenencia de la tierra.

En todo caso, llegaríamos a una legislación estricta de manejo del suelo,

que supedite su tenencia al uso apropiado o que le fije el rol según una

plan adecuado a las necesidades de los argentinos del mañana. El mismo

Gustavo Grobocopatel, en algún reportaje ha dicho que ellos, los grandes

sojeros, consiguieron democratizar la agricultura, porque ahora cualquiera

la puede practicar, aunque no sepa cómo y aunque no viva en el campo,

siempre que tenga el dinero y los contactos para entrar en los pooles o en

el fideicomiso que ellos nos ofrecen. Esta idea de una agricultura no ya sin

agricultores, sino una agricultura como empresa industrial a cielo abierto,

es clave para comprender la ideología del Agronegocio que actualmente

nos agobia. Las posturas de la izquierda clásica no están demasiado

distantes de

esa mirada supuestamente progresista. Las propuestas habituales de Reforma

agraria, bajo el intento de socializar la tierra, en realidad lo que se

proponen es ampliar la base social del modelo sojero sin intención alguna de

repoblar el campo, ya que se sabe que no tendría sentido y hasta sería

suicida, el hacer soja y vivir en la chacra con la familia.

 

Yo siento que estos debates a que nos obliga el amigo Verbitsky desde Página

doce y el estudioso Basualdo desde su panel en la Biblioteca Nacional, en

cierta medida han quedado saldados por los acontecimientos habidos en la

última semana. Las acusaciones contra el complejo sojero aceitero y las

Corporaciones exportadoras ha quedado probadas a partir de los debates en la

Cámara de Diputados, las denuncias de la ONCA e inclusive los propios

reconocimientos de los implicados respecto a que le cobraban al productor en

concepto de retensiones, cantidades mucho mayores que las que luego se

devolvían al Estado. El escándalo es realmente gigantesco y nos da razón

cuando tendíamos a minimizar el conflicto, el papel de presunta oligarquía

de la Sociedad Rural y además, ridiculizábamos el circo de la plaza de los

dos congresos. Lo mismo ocurre con el informe que realizara la Secretaria de

Ambiente, Romina Picolotti. Su exposición acerca de las consecuencias

ambientales del modelo de la soja le proporciona un respaldo total a las

denuncias que venimos realizando desde hace muchos años, respecto a que este

modelo hipoteca el futuro de los argentinos. La soja no es un cultivo, la

soja es un genocidio. Hace ya muchos años le dejamos por escrito al

Procurador General de la Nación: Dr. Esteban Righi una carpeta en que la

introducción, decía lo siguiente:

 

"La creciente expansión de los monocultivos de soja RR ha barrido con los

cinturones verdes de morigeración de los impactos que rodeaban los pueblos.

Estos corredores estaban generalmente constituidos por montes frutales,

criaderos de animales pequeños, tambos y chacras de pequeños agricultores.

Ahora los monocultivos llegan a las primeras calles de las localidades y las

aerofumigaciones impactan en forma directa e inmisericorde sobre las

poblaciones. Las máquinas fumigadoras se guardan y se lavan dentro de las

zonas urbanas contraviniendo toda norma de prevención, los

aerofumigadores suelen decolar de los aeroclubes de las propias

localidades y cruzan los

pueblos chorreando venenos cuando se dirigen o cuando retornan de sus

objetivos, sin que la autoridad municipal lo impida. Los granos se almacenan

por razones de comodidad de los sojeros, en enormes silos ubicados

generalmente en zonas céntricas de los pueblos, y diseminan con el venteo de

los granos partículas tóxicas que afectan el corazón de las pequeñas

urbanizaciones. Caravanas de miles y miles de camiones cargados de porotos

cruzan los pueblos ribereños hacia los puertos, dejando a su paso regueros

de muerte en las poblaciones que viven a orillas de las rutas".

"La agricultura industrial de la soja es sinónimo de desmontes, degradación

de suelos, contaminación generalizada, degradación del medio, destrucción de

la Biodiversidad y expulsión de poblaciones rurales. Sin embargo, puede

haber consecuencias aún mucho más horrendas. Creemos haber descubierto a

partir del caso de las madres del barrio Ituzaingó Anexo de la ciudad de

Córdoba, los elementos necesarios para confirmar una vasta operatoria de

contaminación sobre miles de poblados pequeños y medianos de la Argentina.

Se esta configurando una catástrofe sanitaria de envergadura tal, que nos

motiva a imaginar un genocidio impulsado por las políticas de las grandes

corporaciones y que solo los enormes intereses en juego y la sorprendente

ignorancia de la clase política, logran mantener asordinado. El cáncer se ha

convertido en una epidemia masiva y generalizada en miles y miles de

localidades argentinas y el responsable es sin lugar a dudas el modelo

rural".

 

Publicado por Conducción y Producción: Jorge Eduardo Rulli, Bernardo

Elffman, Wanda Galeotti y el Grupo de Reflexión

 

 

 

 

UNA CARTA ABIERTA DESDE LA TIERRA

 

Agobiados por la angustia de estos últimos 100 días transcurridos desde que

comenzara la llamada Crisis del campo, y, con el espíritu de no continuar

este riesgoso camino de enfrentamientos suicidas, el GRR se dirige a todos

aquellos ciudadanos que se sienten rehenes de un conflicto que los supera y

que los ha puesto en la disyuntiva de optar por hallar "un culpable" o por

tomar o crear un partido. Les proponemos compartir una reflexión que nos

ayude, no solo a entender el presente, sino especialmente, a tomar

conciencia del futuro inmediato.

 

Las evidencias técnicas de las últimas década indican que al ritmo del

crecimiento de la agricultura actual, en apenas una generación NOS

QUEDAREMOS SIN TIERRAS AGRÍCOLAS, es decir, con suelos INCAPACITADOS DE

SEGUIR PRODUCIENDO ALIMENTOS EN CALIDAD Y CANTIDAD PARA NUESTRO PUEBLO. Pese

a que las cifras de las empresas de agronegocios y el gobierno

nacional, nos propone este camino como una oportunidad histórica, lo

que NO están

diciendo, en medio de una Crisis que oculta la reconfiguración de las

dependencias argentinas a los mercados globales, es que este crecimiento

económico está siendo subsidiado fuertemente con la FERTILIDAD de las

tierras agrícolas argentinas.

 

Uno de los problemas más difíciles para los ciudadanos suele ser visualizar

el suelo, o sea la tierra agrícola, como un ecosistema. Cuando hablamos de

ecosistema, inmediatamente nos imaginamos un bosque. En la Patagonia, por

ejemplo, la naturaleza es buscada en los Parques Nacionales, en los

bosques que rodean los lagos, como si la estepa con sus coirones y

neneos, fuera

irrelevante. Es difícil a veces demostrar que un pastizal es un ecosistema

aunque sea el paisaje más conocido por la mayor parte de los

argentinos. Un bosque, en cambio, es percibido por el común de la

gente, sin mayor

esfuerzo, como un ecosistema. Remarcar esto es muy importante, porque

aquello que atenta contra el "bosque", al ser el bosque visualizado como

ecosistema por los ciudadanos, es rápidamente identificado como una amenaza

hacia el patrimonio de todos. Ante el avance de la frontera agropecuaria,

muchos habitantes urbanos "sienten" que están desmontándose "sus" bosques

chaqueños, y que están destruyéndose "sus" ecosistemas. Al reconocer el

bosque como un ecosistema, nos "duele" el desmonte, nos "duele" la tala de

un quebracho o de un algarrobo. El ciudadano común suele percibir al bosque

como un patrimonio "suyo". Pero no como un "suyo" mezquino, sino como un

"suyo" social y común a todos y por lo tanto, se experimenta el desmonte

como algo amoral o delictivo.

 

Lo cierto es que la tierra agrícola (o suelo), al igual que el bosque,

también es un ecosistema, con elementos bióticos y abióticos, con flujos de

materia y energía, con miles de pequeños organismos vivos productores y

consumidores, con estratos, con biodiversidad, con riqueza: podríamos

resumir por analogía "la tierra o suelo es un caso particular de

bosque"(ecosistema). Es fácil visualizar los efectos de una fumigación, una

pala mecánica o una motosierra sobre un bosque, pero no es tan fácil

advertir los daños que la agricultura produce dentro de la tierra,

sencillamente porque no podemos percibirlos, no podemos "verlos" a simple

vista.

 

Es fácil entonces, visualizar el desmonte, pero no lo es tanto, la pérdida

de diversidad biológica de la tierra agrícola. Podemos entender que el

desmonte constituye una "pérdida de hábitat" para las especies silvestres, y

nos ponemos tristes cuando desaparecen los Yaguaretés y los Tatú carreta.

Son mamíferos, y por su similitud con nosotros o por su aspecto

simpático o enternecedor, podemos conectarnos mejor con ellos. Pero

nos resulta casi

imposible comprender la importancia que los microorganismos terrestres o

acuáticos o los insectos tienen para nuestras vidas. A veces, hasta nos

resultan desagradables, porque no sabemos de sus beneficios. Siguiendo

nuestra analogía de la tierra con el bosque, podemos afirmar que la

agricultura industrial en realidad, está generando una "pérdida de hábitat"

para los organismos de la tierra agrícola, que son a su vez, los encargados

de fabricarla. Si desaparecen los organismos que la fabrican, nos quedaremos

con tierras mucho más pobres. Perderemos el ecosistema, porque perdemos a

los organismos que lo generan.

 

Si entendemos que la tierra es un "sistema viviente", por consecuencia,

vamos a experimentar la pérdida de lombrices, por ejemplo, como un

crimen. Cuando nos manifestamos a favor del "salvemos a las ballenas",

deberíamos

reclamar aun mucho más todavía, "salvemos a las lombrices" o "salvemos a los

microorganismos del suelo". Si podemos comprender que la tala de quebrachos

es una actividad de extracción "minera", entonces entenderemos también, que

la devastadora extracción de fósforo y de nutrientes, junto a la silenciosa

pero implacable devastación de la vida contenida en los suelos, llevada a

cabo por las actuales prácticas agrícolas industriales, es igualmente dañina

para la tierra, tal como lo son las minas de la Alumbrera en Catamarca o las

que amenazan con poner en marcha en el resto del noroeste y la cordillera de

los Andes.

