textos de Ernesto Guidos
Si todo se reduce a medir y ser medido la sociedad entera se degrada.
Aprender no es lo mismo que sacar buenas calificaciones :lo importante es
aprender. Divertirse y sufrir, lidiando con los pacientes, los
administradores, las ideas, las circunstancias que pueden convertirse en
una solución feliz, no es lo mismo que ganar puntos curriculares, prestigio,
posiciones, dinero.
Este deslizamiento de la vida concreta hacia la abstracta da menos
valor a las personas . Así se comprende la necesidad ontológica de no ser
descalificado . Cuando lo importante ya no es aprender, entender, crear,
investigar, divertirse, resolver problemas, ayudar, sino competir y ganar.
Cuando toda prueba es un Juicio Final con pase al cielo, reprobación al
infierno o suspensión en el limbo. De ahí las mañas infinitas para tener
éxito, como única meta en la vida.
Todo trato competente con la realidad se reduce ahora a un trato con
abstracciones: medir y ser medido, derrotar a los competidores, superar
marcas. Hacer cosas bien hechas, madurar como personas, encontrar soluciones
creadoras a los enigmas y problemas que nos plantea la realidad, todo esto
se vuelve secundario para un ser con mente de trepador .
Paradójicamente, la presión trepadora desemboca en el ascenso de los
mediocres al poder y la gloria. Se supone que el darwinismo ferozmente
competitivo debería entronizar a los excelentes, no a los incompetentes.
Pero las carreras trepadoras están llenas de pruebas cuyos resultados no se
miden tan fácilmente como el tiempo en una alberca olímpica. Evaluar a una
persona para un puesto o premio, puede no ser exacto.Si todo pudiese
limitarse a mediciones mecánicas, el resultado seria un absurdo. El médico
con más puntos puede ser un mediocre. El producto que más vende puede ser
mediocre. Lo más calificado en las encuestas puede ser mediocre.
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Creo que estamos en una sociedad que confunde el morir con la muerte. Pero
no son comparables en modo alguno. No asistimos a la muerte de alguien, se
asiste a su morir. La fascinación por el morir está a punto de reemplazar la
experiencia de la muerte.
Creo que es un error decir "la " muerte de alguien: existen tantos muertos
como muertes. Decir "la "muerte es una manera de volver abstracta la
experiencia. Alguien decía "La vida, es siempre la muerte de alguien," y a
lo mejor tenia razón. Y la muerte, es siempre la muerte de alguien. La
personas creen que la muerte es democrática , con el afán de darle a la
muerte una función unificadora o igualadora del género humano pero esto no
es mas que una formidable hipocresía. Como si todos fuéramos iguales ante
la muerte. Se supone que en la muerte todos somos iguales, los poderosos y
los míseros. Pero si una princesa se muere, jamás la van a poner en el
mismo rango que a una señora de un mesón salvadoreño, asesinada por las
"maras"; este tipo de confusión permite todas las derivas. Todos los hombres
nacen libres y con igualdad de derechos. Pero en la muerte, no creo que haya
igualdad. En la muerte, todos los hombres son diferentes.
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La competencia trepadora no siempre favorece al más competente , sino al más
competente en competir, acomodarse, administrar sus relaciones públicas,
modelarse a sí mismo como producto deseable, pasar exámenes, ganar puntos,
descarrilar a los competidores, seducir o presionar a los colegas ,
conseguir el micrófono y los reflectores, hacerse popular, lograr que ruede
la bola acumulativa hasta que nadie pueda detenerla. La selección natural en
el trepadero favorece el ascenso de una nueva especie darwiniana: el
mediocre habilis.
No es imposible que una persona competente sepa también acomodarse y
trepar, pero no es necesario. Lo importante es trepar . Una persona
competente puede ser descartada en la lucha trepadora, si no domina las
artes del mediocre habilis. Así se llega a las circunstancias en las cuales
un perfecto incompetente acaba siendo el número uno.
Aquellos que no tienen interés en lo que están haciendo, sino en ser
aprobados, presionan hasta que se salen con la suya. Muchos años después,
cuando llegan al poder y la gloria, son los modelos ejemplares de una
sociedad reducida a trepar. Muchos lo lamentan, sin ver que todo empieza
abajo: cuando maestros, jurados, para no sentirse verdugos, se vuelven
cómplices del trabajo mal hecho
--------------
La medicina produce yatrogenia social cuando la burocracia médico
farmacéutica crea una salud enferma. Esto lo logra , multiplicando la
dependencia a los medicamentos , generando nuevas y dolorosas necesidades,
disminuyendo los niveles de tolerancia al malestar , reduciendo el trato que
la gente acostumbra a conceder al que sufre . La medicina produce yatrogenia
social cuando el cuidado de la salud se convierta en un item estandarizado,
cuando la salud es un artículo de consumo; cuando todo sufrimiento se
"hospitaliza" y los hogares se vuelven inhóspitos para el nacimiento, la
enfermedad y hasta para la misma muerte; cuando el lenguaje en el que la
gente podía dar expresión a sus cuerpos se convierte en galimatías
burocráticas.
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Después de una primera recepción entusiasta del positivismo, nos encontramos
en la medicina de América Latina con un movimiento de reflexión crítica
contra el mismo. Los motivos de esa crítica hay que buscarlos en el
convencimiento de que la filosofía positivista no puede responder
adecuadamente a los problemas de América Latina. En el fondo se entiende que
la riqueza espiritual y vital de América Latina no se puede encerrar en los
moldes cienticistas y lógicos del positivismo.