Si comprendemos los "servicios ambientales" que brinda el bosque, tales como

la producción de oxígeno, la mitigación del clima y de los picos de

inundación, la conservación de la biodiversidad, la retención de carbono, la

producción de alimentos, fibras y otros bienes, etc., etc., podremos

comprender asimismo, los "servicios ambientales" que brinda la tierra, en

los mismos términos. Es decir, la idea de desmontar el Amazonas nos produce

pavor, en parte porque existe una cierta idea de que el planeta entero

depende de masas boscosas como la selva amazónica. La humanidad, estaría en

serio riesgo si avanzara el desmonte del Amazonas, tal como pareciera

intentar el afán progresista del gobierno brasileño. Pero la tierra agrícola

como ecosistema que se está degradando aceleradamente, debería generarnos la

misma o mayor conmoción. La humanidad está en grave peligro si se pierden

las características ecosistémicas de los suelos. La fertilización química no

es jamás, un sustituto del ecosistema perdido, como la forestación con pinos

y eucaliptos no es un sustituto de la selva perdida. Destruir el ECOSISTEMA

SUELO, resulta tan nocivo para la humanidad, como destruir el ECOSISTEMA

SELVA AMAZÓNICA.

 

Esta aproximación al tema rural, que proponemos, nos exime de seguir la

línea argumental del Sistema de Mercado, es decir, de las explicaciones

económicas habituales. Sólo con las explicaciones económicas, no es

suficiente para tomar plena conciencia del grave peligro en que se

encuentra la sociedad nacional. Las explicaciones y disputas

económicas actuales son

incompletas en sí mismas, porque ni las estadísticas ni los triunfos

bursátiles reflejan estas consecuencias. Tampoco ofrecen salida, pues

apuntan a la mera obtención de rentabilidades. Este sistema carece de todo

porvenir. Los tiempos de la naturaleza, los tiempos biológicos del

ecosistema tierra agrícola, no tienen nada que ver con los tiempos de los

agronegocios, tiempos cada vez más cortos de producción, compra, uso y

desechado de los materiales, tiempos acelerados a expensas de los

ecosistemas agrícolas y de abuso irracional de la energía. Tampoco, los

tiempos ecológicos se ajustan a los tiempos políticos, apremiados siempre

por las futuras elecciones, incapacitados para generar proyectos

nacionales, enceguecidos por los mitos del crecimiento sin límites...

Tal vez, nos pueda

dar la clave para una correcta lectura de lo por venir, lograr entender lo

que pasa en esa humilde maceta que tenemos en nuestro balcón, y cuya tierra

por falta de cuidados, se apelmaza irremediablemente.

 

Con las lógicas del mercado seguiremos naufragando en el remolino de viejas

discusiones retóricas. Hay que despegarse de los discursos que convocan a la

"nueva derecha", a la "nueva izquierda" y a cualquier otro intento de hacer

más de lo mismo, aunque venga con maquillaje verde. Hay que prepararse para

encarar un futuro SIN CRECIMIENTO ECONÓMICO, y con desarrollos humanos

acordes a lógicas ecosistémicas. Es imperativo comenzar a pensar en términos

de una economía de escala local, de recuperar el Estado y la Soberanía

Alimentaria a partir de los municipios. Debemos prepararnos para

afrontar un futuro sin petróleo, y en especial, una agricultura sin

aportes químicos,

regida por LAS LEYES Y LOS TIEMPOS DE LA NATURALEZA. Sabemos que eso es

posible y también sabemos que es la alternativa para que las futuras

generaciones puedan tener una posibilidad de vida digna. En este sentido,

debemos defender la idea de que el DECRECIMIENTO ECONÓMICO es porvenir y

vida posible, y que lo que ahora nos proponen no tiene destino. Recuperemos

el valor de uso del ecosistema tierra y de los bienes que obtengamos

de ese ecosistema, abandonando el valor de cambio, impuesto por la

globalización

económica del capital, que solo mide la ganancia en el tonelaje destinado a

mercados anónimos e insaciables. Dotemos de nuevos contenidos filosóficos al

término "valor". Será, en todo caso, el "valor del ecosistema tierra del que

formamos parte", no solo como una mera extensión del "valor de la vida", en

sentido ontológico, sino también como "valor" de supervivencia de la especie

humana, en inevitable interdependencia ecológica con la tierra. Eso no tiene

precio. O quizá, ése sea, el precio de nuestro futuro. RECORDEMOS QUE EL

SUELO ES PATRIMONIO DE TODOS, TAMBIEN DE QUIENES AUN NO HAN NACIDO. NO ES UN

RECURSO A SER EXPLOTADO PARA OBTENER MAYORES RINDES Y CONCENTRACIÓN DE

GANANCIAS.

 

Junio de 2008

 

Publicado por Conducción y Producción: Jorge Eduardo Rulli, Bernardo

Elffman, Wanda Galeotti y el Grupo de Reflexión en 15:44 0 comentarios

miércoles 25 de junio de 2008

 

 

 

 

No, Pablo. Acá es todo así. O todo como sí. Es como si nos arrepintiéramos pero abonamos la teoría de los demonios. Es como si fuéramos democráticos pero endiosamos a Ernesto Sábato. Es como si reivindicáramos a la lucha de los '70 pero nos parece bien (muy bien) que se ponga en cana gente por pedir comida o protestar frente a la legislatura (tan pero tan bien que lo ponemos como ejemplo de amplitud). Y si se secuestra a un compañero (para peor que ya había sido secuestrado en los '70) decimos que está en la casa de la tía. Es como si hubiera justicia pero cada compañer@ debe testificar o declarar en 10, 15 y hasta 20 juicios que podrían unificarse, y deben recordar sus torturas y violaciones, e incluso pasa que se los trata como acusados. Es como si no hubiera pobres porque prohibimos que se diga que hay pobres. Es como si no reprimiéramos las protestas, pero los baleamos, los atropellamos, los denunciamos, los perseguimos y los encarcelamos. Y si alguien los mata, lamentamos pero no mucho y no hacemos nada. Es como si condenáramos el asesinato de Maxi y Darío, pero tenemos de ministro de justicia y derechos humanos a un tipo que fue parte del equipo que los mató (como secretario general de presidencia), y el mismo día tuvo el caradurismo de decir que "se mataron entre ellos". Es como si siempre nos hubiera importado pero nunca, pero nunca dijimos nada. Es como si hubiéramos promovido la anulación de las leyes de impunidad pero hasta último momento estuvimos en contra y bien en contra y cedimos cuando se nos iba al carajo. Es como si reivindicáramos las jornadas del 19 y 20 pero en esa época corríamos y apaléabamos a los asambleístas y ordenábamos a los patoteros que los corrieran hasta las casas y no los dejaran salir. Es como si quisiéramos que no haya monocultivo de soja pero apostamos a cobrar de ella para pagar la deuda externa (deuda que además contraemos para hacer hospitales que no hacen falta sino para contraer nueva deuda externa). Es como si fuéramos democráticos y amplios pero no permitimos ni media voz disidente. Es como si estuviéramos contra el grupo Clarín, pero les damos exclusividades, y protegemos a Ernestina de los juicios.

Es todo como si. Así que no, Pablo. Lo lamento.

La copa, la copa (llena de sangre)

Se mira y no se toca

Un saludo

Gonzalo

 

 

¿Y si devolvemos la Copa?

 

(AW). Pablo Llonto, uno de los periodistas que más investigó sobre lo ocurrido durante el Mundial 78, se pregunta sobre la legitimidad del triunfo argentino en fútbol y la responsabilidad de todos aquellos protagonistas del campeonato de la dictadura.

 

Buenos Aires, 29 de junio de 2008 (Por Pablo Llonto, especial para la Agencia Walsh). No es una historia más de la dictadura. Aunque parezca un Mundial de Fútbol, lo ocurrido en junio de 1978 es una sombra que se desliza por todos los hogares argentinos. Es curioso. Casi no existen símbolos en las ciudades que recuerden aquella Copa. Dicen que en algún pueblo del Norte un hotel aún lleva el nombre "Mundial 78". En Buenos Aires, cuesta hallar un gauchito, un poster de los campeones. Que les pregunten a los jugadores del seleccionado que capitaneaba Passarella cuánto tiempo tendrá que transcurrir para que no sientan la condena que acompaña cada reportaje sobre 1978. Ni toda el agua bendita del mundo alcanzará para lavar las culpas de un hecho deportivo que a todos nos parece intragable.

 

En pocos días se jugará en River "La otra final, el partido por la vida y los derechos humanos". Será el 29 de junio. El instituto "Espacio para la memoria" intentará que el match entre futbolistas de hoy vs. Estrellas de ayer sea "un evento que permitirá difundir lo que se intentó tapar con el fútbol en la Argentina de la dictadura militar: los campos de concentración como la ESMA, que funcionó a pocas cuadras del estadio de River, y las denuncias que se hacían en el exterior por violaciones a los derechos humanos".

 

Si el país decidiera prestarle atención a este encuentro, podríamos hablar del inicio de un reconocimiento colectivo que buena falta nos hace. El fútbol y sus dirigentes y protagonistas (con las excepciones del caso) jamás le pidieron perdón a los desaparecidos. Que tres décadas después tengamos la fortuna de escuchar las primeras voces sobre el tema estará bueno.

 

Pero que se nos permita una duda. O más.

 

¿Pedirá perdón Julio Humberto Grondona el presidente de la AFA desde 1979, que un año antes era el tesorero de la Asociación durante los tiempos de la canilla libre de dólares?

 

¿Pedirá disculpas la Editorial Atlántida por la triste carta inventada al capitán de la selección holandesa en la que el jugador le decía a su hija que de los fusiles de los soldados argentinos salían flores?

 

¿Hará un acto de contrición el entrenador Menotti por no haber aprovechado su momento de gloria para repudiar a los militares?

 

¿Deplorarán los dueños de los medios de comunicación sus editoriales nacionalistas y mentirosos de entonces?

 

 ¿Pondrá Sergio Renán las cosas en su sitio y recomendará que su película "La Fiesta de Todos" sea exhibida varias veces en la TV Pública bajo una leyenda que diga "así no debe hacerse nunca más el cine argentino?

 

¿Se inmolará Félix Luna cuando observe la filmación en la que se lo aprecia arriba de un balcón mientras caen papelitos y se afirma que los argentinos ganamos el Mundial para demostrarle al mundo qué buenos somos?