América Latina es el ámbito en el que se forja una nueva raza humana como
síntesis de todas las razas de la humanidad, con todas sus riquezas
espirituales.
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La medicina es una empresa moral y por ello da inevitablemente contenido al
bien y al mal. Algunos han defendido que el divorcio entre medicina y
moralidad, se sostiene sobre la base de que las categorías médicas, a
diferencia de las legales o religiosas, descansan en fundamentos científicos
exentos de cualquier evaluación moral. La ética médica ha sido arrinconada
en un departamento especializado que alinea la teoría con la práctica de
actualidad.
La medicina, al igual que la ley y la religión, define lo que es normal. La
medicina tiene toda la autoridad para catalogar como enfermedad la dolencia
de alguien, para declarar enfermo a otro aunque éste no se queje, y para
declarar su incapacidad e incluso su muerte. La medicina es la que
determina como "meramente subjetivo" algún dolor, como fingimiento y como
suicidio a algunas muertes. El juez determina qué es legal y quién culpable.
El médico decide qué es un síntoma y quien se encuentra enfermo . El médico
es un ser investido con poderes inquisitoriales para descubrir ciertos
entuertos a enderezar .La moral se halla tan implícita en la enfermedad como
en el crimen o en el pecado.
La salud siempre ha sido un patrón de conductas, de costumbres, usos,
tradiciones o grupos de hábitos. Gracias a la Medicina ahora la salud
implica : planes, recetas, reglas e instrucciones, las cuales al final
terminan gobernando la conducta personal.
En gran medida la cultura y la salud terminan coincidiendo . La salud de
cada persona es un desempeño responsable, en un guión social. Salud es la
manera en que nos relacionamos con la dulzura y la amargura de la realidad,
es una forma de actuar hacia los otros que vemos sufriendo, debilitados o
angustiados, de alguna forma la salud determinan el sentimiento que cada
hombre tiene de su propio cuerpo y de su salud.
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Durante los años sesenta el cloranfenicol se envasaba como cloromicetina
por Parke-Davis y producía alrededor de un tercio de las ganancias totales
de la compañía. Para entonces ya se sabia que las personas que ingieren
este medicamento corren cierto peligro de morir de anemia aplástica .La
tifoidea es casi la única enfermedad que, con serias reservas, justifica la
administración de esta sustancia En los últimos años de los cincuenta y los
primeros de los sesenta, la Parke-Davis, pese a las fuertes
contraindicaciones clínicas, gastó grandes sumas en promover al
cloranfenicol. Los médicos en los Estados Unidos recetaban cloranfenicol a
casi cuatro millones de personas por año para tratar el acné, la garganta
irritada, el catarro común, e incluso naderías como padrastros infectados.
Como la tifoidea es rara en los Estados Unidos, no más de una persona en 400
que tomaron el medicamento "necesitaba" el tratamiento. A diferencia de la
talidomida, que desfigura, el cloranfenicol mata: borra del mapa a sus
víctimas y cientos de ellas murieron sin diagnóstico en los Estados Unidos.
El autocontrol de la profesión en tales asuntos nunca ha funcionado, y las
memorias médicas han demostrado ser particularmente olvidadizas.
En los Estados Unidos, durante la década de los cincuenta, el control de los
medicamentos por agencias reguladoras se hallaba en su nadir y el
autocontrol era nominal.
Durante los años sesenta, periodistas médicos y políticos preocupados por la
situación lanzaron una campaña que expuso la subordinación de los médicos y
los oficiales de gobierno a las firmas farmacéuticas y describió algunas de
las pautas del crimen de cuello blanco, prevalentes en la medicina. Menos de
dos meses después de la denuncia en una audiencia del Congreso, el uso del
cloranfenicol en los Estados Unidos disminuyó. La Parke-Davis se vio
obligada a insertar en cada paquete estrictas advertencias y cautelas sobre
el uso de este medicamento. Pero dichas advertencias no se hicieron
extensivas a las exportaciones. El medicamento siguió usándose
indiscriminadamente en México, no sólo en la automedicación sino por
prescripción, criando entonces cepas de bacilos tifoidicos resistentes al
medicamento que ahora se difunden al resto del mundo.
---
"-Caminante, ¿quién eres tú? [...]. Descansa aquí, [...] recupérate! [...].
¿Qué necesitas para reconfortarte? [...].
-¿Para reconfortarme? ¿Para reconfortarme? ¡Oh, tú, curioso!, ¡qué
andas diciendo! Bueno, dame, te lo ruego [...].
-¡Qué, qué! ¡Dímelo!
-¡Una máscara más! ¡Una segunda máscara!"
Debo aceptar que, en la medida en que la relación consigo mismo se torna
más exclusiva , también el significado del enmascaramiento se hace más
profundo. Mientras que la esencia real que se halla tras nuestra forma
externa, el ser verdadero que se oculta detrás de la apariencia, retrocede y
es menos visible.