 

¿Reclamará Ernesto Sábato un cura y un confesionario para decirles que se averguenza de haber cerrado la ceremonia de premiación de los campeones con todos los uniformados en las bien servidas mesas?

 

¿Editará el Comité Ejecutivo de la AFA un nuevo libro de Memorias señalando que uno de los más grandes errores de nuestro deporte fue promocionar al marino Carlos Lacaste como representante argentino en los estrados de la FIFA aún en los tiempos democráticos?

 

¿Renunciará al Comité Olímpico Argentino (COA) su presidente Julio Cassanello, ex intendente de Quilmes durante la dictadura y quien dentro de unas semanas presidirá la delegación celeste y blanca que concurrirá a los Juegos Olímpicos de China 2008?

 

 ¿Seremos capaces de reconocer como sociedad que durante el frío mes de junio fuimos algo así como preservativos de un régimen verde oliva que usó el Mundial para mostrarnos derechos y humanos?

 

¿Revelaran los popes de la publicidad argentina los nombres y apellidos de los autores de las odiosas frases que engalanaban nuestras infantiles y adolescentes horas frente a la TV? ("Los argentinos somos derechos y humanos", "Argentina país de paz" "Argentina trabaja y avanza") 

 

¿No deberíamos golpear las puertas de la sucia FIFA y devolverles la sucia Copa del Mundo 78?

 

AGENCIA DE COMUNICACION RODOLFO WALSH

 

 

 

 

Gonzalo, solamente reflexiones, despues de leerte.....................                                                                       

 

(JUNIO DEL 78, FUTBOL SUDOR, DOLOR Y QUIMERA)

 

Animémonos…………….y SI, me parece bien,  devolvamos la copa del mundial 78……………..hagamos un paréntesis en nuestra agitada y desenfrenada vida materialista, después de disfrutar de paseos por el shopping de la ciudad o de comprarnos el último pantalón Levis color negro. Tratemos de parar un poco nuestra rueda de la fortuna y miremos el auto último modelo del vecino y la casa pintada de blanco y barnizada de bronce, porque………aceptemos,  no tenemos nada de blanco a esta altura del partido…….ni los árboles, ni los muros del baldío, ni los pasacalles de la ultima elección, si a seis meses ya es olvido.

Nada es tan blanco, tampoco tan azul, ni colorado en la timba del sentimiento.

Qué color nos representa, aunque nos quede el celeste y blanco de las banderas en los actos patrios, los partidos de fútbol o los cortes de rutas.

Otra vez,  la pelea entre argentinos, de uno y otro lado del alambrado, con soja o girasol de la aceitera, con planes trabajar y niños sin leche de madre……..pero con universidades y fundaciones y clase política acomodada.

Porque somos así, por cumplir un sueño, dejamos la ilusión y la vida en la Plaza de Mayo y bajo un farol de hierro forjado, luego basta  un minuto de silencio para convencernos que se puede devolver el orgullo y el aire a los pulmones de ese joven tucumano.

Pero mucho pido si pido el recuerdo de esos días tibios del mes de  junio, cuando todos asistíamos a la plaza San Martín para ver pasar al puñado de escoceses que desde tan lejos, venían a emborrachar sus penas y conquistar un gol que nunca pudo.

Si había gritos que no oíamos.

Si pegábamos calcomanías en nuestros autos, porque éramos “derechos”, aunque crecíamos torcidos y hasta re-torcidos .

Si Sábato salía en la foto …………..

Si sabemos que hoy no sabemos quiénes en la oscuridad estaban torturando o matando.

Si Julio López no aparece y llora por la fe que lo mantuvo en pie 30 años para terminar en las mismas manos y de la misma forma.

De qué FE me hablan?

De qué lado estoy?  De cualquiera, de ambos lados, soy ambigua, me muevo en el barro, chapoteo en el agua bendita de las iglesias y me persigno y hago promesas y rezo y disimulo que yo no grité ningún gol de Argentina en el mundial 78.

Tampoco recuerdo si miré a los jugadores italianos desde el televisor de esa casa de barrio Maipú, compartiendo pizza y cerveza junto a un amigo desaparecido aunque fuera policía, pero derecho y humano.

Porque mi panza llegó a término y hoy es un hombretón de más de 30, pero la panza de Liliana, hoy hace muchísimas noches dejaron de ver la luna, porque fueron número puesto de algún secuestro absurdo en esos años setenta.

Y simplemente porque no entendimos el mensaje es que hoy, tal vez, tengamos que seguir compartiendo la incertidumbre de no saber quién fue quién en la noche de la dictadura.

Porque seguimos mezclados y no nos importa, porque somos nosotros, otros, los de entonces, y sólo vemos a Tinelli bailando al ritmo del remate de cuerpos y  de la efímera fama.

Porque hoy está lleno de Jorges, (aunque Videla haya uno solo) pero otro perdió el crédito de la confianza y terminó destruyendo la esperanza de una mejor salud para Alta Gracia.

Si hasta Jorge L. Borges apostó al conjuro de los pueblos unidos en el sueño de un mejor futuro.  Porque no es justo que se mezcle sangre con pan y vino o Fernet y Coca Cola…………..aunque de eso, sabemos todos y apostamos al olvido.

Graciela Ghirardi

Cordoba.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CUMBRE DE LOS PUEBLOS DEL SUR:

 

¿Por un Modelo Productivo que garantice la soberanía alimentaria de los Pueblos?

 

DECLARACION DE POSADAS - MISIONES

 

Desde la Cumbre de los Pueblos del Sur ?Por un modelo productivo que

garantice la

Soberanía Alimentaria de los Pueblos? reunida en Posadas ? Misiones, República

Argentina, los días 27 al 29 de Junio de 2008, ratificamos firmemente

nuestra convicción y apuesta política en la integración de los Pueblos

de América, como medio para profundizar la democracia y cambiar el

modelo de desarrollo para hacer posible la

verdadera realización de los derechos humanos en su integralidad.

 

El modelo de desarrollo que las políticas neoliberales han venido

implementando en la

región continua promoviendo la degradación ambiental, la

profundización de la exclusión social, el desalojo de los campesinos y

pueblos originarios de sus tierras con la contrapartida de

extranjerización de los territorios y las desigualdades en nuestros

países.

 

La expansión de los monocultivos (soja, eucaliptus, pinos y caña de

azúcar) promueve la explotación no sustentable que acelera la

destrucción masiva de la naturaleza, el cambio climático y el riesgo

de catástrofes naturales. El auge de los agrocombustibles que ahora

se fomenta para sostener el patrón de consumo de los países

industrializados,

profundizará estas consecuencias devastadoras para el medio ambiente y

para nuestros

pueblos.

 

En contrapartida, defendemos la soberanía alimentaria, cuyos

principios articulan

políticas de autonomía productiva en base a las necesidades de los pueblos, y no

supeditadas a las demandas del mercado mundial. Es urgente implementar

reformas agrarias integrales basadas en los principios de la soberanía

alimentaria y territorial de los pueblos campesinos e indígenas.

 

Nos oponemos a la construcción de más represas en la región (Corpus,

Garabí, Santo

Antônio e Jirau-Rio Madeira, Belo Monte, entre otras) muchas de ellas

incluidas en la

Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional de

Sudamérica (IIRSA)

destinadas fundamentalmente a reforzar el modelo exportador de

recursos naturales

generando nueva deuda social y ecológica. Apoyamos la presentación de

las Medidas

Cautelares presentadas a la OEA por los afectados por la construcción

de las grandes

represas (Yaciretá y Belo Monte) por las violaciones a sus Derechos

Humanos. El proceso de integración energética en curso debe ser

desarrollado a partir de la recuperación de la soberanía sobre los

recursos energéticos de la región. Este proceso debe basarse en el

fortalecimiento de las empresas estatales de energía, la

nacionalización de los recursos estratégicos y la utilización de la

renta así conseguida en la construcción de un desarrollo sustentable

con políticas de redistribución del ingreso y la construcción de

nuevas matrices a partir de fuentes renovables de energía, donde la

prioridad sea garantizar el acceso digno de todos los habitantes del

continente a los bienes energéticos.

 

Demandamos la urgente renegociación de los Tratados de Itaipú y

Yacyretá con el fin de establecer un precio justo por la energía

pagada al Paraguay. Es necesaria también una auditoria de la deuda

resultante de los injustos términos de los tratados firmados por

los gobiernos dictatoriales del Paraguay, Brasil y Argentina.

 

Consideramos que el Banco del Sur representa una oportunidad de cambio

en la lógica

económica actual. Exigimos que los gobiernos garanticen el acceso público a la

información y la participación social en las decisiones del Banco. En

este sentido,

asumimos desde los movimientos y organizaciones sociales el desafío y

la tarea de hacer que esta herramienta esté al servicio de las

necesidades de los hombres y mujeres de nuestros pueblos.

 

Expresamos nuestro apoyo al proceso de Auditoría Integral del Crédito

Público iniciado en Ecuador y manifestamos nuestra expectativa de que

contribuya al logro de justicia para los pueblos y el fin de la

dominación y el saqueo instrumentado a través de la deuda. Al mismo

tiempo que vemos con beneplácito la intención política de Bolivia y

Venezuela de retirarse del CIADI y solicitamos a los países del

MERCOSUR que participan del mismo, a seguir este ejemplo.

 

La integración de los pueblos implica, para nosotros, considerar las

diferencias entre

los mismos como una expresión de la diversidad cultural, a la vez que

un desafío para que a través de la complementariedad y la solidaridad

mutua se conquisten mejores condiciones de vida para todos. El combate

a las asimetrías no puede agotarse en medidas compensatorias y

desarticuladas, sino que debe contribuir a resolver los problemas

estructurales que impiden la autonomía y el bienestar de nuestros

pueblos.

 

Asimismo es urgente implementar políticas de estado que apunten a proteger a las

comunidades y las estructuras políticas locales de la ofensiva de los

grandes intereses

económicos nacionales y transnacionales que a través de la corrupción

influyen en el

rumbo de los gobiernos y las políticas públicas en favor propio.

 

Una vez más, rechazamos todas las formas de discriminación, basadas en

el género, las

razas y etnias, la orientación sexual, las creencias o religiones, las

ideologías, el

origen, o cualquier otra distinción que menoscabe los derechos de las

personas y limite

el ejercicio de la ciudadanía.