La mediocridad es la máscara más afortunada que puede llevarse , porque no
hace pensar a la gran masa, en enmascaramiento alguno; en efecto,
precisamente se la pone por ellos, para no irritarlos, y no rara vez por
compasión y bondad. De esta máscara del cándido inofensivo, podemos pasar a
esa otra del horror que ocultamos detrás más horror
--------------
La ley cuando no se usa para imponer su monopolio , se convierte en portera
de hospital, portera que seleccionan entre sus clientes a aquellos que
puedan acomodarse al criterio de los médicos . Los hospitales se convierten
en monumentos de cientificismo narcisista; manifestaciones concretas de
aquellos prejuicios profesionales que estaban de moda el día en que se puso
la primera piedra y que a menudo ya eran anticuados cuando el edificio entró
en funciones.
Mediatizado políticamente, el daño médico se mira como algo inherente al
mandato de la medicina, se consideran sofistas a los críticos que tratan de
justificar la intrusión legal en terrenos propiedad del médico. La
determinación del cuidado y la asistencia libre de cualquier valoración son
una tontería maligna y los tabúes que han protegido a la medicina
irresponsable empiezan.............. a debilitarse.
----------
La medicina funciona ahora como una empresa moral dominante,funciona
publicitando la expansión faramaceutico-industrial como una guerra contra
todo tipo de sufrimiento. Para lograr esto, ha tenido que socavar la
capacidad de los individuos para enfrentar su realidad, para aceptar cosas
inevitables, a menudo irremediables, como el dolor y la invalidez, el
envejecimiento y la muerte.
Gozar de buena salud no significa sólo enfrentar con éxito la realidad sino
también disfrutar el éxito; significa ser capaz de sentirse vivo en el gozo
y en el dolor; significa amar la sobrevivencia pero también arriesgarla. La
salud y el sufrimiento, como sensaciones experimentales, son fenómenos que
distinguen a los hombres de las bestias.Sólo en las fábulas se dice que los
leones sufren y que los perros falderos son los unicos que ameritan
compasión cuando están mal de salud .
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Acá en El salvador necesitamos un ser abominable y fantástico que resuma la
fractura social que vivimos . Un monstruo criollo que filtre y sintetice
nuestros miedos. Nuestra historia esta llena de muchos monstruos. En la
ficción existen pocos , ánimas, cipitillos, cigüanabas y aparecidos integran
nuestro repertorio de leyendas. La ficción fantástica tiene la virtud de
canalizar subterráneamente contenidos sociales, políticos, bélicos,
etcétera, y los resimboliza en una figura monstruosa donde todo converge. El
monstruo cumple un "fin didáctico", pues absorbe el caos y la confusión
reinantes y recoloca sus elementos bajo una óptica más transparente y
visible: el monstruo nos enseña a convivir con el miedo.
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La yatrogenia social aun no se acepta como una etiología de la enfermedad.
Si se reconociera veríamos que con mucha frecuencia el diagnóstico sirve
únicamente como un medio de convertir las quejas políticas contra las
tensiones por el desarrollo, en demandas de nuevas terapias, veríamos que el
diagnostico solo sirve para dar más de los mismos productos, costosos y
enervantes. Cuando el mundo sepa esto,el sistema farmacéutico industrial
perdería una de sus principales ingresos.
Si la conciencia del grado en que la salud enferma yatrogenicamente, se
comunicara de manera política entonces, se sacudirían los cimientos del
poder médico mucho más profundamente que cualquier catálogo de las fallas
técnicas de la medicina
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La empresa médica moderna representa un intento de hacer por la gente lo
que anteriormente su que herencia cultural le permitía hacer por sí misma.
La medicina contemporánea está planeada y organizada para matar el dolor,
eliminar la enfermedad y abolir la necesidad de ese especial arte de sufrir
y de morir.
Sufrir, sanar y morir, son actividades esencialmente intransitivas que la
cultura ha enseñado a cada hombre, ahora son reclamadas por la tecnocracia
medica como nuevas zonas de creación de reglamentaciones , esas actividades
intransitivas , ahora se tratan como malfunciones de las que habría que
librar institucionalmente a las poblaciones. Las metas de la medicina
contemporánea se oponen a cada uno de los programas culturales de salud que
pudieren encontrarse en el proceso de colonización .
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La asistencia medicalizada de la salud se convierte en un obstáculo para la
salud misma, un obstáculo para una vida saludable: a través de la
yatrogénesis clínica.
La yatrogénesis clínica se produce cuando la capacidad orgánica para
reaccionar es sustituida por una administración heterónoma. La yatrogénesis
social sucede cuando el medio ambiente se ve privado de las condiciones que
dan a los individuos, familias y vecindarios el control sobre sus propios
estados internos y sobre su ambiente.
Pero también la asistencia medicalizada de la salud se vuelve un obstáculo
para la salud a través de la yatrogénesis cultural , esta se produce cuando
la empresa médica mina en la gente la voluntad de sufrir la realidad. El
término "sufrimiento" se ha vuelto inútil para designar una repuesta humana
realista porque evoca superstición, sadomasoquismo o la condescendencia del
rico hacia la suerte del pobre.