 

La integración que queremos requiere la inclusión de la diversidad de

los sujetos

sociales y culturales basada en el reconocimiento de los territorios

de los pueblos y

naciones indígenas, que inclusive muchas veces sobrepasan las

fronteras de los Estados

nacionales.

 

Las instituciones del MERCOSUR deben garantizar la transparencia y el

acceso a las

informaciones substanciales de las negociaciones y deben incluir mecanismos que

viabilicen el diálogo e interacción entre pueblos y gobiernos,

estimulando formas de

democracia participativa y control social.

 

Exigimos que los presidentes del MERCOSUR se expidan urgentemente

sobre la vergonzosa Directiva de Retorno recientemente aprobada por la

Unión Europea, que implica una flagrante violación a los derechos

humanos y a todas las normas internacionales que los protegen pues

permite la detención por hasta 18 meses de los migrantes

indocumentados y su expatriación así como la de su familia, incluyendo

los niños menores de edad.

 

Todas las personas deben tener garantizado el derecho a migrar y gozar

de todos sus

derechos en el país de destino (en particular sus derechos sociales y

laborales). Pero

defendemos también el derecho que todas las personas tienen a no

migrar, a poder elegir

quedarse en su tierra, en su comunidad y no verse empujado a emigrar por motivos

económicos o políticos. La garantía de este derecho a no migrar esta dada por la

transformación del modelo productivo que camine hacia el fin del

hambre y la pobreza y la soberanía alimentaria.

 

En el marco de la necesaria democratización de la justicia en nuestros

países, defendemos una amplia política de acceso a una justicia

independiente de los demás poderes y de la influencia de los

intereses económicos.

 

Denunciamos el avance de la criminalización de la protesta social en la región,

estimulada por las llamadas Leyes anti-terroristas promovidas por la

administración Bush e implementadas por diversos gobiernos de la

región. Pedimos la derogación urgente de estas leyes y el fin de la

criminalización de los líderes sociales del campo y la ciudad

perseguidos y procesados ? en particular en esta región, a muchos de

los que resisten el avance de las represas, como a los pobladores del

Barrio El Brete, aquí en Posadas, Misiones.

 

Es urgente también el fin del proceso y liberación de los seis

ciudadanos paraguayos

detenidos en Argentina por tratarse de una persecución política y una

violación de los

derechos humanos fundamentales, solicitando el respeto a los acuerdos

referentes al asilo político. Pedimos justicia y castigo a los

responsables de los asesinatos de Carlos

Fuentealba, Maximiliano Kosteski y Darío Santillán. Exigimos la

aparición con vida de

Julio Lopez. Los presidentes del MERCOSUR deben poner especial empeño

para resolver esta situación.

 

Rechazamos el reinicio de las operación de la IV Flota de los Estados

Unidos en las aguas del Caribe y el Atlántico Sur, con el objetivo de

mantener el control militar sobre la región actualizando viejas

prácticas imperialistas sobre América Latina. Exigimos, así

también, el fin de los ejercicios militares conjuntos y la presencia de marines

estadounidenses en el Paraguay.

 

Así mismo, demandamos de los gobiernos de la región el inmediato

retiro de las tropas de Haití y de la MINUSTAH (Misión Militar de ONU)

en su conjunto.

 

Las organizaciones y movimientos sociales de los países del Mercosur

reunidos en Posadas ratificamos nuestra voluntad de seguir impulsando

una verdadera integración que permita construir la soberanía desde y

para los pueblos del Sur.

 

En el marco de la profundización de la democracia en la región,

exigimos el rápido avance del juicio y condena a los genocidas de las

dictaduras militares. Y en particular pedimos justicia en el proceso a

los asesinos de Alfredo González, Decano de la Facultad de Ciencias

Exactas de la UNAM, brutalmente torturado y asesinado por el régimen

militar argentino, y dedicamos esta Cumbre a su memoria.

 

Posadas, Argentina, 29 de junio de 2006

 

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Federación Agraria se desgaja

Pedro Cerviño era hasta la semana pasada el jefe del Departamento de Desarrollo Rural de la entidad que encabeza Eduardo Buzzi. Es una figura emblemática del modelo de agricultura familiar, opuesto al monocultivo. Sus razones y quiénes lo siguen.

Por David Cufré

“Hay momentos donde los objetivos ya no son los mismos”, se lamenta Pedro Cerviño, un “cuadro” histórico de la Federación Agraria que acaba de dejar su puesto como jefe del Departamento de Desarrollo Rural de la entidad. “Fue de común acuerdo”, asegura el dirigente. Cerviño llevaba al seno de la cámara que conduce Eduardo Buzzi la voz de los pequeños campesinos que no participan de la fiesta de la soja, sino más bien la padecen. Productores de cinco, diez o veinte hectáreas que se dedican al cultivo de maíces, porotos, hortalizas, batata, calabaza y zapallo, entre otros, y a la cría de llamas, ovejas, cabras, chanchos, pollos y vacas lecheras. Su vida y su cultura se encuentran atadas a la producción de alimentos. Pero están en competencia directa con el modelo de agronegocios reinante, que los desplaza para ocupar sus tierras con soja. Las autoridades de Federación Agraria eligieron unirse a Sociedad Rural y dar la pelea por quienes están volcados de lleno al monocultivo. Eso les está provocando el desgajamiento de sus bases ligadas a la agricultura familiar y de figuras como Cerviño.

“La Mesa de Enlace no representa a los pequeños productores. Sólo atiende sus intereses”, sentenció Cerviño en diálogo con PáginaI12. “No puede representarnos porque defendemos modelos de desarrollo agropecuario distintos. No tenemos nada que ver con Sociedad Rural y Confederaciones Rurales”, insistió.

–¿Cómo quedó su relación con Federación Agraria?

–Nuestros objetivos ya no son los mismos. En el pasado hemos coincidido y otras veces disentimos. No voy a hablar mal de nadie. Cada uno debe actuar de la manera que lo crea mejor.

Cerviño comprobó la diferencia de estar de un lado o del otro. Fue el último martes en el Congreso. Diputados de Coalición Cívica, PRO y el radicalismo se sumaron al coro de productores sojeros que les gritaban a él y a otros representantes del Foro Nacional de Agricultura Familiar (Fonas) para que se callaran y dejaran que las comisiones de Agricultura y Presupuesto se ocuparan sólo de la Resolución 125 de retenciones móviles. No tuvieron la oportunidad de exponer su problemática y sus reclamos al Gobierno como lo habían hecho un día antes –con un silencio reverencial de los diputados– los presidentes de las cuatro entidades ruralistas y Alfredo De Angeli.

Lo que tenían para decir, cuenta Cerviño, es que las retenciones móviles actúan como un freno a la sojización, sobre todo en las provincias del norte argentino y en regiones y campos donde sería más rentable social y económicamente volcarse a la producción de alimentos. Pero también que el incremento en los derechos de exportación a la soja no resuelve todo el problema ni mucho menos, sino que se requiere que el Estado lleve a la práctica una política muy activa de incentivo de otras producciones. “Es la forma de garantizar la soberanía alimentaria”, opina el dirigente, quien fue al Parlamento en su condición de coordinador nacional del Fonas. Esta entidad agrupa a unas 300 organizaciones de todo el país de “pequeños productores, minifundistas, chacareros, colonos, medieros y comunidades de pueblos originarios”, como ellos mismos se definen.

Entre ellas figuran el Mocafor (Movimiento Campesino de Formosa), una de las líneas del Mocase (de Santiago del Estero), Cirujas (de La Matanza, en el conurbano bonaerense) y el MAN (Movimiento Agrario de Misiones). Esta última entidad es asociada a Federación Agraria y también se encuentra en conflicto con Buzzi y compañía. De Angeli los descalificó semanas atrás, cuando dijo que se oponían al lockout de las cuatro entidades porque el Gobierno les ofreció ayuda. “No sé qué les ofrecieron y se fueron con ellos”, atacó. “Un arrendatario de 650 hectáreas en Entre Ríos no es un pequeño productor”, le devolvió Benigno López, titular de Mocafor.

“Las retenciones móviles son necesarias para frenar el avance de la soja. No tiene sentido que se la siembre en provincias como Chaco, Salta, Santiago del Estero, Catamarca y La Rioja, con bajísimos rindes. Y encima se quejan. En esa zona debería haber producción animal y alimentos para el consumo”, explicó Cerviño. Pero agregó que al mismo tiempo se requiere de una batería de incentivos públicos a la agricultura familiar. “Hacen falta políticas de infraestructura, de salud, de vivienda, de educación y de inversión para agregar valor”, detalló. Por ejemplo, dijo, habría que desarrollar una red de pequeños frigoríficos estatales para que los productores de llamas, cabras o corderos puedan faenarlos allí y no entregarlos a intermediarios a precios de remate.

“No queremos que los productores faenen en el fondo de su casa en condiciones antihigiénicas, sino que tengan un lugar adonde hacer chacinados, carne envasada y demás productos con valor agregado”, graficó Cerviño. “Necesitamos plantas de transformación para que el productor en lugar de vender aceitunas a granel comercialice aceite de oliva, o para transformar la harina en trigo, para disecar y empacar hortalizas. Plantas procesadoras para seleccionar y fraccionar. Todos estos procesos son indispensables para frenar el avance de la soja”, completó.

Cerviño no encontró espacio para seguir con esa prédica desde Federación Agraria. “Nosotros representamos el 70 por ciento de unidades agropecuarias del país, según datos del último Censo Nacional Agropecuario. La agricultura familiar maneja el 13,5 por ciento de toda la superficie cultivada de la Argentina, y genera el 20 por ciento del producto agrario. No se puede discutir que somos un sector más eficiente que el de agronegocios para la exportación de commodities”, desafió.

El dirigente reivindicó el trabajo de los últimos cuatro años. “El Fonas se fue organizando desde las sombras y ya logramos que la Secretaría de Agricultura nos reconozca como un espacio de diálogo y concertación de políticas, a través de una resolución de diciembre de 2005. También conseguimos que el Gobierno anunciara la creación de la Subsecretaría de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar, para la que estamos pidiendo una asignación de recursos de 1500 a 2000 millones de pesos para encarar las inversiones que necesita la agricultura familiar. Y logramos la creación de un registro nacional de agricultores familiares que debería habilitar políticas diferenciadas para el sector”, puntualizó.