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Cuando las ciudades se construyen alrededor de los vehículos, lo que hace es
devaluar los pies humanos; cuando las escuelas acaparan el aprendizaje,
devalúamos al autodidacta, cuando los hospitales invierten la mayor parte de
su presupuesto en atender a los pacientes en condición crítica, imponemos a
la sociedad un nueva forma de morir. Los monopolios ordinarios arrinconan al
mercado; los monopolios radicales inhabilitan a la gente para hacer y crear
cosas por sí misma. El monopolio comercial restringe el flujo de mercancías;
el monopolio médico es más insidioso, paraliza la producción de valores de
uso no comerciables. Los monopolios medicos violan aún más la libertad y la
independencia. Imponen en toda la sociedad la sustitución de valores de uso
por mercancías, remodelando el ambiente y "apropiándose" de aquellas
características generales que permitieron a la gente enfrentarlo por sí
misma.
La malignidad de la medicina convierte el cuidado mutuo y la automedicación
en delitos en...... fechorías. La medicina yatrogénica sólo puede
revertirse por medio de una acción política que cercene la dominación
medica.
La medicina yatrogénica refuerza una sociedad morbosa donde el control
social de la población por parte del sistema médico se erige como actividad
económica primordial. La medicina yatrogénica sirve para legitimar
componendas sociales en las que mucha gente no encaja. Cataloga a los
minusválidos como ineptos y genera una tras otra nuevas categorías de
pacientes. La gente enferma y menoscabada por su labor sólo puede escapar
viviendo bajo supervisión médica, y con ello se le seduce o se le
descalifica de la lucha política por un mundo más sano.
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Y es que los médicos en América Latina no sabemos de que lado estamos,
oscilamos entre Pinochet y el Che Guevara , entre azul y buenas noches,
entre el diablo y el mar azul. Aquí no pisa uno la tierra, sino el dinero.
Desde luego que somos un grupo de personas encantadoras ............
hubieramos formado una magnifica familia de la clase media, pero así son
las cosas . A la luz, las forma y el viento siempre las arrastra.
Estamos en nuestra casa y, sin embargo, estamos todo el tiempo fuera de ella
. Si se camina para un lado, se emigra a los Estados Unidos; si se camina
para el otro, se emigra para Europa.
En estos días no hay raíces, no hay tierra. Todo es una frontera infinita.
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La edad de los nuevos medicamentos empezó con la aspirina en 1899. Por esos
días el médico era el agente terapéutico más importante. Aparte del opio,
las únicas sustancias de aplicación difundida que habrían pasado pruebas de
seguridad y eficacia eran la vacuna contra la viruela, la quinina para el
paludismo y la ipecacuana para la disentería. Después de 1899 la marea de
medicamentos nuevos siguió subiendo durante medio siglo. En 1962, la FDA
empezó a examinar unos 4 300 medicamentos de estos sólo 2 de cada 5
resultaron eficaces.
La edad de los grandes descubrimientos en farmacología ha quedado atrás.
Las novedades son ahora , asuntos de "paquete" los médicos recetan porque
han sido bien promovidas.
La protección de diecisiete años que la ley de patentes otorga a las nuevas
sustancias de importancia ha terminado para la mayoría. Ahora cualquiera
puede fabricarlas, siempre y cuando no use las marcas originales, que se
hallan protegidas indefinidamente por las leyes del registro comercial.
Hasta ahora, las investigaciones no han dado motivo alguno para suponer que
los medicamentos expendidos en los Estados Unidos bajo su nombre genérico
sean menos eficaces que sus contrapartes de marca registrada, que cuestan de
3 a 15 veces más.
El hombre industrializado ha aprendido a tratar de comprar todo lo que se le
antoja. Tomar un remedio, no importa cuál sea ni por qué motivo, es una
última oportunidad de afirmar un dominio sobre sí mismo, de interferir en su
propio cuerpo más que dejar que otros interfieran. La invasión farmacéutica
lo lleva a una medicación, indicada por él o por alguien más, que reduce su
capacidad para enfrentarse con un cuerpo que él aún puede cuidar.
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Ante el entusiasmo de Fedro por un escrito de Lisias, Sócrates pone en su
lugar los sistemas de notación: "lo que estás leyendo parece hablar
elocuentemente, pero pídele alguna explicación y verás que vuelve a repetir
lo que está escrito"
Escribir ayuda a que nuestra vida suba de nivel , a que ese YO absorto sea
feliz. Al escribir logramos una libertad difícil de alcanzar de otra manera.
Lo ideal seria alcanzar esa libertad suprema y mantenerla viva, creciente,
creadora, en la inteligencia mutua de esas vidas que se encuentran en el
aquí y en el ahora. Pero no es fácil.
Mientras tanto, estos correos, conservan esa libertad de manera virtual. Aun
cuando de algún modo son irreales, nos ayudan a situarnos en la realidad.
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La humanidad primitiva era cabal en su dualidad: cada ser tenía dos caras en
una misma cabeza, cuatro manos y otras tantas piernas, cuatro orejas y
algunos , dos sexos. Su fuerza y su vigor eran tan grande que ambicionaron
escalar el cielo e invadir la morada de los dioses. Mal podrían éstos
consentirlo, pero tampoco querían deshacerse de los hombres y aniquilarlos,
privándose entonces de los honores y ofrendas que de ellos recibían.
Necesitados de los mortales, pero temerosos de su pujanza, Zeus y los demás
dioses deliberaron y luego acordaron cortarlos por la mitad, duplicando su
número de esta manera, a la vez que le restaban a cada uno la mitad de su
poder. Este corte, originario de la condición humana actual, desdobló la
naturaleza del ser primitivo, y dejó a cada hombre con la oscura convicción
de que el suyo no era más que medio ser, y con el anhelo de reunirse con la
otra mitad, que lo complementaría de nuevo.