 

Democracia a lo chacarero

El secretario de Agricultura tuvo que soportar durante media hora que su discurso ante los diputados fuera interrumpido a los gritos por un centenar de productores sojeros y frutihortícolas. “Tienen rentabilidad”, desafió.

“Sos un delincuente”, “mentiroso”, “andate ladrón”, “sos un caradura”, “así que somos rentables, quién sos vos, Mandrake”. Un centenar de productores agropecuarios, sojeros y frutihortícolas interrumpió a los gritos casi cada una de las expresiones del secretario de Agricultura, Javier De Urquiza, quien durante media hora luchó para transmitir su pensamiento a los diputados de las comisiones de Agricultura y Presupuesto. Alberto Cantero, presidente de la primera, se tuvo que parar más de una vez y exigir, primero de buenos modos y luego amenazando con pasar a un cuarto intermedio, que hicieran silencio. “Lo que ustedes hacen no es democrático. Nos tenemos que escuchar todos, aunque no coincidamos”, reclamó. La oposición, que habilitó el ingreso de los productores, guardó silencio.

“Estoy indignado. A la Sociedad Rural la escuchamos con todo respeto. Lo que le hicieron a De Urquiza y el otro día a los pequeños productores familiares fue una muestra del peor autoritarismo”, bramó el diputado Héctor Recalde (Frente para la Victoria) luego de los discursos, dirigiendo sus reproches a algunos de sus pares de la oposición.

De Urquiza había arrancado su exposición planteando que para hablar de la actual situación del campo, primero era necesario recordar el punto de partida, en referencia a la aguda crisis que vivió el sector en los ’90, que llevó a la quiebra a miles de productores. Fue todo lo que alcanzó a decir. Ahí nomás empezaron los silbidos y los gritos, iguales a los de una cancha de fútbol. “Yo soy productor y recuerdo que de 1000 chacareros que éramos a principios de la década pasada en Santa Cruz, sólo quedamos 500. Y a ninguno se nos ocurrió cortar las rutas y perjudicar a otros argentinos”, atacó el funcionario, en medio de la rechifla. También dijo que pese a la suba de retenciones, pequeños, medianos y grandes productores conservan niveles de rentabilidad históricos.

“En los últimos 20 años, el rendimiento de todos los cultivos mejoró en el orden de un 27 por ciento. También hay que saber que a partir de la recuperación económica, más argentinos demandan alimentos”, dijo el secretario.

Las quejas y gritos arreciaron. “¡No, está mintiendo. Nadie quiere las compensaciones!”, le gritaban al funcionario. “Esta es la realidad tangible de nuestros números. Es nuestra responsabilidad realizar acuerdos sectoriales, que algunos pueden aceptar o no, con diferentes áreas de la producción”, siguió De Urquiza. Entre esos acuerdos, el funcionario mencionó el alcanzado con los frigoríficos, en el que se ampliaron los cupos de exportación a las 560.000 cabezas y el del trigo. “Hemos acordado con el sector para que los productores reciban el precio pleno del trigo. Esperamos que esto se pueda hacer cumplir pronto”, completó, y se fue como si abandonara la sede de la Sociedad Rural y no una oficina del Congreso.

 

 

 

 

 

 

 

En nuestro pais el MINCI esta asesorando a govs provinciales delicuenciales

a modernizar la miseria a traves de la multiplicacion magica de las leyes de CyT

 

Aqui va, una verguenza:

 

Aprueban primera ley provincial de ciencia en Argentina

Laura García

 

21 junio 2008 | ES

 

Chaco: La ley promoverá la biotecnología en la región

 

Wikipedia / Pertile

En la Argentina se aprobó la primera ley de ciencia, tecnología e

innovación de carácter provincial. Algunos de sus objetivos son

promover la aplicación del conocimiento para contribuir al desarrollo

regional y despertar el interés por la investigación científica en los

jóvenes.

 

La ley Nº 6.135 de la provincia de Chaco, ubicada en el nordeste del

país, fue publicada en el boletín oficial provincial el 9 de junio y

presentada en una reunión oficial el 13 del mismo mes. Participaron

representantes del gobierno de Chaco y del Ministerio de Ciencia,

Tecnología e Innovación Productiva del país.

 

La ley establece que la Subsecretaría de Ciencia y Tecnología de Chaco

dispondrá de un presupuesto anual no inferior al 0,8 por ciento del

presupuesto total anual de la provincia. Además, contará con el 3,5

por ciento del Fondo para la Promoción y Fomento de la Innovación.

 

"Es muy importante que una provincia establezca un marco legal para la

ciencia y la tecnología, porque significa que esas actividades han

sido jerarquizadas", dijo a SciDev.Net el secretario general del

Consejo Federal de Ciencia y Tecnología, Hugo De Vido.

 

Entre otras acciones, la ley establece la creación de un consejo

consultivo integrado por representantes de diferentes instituciones

públicas y privadas del sector. Tendrá bajo su responsabilidad ayudar

a elaborar un plan cuatrienal de actividades.

 

Durante la presentación de la ley, se firmó también un convenio marco

de cooperación para la creación de un Polo Biotecnológico,

Agropecuario y Forestal en la ciudad de Resistencia, a concretarse en

el marco de la nueva ley.

 

El secretario general de ciencia y técnica de la Universidad Nacional

del Nordeste, Angel Fusco, dijo a SciDev.Net que esta ley es una

herramienta muy útil para establecer líneas estratégicas de desarrollo

científico-tecnológico.

 

"Desde la universidad, aportaremos propuestas de trabajo conjunto y la

experiencia de nuestros recursos humanos en la ejecución de proyectos

de investigación y desarrollo", informó Fusco.

 

Enlaces relacionados:

 

Ley Nº 6.135 publicada en el boletín oficial de la provincia de Chaco, Argentina

 

--

Dr. Rolando Quiros

 

 

 

LA CICOP FRENTE AL CONFLICTO AGRARIO Y LA SITUACIÓN POLÍTICA E INSTITUCIONAL

1. El XX Congreso de Delegados de CICOP  ha debatido acerca de la crítica situación del país con el fin de emitir algunas opiniones consensuadas por el conjunto. En ese marco, se analizó la continuidad en estos años del modelo de concentración de la tierra y de la riqueza en general, expresado, entre otros aspectos, en un sistema impositivo regresivo y de retenciones no diferenciadas que grava por igual al pequeño productor y a los grandes grupos concentrados, perjudicando seriamente a los primeros. Nuestro gremio puede dar certero testimonio de la injusta distribución del ingreso y el aumento de la brecha social, reflejado en la crítica situación del sistema público de salud.

2. En ese marco comparte conceptos fundamentales de la  declaración del 26 de marzo de la CTA frente al conflicto agrario, tales como manifestarse "a favor de las retenciones como mecanismo redistributivo que captura una parte de las extraordinarias ganancias de los sectores concentrados del capital agropecuario" (…) afirmando que "su sola presencia, sin la reconstrucció n de organismos de regulación e intervención estatal, (como por ejemplo Junta de Granos, Junta de Carnes, etc.), limita sus efectos en materia redistributiva e impide frenar la suba de los alimentos". La Central de los Trabajadores de la Argentina expresó su reclamo al Gobierno para que definiera políticas que protejan a los pequeños productores, a las familias agricultoras y a los trabajadores rurales. Este reclamo sigue siendo una asignatura pendiente más allá de la justicia de la aplicación de las retenciones. No se puede aplicar políticas uniformes para los que son desiguales. Es preciso aplicar retenciones segmentadas, diferenciando claramente a los distintos sujetos que intervienen en el sector". "La CTA viene reclamando desde la propuesta de la Paritaria Social una amplia convocatoria a los sectores populares para discutir y definir políticas de distribución de la riqueza y un nuevo modelo productivo para la ciudad y el campo que le ponga freno a la concentración económica y a la depredación de los recursos naturales".

3. Asimismo se pronuncia por el mantenimiento de la línea histórica de la Central de autonomía frente a los patrones, los partidos políticos y el estado. El Congreso apoya la postura llevada a la Central por Jorge Yabkowski y Hugo Amor en el sentido que  la CTA no debía participar del acto del 18 de Junio en Plaza de Mayo dejando en libertad de acción a sus militantes y organizaciones como una forma de mantener el principio de autonomía de las organizaciones de los trabajadores del gobierno, los partidos políticos y las patronales. A su vez el Congreso también apoya el pedido que el Presidente de CICOP hiciera al Secretario General de la CTA, Hugo Yasky, en el sentido que debía abstenerse de participar del acto como garante de la unidad en la diversidad de opiniones que hoy tiene la CTA.

4. La CICOP rechaza la represión y la judicializació n de la protesta como modos de "resolver" los conflictos sociales y reivindica el derecho de los diferentes sectores a reclamar en defensa de sus derechos, componente esencial de una democracia que no puede limitarse meramente a la expresión en las urnas cada 2 o 4 años.

5. En nuestro campo de acción CICOP sigue  reclamando por un Sistema Nacional de Salud gratuito, igualitario y de calidad, accesible a todo aquel que pise el suelo argentino y controlado democráticamente por la población y sus trabajadores

Frente a los anuncios de la presidenta de la Nación  de construir 30 nuevos Hospitales y 300 Centros de Salud, CICOP señala que es indispensable desarrollar políticas  que tiendan a resolver la falta de camas públicas que sufre nuestro país.

 

A su vez señala que la construcción de estos establecimientos no tendrá el efecto deseado si no se realiza en el marco de una nueva Ley Nacional de Salud que promueva un Sistema Único de Salud, contemplando los recursos humanos con plenos derechos laborales y el financiamiento necesario para su funcionamiento pleno.

 

No compartimos que la financiación de un plan de salud esté atada al precio internacional de los granos, ya que de esa manera no se asegura un presupuesto planificado.

 

Tenemos fresco el recuerdo de los nuevos hospitales construidos en la provincia de Buenos Aires durante las últimas administraciones (6 durante el Duhaldismo, el del KM. 32 en Catán y el Hospital del Cruce de Varela).

Primero se abrieron vacíos para la campaña, después se llenaron de personal precarizado. Solo años de lucha han permitido la regularizació n de la mayoría de los trabajadores y su puesta en funcionamiento. Aun así, al día de hoy siguen reconociendo severas dificultades  para funcionar a pleno.