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Aprender no es lo mismo que sacar buenas calificaciones :lo importante es
aprender. Divertirse y sufrir, lidiando con los pacientes, los
administradores, las ideas, las circunstancias que pueden convertirse en
una solución feliz, no es lo mismo que ganar puntos curriculares, prestigio,
posiciones, dinero.
Este deslizamiento de la vida concreta hacia la abstracta da menos
valor a las personas . Así se comprende la necesidad ontológica de no ser
descalificado . Cuando lo importante ya no es aprender, entender, crear,
investigar, divertirse, resolver problemas, ayudar, sino competir y ganar.
Cuando toda prueba es un Juicio Final con pase al cielo, reprobación al
infierno o suspensión en el limbo. De ahí las mañas infinitas para tener
éxito, como única meta en la vida.
Todo trato competente con la realidad se reduce ahora a un trato con
abstracciones: medir y ser medido, derrotar a los competidores, superar
marcas. Hacer cosas bien hechas, madurar como personas, encontrar soluciones
creadoras a los enigmas y problemas que nos plantea la realidad, todo esto
se vuelve secundario para un ser con mente de trepador .
Paradójicamente, la presión trepadora desemboca en el ascenso de los
mediocres al poder y la gloria. Se supone que el darwinismo ferozmente
competitivo debería entronizar a los excelentes, no a los incompetentes.
Pero las carreras trepadoras están llenas de pruebas cuyos resultados no se
miden tan fácilmente como el tiempo en una alberca olímpica. Evaluar a una
persona para un puesto o premio, puede no ser exacto.Si todo pudiese
limitarse a mediciones mecánicas, el resultado seria un absurdo. El médico
con más puntos puede ser un mediocre. El producto que más vende puede ser
mediocre. Lo más calificado en las encuestas puede ser mediocre.
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Creo que estamos en una sociedad que confunde el morir con la muerte. Pero
no son comparables en modo alguno. No asistimos a la muerte de alguien, se
asiste a su morir. La fascinación por el morir está a punto de reemplazar la
experiencia de la muerte.
Creo que es un error decir "la " muerte de alguien: existen tantos muertos
como muertes. Decir "la "muerte es una manera de volver abstracta la
experiencia. Alguien decía "La vida, es siempre la muerte de alguien," y a
lo mejor tenia razón. Y la muerte, es siempre la muerte de alguien. La
personas creen que la muerte es democrática , con el afán de darle a la
muerte una función unificadora o igualadora del género humano pero esto no
es mas que una formidable hipocresía. Como si todos fuéramos iguales ante
la muerte. Se supone que en la muerte todos somos iguales, los poderosos y
los míseros. Pero si una princesa se muere, jamás la van a poner en el
mismo rango que a una señora de un mesón salvadoreño, asesinada por las
"maras"; este tipo de confusión permite todas las derivas. Todos los hombres
nacen libres y con igualdad de derechos. Pero en la muerte, no creo que haya
igualdad. En la muerte, todos los hombres son diferentes.
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La competencia trepadora no siempre favorece al más competente , sino al más
competente en competir, acomodarse, administrar sus relaciones públicas,
modelarse a sí mismo como producto deseable, pasar exámenes, ganar puntos,
descarrilar a los competidores, seducir o presionar a los colegas ,
conseguir el micrófono y los reflectores, hacerse popular, lograr que ruede
la bola acumulativa hasta que nadie pueda detenerla. La selección natural en
el trepadero favorece el ascenso de una nueva especie darwiniana: el
mediocre habilis.
No es imposible que una persona competente sepa también acomodarse y
trepar, pero no es necesario. Lo importante es trepar . Una persona
competente puede ser descartada en la lucha trepadora, si no domina las
artes del mediocre habilis. Así se llega a las circunstancias en las cuales
un perfecto incompetente acaba siendo el número uno.
Aquellos que no tienen interés en lo que están haciendo, sino en ser
aprobados, presionan hasta que se salen con la suya. Muchos años después,
cuando llegan al poder y la gloria, son los modelos ejemplares de una
sociedad reducida a trepar. Muchos lo lamentan, sin ver que todo empieza
abajo: cuando maestros, jurados, para no sentirse verdugos, se vuelven
cómplices del trabajo mal hecho
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La medicina produce yatrogenia social cuando la burocracia médico
farmacéutica crea una salud enferma. Esto lo logra , multiplicando la
dependencia a los medicamentos , generando nuevas y dolorosas necesidades,
disminuyendo los niveles de tolerancia al malestar , reduciendo el trato que
la gente acostumbra a conceder al que sufre . La medicina produce yatrogenia
social cuando el cuidado de la salud se convierta en un item estandarizado,
cuando la salud es un artículo de consumo; cuando todo sufrimiento se
"hospitaliza" y los hogares se vuelven inhóspitos para el nacimiento, la
enfermedad y hasta para la misma muerte; cuando el lenguaje en el que la
gente podía dar expresión a sus cuerpos se convierte en galimatías
burocráticas.
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Después de una primera recepción entusiasta del positivismo, nos encontramos
en la medicina de América Latina con un movimiento de reflexión crítica
contra el mismo. Los motivos de esa crítica hay que buscarlos en el
convencimiento de que la filosofía positivista no puede responder
adecuadamente a los problemas de América Latina. En el fondo se entiende que
la riqueza espiritual y vital de América Latina no se puede encerrar en los
moldes cienticistas y lógicos del positivismo.
América Latina es el ámbito en el que se forja una nueva raza humana como
síntesis de todas las razas de la humanidad, con todas sus riquezas
espirituales.
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La medicina es una empresa moral y por ello da inevitablemente contenido al
bien y al mal. Algunos han defendido que el divorcio entre medicina y
moralidad, se sostiene sobre la base de que las categorías médicas, a
diferencia de las legales o religiosas, descansan en fundamentos científicos
exentos de cualquier evaluación moral. La ética médica ha sido arrinconada
en un departamento especializado que alinea la teoría con la práctica de
actualidad.
La medicina, al igual que la ley y la religión, define lo que es normal. La
medicina tiene toda la autoridad para catalogar como enfermedad la dolencia
de alguien, para declarar enfermo a otro aunque éste no se queje, y para
declarar su incapacidad e incluso su muerte. La medicina es la que
determina como "meramente subjetivo" algún dolor, como fingimiento y como
suicidio a algunas muertes. El juez determina qué es legal y quién culpable.
El médico decide qué es un síntoma y quien se encuentra enfermo . El médico
es un ser investido con poderes inquisitoriales para descubrir ciertos
entuertos a enderezar .La moral se halla tan implícita en la enfermedad como
en el crimen o en el pecado.
La salud siempre ha sido un patrón de conductas, de costumbres, usos,
tradiciones o grupos de hábitos. Gracias a la Medicina ahora la salud
implica : planes, recetas, reglas e instrucciones, las cuales al final
terminan gobernando la conducta personal.
En gran medida la cultura y la salud terminan coincidiendo . La salud de
cada persona es un desempeño responsable, en un guión social. Salud es la
manera en que nos relacionamos con la dulzura y la amargura de la realidad,
es una forma de actuar hacia los otros que vemos sufriendo, debilitados o
angustiados, de alguna forma la salud determinan el sentimiento que cada
hombre tiene de su propio cuerpo y de su salud.
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Durante los años sesenta el cloranfenicol se envasaba como cloromicetina
por Parke-Davis y producía alrededor de un tercio de las ganancias totales
de la compañía. Para entonces ya se sabia que las personas que ingieren
este medicamento corren cierto peligro de morir de anemia aplástica .La
tifoidea es casi la única enfermedad que, con serias reservas, justifica la
administración de esta sustancia En los últimos años de los cincuenta y los
primeros de los sesenta, la Parke-Davis, pese a las fuertes
contraindicaciones clínicas, gastó grandes sumas en promover al
cloranfenicol. Los médicos en los Estados Unidos recetaban cloranfenicol a
casi cuatro millones de personas por año para tratar el acné, la garganta
irritada, el catarro común, e incluso naderías como padrastros infectados.
Como la tifoidea es rara en los Estados Unidos, no más de una persona en 400
que tomaron el medicamento "necesitaba" el tratamiento. A diferencia de la
talidomida, que desfigura, el cloranfenicol mata: borra del mapa a sus
víctimas y cientos de ellas murieron sin diagnóstico en los Estados Unidos.
El autocontrol de la profesión en tales asuntos nunca ha funcionado, y las
memorias médicas han demostrado ser particularmente olvidadizas.
En los Estados Unidos, durante la década de los cincuenta, el control de los
medicamentos por agencias reguladoras se hallaba en su nadir y el
autocontrol era nominal.
Durante los años sesenta, periodistas médicos y políticos preocupados por la
situación lanzaron una campaña que expuso la subordinación de los médicos y
los oficiales de gobierno a las firmas farmacéuticas y describió algunas de
las pautas del crimen de cuello blanco, prevalentes en la medicina. Menos de
dos meses después de la denuncia en una audiencia del Congreso, el uso del
cloranfenicol en los Estados Unidos disminuyó. La Parke-Davis se vio
obligada a insertar en cada paquete estrictas advertencias y cautelas sobre
el uso de este medicamento. Pero dichas advertencias no se hicieron
extensivas a las exportaciones. El medicamento siguió usándose
indiscriminadamente en México, no sólo en la automedicación sino por
prescripción, criando entonces cepas de bacilos tifoidicos resistentes al
medicamento que ahora se difunden al resto del mundo.
---
"-Caminante, ¿quién eres tú? [...]. Descansa aquí, [...] recupérate! [...].
¿Qué necesitas para reconfortarte? [...].
-¿Para reconfortarme? ¿Para reconfortarme? ¡Oh, tú, curioso!, ¡qué
andas diciendo! Bueno, dame, te lo ruego [...].
-¡Qué, qué! ¡Dímelo!
-¡Una máscara más! ¡Una segunda máscara!"
Debo aceptar que, en la medida en que la relación consigo mismo se torna
más exclusiva , también el significado del enmascaramiento se hace más
profundo. Mientras que la esencia real que se halla tras nuestra forma
externa, el ser verdadero que se oculta detrás de la apariencia, retrocede y
es menos visible.