 

No se trata de desvestir un santo para vestir a otro: cuando se abrió el Mercante en José C. Paz se lo abrió desguazando el Larcade de San Miguel trasladando a 140 de sus trabajadores.

 

El ejemplo vivo de esta despolítica es hoy el Hospital del Cruce de Varela. Inaugurado con pompa antes de las elecciones hoy  funciona en un 5% de su capacidad.

Esta actividad mínima está sostenida por un puñado de trabajadores "robados" al Hospital Mi Pueblo de Varela y al municipio. La Ministra de Salud de la Nación y el Ministro Provincial han firmado un convenio para ponerlo en marcha en marcha bajo el "modelo SAMIC", ideado en 1966 por la dictadura de Onganía y su Ministro de Salud, Ezequiel Holmberg, para implantar la autogestión hospitalaria  (Ley 17.102 de Hospitales de la Comunidad) ¿Cómo puede un gobierno democrático implementar políticas de salud con leyes de una dictadura militar?

¿Cómo puede un gobierno democrático "legalizar" la precarización laboral, dado que  los trabajadores SAMIC no estarían encuadrados ni en la ley de carrera profesional 10471 (provincial) ni en el Decreto  277 (nacional)?

 

Ante esta situación, CICOP lanza la campaña "VOLVER A CARRILLO": esto es construir un verdadero Sistema Nacional de Salud financiado a través de Rentas Generales. Por ello nuestro planteo es que tanto el Hospital del Cruce como los nuevos centros recientemente anunciados deben ser de jurisdicción Nacional y ser la piedra basal de la reconstrucció n de ese Sistema Nacional de Salud que soñó Ramón Carrillo.

 

Con estas consignas  llama a todas las organizaciones con las que venimos compartiendo la lucha por el Derecho a la Salud, a una gran Movilización para el jueves 3 de Julio  a las 11:00 hs. al Hospital del Cruce de Varela.

 

 

 

Hay un gobernador muy pero muy K (antes ministro de economía del gobernador D -que unos minutos antes era gobernador M- durante el "hambre más urgente"; ¿qué tendría que ver el ministro de economía con la administración del hambre?). Hoy este gobernador invita a invertir en biocombustibles y respalda la expoliación minera, en sociedad con Gioja. Decenas de datos indican que el "avance" en la mejora de las condiciones de vida (tímido, injusto) que ocurrió muy pero muy centralmente por el modo en que el mercado lo fue "resolviendo" (lógica que es el núcleo duro del neoliberalismo) se ha detenido y ha comenzado a retroceder. Las mediciones más serias de este fenómeno han sido "intervenidas" por el patotero Moreno, en una política de Estado, que se ha mantenido estable con dos president@s, y cuatro ministr@s de economía (el patotero y la política) destruyendo un instrumento de gran prestigio para que las fallas evidentes (y previsibles) lo sean pero impedir su documentación. A esto hay gente que ya le llamaba "gobierno popular" porque había sido elegido por cierta mayoría (no voy a poner ejemplos; cualquiera de ellos llevaría a alguien a responder que uno compara con fulano, mengano, etc.) porque no se trata de ello. Nadie se ha animado a definir -con una mínima intención de seriedad qué es un gobierno popular, pero hay miles de ejemplos de gobiernos electos por mayorías, con encuestas favorables, y con políticas que no mostraban comunidad de intereses con los sectores populares. Luego vino el tema del "campo", en el que hay (o había???, más de una opinión crítica al oficialismo, desde el oficialismo, sobre el tema del campo, se ha llamado a silencio) sobradas opiniones sobre el "mal" manejo del gobierno de esta situación. Uno cree que fue, sí, un manejo irresponsable, pero para calificarlo de malo o bueno hay que ver cuales son los intereses para ese manejo. EP dice que "teníamos un Mengele y no nos percatamos". Uno comete errores a diario. Muchos de ellos con consecuencias dolorosas (en lo personal me está pasando precisamente eso desde hace ya un tiempo). Pero es error no lo cometimos. Nosotros no lo comentimos y denunciamos a Mengele muchas veces. Se nos trató de (fíjense!) "terroristas sanitarios"!!!!!!!!!!

Pero ese es otro tema.

Lo que quiero "colocar" (como se dice en algunos lugares de nuestra querida América Latina) es el giro que ahora está dando el tema de la pobreza. En parte es lo que dice aquí EP: hace unos meses se la quería esconder bajo la alfombra de índices mentirosos del INDEK intervenido, pero ahora se culpa al "campo". Independientemente de la veracidad de esa versión, el asunto es que ahora se valida la existencia de pobres, pero la culpa pasa a ser de otros (aun cuando el efecto de las retenciones no afecta sino en la presión a la baja ciertos productos, y aun cuando el más afectado no sea o no deba ser un alimento). En este momento, entonces, ocurren dos cosas (entre otras miles, claro).

1) NK y CF se burlan (merecidamente o no, es otro tema) del episodio de De Angeli (y de alguna decena de personas, en todo caso) porque l@s pobres ya h@n soportado hidalgamente la prisión durante meses y hasta algunos años, porque la ley es la ley, y protestar no puede nadie. Y para casos de prostestatitis más graves estará la ley antiterrorista. Si uno se fija (para eso debería querer fijarse) en discurso enfatiza precisamente en las "presiones ilegales sobre decisiones un gobierno legítimamente electo por las que dispone algo para lo que está habilitado". El pago de la deuda externa, el envío de tropas a Haití, la participación en los ejercicios de la IV Flota, los planes del Banco Mundial, la penalización del aborto, el acuerdo para la enajenación del petróleo en Cerro Dragón, entre decenas y decenas de otras cuestiones (a pesar de que todas y cada una de ellas, y otras más, tienen aspectos en los cuales uno podría discutir bastante su legitimidad) son todas decisiones de este gobierno (y el anterior) contra las que uno lucha, a pesar de ser "decisiones un gobierno legítimamente electo por las que dispone algo para lo que está habilitado". Y ese -ESE Y NO OTRO- es el espíritu de la ley antiterrorista que pidió Bush y este (mejor dicho el anterior) gobierno aprobó y (este) se niega a derogar, a pesar de la oposición incluso de sectores muy pero muy afines a este gobierno (y al anterior). No escucho ni leo ningún reparo sobre esta aplicación amenazadora desde el 11 de marzo.

2) El grupo de intelectuales que se ha reunido para defenderse de un imaginario intento de golpe, ahora dice -además- que el clientelismo, ese que compra voluntades de pobres que no podrían comer ni salteado si no recibiera alguna ayuda -no hablemos de derechos- y que -como ayuda que es- además se le suele pedir "contraprestaciones" (algo así como si al derecho de peticionar se lo considerara una ayuda a expresarse pero se le pidiera como contraprestación que se pidan cosas "razonable") no es algo malo. Que someterse a la presión que los punteros, funcionarios, intendentes, capangas, coimeros, etc., para merecer que se les tire un mendrugo, no es "algo que obnubila a las conciencias, que oscurece a las personas". Por supuesto, se presenta como que quienes "reciben" no deben sentirse culpables. CARAJO, PERO LOS QUE DAN??? Los punteros, funcionarios, intendentes, capangas, coimeros, etc, deben sentirse culpables?? Este tipo de justificación (uno puede creer que las mujeres y l@s niñ@s que se prostituyen están en su derecho -y no voy a discutir acá cuestiones de placer ni otras variantes del tema- y esa es otra discusión, sinceramente no creo que las mujeres y definitivamente mucho menos en el caso de l@s niñ@s salgan de eso -si salen - indemnes) quiere, como el de los proxenetas, establecer que no hay que victimizar a las víctimas, pero olvida el papel de los victimarios, incluyendo los proxenetas y las políticas que facilitan que haya condiciones que favorecen la prostitución. No solo no creo que haya muchas diferencias, sino que el sistema de sostén del clientelismo no tiene límites claros con el de los cafiolos ni de los narcos (ni de la cana) al punto en que se llaman IGUAL (y más de una vez se llaman igual y tienen el mismo número de documento) a los "punteros" del clientelismo (que arrea gente a las marchas y otros servicios) y a los "punteros" de los narcos. Sí, claro que sí. El comentario de los "intelectuales" (Gramsci diría orgánicos de qué?) es a partir de la desgraciada muerte de un concurrente al acto del otro día y el trato repugnante de los medios. Absolutamente de acuerdo en eso. Ni un gramo menos repugnante es esa vía para justificar lo injustificable. Esto es, ni más ni menos, que un subproducto abominable del neoliberalismo del que se sirve el aparato.

Un saludo

Gonzalo

PD: ver el texto del discurso de CF reivindicando la ley para poner presos a .los pobres en: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-106229-2008-06-18.html. Ver el texto del "Espacio Carta Abierta" donde se "justifica" al clientelismo en: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-106586-2008-06-24.html

 

 

 

 

 

Pobreza

http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-106766-2008-06-27.html

 Por Eduardo Pavlovsky *

Hace pocos meses escribí un artículo en este mismo diario que decía “el hambre no tiene tácticas moderadas. El hambre tiene hambre”. No tiene tiempo de espera. No debe jugarse como carta política. Hace poco, el Gobierno, en voz de su Presidenta, señaló que la pobreza bajaba progresivamente y hoy estaba en un 20 por ciento. Vamos mejor.

La pobreza y la indigencia en este maravilloso país alcanza a 10 millones de personas que no cubren sus necesidades básicas. Subdesarrollo de los recursos humanos, de un tercio de la población. Nunca hubo tanta diferencia entre los más ricos y los más pobres. Tenemos 50 mil millones de dólares guardados. La macroeconomía es un triunfo festejado en el Gobierno. Pero recién ahora, en un juego político admirable, aparece la pobreza en carne viva. Hasta hace poco era la inseguridad. Blumberg fracasó con todas sus tácticas fascistas del Manhattan Institute.