La mediocridad es la máscara más afortunada que puede llevarse , porque no
hace pensar a la gran masa, en enmascaramiento alguno; en efecto,
precisamente se la pone por ellos, para no irritarlos, y no rara vez por
compasión y bondad. De esta máscara del cándido inofensivo, podemos pasar a
esa otra del horror que ocultamos detrás más horror
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La ley cuando no se usa para imponer su monopolio , se convierte en portera
de hospital, portera que seleccionan entre sus clientes a aquellos que
puedan acomodarse al criterio de los médicos . Los hospitales se convierten
en monumentos de cientificismo narcisista; manifestaciones concretas de
aquellos prejuicios profesionales que estaban de moda el día en que se puso
la primera piedra y que a menudo ya eran anticuados cuando el edificio entró
en funciones.
Mediatizado políticamente, el daño médico se mira como algo inherente al
mandato de la medicina, se consideran sofistas a los críticos que tratan de
justificar la intrusión legal en terrenos propiedad del médico. La
determinación del cuidado y la asistencia libre de cualquier valoración son
una tontería maligna y los tabúes que han protegido a la medicina
irresponsable empiezan.............. a debilitarse.
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La medicina funciona ahora como una empresa moral dominante,funciona
publicitando la expansión faramaceutico-industrial como una guerra contra
todo tipo de sufrimiento. Para lograr esto, ha tenido que socavar la
capacidad de los individuos para enfrentar su realidad, para aceptar cosas
inevitables, a menudo irremediables, como el dolor y la invalidez, el
envejecimiento y la muerte.
Gozar de buena salud no significa sólo enfrentar con éxito la realidad sino
también disfrutar el éxito; significa ser capaz de sentirse vivo en el gozo
y en el dolor; significa amar la sobrevivencia pero también arriesgarla. La
salud y el sufrimiento, como sensaciones experimentales, son fenómenos que
distinguen a los hombres de las bestias.Sólo en las fábulas se dice que los
leones sufren y que los perros falderos son los unicos que ameritan
compasión cuando están mal de salud .
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Acá en El salvador necesitamos un ser abominable y fantástico que resuma la
fractura social que vivimos . Un monstruo criollo que filtre y sintetice
nuestros miedos. Nuestra historia esta llena de muchos monstruos. En la
ficción existen pocos , ánimas, cipitillos, cigüanabas y aparecidos integran
nuestro repertorio de leyendas. La ficción fantástica tiene la virtud de
canalizar subterráneamente contenidos sociales, políticos, bélicos,
etcétera, y los resimboliza en una figura monstruosa donde todo converge. El
monstruo cumple un "fin didáctico", pues absorbe el caos y la confusión
reinantes y recoloca sus elementos bajo una óptica más transparente y
visible: el monstruo nos enseña a convivir con el miedo.
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La yatrogenia social aun no se acepta como una etiología de la enfermedad.
Si se reconociera veríamos que con mucha frecuencia el diagnóstico sirve
únicamente como un medio de convertir las quejas políticas contra las
tensiones por el desarrollo, en demandas de nuevas terapias, veríamos que el
diagnostico solo sirve para dar más de los mismos productos, costosos y
enervantes. Cuando el mundo sepa esto,el sistema farmacéutico industrial
perdería una de sus principales ingresos.
Si la conciencia del grado en que la salud enferma yatrogenicamente, se
comunicara de manera política entonces, se sacudirían los cimientos del
poder médico mucho más profundamente que cualquier catálogo de las fallas
técnicas de la medicina
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La empresa médica moderna representa un intento de hacer por la gente lo
que anteriormente su que herencia cultural le permitía hacer por sí misma.
La medicina contemporánea está planeada y organizada para matar el dolor,
eliminar la enfermedad y abolir la necesidad de ese especial arte de sufrir
y de morir.
Sufrir, sanar y morir, son actividades esencialmente intransitivas que la
cultura ha enseñado a cada hombre, ahora son reclamadas por la tecnocracia
medica como nuevas zonas de creación de reglamentaciones , esas actividades
intransitivas , ahora se tratan como malfunciones de las que habría que
librar institucionalmente a las poblaciones. Las metas de la medicina
contemporánea se oponen a cada uno de los programas culturales de salud que
pudieren encontrarse en el proceso de colonización .
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La asistencia medicalizada de la salud se convierte en un obstáculo para la
salud misma, un obstáculo para una vida saludable: a través de la
yatrogénesis clínica.
La yatrogénesis clínica se produce cuando la capacidad orgánica para
reaccionar es sustituida por una administración heterónoma. La yatrogénesis
social sucede cuando el medio ambiente se ve privado de las condiciones que
dan a los individuos, familias y vecindarios el control sobre sus propios
estados internos y sobre su ambiente.
Pero también la asistencia medicalizada de la salud se vuelve un obstáculo
para la salud a través de la yatrogénesis cultural , esta se produce cuando
la empresa médica mina en la gente la voluntad de sufrir la realidad. El
término "sufrimiento" se ha vuelto inútil para designar una repuesta humana
realista porque evoca superstición, sadomasoquismo o la condescendencia del
rico hacia la suerte del pobre.
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Cuando las ciudades se construyen alrededor de los vehículos, lo que hace es
devaluar los pies humanos; cuando las escuelas acaparan el aprendizaje,
devalúamos al autodidacta, cuando los hospitales invierten la mayor parte de
su presupuesto en atender a los pacientes en condición crítica, imponemos a
la sociedad un nueva forma de morir. Los monopolios ordinarios arrinconan al
mercado; los monopolios radicales inhabilitan a la gente para hacer y crear
cosas por sí misma. El monopolio comercial restringe el flujo de mercancías;
el monopolio médico es más insidioso, paraliza la producción de valores de
uso no comerciables. Los monopolios medicos violan aún más la libertad y la
independencia. Imponen en toda la sociedad la sustitución de valores de uso
por mercancías, remodelando el ambiente y "apropiándose" de aquellas
características generales que permitieron a la gente enfrentarlo por sí
misma.
La malignidad de la medicina convierte el cuidado mutuo y la automedicación
en delitos en...... fechorías. La medicina yatrogénica sólo puede
revertirse por medio de una acción política que cercene la dominación
medica.
La medicina yatrogénica refuerza una sociedad morbosa donde el control
social de la población por parte del sistema médico se erige como actividad
económica primordial. La medicina yatrogénica sirve para legitimar
componendas sociales en las que mucha gente no encaja. Cataloga a los
minusválidos como ineptos y genera una tras otra nuevas categorías de
pacientes. La gente enferma y menoscabada por su labor sólo puede escapar
viviendo bajo supervisión médica, y con ello se le seduce o se le
descalifica de la lucha política por un mundo más sano.
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Y es que los médicos en América Latina no sabemos de que lado estamos,
oscilamos entre Pinochet y el Che Guevara , entre azul y buenas noches,
entre el diablo y el mar azul. Aquí no pisa uno la tierra, sino el dinero.
Desde luego que somos un grupo de personas encantadoras ............
hubieramos formado una magnifica familia de la clase media, pero así son
las cosas . A la luz, las forma y el viento siempre las arrastra.
Estamos en nuestra casa y, sin embargo, estamos todo el tiempo fuera de ella
. Si se camina para un lado, se emigra a los Estados Unidos; si se camina
para el otro, se emigra para Europa.
En estos días no hay raíces, no hay tierra. Todo es una frontera infinita.
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La edad de los nuevos medicamentos empezó con la aspirina en 1899. Por esos
días el médico era el agente terapéutico más importante. Aparte del opio,
las únicas sustancias de aplicación difundida que habrían pasado pruebas de
seguridad y eficacia eran la vacuna contra la viruela, la quinina para el
paludismo y la ipecacuana para la disentería. Después de 1899 la marea de
medicamentos nuevos siguió subiendo durante medio siglo. En 1962, la FDA
empezó a examinar unos 4 300 medicamentos de estos sólo 2 de cada 5
resultaron eficaces.
La edad de los grandes descubrimientos en farmacología ha quedado atrás.
Las novedades son ahora , asuntos de "paquete" los médicos recetan porque
han sido bien promovidas.
La protección de diecisiete años que la ley de patentes otorga a las nuevas
sustancias de importancia ha terminado para la mayoría. Ahora cualquiera
puede fabricarlas, siempre y cuando no use las marcas originales, que se
hallan protegidas indefinidamente por las leyes del registro comercial.
Hasta ahora, las investigaciones no han dado motivo alguno para suponer que
los medicamentos expendidos en los Estados Unidos bajo su nombre genérico
sean menos eficaces que sus contrapartes de marca registrada, que cuestan de
3 a 15 veces más.
El hombre industrializado ha aprendido a tratar de comprar todo lo que se le
antoja. Tomar un remedio, no importa cuál sea ni por qué motivo, es una
última oportunidad de afirmar un dominio sobre sí mismo, de interferir en su
propio cuerpo más que dejar que otros interfieran. La invasión farmacéutica
lo lleva a una medicación, indicada por él o por alguien más, que reduce su
capacidad para enfrentarse con un cuerpo que él aún puede cuidar.
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Ante el entusiasmo de Fedro por un escrito de Lisias, Sócrates pone en su
lugar los sistemas de notación: "lo que estás leyendo parece hablar
elocuentemente, pero pídele alguna explicación y verás que vuelve a repetir
lo que está escrito"
Escribir ayuda a que nuestra vida suba de nivel , a que ese YO absorto sea
feliz. Al escribir logramos una libertad difícil de alcanzar de otra manera.
Lo ideal seria alcanzar esa libertad suprema y mantenerla viva, creciente,
creadora, en la inteligencia mutua de esas vidas que se encuentran en el
aquí y en el ahora. Pero no es fácil.
Mientras tanto, estos correos, conservan esa libertad de manera virtual. Aun
cuando de algún modo son irreales, nos ayudan a situarnos en la realidad.
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La humanidad primitiva era cabal en su dualidad: cada ser tenía dos caras en
una misma cabeza, cuatro manos y otras tantas piernas, cuatro orejas y
algunos , dos sexos. Su fuerza y su vigor eran tan grande que ambicionaron
escalar el cielo e invadir la morada de los dioses. Mal podrían éstos
consentirlo, pero tampoco querían deshacerse de los hombres y aniquilarlos,
privándose entonces de los honores y ofrendas que de ellos recibían.
Necesitados de los mortales, pero temerosos de su pujanza, Zeus y los demás
dioses deliberaron y luego acordaron cortarlos por la mitad, duplicando su
número de esta manera, a la vez que le restaban a cada uno la mitad de su
poder. Este corte, originario de la condición humana actual, desdobló la
naturaleza del ser primitivo, y dejó a cada hombre con la oscura convicción
de que el suyo no era más que medio ser, y con el anhelo de reunirse con la
otra mitad, que lo complementaría de nuevo.
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