No dejé de escuchar dos o tres horas por día los iguales discursos repetitivos de ambas partes del conflicto. Nunca tuvieron tanta prensa. Apareció de golpe una imagen conmovedora. Era en José León Suárez, en un magnífico basural donde se arrojan los residuos. Habría mil personas sumergidas en la basura, niños, adultos, algunos eligiendo y otros comiendo ávidamente de los restos que la otra clase social arrojaba a la basura. El periodista dijo que el olor fétido era insoportable. Pero todos comían. Devoraban los restos –los escombros– de comida. De nadie. No parecían infelices. Hubo un señor que dijo: “En este país es mentira que hay hambre. Todos podemos comer. Es cuestión de rebusque”. El periodista le preguntó si tenía hijos y él respondió: “Tengo cinco, pero no los hago venir acá. Conseguir la comida es una responsabilidad de padre. Hoy conseguí chocolate, creo que es inglés, y unas buenas porciones de carne”.

El periodista se alejaba de la nauseabundez, de lo agónico de una realidad que ninguna fantasía podía superar. Lo que hacía más maravilloso lo macabro de la situación era el conformismo. Ninguno protesta. Ese hambre tiene hambre. Carece de sentido de protesta e indignación. Tres generaciones han transmitido para un sector de la población que esa manera de comer es natural. La indigencia se ha interiorizado como obvia.

El mundo es así. “Los únicos privilegiados son los niños.” Son los que han interiorizado que la vida es así. Y hasta van contentos al basural como esos dos niños que se disputaban dos trozos de pollo, riendo y saltando entre la comida fétida.

Hace tres meses decía Pasquini Durán que “los niños que ya no van al colegio y los jóvenes sin trabajo que deambulan por las calles no deben quedar expuestos a los inescrupulosos que sólo pueden ofrecerles el cóctel del delito, explotación y hasta muerte, hay doce veces más de pobres que aguardan la oportunidad de una vida nueva. Esta es una causa grande”.

Los niños pobres (sus padres también) ya han perdido capital simbólico. Ya no saben dónde están ni quiénes son. Mucho menos el lugar que les tocó ocupar en la sociedad. Perón, en sus comienzos, estableció desde Trabajo y Previsión el “Estatuto del Peón Rural del Campo”. Dignificó a los descamisados –como Morales con los indígenas–, les dio humanidad y Evita trabajó por la niñez toda su vida, desde su comienzo político. De abajo para arriba.

Hace pocos días, PáginaI12 sacó un artículo del obispo de Humahuaca donde decía: “¿Y la pobreza para cuándo? Hay gente que se está muriendo por falta de medicamentos, de insumos, de médicos y de atención en nuestros hospitales y puestos de salud, carentes de todo lo imprescindible”.

“Esta situación no es sólo nuestra sino de otras zonas del país, porque hay un desamparo sanitario evidente en gran parte del interior.” “No se enojen, señores gobernantes, la pobreza extrema sigue vigente y sigue cobrándose víctimas diarias, sigue golpeando a millones de argentinos.”

Le preguntaría al ex presidente si el obispo forma parte de algún golpe militar en devenir o es simplemente un argentino que sufre la indigencia y la muerte de cerca de sus compatriotas.

Porque dentro de las nuevas tácticas es hacer creer que el que disiente con él es un golpista.

Yo no estoy con el agro, pero tampoco con el oportunismo político. Y para mí la preocupación por la pobreza es un golpe político admirable. Pero, ¿por qué, señor ex presidente, nunca habló antes sobre la pobreza e indigencia en nuestro país? ¿Por qué ahora? No somos golpistas. Simplemente no somos tontos. Ni sometidos a nadie por más que grite fuerte. Muy fuerte.

Nosotros, a los que nos vinieron a buscar y destrozaron nuestras casas y nos pudimos escapar, somos muy fuertes. Fuertísimos, señor ex presidente.

Al Gobierno lo van a ayudar mejor quienes lo combaten de buena fe y no los seguidores sometidos, que son gran mayoría vergonzante y silenciosa.

Dice el periodista Mauro Federico (desde Tucumán): “Las estadísticas de mortalidad infantil en la provincia de Tucumán son manipuladas”. Los números que marcan que la variable se redujo a la mitad no concuerdan con la realidad. El procedimiento es simple y sólo depende del trazo de una birome, hay cientos de bebés cuyo peso es inferior a los 500 gramos, que habiendo nacido vivos son registrados como defunciones fetales o “egresos por aborto” y por lo tanto no forman parte de la estadística.

En 2004, los jefes de guardia reunieron a todos los identificadores y comunicaron que a partir de ese momento se debían registrar como nacido muerto (subrayado mío) a todo bebé que pesara menos de 500 gramos (aunque estuvieran vivos). La orden era no practicarle ninguna atención médica. Se los deposita en una bandeja de instrumental hasta que muere. María Margarita Rosa, jefa de Departamento de Estadísticas, lo convalida.

Teníamos el holocausto en casa y no lo sabíamos. Teníamos a Mengele y no nos percatamos. Dejar morir tirados sobre un mármol es un crimen. ¿O no?

¿Qué opina el gobierno nacional?

Se debió hacer una investigación de esas denuncias, pero se prefirió negar la realidad y separar de sus cargos a las personas que alertaban sobre las irregularidades.

¿Tucumán y Jujuy quedan en la Argentina?

Espero que el dinero de las retenciones sea utilizable para casos como éstos. Quiero creerlo. Debo creerlo. Aunque la verdad es que no lo creo. Hay demasiados compromisos por fuera de la pobreza. El tiempo dirá. ¿O no?

* Dramaturgo y psicoanalista.

__._,_.___

 

 

Por estas cosas uno decía que el concepto de "oligarquía" tiene bastante de caduco, por más que la "cultura oligarca" sigue operando. Fundamentalmente la dictadura y Menem (y bastante el gobierno de NK, aunque -valga la figura- avanzó sobre terreno arado -y muy abonado, por cierto) operó para cambiar la estructura de clase. Personalmente no hubiera dicho que "no hay que pedir retenciones" sino lo que digo: a) las retenciones ni toman ni resuelven ni son el problema de fondo, sino un recurso (e incluso un recurso coyuntural) más. b) el problema ES el modelo sojero (y expoliador en general). El tema de ser socios es indudable (y Urquía debió renunciar al cargo en el senado, no a su banca, cuando fue demasiado evidente) pero la verdad es que son (casi?) tan socios como son socios del capitalismo. Y el capitalismo es así y la bravata contra la soja no se la debería creer nadie. Y la pavada (perdón, pero no se me ocurre otra palabra, espero no herir susceptibilidades) del "aliento o (peor) creación de una burguesía nacional" no solo es un error teórico sino que es indistinguible de políticas capitalistas expoliadoras y probablemente también imposibles de separar del imperialismo. Por eso pasa lo que pasa. Otra cosa (complicada, parcial, incierta y difícil, pero no un disparate; hay que tener la valentía de enfrentarlo y avanzar contra la mundialización) es el rol que puede tener el Estado. Pero -lo dicho- hay que tener coraje. Y no jarabe de pico.

Alguien (enojadísimo) dijo en una lista de las que reenvío que Norma Giarraca dice cosas opuestas a las que uno dice. Puede que tenga otros gustos musicales y que le guste el cine de Sylvester Stallone (entonces diríamos cosas distintas). Pero salvo el matiz (opino que es un matiz) que destaqué, creo que decimos cosas parecidas (salvando que ella es una teórica y estudiosa sobre el tema y uno es una persona que opina de política, claro). Al menos suscribo lo que dice acá y subrayo el párrafo final (con el matiz) como para que no queden dudas.

Un saludo

Gonzalo

 

 

 

 

Del agronegocio a las retenciones

Otra gramática sobre el conflicto

 

http://lavaca.org/seccion/actualidad/1/1714.shtml

¿Desde una posición progresista lo que hay que pedir es retenciones? Norma Giarraca es profesora de Sociología Rural y coordinadora del Grupo de Estudios Rurales del Instituto Gino Germani (UBA). Trabajó sobre el Movimiento de Mujeres Agrarias, los movimientos campesinos y la biodiversidad. Es una de las pocas voces públicas que cuestionan el modelo del agronegocio, y lo explica en esta conversación con lavaca (de la que publicamos los fragmentos centrales) donde describe a los pooles, los fondos de inversión, los rentistas, los campesinos, y algunas claves para entender el fondo del conflicto que sigue estallando cada día.

 

Modelos

Cuando hablamos de modelo hablamos del tramado institucional para que cualquier parte de la economía se vaya orientando hacia determinada dirección. El modelo sojero del agronegocio tiene una lógica muy distinta del modelo agrario y agroindustrial que nos conformó como nación: tiene una lógica financiera, económica. Ahí hay una diferencia muy grande que se fue armando en los '90, hubo una preparación para que pase. Este era un país de chacareros, de cooperativas, de industrias nacionales, de cadenas agroindustriales, tanto en los frigoríficos como en las harinas: Terrabusi o Bagley, por ejemplo eran algunas de las viejas empresas nacionales que estaban en la cadena agroindustrial y les iba bien. No era un mercado interno muy grande, como Brasil, pero era un país en el que toda la cadena participaba del sistema agroalimentario: alimentos baratos para salarios baratos. De ahí que a comienzos siglo se crearon la Junta Nacional de Carne y de Granos, y la Dirección de Azúcar. A diferencia de otros países de latinoamericanos, en la Argentina la producción era para el mercado interno y la exportación. En México el campesino producía para mercado interno y los empresarios para exportar. Aquí no, el pequeño y mediano abastecía a los dos mercados. Para equiparar los precios internacionales y que los precios internos no se dispararan había una serie de regulaciones, dos de las cuales era el tipo de cambio y las retenciones.

 

Dictadura

Eso se fue modificando con el cambio de modelo económico internacional, la globalización, el predominio del capital financiero. Lo primero fue que aparecieron grandes empresas transnacionales que producen agroquímicos y semillas en la agroalimentación, empresas que empezaron a tomar posiciones estratégicas en Latinoamérica. Ya estaban en México desde los '70, pero en la Argentina había un sector medio muy grande en el agro y el sector industrial, y eso retrasó un poco la penetración trasnacional.

El Estado, a partir del '75, tomó medidas para favorecer la incorporación del capital trasnacionalizado. Además, el 24 de marzo del 76 mataron a Atilio Santillán, la figura de los trabajadores rurales más importante del momento, los dirigentes de las ligas agrarias fueron presos, los productores quedaron aterrados, no salieron de sus fincas por años. La Sociedad Rural dio a sus mejores hombres para el gobierno militar, empezando por Martínez de Hoz. La Federación Agraria quedó en silencio, aunque hay que reconocer que Humberto Volando tuvo una posición muy digna en relación a los derechos humanos. La Federación Agraria, cuando nació, planteaba la reforma agraria, tiene perfil socialista.

En la dictadura el banco de semillas del INTA se desmontó, y ese conocimiento pasó a las corporaciones que llegaban al país. La dictadura abrió el banco genético de la biodiversidad y se empezó a compartir con las multinacionales.

Los proveedores de insumos extranjeros, entonces, empezaron a traer a los híbridos, una semilla que el productor no puede reproducir y que al mismo tiempo es más rendidora. Comenzó un proceso de agriculturación con cinco granos que utilizaban la semilla híbrida y agroquímicos, que subieron muchísimo la producción: el girasol, el sorgo, trigo, maíz y soja. Estos cultivos se expandieron progresivamente al interior. Hubo un aumento de la productividad con apertura del tipo de cambio y comenzó la trasnacionalización de la agricultura.

 

Democracia

Con el proceso de agriculturización hubo cierta esperanza de que el agro iba a contribuir al desarrollo que había prometido Raúl Alfonsín. Pero cuando comenzaron a caer los precios internacionales hubo un paro agrario, que lo hicieron ochenta y cinco ganaderos, la Sociedad Rural. Recuerdo que los diarios hablaban de la patota ganadera. La Federación Agraria no participó de aquellos tractorazos. La sensación era que el agro andaba bien con los cultivos pampeanos, pero mal con la ganaderia. La esperanza comenzó a decaer. Llegó Menem y planteó que la agricultura argentina debía ponerse a nivel internacional. En el '91 lanzó la desregulación de granos, carnes y azúcar. A fines de los '80 las empresas alimentarias comenzaron a pasar a manos extranjeras. Aparecieron los hipermercados como un nuevo actor. En la cadena industrial agraria hay núcleos de poder que deciden qué producir, cómo producir y cuándo producir y este lugar fue ocupado por los hiper. Mientras tanto, se iba extranjerizando la parte industrial de la cadena. Aparecieron las trasnacionales. No se puede decir que a los industriales de la alimentación argentinos les iba mal, pero hubo una vocación de entrega. Empresas que los padres habían amasado durante toda la vida fueron entregadas por los hijos por cinco millones, en un momento en que la renta financiera era importante.

 

Agronegocio

Al mismo tiempo, en el agro comenzó la propaganda del pool; el gran ideólogo era Clarín Rural, con el discurso de que el agro tenía que modernizarse como el resto del país. El diario hablaba continuamente sobre las ganancias extraordinarias de los pooles de siembra y los fondos de inversión. Insistía en que el campo tenia que cambiar al ritmo que cambiaba el resto del país. Decía que ganaban las consultoras agronómicas y los grandes inversores, no el pequeño productor.

La última gran jugada fue la autorización de las semillas transgénicas, en 1996. Esa no fue una cosa mas: hay sólo diecinueve países que autorizan los transgénicos, apenas cinco autorizaron su uso a gran escala y uno de ellos es la Argentina. El motivo de que en el resto del mundo no estén autorizadas es que no se sabe todavía cuáles son las consecuencias de los transgénicos para la salud humana. Si aquí se autorizaron fue por el lobby de las transnacionales extranjeras, sobre todo de Monsanto.

La manera de producir es conocida como labranza cero. Las transnacionales siempre encuentran el discurso progresista para presentarse, y dicen en este caso que la labranza cero es ecologista porque no rompe la tierra. La semilla transgénica, modificada para resistir a los herbicidas, se siembra y luego se fumiga el campo con glifosato, un agroquímico que arrastra con todas las malezas y también con toda la biodiversidad, menos con la soja. La labranza cero lleva a que se necesiten muchísimos menos trabajadores por hectárea. Sin pagar mano de obra, contratando servicios a determinada escala de producción, son cultivos que rinden muy bien. Los chacareros y productores que venían de la época del endeudamiento, de precios internacionales muy bajos, entran en el modelo.

 

Perdedores

Hay un discurso oficial construido desde el gobierno –Felipe Solá fue la cara visible desde la Secretaría de Agricultura y desde la gobernación bonaerense-, y desde Clarín, a través de Expoagro, que muestran a los grandes sojeros exitosos. Este discurso también dice que si tratás de cuidar la tierra, fomentar la agricultura familiar, la soberanía alimentaria y la biodiversidad, sos un atrasado y un perdedor. El mundo y el éxito van hacia la modernización absoluta. Va hacia el negocio y no hacia la chacra, al agronegocio y no la unidad de producción. "Yo soy un sin tierra porque tengo apenas 20.000 hectáreas, un hombre sin trabajo porque no tengo empleados, y casi sin capital", dijo Gustavo Grobocopatel. Efectivamente el sistema financiero es el que adelanta el capital, las tierras se las alquila al pequeño productor y utiliza contratistas para labrar la tierra. Así funciona el modelo.

 

El pool

Hay pooles de siembra y hay fondos de inversión, que son aún más grandes que los pooles de siembra. A un pool, como el de Grobocopatel, todavía lo podemos identificar, conocés quién lo maneja. Pero los fondos de inversión son más peligrosos: no los vemos, y van de un lado a otro. Muchos ahorristas ponen la plata y otro lo gestiona. Son los grandes sectores financieros los que operan. El que antes apostaba a renta financiera, ahora lo hace en el campo. Los pequeños productores estaban muy mal, endeudados, y entraron en la soja. El que tiene un tambo lo levanta y se dedica a la soja.

 

El rentista

Otro nuevo actor es el rentista, el que tiene pocas hectáreas y, sin capital para tecnología, arrienda su tierra y se va a la ciudad. Hay encuestas que están mostrando un fenómeno nuevo: pequeños o medianos productores que cuando les preguntan si prefieren darle la tierra a quien la cuide o a quien pague más, contestan "a quien pague más".

 

El trabajador

La mano de obra está polarizada: hay contratistas que tienen avionetas de fumigación y cosechadoras, con empleos altamente calificados, y están los peones. Las estadísticas dicen que el 50 por ciento trabaja en negro, pero yo creo que son más. Llegan a vivir en campamentos en las peores condiciones. Muchos son golondrinas. Están apenas mejor que un desocupado.

 

Los campesinos

Los campesinos no entraron en el modelo sojero. Uno puede decir que no tienen escala o tierra buena, pero lo real es que están intentando sacarles las tierras. Ellos tienen agrónomos, podrían haber formado cooperativas sojeras, pero no entraron. Es la fuerza de la cultura, de las ideas. El movimiento está muy ligado a Vía Campesina, que estimula el cuidado de la tierra y la naturaleza, el cuidado de la biodiversidad. Son valores que se defienden. Si ellos pueden, quiere decir que se puede. En este momento ellos están mucho mejor, produciendo, intercambiando en mercados regionales, trabajando con productos orgánicos y ferias francas.

 

Ciencia y dinero

Los grandes fondos de inversión, que proveen el capital para el modelo sojero, se fueron metiendo en toda la sociedad, y fueron sacando autonomía a todos los sectores sociales vinculados a los agricultores. El discurso se mete con dinero: con fondos para las fundaciones y las facultades. En la Facultad de Agronomía los posgrados son Siembra directa y Agronegocios. El nuevo secretario de Ciencia y Técnica dice "le vamos a dar prioridad a la biotecnología". El Conicet saca un premio a la innovación tecnológica con Monsanto, la empresa más criticada del mundo, la que tuvo un juicio en Estados Unidos por haber sido la fabricante del agente naranja.

 

Gramática del poder

Creo que desde una posición progresista no hay que pedir retenciones, sino un cambio del modelo sojero. Ellos crearon un Frankestein, se hicieron socios de un monstruo que les hizo creer en la idea del desarrollo. El gobierno dice que con las retenciones enfrentan a la soja, pero el Estado y el agronegocio son socios. Si el gobierno los grava es para convertirse en socio de sus ganancias. Hay que volver a la idea de producir alimentos, porque en este país hay diez millones de personas sin alimentos. Hay que volver a la soberanía alimentaria. La política, para mi, es la capacidad de alterar la gramática del poder. El tema es si el gobierno quiere producir política y modificar esa gramática del poder.

 

 

 

publicada 17/06/2008

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La lucha es para los hombres que aguantan. Los que no aguantan es mejor que no luchen. También se puede vivir sin luchar”. Juan Domingo Perón

 

"Si consideramos que el mal de nuestros países radica expresamente en nuestra descapitalización y su endeudamiento del que jamás se logra salir, podremos apreciar las ventajas que pueden acarrearnos las ayudas prometidas que, además nos obligan a menudo a someternos a exigencias sociales y políticas que, por intermedio del famoso Fondo Monetario Internacional, llegan por el conducto económico que, en manera alguna puede justiciar una entrega ignominiosa o una subordinación que raya en la

 

fundamental es servir a la sociedad como un todo y al hombre como sujeto natural sometido a necesidades materiales de subsistencia, sino también como persona moral, intelectual y espiritual". Juan D. Perón

 

"No hay nuevos rótulos que califiquen nuestra doctrina y nuestra ideología somos lo que las 20 verdades peronistas dicen no es gritando la vida por Perón como se hace patria si no defendiendo el credo por el cual luchamos". Juan Domingo Perón

 

"Desde los fenicios en adelante, el destino de los pueblos ha sido luchar contra los imperios". Juan Domingo Perón

 

"Hace pocos días en Medio Oriente amenazaron a los Estados Unidos  con cerrarle el grifo del petróleo. El petróleo que produce Medio Oriente es el 80% del petróleo del mundo de manera que si ellos cierran la canilla, la industria norteamericana, que esta montada sobre energía basada en petróleo, tendrá un sacudón muy fuerte ¿Cómo contestó Estados Unidos?                   El senado de Estados Unidos contestó que si lo hacían los Árabes, Estados Unidos ocuparía  Medio Oriente. Eso lo van a hacer; pero no solo con los Árabes..... !Lo van a hacer también con nosotros el día que necesiten y no tengan!" Juan D. Perón

 

 

 

"La lengua del poder, cuanto mas articulada más brutal, no ha dejado de negar y castigar a quienes aún con gritos y balbuceos persisten en ver el mundo y nombrarlo con la profundidad de la inocencia"

                                                                                                                                                          Vicente Zito Lema

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